INTRODUCCIÓN
La preparación militar en sus distintas aristas es, sin duda, uno de los procesos más duros que viven los sujetos que desarrollan labores en pro de la defensa y mantenimiento de la paz de las naciones.1) El objetivo principal de los estándares en cuanto a capacidad física y composición corporal en el ejército, siempre ha sido seleccionar a los individuos más adecuados según su estado físico.2
Por otra parte, la estimación de la composición corporal ha sido también utilizada como una herramienta de control respecto a los estándares óptimos que deben cumplir los soldados para responder a las demandas únicas de la actividad militar.3 Las actividades militares se caracterizan por tener una gran carga física y psicológica, la pobre condición física y composición corporal en estas circunstancias puede tener efectos negativos en el rendimiento militar.4) La estimación de la composición corporal a través de técnicas antropométricas es recurrente en la evaluación de los soldados de las fuerzas armadas, permite el control de diversas variables, recalca la importancia de la apariencia física, tamaño del cuerpo, composición corporal y su relación con el rendimiento físico.5,6
El ingreso de adultos jóvenes al servicio militar ha sido descrito como un factor decisivo a la hora de influir en cambios positivos en la composición corporal; tiene una relación con el aumento de la actividad física y disminución de factores de riesgo como el sobrepeso y la obesidad.7 Sin embargo, a pesar de estos cambios positivos en la condición física y composición corporal en los conscriptos, la población militar es heterogénea y cumple una gran cantidad de funciones, que pueden ir desde actividades de carácter sedentario, como trabajos físicos continuos, lo cual varía drásticamente en los requerimientos energéticos.8
Por ello, determinar y realizar seguimiento a los cambios en la morfología corporal a partir de las variables antropométricas se convierte en un proceso necesario en la valoración del militar. Esto permite establecer comparaciones entre periodos de formación, determinar la evolución de grupos, según grados militares, especialidades y formación en armas; de tal forma que logre optimizar el rendimiento individual y/o colectivo, con el fin de plantear programas de entrenamiento militar que maximicen las posibilidades de conseguir éxitos en los campos estratégicos, tácticos y de combate en la fuerza.9
Esta investigación fue realizada utilizando la metodología antropométrica pentacompartimental, debido principalmente a que es una herramienta de bajo costo, accesible, reproductible y que bien utilizada, teniendo en consideración que la experiencia del evaluador es de vital importancia para una obtención de datos confiable, entrega información relevante.
La antropometría y la impedancia bioeléctrica ganan importancia debido a su sencillez, seguridad, facilidad de interpretación y bajas restricciones culturales.10 Además, estos métodos presentan mejor aplicación práctica y menor coste financiero, lo cual permite su empleo en investigaciones y estudios epidemiológicos.11) Esta metodología ha sido aplicada en diversas poblaciones, permitiendo tener referencias a nivel mundial. Lo anterior también ha posibilitado el diseño de equipamiento y material bélico. Asimismo, la antropometría en el mundo militar, permite diseñar de mejor forma, los entornos de trabajo, las herramientas y el equipo en base a información antropométricamente actualizada.12) La información antropométrica de poblaciones militares específicas, también permite prevenir complicaciones asociadas a problemas ergonómicos y facilitar el diseño de la generación e implementación adecuada, en maquinaria militar, armas y equipamiento específico, para buscar el mejor rendimiento de los soldados.13
Conocer de forma completa la composición corporal de la población militar que cumple distintas funciones, permite identificar variables que deben ser objeto de intervención para mantener a sus participantes en la mejor forma física, preparados para las demandas únicas del ámbito militar.1
El objetivo de este estudio fue describir y comparar la composición corporal, el somatotipo y determinar la relevancia que puede tener la clasificación de este tipo de población en base al índice de masa corporal.
