INTRODUCCIÓN
El SARS-CoV-2 pertenece a una amplia familia de coronavirus llamado Coronaviridae, los cuales pueden causar diversas enfermedades en animales y humanos.1,2 En los seres humanos se sabe que pueden provocar desde resfriados comunes hasta infecciones respiratorias graves, como el síndrome respiratorio agudo grave (SRAS - Severe Acute Respiratory Syndrome). Por la similitud que tiene con el SARS-CoV- Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus, se lo pasó a denominar como SARS-CoV-2, el cual produce la COVID-19.3,4,5,6
En esta línea, la COVID adquirió sus siglas por su denominación en inglés, Corona Virus Disease,2 la cual surgió a finales del año 2019 en la ciudad de Wuhan, en la provincia China de Hubei,7,8,9,10,11,12 evento que provocó preocupación mundial por su rápida evolución y extensa propagación. Debido a ello, la Organización Mundial de la Salud, el 30 de enero de 2020 la declaró como una “emergencia de salud pública de interés internacional”,13 y el 11 de marzo del mismo año la consideró como pandemia,14 pues la COVID-19 cumplía con los siguientes criterios internacionales: (a) el brote epidemiológico estaba afectando a más de un continente; y (b) los casos de cada país se estaban dando por trasmisión comunitaria.3,15,16,17
Con esta declaratoria, diversos países del mundo entraron en cuarentena con la finalidad de proteger a su población,18 a través de una serie de restricciones como: movilidad o interacción social (e.g., en contextos educativos o laborales;19,20). Esta situación ha generado diversas consecuencias a nivel físico, económico, social y psicológico.
A nivel físico, se ha comprobado que una cuarentena disminuye de forma sustancial la actividad física de la población ciudadana,21 muy similar a situaciones de encarcelamiento o vuelos espaciales.22,23
A nivel económico, distintos sectores de la producción se han visto afectados. El brote pandémico de la COVID-19 ha obligado a cerrar muchos negocios de pequeña, mediana y gran escala. Este hecho ha generado consecuencias económicas que son difíciles de determinar a largo plazo, debido a que luego de un estado de pandemia, la población tiende a perder el interés por invertir y se interesa más por ahorrar su capital, dando como resultado un lento crecimiento económico.18,19,24,25,26
A nivel social, Dalton y otros27 mencionan que la COVID-19 ha cambiado rápidamente los medios sociales, pues las diversas comunicaciones están dominadas por el SARS-CoV-2, provocando alto grado de estrés y ansiedad en la población. Desde esta visión,28,29,30,31,32 la COVID-19 ha impactado de forma significativa en niños y adolescentes, pues tienden a experimentar temor por la salud personal y de sus familiares, ansiedad, depresión, incertidumbre, falta de sueño, pesadillas, reducción del apetito, malestar físico, agitación, falta de atención y diversas dudas en relación a la pandemia.
A nivel psicológico la COVID-19 ha afectado a diversos sectores de la población generando estados de irritabilidad, falta de voluntad para el reposo, signos de malestar psicológico, ansiedad, pánico y rechazo de cualquier tipo de ayuda psicológica.33 Todo ello, reportado por médicos y enfermeras del Second Xiangya Hospital.
Por otra parte en el ámbito educativo, la COVID-19 ha afectado en todos sus niveles a esta institución.26 En la educación primaria, ha impedido proporcionar alimentos gratuitos a niños de familias de escasos recursos económicos, provocando aislamiento social, incremento en las tasas de abandono escolar, ansiedad y estrés en los padres por la disparidad económica para acceder a los recursos tecnológicos, que garanticen la continuidad de sus hijos en el sistema educativo.27,34,35,36
En la educación secundaria, se observan niveles de estrés, depresión, ansiedad e irritabilidad por el temor a contraer la enfermedad, situaciones que podrían agravar el nivel de la salud mental de los adolescentes.37,38,39,40 En la educación superior, los estudiantes presentan estrés por la cancelación de eventos anticipados, como graduaciones, intercambios, ceremonias y otros programas.41 Por otra parte, Araújo y otros42 manifiestan que los estudiantes se encuentran ansiosos, sobre todo los de los últimos años por la incertidumbre del mercado laboral.
