Introducción
La demencia es la primera causa de discapacidad en personas mayores y la que más dependencia, sobrecarga económica y estrés psicológico genera en el cuidador.1 Los datos del proyecto Carga Mundial de la Morbilidad informan que la demencia es responsable del 11,2 % de los años vividos con invalidez en las personas mayores de 65 años. Esta frecuencia aumenta exponencialmente a medida que se incrementa la edad.2,3,4
Según el Informe Mundial de Alzheimer del año 2018 la demencia afectó a más de 50 millones de personas en todo el mundo, y se cree que esta cifra llegará a 152 millones para el año 2050.4 Su prevalencia se duplica, aproximadamente, cada 5 años a partir de los 65, y llega a alcanzar el 40 % entre los mayores de 80 años.4,5,6
Algunos de los factores biopsicosociales y ambientales estudiados hasta el momento que se han considerado factores de riesgo son la edad, historia familiar de demencia en miembros de primer grado, el bajo nivel de escolaridad, depresión, obesidad, traumatismos craneoencefálicos, factores genéticos, enfermedades como la hipertensión arterial, el infarto del miocardio, la diabetes mellitus, la hipercolesterolemia, endocrinopatías y otras; pero sin duda alguna, dentro de un mundo de longevos, la edad avanzada es el factor de riesgo más importante para sufrirla.3,4
Actualmente, en Cuba la padecen entre 160 000 y 170 000 personas, cifra que se estima alcance los 273 000 para el año 2030, con una tasa de prevalencia entre 6,4 a 10,2 % y un estimado del costo total anual que se aproxima a los 512 millones de dólares.1,3 Sin embargo, en Cuba no se encuentran investigaciones sobre este tema en personas mayores de 80 años o más, existe escasa información sobre la naturaleza y frecuencia de la demencia a esas edades.
Con este estudio se pretende conocer la prevalencia y los factores que aumentan el riesgo de padecer demencia en personas mayores de 80 años o más, para ello se realizó un análisis secundario de la base de datos del estudio Envejecimiento y Alzheimer (10-66)3 planteándose la siguiente hipótesis de causalidad:
La presencia de demencia en las personas mayores de 80 años o más es una consecuencia de un conjunto de variables que constituyen factores de riesgo de esta como: el sexo femenino, la ausencia de vínculo conyugal, el bajo nivel de escolaridad, la depresión y la presencia de comorbilidad.
Teniendo en cuenta lo anterior, el objetivo de este trabajo fue determinar la prevalencia y los factores de riesgo de demencia en personas de 80 años o más.
Métodos
Se realizó un análisis secundario de la Base de Datos del Estudio poblacional 10/66, conocido en Cuba como el Estudio Envejecimiento y Alzheimer.3,5 El universo de estudio estuvo conformado por 2017 personas mayores de 65 años o más, a partir de los cuales se seleccionó una muestra de 480 personas mayores de 80 años o más pertenecientes a la primera fase del trabajo de referencia.
Como criterio de inclusión se tuvo en cuenta a todas las personas mayores de 80 años o más, de ambos sexos. Se excluyeron aquellos pacientes diagnosticados con enfermedades psiquiátricas (esquizofrenia u otras psicosis). Como toda investigación con seres humanos se guardaron los principios de beneficencia y no maleficencia.
En Cuba, el estudio 10/66 es prospectivo, longitudinal, de una cohorte de 3015 adultos de 65 años y más, con dos fases bien definidas: 1: un estudio de corte transversal de los conocidos estudios de prevalencia, puerta a puerta realizado en la provincia La Habana, entre junio de 2003 y mayo de 2007, seguido de 2: un estudio prospectivo longitudinal de seguimiento de la población de 65 años y más procedente del estudio base, en áreas seleccionadas de La Habana y Matanzas. El escenario de estudio de la primera fase se conformó en siete policlínicos de La Habana: Policlínico Docente “19 de abril” (municipio Plaza), Policlínico Docente “Ana Betancourt” (municipio Playa), Policlínico Docente “Cristóbal Labra” (municipio La Lisa), Policlínicos Docentes “27 de Noviembre”, “Ramón González Coro” y “José Manuel Portuondo” (municipio Marianao) y el Policlínico Docente “14 de Junio” (municipio 10 de Octubre).
