INTRODUCCIÓN
La educación universitaria ha sido considerada como el proceso de trasmisión de conocimientos especializados, capacidades y destrezas sociales útiles, relacionadas con una profesión. Su objetivo es promover el dominio técnico-instrumental de una disciplina, lo cual debe ser certificado mediante un título que testifique la adquisición de habilidades para utilizar lo aprendido.1
Para efectuar esta misión, el currículo debe ser sometido a una evaluación, la cual ha sido realizada desde hace años por quienes se han encontrado en posición de poder, autoridad o superioridad sobre las personas evaluadas. En el mundo académico, por lo tanto, son los docentes los que han cumplido esta función. La falta de madurez y la participación poco apropiada de los estudiantes en los procesos de evaluación, han sido las principales razones esbozadas.2
Desde este punto de vista, todo proceso de evaluación curricular debe considerar la opinión de sus principales actores, los estudiantes (quienes reciben la influencia formadora), sin dejar de lado las impresiones de los otros participantes de la comunidad académica como docentes y personal administrativo, de manera que cada uno aporte información desde su perspectiva. Esta es la única forma de conocer las percepciones de los diferentes miembros y categorías de la carrera y con ello obtener una visión amplia de todo el proceso curricular.3,4
Resulta interesante ver claramente, como los antecedentes históricos y los teóricos de la evaluación curricular difieren ampliamente en la manera de entender qué es y cómo evaluar. Muchos han implementado con mayor o menor fidelidad un modelo conceptual, filosófico e ideológico.
Durante las 2 últimas décadas se han elaborado alrededor de 50 modelos diferentes de evaluación. La proliferación de modelos es una señal de crecimiento y muestra la complejidad de los problemas metodológicos y conceptuales que pueden encontrarse en la evaluación curricular. Este fenómeno se explica desde el punto de vista filosófico si se tiene en cuenta que evaluar es un proceso subjetivo que refleja la realidad objetiva y cada pensador le imprime el sello de la sociedad y el sistema de valores que le ha tocado vivir, mediante un proceso valorativo.5
En la literatura nacional e internacional consultada, se citan heterogéneas propuestas de instrumentos para realizar la evaluación del currículo por los estudiantes, los cuales por lo general identifican una estructura factorial formada por nueve variables como son: pertinencia, objetivos, contenidos de las asignaturas, metodología de enseñanza y evaluación, distribución de actividades de enseñanza-aprendizaje, congruencia interna, distribución del tiempo, equipo docente y cumplimiento de los objetivos propuestos para la disciplina, asignatura o curso.6,7,8,9
Desde la década del 90 del siglo pasado, la educación superior cubana, ha orientado metodológicamente el perfeccionamiento curricular para el tránsito hacia una nueva generación de planes de estudio. Es un proceso orientado a la búsqueda de una mayor pertinencia social de los proyectos curriculares y de fórmulas para encarar el acelerado desarrollo científico técnico, a través de una articulación sistémica entre la formación de pregrado y la de posgrado en todas sus modalidades, para la ampliación, profundización y actualización permanente de la formación profesional.10,11
En el curso académico 2014-2015, se aplicó el plan de estudio D, perfeccionado, en la carrera de medicina de las universidades médicas del país.
Para incrementar la información disponible sobre la evaluación que los estudiantes hacen de su programa formativo, se realizó una investigación con el objetivo de describir los resultados de la evaluación curricular interna o autoevaluación del curso propio de reanimación cardiopulmonar cerebral básica, impartido al primer año académico de la carrera y proponer modificaciones al programa institucional acreditado.
MÉTODOS
Se diseñó una investigación cualitativa y cuantitativa de corte transversal, según las fases propuestas para la evaluación curricular por Salas Perea (12 del curso propio reanimación cardiopulmonar cerebral básica, impartido al primer año académico de la carrera de medicina, en el periodo comprendido de septiembre a diciembre del 2017.