De lo mencionado se vislumbra que uno de los varios factores que afectan a la población escolarizada, es la ansiedad asociada a la salud, la cual influye en el éxito o fracaso de las actividades de un sujeto.43 La ansiedad por la salud ocurre cuando se percibe o se dan cambios corporales, en algunos casos están relacionados con enfermedades infecciosas.44,45,46 En la actualidad casi todo el mundo experimenta cierto grado de ansiedad por la salud,47 sobre todo cuando una persona ha estado cerca de sectores o en contacto de sujetos que presentan la COVID-19.
Es tal la importancia del estudio de la ansiedad, que en estudios realizados sólo en países asiáticos, se determinó que la ansiedad suele tener una prevalencia superior al 20 % con diferencias de género y ocupación, una de las poblaciones más afectadas fue la escolarizada.48 Entre las principales consecuencias de la ansiedad en los estudiantes en general y en particular de los universitarios, se encuentra: (a) el impacto psicológico crítico generador de incertidumbre,49 relacionado con la ausencia de comunicación interpersonal;50,51 (b) el nivel de ingresos de sus padres; y (c) vivir cerca de un paciente con la COVID-19.52
De lo expuesto (luego de la revisión de la literatura existente), se determina una escasa información del impacto psicológico de la COVID-19 en el público en general, y de estudiantes universitarios, en particular; elementos que coinciden con la percepción de Mukhtar53 sobre el tema.
El objetivo de esta investigación es establecer la relación entre la COVID-19 y la ansiedad en estudiantes universitarios de psicología y enfermería.
MÉTODOS
El estudio fue de tipo cuantitativo, exploratorio, descriptivo y transversal, en 66 estudiantes de la provincia de Loja, Ecuador pertenecientes a la Universidad Técnica Particular de Loja, de las carreras de psicología y enfermería, entre febrero y agosto de 2020.
Sesenta y seis participantes (28,8 % fueron hombres [19]; 71,2 % mujeres [47]), muestreados de forma no probabilística, por conveniencia y accidental, con edades comprendidas entre 18 - 25 años (media = 20,21, desviación estándar = 1,76), tomaron parte en esta investigación. Todos los sujetos eran estudiantes universitarios del Ecuador y accedieron a participar en la investigación de manera voluntaria.
Al grupo seleccionado se aplicó la Escala de Ansiedad Manifiesta para universitarios AMAS-C.54 El instrumento empleado tiene un alfa de Cronbach de 0,89 y se encuentra estructurado por 49 reactivos que evalúan cinco subescalas. Cada pregunta presenta una respuesta dicotómica de Sí o No, que debe ser seleccionada por el participante según su percepción de cumplimiento o no de la consigna.
El cuestionario de ansiedad se aplicó al final del anterior ciclo lectivo (febrero del 2020), con propósitos académicos, casualmente antes de las medidas gubernamentales de confinamiento y reducción de la movilidad del 13 de marzo del 2020.55 A finales del ciclo, en agosto del 2020, se realizó una segunda evaluación de los estudiantes con el mismo cuestionario. La evaluación de los participantes se realizó a través de una encuesta online confeccionada en Google forms.
Se realizó una comparación pre-post confinamiento de las medidas de ansiedad de la muestra obtenidas por medio del instrumento utilizado. Igualmente, se realizaron comparaciones por sexo y por tenencia de hijos tanto para la medida pre como para la medida post.
Se realizó una prueba Kolmogorov - Smirnov para la constatación de que las medidas de ansiedad seguían una distribución normal. Una vez comprobada su normalidad, se realizó una t de Student de medidas repetidas para la comparación pre-post en ansiedad con el grupo total, dos t de Student de medidas independientes para la comparación entre sexos antes y después del confinamiento y otras dos t de Student de medidas independientes para las comparaciones entre los grupos que tenían hijos o no (igualmente en la medida de ansiedad tanto pre como post).
