INTRODUCCIÓN
Los riñones fetales pueden ser identificados en su localización para vertebral a partir de las 15 semanas de gestación, aunque su visualización se hace bien evidente a partir de las 20 semanas. Con la introducción de la ultrasonografía transvaginal pueden ser visualizados a partir de las 12 semanas de gestación.
Los quistes renales simples (QRS) son poco frecuentes en recién nacidos, niños y adolescentes.1) Suelen ser únicos, y ocasionalmente múltiples, con prevalencia similar en ambos sexos y entre ambos riñones. Se presentan con mayor frecuencia en el polo superior del riñón, sin comunicación de la cavidad del quiste con la pelvis renal y con el resto del riñón, de aspecto normal. Pueden ser de origen cortical o medular. No existen evidencias de riesgo familiar.1,2,3,4
El diagnóstico del quiste renal simple suele hacerse, con mayor frecuencia, en embarazos avanzados (tercer trimestre) y no se relaciona con eventos obstétricos precedentes.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Se presenta el caso, previo consentimiento de la pareja para su descripción y la información de los resultados de las ecografías prenatales.
Gestante de 27 años de edad, color de piel mestiza, con antecedentes de salud, fumadora aún en el embarazo pero sin antecedentes de ingestión de medicamentos o bebidas alcohólicas, lo cual incluye la no ingestión de ácido fólico preconcepcional, soltera (unión consensual), sin hijos ni abortos previos, a la cual se le realizó captación precoz del embarazo a las 10 semanas.
El primer ultrasonido de genética se efectuó en la semana 12, donde se mostró un feto sin alteraciones morfológicas. La paciente fue calificada como bajo riesgo genético.
Se realizó alfafetoproteína (AFP), según lo establece el programa de genética cubano, a las 16 semanas y se recibió resultado normal (0.87 MoM) a las 18 semanas.
A las 22 semanas se le realizó el ultrasonido de pilotaje o programa dando cumplimiento al Programa de Genética para la Detección Prenatal de Defectos Congénitos, con un equipo MEDISON de nacionalidad japonesa, en la escala de grises, en tiempo real, cuyo resultado fue normal. Esto incluyó la valoración del sistema genitourinario, con igual resultado en el ultrasonido de genética del 3er trimestre realizado a las 29 semanas de gestación.
A las 36 semanas se le realizó el ultrasonido para determinar el estimado de peso fetal. Se observó una tumoración redondeada con ausencia de ecos en su interior (ecolúcida) de aproximadamente 20 mm de diámetro y en el riñón derecho (RD), un corte sagital y hacia el polo superior, con reforzamiento de ecos en su pared distal (Fig. 1). Esto se corroboró en un corte transversal del abdomen fetal con la visualización da ambos riñones (Fig. 2), todo lo anterior nos hizo pensar que estábamos ante el diagnóstico presuntivo de un quiste renal simple del RD. No se precisaron otras alteraciones morfológicas.
Con este hallazgo, la pareja fue remitida al servicio municipal de Genética Médica en el municipio Playa, La Habana, Cuba donde se realizó una ecografía confirmativa, además de recibir asesoramiento genético por el equipo multidisciplinario de dicha consulta, la pareja continuar con el embarazo dado el buen pronóstico con que cursan estos casos y no tener otro defecto genético asociado.
El nacimiento se produjo a través de parto transpelviano de recién nacido masculino con peso 3 200 g, al cual se le realizó ecografía posnatal en la que se confirmó el diagnóstico de QRS del RD, no hubo compromiso para la vida del neonato. Se orientó seguimiento con ecografías y valoración por especialistas de Genética y Nefrología.
DISCUSIÓN
La literatura revisada no recoge anomalías asociadas, frecuentemente, con los quistes renales verdaderos, aunque se han descrito casos aislados junto a: displasia quística, riñón poliquístico, síndrome de Meckel y con anomalías cromosómicas.1,2,3,4,5
Debe realizarse el diagnóstico diferencial con otros tumores renales los cuales son raros, constituyendo el Nefroma Mesonéfrico (tumor de Bolande) la neoplasia renal congénita más común. Es un hamartoma solitario con un curso generalmente benigno. Ultrasonográficamente se trata de una masa única, grande, predominantemente sólida, retroperitoneal y no separable del riñón adyacente con cápsula no bien definida pudiendo contener áreas quísticas. Se asocia a polihidramnios desconociéndose la fisiopatología del mismo.1
Por otro lado, también debe tenerse presente la Patología Quística Renal la cual comprende diversas entidades que tienen como denominador común la presencia de quistes de tamaño variable, con características en su eco estructura propias o comunes a un grupo de ellas.2,3,4,5
Muchos de los fetos con quistes renales tienen un riñón multiquístico o una uropatía obstructiva que resulta en una displasia renal quística. Sin embargo, existen otros síndromes y enfermedades que producen quistes renales, por lo que su detección lleva al sonografista a la búsqueda de otras anomalías asociadas, especialmente en ausencia de hallazgos que indiquen una uropatía obstructiva.6,7
Conclusiones
Los quistes renales simples constituyen malformaciones congénitas poco frecuentes, de buen pronóstico y en los que no existen evidencias de riesgo familiar; no obstante, el diagnóstico prenatal y el asesoramiento genético que reciba la pareja contribuirá a una mejor preparación de la misma después del nacimiento.