INTRODUCCIÓN
La violencia en el enamoramiento incluye cualquier acción u omisión, dentro de una relación íntima, que cause o pueda causar daño físico, psíquico, mental o sexual a los miembros de la relación.1 El reporte de violencia durante el enamoramiento es 2 a 3 veces a la registrada en parejas adultas.2 A nivel mundial, la tasa de prevalencia de violencia en el enamoramiento es entre 6 % y 21 % entre los hombres, y entre 9 % y 37 % entre las mujeres.3 En el Perú, 7 de cada 10 mujeres peruanas entre 15 a 49 años de edad, reportan que fueron víctimas de violencia alguna vez.4 Se ha demostrado que los asesinatos de mujeres de 15 a 30 años, son realizados por parejas íntimas, lo cual es la consecuencia más grave de violencia en el noviazgo.5
Los estudios en Perú, acerca de la violencia en el enamoramiento, son escasos y muchos no incluyen ambos sexos o a la población universitaria. En Arequipa, las investigaciones han considerado universitarios de 17 a 20 años, en las cuales no se evaluó la frecuencia de cada conducta dentro de los tipos de violencia, ni las organiza por física, psicológica y sexual.6 En Puno se encontró que todas las estudiantes habían sido víctimas de violencia en sus diferentes grados.7 La violencia de pareja se establece sobre la base de creencias aprendidas a lo largo de la vida; por ello, los autores consideran necesario incluir un rango de edad amplio en la medición de violencia durante el enamoramiento, como los primeros años universitarios, en los cuales la experiencia en relaciones amorosas es aún escasa o casi nula, así como las conductas violentas específicas.
El objetivo de la presente investigación es determinar la frecuencia según tipo de violencia (física, psicológica y sexual) y las conductas de maltrato recibidas en estudiantes universitarios de primer año.
MÉTODOS
Se realizó un estudio transversal descriptivo, en estudiantes de primer ciclo de las escuelas de educación y ciencias de la comunicación de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo (UNPRG), durante el segundo semestre del año 2016.
La población estuvo constituida por 141 estudiantes de ambos sexos, del primer ciclo, matriculados en el ciclo académico 2016-II. La muestra estuvo conformada por 71 estudiantes, quienes reportaron tener o haber tenido enamorado(a), que aceptaron participar del estudio y estaban presentes en el aula al momento de la encuesta.
Se excluyeron a los estudiantes que no completaron en el cuestionario las variables de interés (preguntas relacionadas con los tipos de violencia: física, psicológica y sexual). El muestreo fue sistemático continuo.
El cuestionario estuvo conformado por 2 secciones:
Datos socioeducativos: grupos de edad, sexo, escuela profesional a la que pertenece.
Instrumento utilizado por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMPV), que consta de un total de 52 ítems, 34 para determinar la violencia de tipo psicológica, de los cuales 7 son conductas que indican el control, 5 el aislamiento, 9 la humillación, 5 la coacción, 8 la dependencia que ejerce el/ la enamorado(a) sobre el/ la estudiante. Para determinar la violencia física se considera 6 ítems y 12 ítems para la violencia sexual. Cada ítem tuvo dos alternativas de respuesta: Sí y No. Bastaba que el/ la estudiante marque “SÍ” en un indicador, para considerar que es víctima de violencia en la relación de enamoramiento, del tipo al que corresponde el ítem. Si el estudiante marcó al menos un ítem, en un tipo de violencia, se le consideró que era víctima de solo violencia física, o solo violencia psicológica o solo violencia sexual; pero si marcó un ítem en 2 o 3 tipos de violencia, se consideró los tipos de violencia y su combinación. Este cuestionario fue sometido a la prueba de confiabilidad de Kurder Richardson 20 (KR20) y se obtuvo como resultado 0,84 (confiable cuando el resultado es superior al 0,60).
Para la recolección de datos, los colaboradores del estudio solicitaron permiso a los decanos de facultad y acudieron a las aulas donde tenían clases los estudiantes. Se les informó sobre el objetivo de la investigación y se les solicitó el consentimiento informado. El cuestionario fue autoadministrado por cada estudiante que aceptó participar en el estudio y que cumplía con los criterios de inclusión. El tiempo para desarrollar cada instrumento fue de 10 minutos. Adicionalmente, se elaboró una base de datos en el programa Microsoft Excel 2016, con la finalidad de transcribir los datos recogidos.