La investigación se realizó mediante las recomendaciones éticas en investigación en seres humanos, establecidas en la declaración de Declaración de Helsinki y por la Asociación Médica Mundial (AMM) del 2014.56 Los participantes fueron informados en todo momento de que podían dejar la investigación cuando lo creyeren conveniente sin objeto a perjuicio. Finalmente, los sujetos no recibieron ningún incentivo por su participación en el estudio.
RESULTADOS
La distribución de los datos muestra que siguen una curva normal, tanto para las medidas pre, Z (66) = 0,08, p = 2, como post, Z (66) = 0,11, p = 0,07. Los resultados de la comparación muestran una diferencia significativa entre la medida pre y post en ansiedad, t (1, 65) = 2,35, p < 0,023. Para el grupo total, existe un incremento en la ansiedad como media entre la medida pre (M = 24,74, DE = 10,38) y la medida post (M = 27,33, DE = 9,18; ver figura 1).
Con respecto a las comparaciones por sexo, no hubo diferencias significativas entre hombres y mujeres ni en la medida pre, t (1,64) = 1,39, p = 0,171, ni en la medida post confinamiento, t (1,64) = 1,02, p = 0,313. En cuanto a la tenencia de hijos, tampoco se encuentran diferencias significativas entre el grupo que tienen y el que no tiene hijos ni en la medida pre, t (1,64) = 0,83, p = 0,409, ni en la medida post confinamiento, t (1,64) = 0,53, p = 0,602.
DISCUSIÓN
La enfermedad del coronavirus producida por el SARS-CoV-23,4,5,6 ha generado extrema preocupación a nivel mundial, catalogada como pandemia por la OMS,14 pues hasta el 23 de agosto de 2020 se han confirmado 23 057 288 casos y 800 906 muertes por la COVID-19 en todo el planeta.57
Ante esta situación, varios sectores de la población a nivel global, están siendo afectados por la dificultad de generar procesos productivos, comerciales, sociales, educativos, etc., con una pérdida casi total de interacción física entre las personas;18,19,20 carencia que ha incitado un incremento de estrés y ansiedad en la ciudadanía, al intentar acoplarse a la denominada “nueva normalidad”.
Uno de los sectores más golpeados por la presencia de la COVID-19 es el educativo como lo manifiestan Nicola y otros,26Papa y otros,48 de este grupo resalta el universitario al decir de Araújo y otros42 por la incertidumbre de poder acoplarse a un mercado laboral escaso en la actualidad.
Aspectos que lo ratifican Danylyshyn,18Bennett y otros,19Donthu, Gustafsson,24Laing,25Nicola y otros,26 al considerar que se dará un lento crecimiento económico a nivel mundial, durante y después de la COVID-19, proyección que vislumbra un panorama turbio en todas las esferas de la producción.
En este sentido De Guzman y otros,37Sahoo y otros,38Pappa y otros,48Bao y otros,49 concluyen que el confinamiento y la presencia de la COVID-19 han provocado un incremento de la ansiedad en los estudiantes, resultados que coinciden con los encontrados en esta investigación, en la que se evidencia un incremento de la ansiedad luego de la comparación de muestras pre y post test de ansiedad. Estos estudios ratifican que la presencia de la COVID-19 eleva los niveles de ansiedad de los estudiantes,33 reflejados en malestar psicológico.49,50,51
Por otra parte, los resultados expuestos difieren a los propuestos por Pappa y otros,48 pues esta investigación determinó que no existen diferencias significativas entre las variables de estudio y la escala sociodemográfica en cuanto a: sexo, tenencia de hijos e incluso la carrera que cursan los estudiantes (psicología - enfermería). Esta situación podría deberse a la diferencia de poblaciones de estudio América - Asia.
Se concluye que la COVID-19 ha generado un pánico global por su peligrosidad en los distintos niveles y sectores de la población mundial, pues su presencia es un factor importante a considerar en el incremento de la ansiedad. En este sentido, futuros estudios deberán considerar a la COVID-19, como una variable importante tanto en la actualidad como posterior a su posible desaparición.
La COVID-19 y el confinamiento de los estudiantes universitarios ha incrementado sus niveles de ansiedad.