MÉTODOS
Fueron evaluados 83 sujetos militares, de género masculino, que aceptaron el procedimiento y firmaron el consentimiento informado, pertenecientes a un regimiento de Chile. La muestra fue dividida en 2 grupos, utilizando el criterio de su situación de ingreso, que correspondió a sujetos soldados que ingresan a cumplir servicio militar, durante un año. Este grupo estuvo compuesto por 27 soldados conscriptos (SLC), con edad promedio de 18,91 ± 1,76. El segundo grupo estuvo formado por 56 militares del cuadro permanente (PCP), con edad promedio de 33,83 ± 7,96 años, con promedio de 16 ± 7,96 años en la institución. Estos últimos que ingresan por la vía de selección para carrera profesional. Los sujetos son físicamente activos y realizan una preparación física militar obligatoria mínima de 2 veces por semana, que contempla actividad de intensidad moderada a vigorosa con una duración aproximada de 180 minutos semanales.
Las evaluaciones fueron realizadas en la ubicación del regimiento, a primera hora del día y luego del vaciado urinario. Con el fin de garantizar la homogeneidad de los datos, la recogida fue realizada por un único evaluador, con vasta experiencia en evaluación antropométrica. Todos los participantes firmaron un consentimiento informado y se siguieron las normas establecidas en la declaración de Helsinki.
La evaluación antropométrica se realizó bajo el protocolo de marcaje de la International Society for the Advancement of Kineantropometry (ISAK) para el procedimiento de medición de 25 variables perfil restringido descrito por Drinkwater14 y Norton y otros.15 Para la determinación de la composición corporal, se consideró el tejido adiposo, muscular, óseo, residual y piel, utilizando las ecuaciones propuestas por Kerr.16 Se determinó la forma corporal de los sujetos a través del método del somatotipo de Carter.17,18 Las evaluaciones fueron realizadas por antropometrista certificado de nivel II de ISAK.
Para la determinación del somatotipo y la composición corporal, se evaluaron las variables de peso corporal mediante una balanza electrónica de precisión marca Jadever Modelo JWI 3000, con sensibilidad entre 150 kg y 20 g. La estatura de pie y la estatura sentado se obtuvieron utilizando un estadiómetro marca Seca. Se utilizó un cajón antropométrico de madera de 40 cm de alto para la talla sentado. Se evaluaron los pliegues con un calibre de pliegues Harpenden, con sensibilidad de 0,2 mm abertura máxima de 80 mm y presión en la superficie de las puntas de 10 g/mm2. Los perímetros, en total 10, se determinaron con una cinta antropométrica metálica flexible y no extensible (Lufkin® W606PM, México). En la evaluación de los diámetros corporales, se utilizó un calibre deslizante grande y otro pequeño (Health & Performance®, Chile). Todos los equipos antropométricos fueron previamente calibrados de acuerdo con las recomendaciones de la ISAK.19 Los datos fueron recolectados en una planilla de Excel 2016, Microsoft Office®.
Para la descripción de las variables del estudio representadas en las tablas, se utilizaron los estadísticos media y desviación estándar (±), mínimo y máximo. En la descripción de las figuras fueron utilizadas frecuencias relativas y absolutas. Se utilizó el coeficiente de correlación de Pearson(r) y coeficiente de determinación (r²) para la determinación de relaciones entre el índice de masa corporal y la suma de 6 pliegues, los kilogramos de tejido adiposo y tejido muscular. Se utilizó la prueba de Kolmogorov Smirnov (n > 50) para determinar la normalidad de los datos, se encontró una distribución normal en las variables peso, estatura, IMC (índice de masa corporal), % de tejido adiposo, % de tejido óseo, endomorfismo y mesomorfismo. En base a esto se utilizó estadística paramétrica con la prueba estadística T-Student para muestras independientes. En cuanto a las variables ∑6 pliegues, tejido muscular en % y en (kg), tejido óseo (kg), tejido adiposo (kg) y ectomorfía, se encontró una distribución no normal, en base a esto se utilizó estadística no paramétrica con la prueba U de Mann-Whitney para diferencias significativas con un p < 0,05 y de esa forma determinar diferencias entre los grupos. Para el análisis de los resultados se utilizaron los softwares Excel® 2016 para Windows, SPSS® versión 22,0, para Windows y el Software Somatotipo (Somatotype) Cálculo y Análisis® versión 1.1 (San Diego, CA, EE.UU.). Para determinar la significancia estadística se consideró un nivel de confianza del 95 % (p < 0,05).
