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Revista Cubana de Pediatría
versión On-line ISSN 1561-3119
Rev Cubana Pediatr v.67 n.3 Ciudad de la Habana dic. 1995
ACTUALIZACION DE TEMAS
Hospital Pediátrico Docente "William Soler"Las sorderas hereditarias: Algunos apuntes necesarios
Dra. Ibis Menéndez Alejo1- Especialista de II Grado en Genética Clínica. Instructora de Genética. Investigadora Agregada. Departamento de Genética Clínica. Hospital Pediátrico Docente "William Soler".
RESUMEN
Las sorderas congénitas severas tienen una incidencia de 4 a 8 por 1 000 nacidos vivos. El 50 % de éstas son por causas genéticas. La genética molecular abre un camino nuevo para la interpretación, diagnóstico y prevención de las sorderas hereditarias. La localización de genes en sorderas hereditarias no sindrómicas, está muy relacionada con los avances tecnológicos que se han producido, pero depende en particular, de la identificación de familias numerosas cuyos miembros estén debidamente estudiados desde el punto de vista clínico, audiológico y genético. Para ello resulta imprescindible que el audiólogo posea conocimientos básicos de genética, el genetista conocimientos básicos de dicha especialidad y el médico de la familia esté advertido del papel crucial que desempeña la genética en estos cuadros.Palabras clave: SORDERA/congénita; SORDERA/clasificación; GENETICA BIOQUIMICA.
INTRODUCCION
Desde hace algunos años los audiólogos y genetistas del Hospital Pediátrico Docente "William Soler" constituye ron un grupo para la atención del niño audiodisminuido de causa genética, probablemente genética y/o no precisa da. Inicialmente se atendieron con mayor frecuencia aquellos pacientes con sordera infantil asociada con otros defectos orgánicos que resultaban claramente perceptibles al examinador, es decir, las sorderas sindrómicas y esto no debe parecer extraño, porque a la genética suelen asociarla solamente con malformaciones.La pérdida auditiva es síntoma de más de 100 síndromes monogénicos bien delineados y de otros cuya causa no ha sido aún establecida.1,2 Ellas constituyen aproximadamente el 30 % de las sorderas determinadas genéticamente. La clasificación que aparece a continuación, aunque general, resulta útil:
- Sordera con malformación cráneo facial o cervical.
- Sordera con displasia esquelética.
- Sordera con anomalías de piel.
- Sordera con anomalías oculares.
- Sorderas y enfermedades neurológicas.
- Sordera y disfunción renal.
- Sorderas y enfermedades metabólicas.
- Otras.
Dada la gran heterogeneidad de dichos trastornos son posibles varias clasificaciones de éstos:
A)Según causas:
- Genética.
- Ambiental.
- No precisada.
- Perceptivas o neurosensoriales.
- Conductivas.
- Mixtas.
- Ligera (audición entre 15 a 40 db Hl).
- Moderada (audición entre 41 a 60 db Hl).
- Severa (audición entre 61 a 80 db Hl).
- Profunda (más de 81 db Hl).
- Unilateral.
- Bilateral.
Lamentablemente muchas son las personas que están poco informadas en lo que se refiere al origen de sus problemas auditivos y/o de sus familiares y esto pudiéramos ilustrarlo con numerosísimos ejemplos de la práctica diaria.
Tal es el caso de una pareja asintomática pero ambos con antecedentes familiares de sordera profunda prelinguística en los primos y que tuvieron una hija también sordomuda. La confección de un sencillo árbol genealógico en una de las consultas de Asesoramiento Genético preconcepcional que se oferta en el municipio del cual proceden, los hubiera alertado sobre los riesgos de recurrencia.
Otra experiencia de este tipo fue la que se verificó al comprobar que en algunos pacientes no fue precisamente el ambiente la causa de la pérdida auditiva, como se había registrado, pues posteriormente por el interrogatorio y en el examen físico se pudo demostrar el carácter familiar de la afección. Por lo que aconsejamos descartar siempre la causa genética ante cualquier paciente con afectación bilateral, severa o profunda de la audición aún cuando existan antecedentes ambientales de interés, como insulto perinatal, terapéutica con ototóxicos, meningoencefalitis, y otros, pues en algunos casos estos factores suelen enmascarar el verdadero origen de estos cuadros.
