Estimada editora:
La calidad diagnóstica es el resultado de integrar el conocimiento médico con el reconocimiento de los errores clínicos, acción que se alcanza con la identificación de las causas de muerte. Es la relación clínico-patológica, establecida mediante la autopsia, la herramienta principal para dicha integración. La autopsia clínica constituye uno de los más antiguos instrumentos de investigación médica y se considera el patrón ideal en la determinación de las causas de defunción. Además, supone un indicador de calidad y un excelente instrumento docente.1,2
Dicho examen aporta información valiosa para completar o confirmar diagnósticos, proporciona explicaciones fisiopatológicas de los procesos que conducen al fallecimiento, detecta hallazgos no identificados de manera previa y garantiza la información más objetiva a las familias. Debido a ello, el análisis de la mortalidad hospitalaria no puede verse desligado de la realización de este proceder.3
La evaluación de la calidad del trabajo de un hospital depende de forma fundamental de la eficacia en la recogida de la información, de modo tal que los diagnósticos clínicos se recojan señalando lo más fidedignamente posible el real pensamiento médico y que los diagnósticos posmortem sean lo más precisos posible.4
La tendencia mundial en las últimas décadas del siglo xx muestra una notoria disminución en el empleo de la autopsia clínica, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo. En la especialidad de pediatría y neonatología esta situación se incrementa. Existen diferentes razones que intentan explicarla, entre las más frecuentes se cuentan la existencia de avances tecnológicos que garantizan disponer de un diagnóstico premortem certero, el costo económico elevado, la pérdida de interés por parte del equipo médico para realizarla, la dificultad para obtener el consentimiento de los padres o familiares cercanos y el temor a las demandas judiciales por mala práctica médica.2
Cuba es considerada uno de los países con mayor índice de autopsia realizadas en adultos a nivel mundial. Las discrepancias entre las causas directa y básica de muerte se manifiestan en una de cada cuatro autopsias realizadas. Esta situación no se registra de manera similar en los menores de 18 años.5,6
La autopsia clínica en pediatría y perinatología es un arma fundamental para la valoración cualificada y exhaustiva de la atención médica. A través de ella se adquieren experiencias que repercuten en mejores resultados asistenciales, que se exhibirán como mejores indicadores en la tasa de mortalidad infantil.7 Aunque el contexto no es crítico, los índices de autopsia en algunos hospitales pediátricos disminuye, con lo cual la calidad también se afecta.1,5,7
Esclarecer los diagnósticos de fallecimiento es de gran importancia tanto para el equipo médico como para la familia del paciente, en mayor medida cuando el fallecido es menor de edad.2 Por ende, el establecimiento de la correlación clínico-patológica mediante la autopsia debe considerarse parte integral de la evaluación médica en el paciente pediátrico.
La Revista Cubana de Pediatría (RCP) como órgano oficial de la Sociedad Cubana de Pediatría constituye el medio idóneo para la divulgación de este tipo de resultados. Sin embargo, existe un escaso porcentaje de artículos publicados sobre esta temática en ella.
En una revisión realizada en esta revista (Open Journal Systems) solo se recuperaron dos investigaciones4,7 que identifican la correlación de causas de muerte en edades pediátricas utilizando la escala cubana del Sistema Automatizado de Registro y Control en Anatomía Patológica (SARCAP).6
Ambos estudios,4,7 constituyen una secuencia de casos fallecidos en el periodo comprendido entre de enero de 1990 a diciembre de 2015, en el Hospital Pediátrico Universitario “Juan Manuel Márquez’’ de La Habana para identificar discrepancias entre las causas de muerte y la autopsia clínica. La muestra utilizada incluyó 994 autopsias sin contener los fallecidos menores de 29 días de nacidos.
Como se pudo comprobar, en la RCP es escasa la evidencia científica que trata sobre la utilidad de la autopsia en los niños fallecidos en hospitales cubanos, lo cual puede relacionarse con diversos factores entre los cuales destacan; el bajo índice de realización de autopsias clínicas y ser un tema de escaso interés investigativo para los autores. Los avances alcanzados por la salud pública cubana referidos a la mortalidad infantil también pueden estar en concordancia con esta situación.
En el resto de las revistas médicas nacionales tampoco constan muchos resultados sobre este tópico y solo destacan dos artículos.3,8 El primero, 8) estudia 363 casos autopsiados en el Hospital Militar “Dr. Luis Díaz Soto”, desde su inauguración en 1962 hasta el 2011, a través del empleo del SARCAP, no se estudian a los menores de 29 días de nacidos.
El segundo se realizó en el hospital pediátrico de la provincia Cienfuegos,3 en el los autores determinan la calidad de los diagnósticos clínicos mediante el establecimiento de la discrepancia anatomo-patológica con el método de Goldman modificado por Battle. En la muestra se estudiaron 36 fallecidos a partir del año 2013 hasta 2015 sin especificar en ella los menores de 29 días.
Lo anterior justifica que las investigaciones, ya de por si escasas, no deben reducirse a una sola institución de salud. También es importante ampliar las investigaciones en neonatología e integrar a los menores de 29 días de nacido en las muestras de estudio.
La RCP en su afán de satisfacer la necesidad de información para los profesionales relacionados con esta especialidad puede contribuir al aumento de la producción científica acerca del tema, sin embargo, es responsabilidad de los investigadores entender la necesidad y la importancia que encierra el profundizar en esta área del conocimiento; pues de esa manera se aumentará, aún más, los indicadores de calidad de la atención médica brindada a la población pediátrica cubana.