RESULTADOS
En la tabla 1 se presentan los resultados de las variables básicas y las variables para cada pliegue, perímetro y diámetro de los sujetos militares, distribuidos por situación contractual, se muestran la media, desviación estándar y nivel de significancia. Se encontraron mayores valores de peso, IMC y ∑6 pliegues en el personal del cuadro permanente, se obtuvieron diferencias significativas p < 0,000, p < 0,000 y p < 0,000 respectivamente.
En la tabla 2 se resumen los resultados de los componentes de la composición corporal y el somatotipo. Se encontraron diferencias significativas en tejido adiposo p < 0,000, tejido muscular p < 0,000, tejido óseo p < 0,042, tejido piel p < 0,000 y tejido residual p < 0,000. En cuanto al somatotipo se encontraron diferencias significativas en todos los componentes p < 0,000.
La figura 1A representa la dispersión de los somato puntos de los sujetos de estudio, distribuidos por situación contractual soldado conscripto (SLC) y personal del cuadro permanente (PCP); la figura 1B , el somatotipo medio de ambos grupos; la figura 1C, el porcentaje de distribución del somatotipo correspondiente a los soldados conscriptos.
Se evidencia la distribución de los sujetos de la siguiente forma: 4 % en la zona meso-endomorfo, 11 % en la zona mesomorfo-endomorfo, 33 % en la zona endo-mesomorfo, 22 % en la zona mesomorfo-balanceado, 22 % en la zona ecto-mesomorfo, 4 % en la zona meso-ectomórfico y un 4 % en la zona ectomorfo-balanceado.
La figura 1D muestra el porcentaje de distribución del somatotipo correspondiente al personal del cuadro permanente, los sujetos se distribuyeron en un 21 % en la zona meso-endomorfo, 21 % en la zona mesomorfo-endomorfo, 50 % en la zona endo-mesormorfo, 5 % en la zona mesomorfo-balanceado y un 2 % en la zona ecto-mesomorfo.
La figura 2 muestra la correlación de Pearson, para los componentes del tejido adiposo y tejido muscular en relación al IMC. En la figura 2A se evidencia una correlación significativa, de r = 0,73 y un r2 = 0,53 entre los valores de IMC y el componente del tejido muscular en kilogramos. En la figura 2B, se evidencia una correlación de r = 0,63 y un r2 = 0,40 entre los valores de IMC y el componente del tejido adiposo en kilogramos.
DISCUSIÓN
En la investigación se evidencia que la composición corporal de ambos grupos presenta diferencias significativas entre (SLC) y (PCP) en las variables de la composición corporal, tejido adiposo p < 0,000, tejido muscular p < 0,000, tejido óseo p < 0,042, tejido piel p < 0,000 y tejido residual p < 0,000. Se observa una pirámide invertida en el componente de la masa adiposa según la edad, lo cual hace pensar que, al avanzar en años y grados militares, la carga física no iría en aumento; si se mantiene estabilizada, permite mantener los niveles alcanzados en cuanto al componente del tejido muscular, pero sí aun aumento en los kilogramos de tejido adiposo. Esto coincide con lo encontrado por Sedek y otros, donde funcionarios militares presentaban una mayor prevalencia de sobrepeso en aquellos sujetos con mayor edad, grados de rango militar y mayor cantidad de años de servicio.20) Por otra parte considerar que los sujetos, aunque tengan valores más elevados de masa adiposa, presentan mayores valores de masa muscular según los criterios de sedentarismo, un mejor pronóstico de salud, prevención de la pérdida del estado funcional y prevención de enfermedades cardiovasculares.21
Respecto al porcentaje de grasa descrito en ambos grupos de militares, se puede mencionar que es mayor al compararlo con los estándares descritos en las fuerzas armadas de EE.UU., donde sujetos de rango etario entre 17-20, 21-27, 28-39 años deben presentar un porcentaje de grasa menor a 20, 22 y 24 respectivamente.22 En el mismo tópico, los resultados del presente estudio describen valores mayores en el porcentaje de grasa comparado con personal militar de Malasia.20) Estos resultados están en línea con lo descrito en soldados provenientes de EE.UU. donde en rangos etarios de mayor edad, los soldados presentaban un mayor porcentaje de grasa en su composición corporal contrario a lo descrito en sujetos más jóvenes.3 El exceso de tejido adiposo tiene un efecto negativo en la condición física que sin duda influye en el rendimiento militar necesario para el éxito en el campo de batalla o en otros escenarios,23 estos resultados pueden sugerir la importancia de verificar y controlar la composición corporal en militares chilenos.