Los criterios y el algoritmo diagnóstico 10/66 para la realización de la base de datos constaron de: a) una entrevista clínica estructurada, el estado mental geriátrico y su algoritmo computarizado (AGECAT); b) la batería de pruebas cognitivas del instrumento de pesquizaje de demencia en la comunidad (CSI’D’) COGSCORE; c) la tarea de fluencia verbal y repetición de 10 palabras con recuerdo diferido, del Consorcio Europeo para Estudio de las Demencias (CERAD); d) entrevista a un informante confiable, CSI’D’ RELSCORE para evidenciar declinación cognitiva y funcional; e) la información adicional sobre el inicio y curso de la demencia que aporta el Programa para diagnóstico de la demencia y subtipos, historia y etiología.3,5
Los datos fueron validados estadísticamente mediante el chi cuadrado, t de student, la regresión de Poisson y de Cox. Se utilizó la versión 9.2 de Stata (Stat Corp 2007, Stata Statistical Software: release 10; Stata Corp, College Station, TX). El número de valores perdidos se describió para cada variable utilizada en el análisis.
Las principales variables estudiadas fueron: sexo, nivel educacional, estado civil, lugar de nacimiento, depresión, comorbilidad y demencia.
Resultados
De las 480 personas mayores estudiadas, 124 presentaron demencia para una tasa de prevalencia de 25,83 %. La tasa de prevalencia de demencia en el sexo femenino fue de 27,46 % (IC 95 % 22,92-32,51); la del sexo masculino fue de 20,06 % (IC 95 % 15,99-29,64). Por otra parte, las personas mayores que no tenían vínculo conyugal estuvieron evidentemente más afectadas por demencia que las que tenían vínculo conyugal, representando tasas de prevalencia de 66,42 % (IC 95 % 21,96-31,35) y 9,62 % (IC 95 % 17,08-31,48) respectivamente (tabla 1).
Fuente: Base de datos del estudio poblacional Envejecimiento y Alzheimer (10-66)
* × 100 ancianos de 80 años o más.
La tasa de prevalencia fue mayor en aquellas personas mayores que tuvieron un nivel de escolaridad bajo. En los iletrados y los que completaron estudios primarios existió una prevalencia de 38,09 % (IC 95 % 1,03-7,24) y 52,69 % (IC 95 % 26,04-41,52) respectivamente. En los que alcanzaron un nivel secundario la tasa de prevalencia fue de 30,00 % (IC 95 % 12,53-25,29) y en los pre-universitarios/universitarios de solo 13,56 % (IC 95 % 11,95-24,52).
Según lugar de nacimiento, los nacidos en la ciudad fueron los menos afectados, 22,35 % (IC 95 % 16,50-28,77) mientras que los nacidos en el campo y en el pueblo mostraron una prevalencia de demencia relativamente mayor para un 26,15 % (IC 95 % 18,75-33,85) y 29,24 % (IC 95 % 22,48-36,11), respectivamente (Tabla 2).
Fuente: Base de datos del estudio poblacional Envejecimiento y Alzheimer (10-66).
* × 100 ancianos de 80 años o más.
Del total de personas mayores diagnosticadas con demencia, 9 tenían antecedentes de enfermedad depresiva, lo que representa una tasa de prevalencia de 28,12 % (95 % IC 15,14-0,46), mientras que en las personas mayores sin depresión fue de 25,66 % (95 % IC 21,82-29,93). La tasa de prevalencia de demencia en personas mayores que presentaron comorbilidad (presencia de una o más enfermedades crónicas además de la enfermedad primaria) fue de 80,70 % (95 % IC 68,25-89,05) casi cinco veces mayor que la de las personas mayores sin comorbilidad 18,43 % (95 % IC 2,44-15,01) (tabla 3).
Fuente: Base de datos del estudio poblacional Envejecimiento y Alzheimer (10-66).
* × 100 ancianos de 80 años o más.
Para conocer y evaluar los posibles factores de riesgo que influyeron en la aparición de demencia en personas de 80 años o más, se realizó un análisis univariado, ajustado para sexo y nivel educacional. La presencia de comorbilidad (OR 8,89; IC 95 % 7,29-10,85) se comportó como posible factor de riesgo, siendo aproximadamente 9 veces más probable que una persona mayor, de 80 años o más, desarrolle demencia si presenta comorbilidad que aquellos que no la tienen. Un mayor nivel educacional (OR 0,68; IC 95 % 0,61-0,77) y el estar casado o en unión consensual (OR 0,65; IC 95 % 0,49-0,85), se comportaron como factores protectores para desarrollar demencia. El sexo (OR 0,79; IC 95 % 0,60-1,04), lugar de nacimiento (OR 1,12; IC 95 % 0,96-1,29) y la enfermedad depresiva (OR 1,09; IC 95 % 0,63-1,89), no mostraron asociación significativa en el grupo de personas mayores estudiadas (Tabla 4).