Para evaluar la percepción que los estudiantes tenían del programa de estudio del curso propio, se aplicó aleatoriamente, de forma abierta y anónima, el cuestionario de evaluación del currículo aplicado a estudiantes de fonoaudiología, por Glaría López y otros de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, Chile,13,14 el cual fue adaptado por el autor a los objetivos de la investigación y sometido a criterios de expertos según la metodología Delphi, que certificaron la validez de su contenido y la fiabilidad (anexo).
Los estudiantes respondieron a 38 afirmaciones en relación a distintos aspectos del programa de estudio del curso propio que culminaron (pertinencia, objetivos, contenidos, actividades del proceso docente educativo, la evaluación, distribución del tiempo, recursos, coordinación interna, cumplimiento de objetivos y sobre el equipo docente). Las opciones de respuesta se presentan en formato de frecuencias, a través de una escala tipo Likert: Completamente de acuerdo; Parcialmente de acuerdo; Muy poco de acuerdo, Nada de acuerdo.15
Se encuestaron a 101 estudiantes, elegidos por muestreo no probabilístico por cuotas. Se eliminaron aquellos que presentaban más de un 10 % de respuestas perdidas en los instrumentos, se obtuvo una muestra válida de 95 alumnos.
Se realizó un análisis de la literatura especializada en pregrado, se incluyeron artículos originales, de opinión y de revisión, localizados a través de los motores de búsqueda de revistas científicas nacionales e internacionales, según las palabras clave siguientes: evaluación curricular, evaluación de programas académicos, evaluación del diseño curricular, planeación curricular y crítica a plan de estudios. Se empleó el análisis histórico-lógico, el análisis documental y la sistematización como métodos teóricos a partir de la selección de publicaciones, de los últimos cinco años.
Los resultados cuantitativos fueron introducidos en una base de datos de SPSS v. 15 y el análisis se presenta de forma porcentual.
Sobre los aspectos bioéticos y legales; se solicitó autorización a las autoridades institucionales para el desarrollo del estudio y la participación de los alumnos fue voluntaria.
RESULTADOS
En el análisis integral del programa del curso propio, se constató coherencia entre los componentes del currículo (objetivos, contenidos, enseñanza, aprendizaje, etc.), lo cual permitió afirmar al equipo de investigación, que su construcción se sustentó en el empleo de metodologías adecuadas y de criterios de valoración pertinentes. Además, se verificó que entre contenidos, estrategias y su consistencia con los perfiles profesionales establecidos, había estrecha interrelación y concatenación.
Por otra parte, los contenidos traducen con fidelidad el currículo y las estrategias son coherentes con los contenidos y la finalidad. Los criterios que prevalecen son los de integralidad y coherencia.
Los alumnos evaluados consideraron pertinente la inserción temprana de la temática en el plan de estudio de la carrera y proponen su reevaluación en años posteriores, a su juicio promueve el contacto precoz con los pacientes en parada cardiorrespiratoria en su entorno y permite adquirir las habilidades suficientes para enfrentar apropiadamente esta emergencia médica.
La selección, estructuración y organización de los contenidos temáticos del curso están en concordancia con el sistema de objetivos educacionales establecidos en documentos curriculares precedentes (modelo de actuación, planes de estudio), y según la apreciación del curso por los estudiantes encuestados, se imparten con una sucesión lógica que facilita el aprendizaje a alcanzar por un médico general básico (89; 93,5 %).
Al estimar la existencia de temáticas relevantes para la formación de los médicos en el contenido del curso, se constató que el 77,6 % (74) de los educandos mostró satisfacción y refrendó su acuerdo en relación a la pertinencia y coherencia, con las necesidades de aprendizaje y salud del país.
La percepción de los encuestados en relación a las actividades del proceso docente educativo del curso reveló que los métodos empleados fueron concordantes con los objetivos y contenidos y las necesidades de aprendizaje de los alumnos (80; 84,2 %). Además, admiten que se emplearon variadas e integradas formas de organización de la enseñanza y dinámicas grupales con reflexión profunda de los contenidos y predominio de la participación activa de los educandos en el proceso (86; 90,2 %).