Respecto al somatotipo promedio para el grupo personal del cuadro permanente (PCP),en el estudio que correspondió a endo-mesomorfo, concuerda con datos de policías brasileros,24) y en cadetes militares colombianos,9) en cuanto al somatotipo de los soldados conscriptos, este en promedio correspondió a meso-endomorfo. En cuanto a los valores de IMC, se observa una mayor clasificación de sujetos en los niveles de preobesidad y obesidad en el cuadro permanente. Esto supera los valores de los rangos normales establecidos para categorizar el estado nutricional, de acuerdo al criterio de la OMS, (bajo peso < 18,5 kg/m2, normal 18,5 a 24,9 kg/m 2, sobrepeso 25 a 29,9 kg/m2, obesidad ≥ 30 IMC).
En cuanto a los sujetos soldados conscriptos, presentaron una media de 22,53 ± 2,39 kg/m2 y se encuentran en el rango de normalidad, al compararlos con el estándar de soldados estadounidenses, estos se encuentran dentro del rango aceptado de 25,9 - 26,5 kg/m2 para el rango etario de < 21-27 años de edad.6 Así también estos valores fueron cercanos a los encontrados en conscriptos brasileños, que realizan distintos deportes.25
Según lo descrito, a medida que aumentan los años de los sujetos militares y por ende los años en la institución, se observa un aumento en los valores de IMC, esto es coincidente con los valores encontrados en un estudio realizado en el regimiento Buin con un número de 415 sujetos y edades entre 18 y 50 años, en el cual los valores de IMC encontrados fueron en sujetos < 30 años, una media de 25,4 ± 2,9 kg/m2, en sujetos entre 30 y 39 años, valores medios de 29,4 ± 2,9 y en sujetos > 40 años valores medios de 30,3 ± 2,5 kg/m2.12 Los valores de correlación encontrados fueron = 0,73 para IMC y tejido muscular en kg, hace pensar que si bien se pueden encontrar valores elevados de peso corporal, estos se encuentran asociados principalmente a mayores valores de tejido muscular. Por tanto, sería complejo solo utilizar el IMC como una forma de evaluar, clasificar y realizar seguimiento a sujetos militares. Lo más adecuado sería utilizar la cuantificación de la composición corporal. Al utilizar el IMC como único parámetro para evaluar el estado nutricional pareciera ser que no es la herramienta más adecuada debido a que no contempla diferencias entre la masa muscular y la masa grasa pudiendo clasificar de forma inadecuada a soldados con óptima composición corporal.12
Si bien se han descrito los efectos beneficiosos del entrenamiento a soldados conscriptos,26 sería importante investigar para futuros estudios, si continúan con los mismos niveles de actividad física, cómo influye su dieta, funciones y comportamientos saludables, a lo largo de la carrera militar y posible influencia incluso en la aparición de factores de riesgo cardiovascular.27 Es por esto importante no sólo considerar datos de peso y estatura para la población militar específica.
Los sujetos militares presentaron diferencias significativas en cuanto a la composición corporal, el somatotipo y el estado ponderal según su situación contractual (SLC Y PCP). Por otra parte, los valores de IMC podrían ser preocupantes en el grupo de sujetos personal del cuadro permanente y no así en los soldados conscriptos; pero al considerar que estos sujetos son físicamente activos durante su carrera profesional, que realizan actividad física durante sus horas de permanencia en los recintos militares, además de realizar entrenamiento específico en sus labores de combate, podría ser complejo establecer conclusiones respecto a la clasificación según su estado ponderal, mediante el índice de masa corporal. En la investigación se obtiene una alta asociación entre el componente de tejido muscular y los mayores valores de IMC. Como es sabido, los militares cumplen necesariamente con labores de entrenamiento diario que afectan y producen modificaciones en la estructura corporal, esto les permite mantenerse en óptimas condiciones físicas, no solo para enfrentar posibles eventos bélicos durante su carrera militar, sino también, cumplir un rol fundamental en tiempos de paz, en situaciones de desastres naturales, ayudas humanitarias y en mantener estilos de vida saludables.