A partir del análisis de regresión logística múltiple se identificó la posible asociación entre los diferentes factores de riesgo y la presencia de demencia. Al incluir en el modelo las variables que se comportaron como tal y fueron significativas estadísticamente, resultantes del análisis univariado o por criterio de expertos, el mayor nivel educacional mostró su efecto protector (OR 0,76, IC 95 % 0,66-0,88) y la fuerte asociación de presentar dos o más enfermedades crónicas (comorbilidad) (OR 7, 90, IC 95 % 6,27-9,94) (Tabla 5).
Discusión
Durante los últimos años ha existido una notable mejoría en la calidad y estilo de vida a nivel mundial, especialmente en Eurasia, América del Norte y Cuba, donde el progresivo envejecimiento poblacional y el incremento de la esperanza de vida caracteriza a muchos países. Esto provoca que el mayor número de casos de demencia aparezca en edades más avanzadas.7,8,9,10,11,12
Por otra parte, durante el envejecimiento sucede un aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles, las más comunes son las enfermedades vasculares como la hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedad cerebrovascular y sus factores de riesgo, que constituyen a su vez, factores de riesgo para el desarrollo de las demencias.1,3
En el ámbito internacional y nacional existen investigaciones en las cuales la prevalencia de demencia en el grupo de edad de más de 80 años resultó ser similar a la encontrada en el presente estudio.9,11,13,14
Al igual que en la bibliografía revisada, la enfermedad tuvo una mayor prevalencia en el género femenino con respecto al masculino.9,10,14 Se consideran como posibles causas el menor nivel educacional alcanzado por las mujeres en épocas pasadas, ya sea por dedicarse fundamentalmente al cuidado del hogar y la familia o por el alto grado de discriminación hacia las féminas que existe en diversos países del mundo,14,15,16,17 el mayor número de mujeres que hombres que sobrepasan los 65 años15,17 y el déficit de estrógenos en las mujeres durante la menopausia, entre otras.17,18
En nuestros resultados, se obtuvo que las personas mayores que no tenían vínculo conyugal estuvieron más afectadas por demencia que las que si lo tenían, este es un resultado similar a lo evidenciado por diversos autores.10,19 Estos coinciden en afirmar que un estilo de vida activo y socialmente integrado, así como la práctica de actividades de ocio, puede proteger a las personas mayores de desarrollar demencia o retrasar su aparición, estilo de vida generalmente asociado a aquellas personas que mantienen vínculo conyugal.10,19
La prevalencia de demencia fue mayor en aquellas personas que tuvieron un nivel de escolaridad bajo, resultado que coincide con los estudios epidemiológicos poblacionales revisados.7,8,20,21Ashby-Mitchell y otros en uno de sus estudios llegaron a la conclusión que las personas con bajo nivel de escolaridad están más expuestas a una serie de características de riesgo y condiciones sociales adversas como nivel socioeconómico, nutrición, coeficiente de inteligencia, salud y estilos de vida, que reducirían el fenómeno de plasticidad neuronal que protege contra el desarrollo de demencia.21
La tasa de prevalencia de las personas mayores que nacieron en zonas rurales fue el doble que el de las nacidas en zonas urbanas. Resultados similares se han encontrado en estudios sobre prevalencia de demencia en China, Hong Kong y Taiwán.10,19 Basado en estos resultados, se consideraron distintas hipótesis para explicar la disminución de la demencia en zonas urbanas con mayor índice de desarrollo socioeconómico y cultural y por consiguiente, mejoría en el control de los factores de riesgo cardiovasculares, un mayor nivel educativo, cambios en los estilos de vida, caracterizados por un mayor nivel de actividad física, adopción de dietas más saludables y abandono de hábitos tóxicos como el tabaquismo.10,19
Se han reportado estudios realizados en China y Australia con resultados de prevalencia de demencia inferiores a los obtenidos en este estudio según la presencia de enfermedad depresiva.19,21
Sin embargo, Sharifi y otros en Irán,13 obtuvieron una prevalencia de demencia en personas mayores con enfermedad depresiva de 53,6 %, cifra que supera las encontradas en este estudio.