El 75 % de estas sorderas hereditarias no sindrómicas son autosómicas recesivas; del 10 al 20 % son autosómicas dominantes y del 2 al 3 % ligadas al cromosoma X.1,3,4 Se considera que con excepción de la otoesclerosis,7,8 aún quedan por identificar aspectos etiológicos importantes para realizar la clasificación genética de algunas sorderas puras que aparecen más tardíamente.1
Las sorderas no sindrómicas autosómicas recesivas son las más severas, de comienzo prelingüístico y extremada mente heterogéneas desde el punto de vista causal. Hace más de 30 años Morton (1960) calculó matemáticamente que el 16 % de la población sana era portadora de un gen para la sordomudez.9 Se dice que pudieran estar implica dos 5 ó 6 genes diferentes.2
Como ocurre con todas las sorderas puras no pueden ser reconocidas con certeza al nivel fenotípico y todo intento para identificar portadores por medio de estudios audiométricos han resultado infructuosos10 o en mi opinión con resultados poco precisos.11 En países árabes y en comunidades aisladas donde son tan frecuentes los matrimonios consanguíneos, se han reportado numerosas familias con sorderas recesivas.12 por lo que este antecedente recogido durante la anamnesis puede ser un fuerte indicio de que la pérdida auditiva sea hereditaria.
Las sorderas hereditarias no sindrómicas autosómicas dominantes suelen ser de comienzo poslingüístico, frecuentemente progresivas y con gran variabilidad en su expresión. Tenemos una familia con este patrón de herencia con algunos miembros afectados con sordera profunda bilateral de comienzo prelingüístico y otros con hipoacusia unilateral profunda. La reportada por León et al, era muy extensa e interesan te y su origen se remontó a 1774.13
Las sorderas no sindrómicas ligadas al cromosoma X se han clasificado en 4 tipos fundamentales8
- Sordera congénita neurosensorial (McKusick No.30450).
- Sordera progresiva neurosensorial (McKusick No.30470).
- Sordera neurosensorial de tono alto (McKusick No.30460).
- Sordera neurosensorial y conductiva mixta (McKusick No.30440).
De todo lo anteriormente se deduce que el Asesoramiento Genético en las sorderas no sindrómicas debe basarse en el diagnóstico preciso del tipo de sordera en cada familia, sustentado por la práctica de una anamnesis detallada, examen físico minucioso del propositus y de los demás miembros de ésta, la confección del árbol genealógico, la realización de todas las investigaciones indicadas que pueden hasta incluir evaluaciones psicométricas, estudios cromosómicos, hormonales y tomografía axial computadorizada.15
Mucho se ha hablado acerca del impacto económico ocasionado por la pérdida auditiva,16 por lo que se hace cada vez más necesario que la prevención no sólo resida en el tratamiento temprano, sino también en la posibilidad de establecer el diagnóstico prenatal.
Como las audiodisminuciones de causa ambiental se están haciendo cada vez más raras,16 resulta cada vez más necesario concentrar la atención en las sorderas hereditarias y sus causas. Un gran número de sorderas sindrómicas han sido mapeadas,17 sin embargo, no ha ocurrido así con las no sindrómicas. Las más estudiadas desde el punto de vista molecular son las sorderas prelingüísticas ligadas al cromosoma X, en las que también se ha demostrado la heterogeneidad genética.15,18-20
Hasta donde conocemos sólo en una familia se ha mapeado al cromosoma 5q31 el gen para una forma dominante autosómica de sordera no sindrómica.13 Guilford, et al. lo hicieron en el brazo largo del cromosoma 13 (13q12) en 2 familias no relacionadas con sorderas autosómica recesiva.21
Es indiscutible que la genética molecular abre un camino nuevo para la interpretación, diagnóstico y prevención de las sorderas hereditarias, pero éste es largo, costoso y arduo. Son varias las causas que dificultan este tipo de estudio, como son la complejidad diagnóstica de la pérdida auditiva, la heterogeneidad genética, la elevada frecuencia de los apareamientos entre los individuos con sordera profunda, fenómenos epigenéticos y aspectos éticos ya señalados por otros autores.22
El éxito en esta fase de mapeo o localización de genes en sorderas hereditarias no sindrómicas está muy relacionado con los avances tecnológicos que se han producido,21 pero dependen en particular, de la identificación de familias numerosas cuyos miembros estén debidamente estudiados desde el punto de vista clínico, audiológico y genético, y en las que ha sido posible establecer el modo de herencia que las determina.
Por ello resulta imprescindible que el audiólogo posea conocimientos básicos de genética, el genetista conocimientos básicos de dicha especialidad y el médico de la familia esté advertido del papel crucial que desempeña la genética en estos cuadros. Sólo así podrán reconocerse y registrarse familias adecuadas para cuando sea posible introducir este tipo de estudio en nuestro medio.
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Dra. Ibis Menéndez Alejo. Departamento de Genética Clínica. Hospital Pediátrico Docente "William Soler", San Francisco 10112, Altahabana, Ciudad de La Habana, Cuba.