Por otra parte, se reconoció por los alumnos (81; 85,2 %) que el elevado número de estudiantes en los escenarios docentes no permitía enseñar de manera óptima la reanimación cardiopulmonar cerebral básica en escenarios reales como en los servicios de atención al grave, por ello se adoptó como forma más efectiva para la adquisición de habilidades- con la cual se tenían experiencias- la simulación con maniquíes, presentaciones audiovisuales y el trabajo con situaciones problemas. Lo anterior, impuso diseñar una propuesta que resolviera estas dificultades, facilitara utilizar los medios de enseñanza disponibles e integrara un claustro de profesores con la experiencia necesaria en el tema y su enseñanza.
La aplicación del seminario integrador propuesto en la evaluación certificativa del programa del curso emergió como una forma de evaluación final no deseada por muchos estudiantes (62; 65,6 % de los encuestados), pues las habilidades expresadas en el programa ya habían sido evaluadas periódicamente en las preguntas de control durante las conferencias, las actividades prácticas, las clases de taller y las situaciones simuladas en las diferentes estaciones de aprendizaje.
Al realizar un análisis más preciso de los factores de la escala de evaluación de programas, se encontró que los factores distribución del tiempo en el curso y distribución de actividades, fue evaluada de desacuerdo por los estudiantes (81; 85,2 %). Estos resultados obedecen a la sobrecarga académica a que están sometidos los grupos de estudios dada la organización de la malla curricular actual. La dinámica de vida provoca falta de tiempo para reflexionar, para relacionar los contenidos previos y para comprometerse en la resolución de los problemas de los pacientes bajo su cuidado, lo cual influye en la percepción y evaluación que hacen de su programa de formación.
Se disponen de los recursos bibliográficos, el material de apoyo a la docencia (medios audiovisuales, multimedias, presentaciones digitales, etc.) y los espacios físicos para la realización satisfactoria de las actividades del curso según el 63 % (60) de los alumnos evaluados. No obstante, se reportan insatisfacciones por insuficiencias en la calidad del equipamiento técnico e instrumental básico utilizado por el 37 % (35) de los encuestados.
Se comprobó una coordinación institucional e interna entre los docentes que impartieron el curso durante las etapas de preparación, desarrollo y final (64; 67,8 %). El claustro fue integrado por profesores de alta calificación técnico profesional, experiencia docente y adiestramiento previo para impartirlo con la calidad requerida (79; 83,5 %).
En relación con la apreciación del curso por los estudiantes y el cumplimiento de objetivos propuestos, el cuestionario aplicado mostró para la mayoría de las variables de evaluación, una alta satisfacción para con la asignatura, su desarrollo, los contenidos, las clases prácticas y el trabajo de los profesores (93; 98,2 %). Esto pudiera deberse a que los estudiantes se encuentran inmersos en lo concerniente con su futuro desarrollo profesional y, por ende, se pueden percatar que lo aprendido durante el curso les será de utilidad, así como todo lo que se les exigió tenía un fin.
El 93,4 % (89) de los egresados del curso demostraron satisfacción con lo aprendido y el 17,2 % (16) fueron evaluados apropiadamente por los profesores. A juicio del autor pudiera estar en relación con la organización de la malla curricular actual, en la cual los docentes se preocupan por exigir en el aspecto teórico a los alumnos, centrando de esta forma las interacciones en aspectos más academicistas y dejan en un segundo plano los aspectos socio-afectivos del proceso docente educativo, los cuales fueron considerados como más relevantes por los estudiantes. Además, se considera válido, indagar en el currículum oculto y clima académico del equipo docente con mayor profundidad para determinar las causas que explican los resultados obtenidos en este estudio.
Un punto positivo en este análisis, es la percepción por el 70,2 % (67) de los alumnos encuestados sobre el elevado desempeño profesional y las competencias pedagógicas demostradas por el claustro que imparte el curso. Además, se recoge la orientación y desarrollo de consultas docentes individuales para atender necesidades de aprendizaje al 45,7 % (43) de los alumnos participantes.