Como se trata de un estudio de corte transversal, la relación reportada entre depresión y demencia, pudiera estar en relación con causalidad inversa. Como es conocido se ha reportado que la depresión puede ser un síntoma inicial o formar parte de los síntomas psicológicos y conductuales en la demencia, o constituir un factor de riesgo o ser una causa de seudodemencia.1,3
A diferencia de esta investigación en la mayoría de las publicaciones se estudiaron los factores de riesgo de demencia como variables independientes, particularmente la enfermedad cardiovascular y sus factores de riesgo como: diabetes, hipertensión, trastornos lipídicos, obesidad y hábito de fumar.8,17,19,21,22 Evidencias epidemiológicas, biológicas y sociales apoyan la hipótesis de que los factores de riesgo operan durante toda la vida actuando no solo de forma independiente, sino también acumulativa e interactiva para causar la enfermedad.1,3 En la bibliografía revisada solo se encontró un estudio irlandés que evaluó la prevalencia de demencia según comorbilidad, en él se obtuvieron resultados similares al encontrado en el presente trabajo, donde la tasa de prevalencia de demencia en personas mayores que presentaron comorbilidad fue casi cinco veces mayor que la de las personas mayores sin comorbilidad.23
Con el análisis de la regresión logística (análisis univariado), los resultados del presente estudio difieren de lo hallado en la bibliografía revisada. En esta se ha encontrado asociación entre las variables sexo, lugar de nacimiento y depresión con la aparición de demencia en personas mayores, ya que la mayoría de los estudios revisados revelan una fuerte asociación entre el sexo y la demencia. El sexo femenino es un factor de riesgo de demencia estadísticamente significativo, especialmente en aquellas con un menor nivel educativo y/o desventajas sociales como el nivel socioeconómico/ocupación.8,17 En el presente estudio quizás no se evidenció dicha relación por las mejores condiciones socioeconómico, culturales y de igualdad de género existentes en el país después del Triunfo de la Revolución.1,3
En cuanto al lugar de nacimiento, estudios realizados en China mostraron un mayor riesgo de demencia en las personas mayores que vivían en áreas rurales.19 Las diferencias encontradas en este estudio pueden deberse al lugar de estudio (ciudad), la gran mayoría de las personas mayores nacidas en zonas rurales viven desde hace casi más de 60 años.
Estudios recientes hallaron asociación entre la depresión en personas mayores y la demencia.21 Esto refirieron la utilidad de ayudar a las personas mayores a desarrollar una perspectiva positiva y mejorar su confianza para retardar el progreso de demencia. La existencia de un programa priorizado de salud en nuestro país dirigido entre otros aspectos a la atención y cuidado de la salud mental de nuestros mayores pudiera ser la causa del resultado encontrado en este estudio.
Así mismo, analizando los resultados por medio de la regresión logística múltiple, al igual que en el presente trabajo, diversos autores encontraron un mayor nivel educacional como un factor protector para desarrollar demencia.8,9,21 Esta variable proporciona un mayor coeficiente de inteligencia, incrementa la reserva cognitiva e induce neuroprotección.1,3
En cuanto a la comorbilidad solamente fue encontrado un estudio que relacionara la presencia de dos o más enfermedades crónicas con demencia,23 en este su presencia fue hallada como factor de riesgo de demencia.
Las variables sexo y estado marital han sido relacionadas en otras investigaciones como factores de riesgo para padecer demencia en personas mayores,8,10,17,19 no así en la población estudiada. Esto evidencia una escasa influencia de dichas variables sobre la aparición de demencia en dicha población.
Con esta investigación se propuso conocer la prevalencia y los factores de riesgo que influyeron en la aparición de demencia en personas mayores de 80 años o más en provincia La Habana, lo cual se cumplió. Sin embargo, estos resultados no pueden generalizarse a toda la población cubana de 80 años o más; aun así, la metodología utilizada sería útil aplicarla en una muestra mucho mayor que facilite llegar a conclusiones más relevantes.
Se puede evidenciar que existió una alta prevalencia alta prevalencia de demencia en personas mayores de 80 años o más residentes en La Habana durante el periodo 2003-2007. La comorbilidad resultó ser el factor de riesgo para padecer demencia, mientras un mayor nivel educacional se comportó como factor protector.