DISCUSIÓN
Cuba es un país de referencia internacional por sus indicadores sanitarios y la preparación integral del personal que trabaja en el sistema nacional de salud. Uno de los pilares de la calidad formativa descansa en los planes y programas de estudios.16
El análisis que se impone a estos documentos curriculares a tenor con las demandas del sistema nacional de salud y los compromisos internacionalistas, demuestra la evolución científica y el perfeccionamiento continuo del currículo, los métodos y estrategias, su vigencia y actualización constante y contextualizada.17
Tradicionalmente el soporte vital básico a la emergencia médico-quirúrgica se abordaba tangencialmente durante el pregrado, pues se intentaba corregir la deficiencia en su formación con rotaciones por los servicios de urgencia, impartición de cursos optativos/electivos; sin embargo, ello tampoco garantizó la adquisición de estas habilidades en la mayoría de los egresados. Por lo tanto, resulta apremiante redistribuir los conocimientos, habilidades y valores a lograr durante la carrera a años más tempranos del programa de formación, además de dar protagonismo a las actividades prácticas como forma principal en la adquisición de destrezas a partir del empleo de metodologías más auténticas de evaluación.
Dado que los cursos del currículo propio en el plan de estudio D establecen sus objetivos sobre la base de la doble subordinación a los objetivos de la disciplina y a los objetivos del año académico, se orienta que debe enfocar sus objetivos a que los estudiantes logren una vinculación básico-clínica como recurso didáctico en la solución de problemas docentes nuevos, aporte principal de este curso a los modos de actuación profesional. Además, en el desarrollo de habilidades por el estudiante se debe potenciar la capacidad de hacer observación inteligente, que sin lugar a dudas es una herramienta para el aprendizaje y la aplicación efectiva del método clínico.
El contenido habrá de estimular la interpretación y el ejercicio del juicio entre alumnos y profesores, en el que se somete a deliberación el conocimiento que nunca se da por acabado. Supone una concepción amplia y orientadora en la cual se puede intervenir acordando cursos de acción flexibles que permitan aflorar las condiciones de realización y las interpretaciones que el profesor hace sobre este subsistema curricular.
La estabilidad en la que se movían la sociedad y sus problemas, los contenidos de la formación profesional con visiones únicas para ámbitos e individuos diversos y en constante transformación, ha de dejarse atrás para dar paso a un nuevo paradigma de la enseñanza superior.
A contracorriente con el desarrollo histórico del perfeccionamiento curricular, el cual se ha orientado a incrementar la utilización de la atención primaria de salud como escenario de formación, los resultados obtenidos validaron la viabilidad y pertinencia actual del nivel de atención secundaria para la impartición del curso. Lo anterior es concordante con lo reportado por Navarro Machado18 en su investigación y se explica por la ausencia de una infraestructura que diera respuesta a las necesidades del proceso docente educativo como, por ejemplo: disponibilidad de maniquíes de alta fiabilidad, la logística para su transportación por todas las áreas de salud y el necesario y extenso programa de control docente; por tanto, era menos factible, más complejo, costoso y el resultado del proceso docente tendría menor calidad.
Un aspecto fundamental en este proceso de transformación curricular debe ser la intervención movilizadora y proactiva del claustro docente y los estudiantes de la universidad, tendiente a la consolidación de la identidad común del proyecto educativo.
Ahora el estudiante que se forma en las aulas, ya no es un receptor pasivo de conocimientos ajenos a sus intereses, en tanto que el universitario toma decisiones y asume con responsabilidad su propio proceso formativo.
En la actual sociedad tecno globalizada donde impera la tecnología, la informatización y los procesos de virtualización de la enseñanza, el educando es predominantemente interactivo, el currículo se concibe como un proceso y un proyecto en constante transformación y las asignaturas no son patrimonio sino construcciones sociales, se impone una iniciativa de cambio con enfoque holístico y retroalimentador, es decir que su aplicación tenga incidencia en la totalidad de aspectos o componentes del currículo del curso y en las prácticas institucionales.
La evaluación curricular del curso desde la percepción del estudiante contribuyó a la propuesta de modificaciones al programa institucional acreditado para que exprese un compromiso institucional de todos y cada uno de los involucrados. Facilitó, además, que cada alumno se sienta parte de su colectivo docente e institucional, y participe de forma activa en el desarrollo de cada una de las fases de la evaluación curricular desde su programación hasta su implementación.