Se utilizó el programa estadístico Stata v.15,0 para el análisis estadístico. La base de datos construida en el programa Microsoft Excel 2016 fue sometida a un proceso de control de calidad para evaluación de datos incompletos, no plausibles y fuera de rango. Luego, se realizó el análisis descriptivo, en el cual se reportaron frecuencias absolutas y relativas, particularmente de los tipos de violencia (física, psicológica y sexual) y sus respectivas conductas reportadas por la pareja. En el análisis bivariado, se usó la prueba exacta de Fisher para identificar diferencias en las frecuencias de edad, tipo de escuela y tipo de violencia entre estudiantes varones y mujeres. Un valor p< 0,05 se consideró como estadísticamente significativo.
El protocolo de investigación para el presente estudio fue evaluado por el Comité de Investigación de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo (UNPRG). La investigación se orientó por los principios éticos de beneficencia, dignidad humana y justicia. Se respetó la confidencialidad de los encuestados, dado que el cuestionario fue anónimo. Se solicitó consentimiento informado escrito a todos los estudiantes seleccionados antes de entregar el cuestionario.
RESULTADOS
De 71 estudiantes encuestados, poco más de la mitad era mujer (54,9 %) y la mayoría tenía entre 16 a 18 años (54,9 %). Se observó que la mayoría estudiaba ciencias de la comunicación (57,8 %). De ellos, el 85,5 % reportó padecer de algún tipo de violencia. En cuanto al tipo de violencia, el 57,8 % reportó solo violencia psicológica, mientras que el 7,0 % mencionó ser víctima de violencia física, psicológica y sexual (tabla 1).
Respecto a las conductas de control ejercidas por la pareja en estudiantes víctimas de violencia psicológica, el 42,3 % mencionó que su pareja la llamaba o enviaba mensajes constantemente y el 18,3 % reportó que su pareja le revisaba mensajes en celular, Facebook o correo electrónico.
Las conductas de aislamiento reportadas con mayor frecuencia fueron: mencionar que su pareja le hace pasar mucho tiempo con él (29,6 %) y hacer sentir que su familia o amistades la indisponen contra él o sienten envidia de su relación (16,9 %). Ningún universitario reportó que su pareja evita que contacte con sus amigos y familiares.
En cuanto a las conductas de humillación, la mayoría reportó que recibe críticas constantemente (9,9 %) y su pareja la hace sentir mal o inseguro(a) (9,9 %). El castigo con el silencio o desaparecer cuando se enoja, fue la conducta mayor reportada por los estudiantes (22,5 %); adicionalmente, el 16,9 % mencionó que su pareja le pone a prueba con engaños o trampas.
Las conductas de gestación de dependencia reportadas con mayor frecuencia entre los universitarios, fueron que la pareja la trata como una niña o niño (31 %) y mencionar que era su protector/ protectora (29,6 %) (tabla 2).
En cuanto a la violencia física, el 11,3 % de los estudiantes reportaron que su pareja le sujetaba con fuerza y el 4,2 % mencionó que ha recibido puñetazos, bofetadas o tirones de cabello por parte de su pareja. Ningún universitario manifestó que su pareja le dio patadas ni lanzó objetos o sustancias que pueden causar daño.
Las conductas de violencia sexual reportadas con mayor frecuencia, fueron recibir incómodas miradas o palabras insinuantes al sexo por parte de su pareja (11,3 %) y que su pareja hablaba frecuentemente de sexo y de tener relaciones sexuales (7 %). Ningún estudiante reportó que su pareja la(o) obligó a practicar sus requerimientos sexuales, acariciar sus genitales o abortar (tabla 3).
Respecto a la violencia ejercida por el enamorado(a), comparada según el sexo, el 51,2 % de quienes reportaron solo violencia psicológica, el 71,4 % de quienes reportaron tanto violencia psicológica y física y el 62,5 % de quienes reportaron tanto violencia psicológica y sexual, fueron mujeres. El 80 % de quienes reportaron simultáneamente violencia física, psicológica y sexual fueron mujeres. Entre quienes reportaron no haber sufrido ningún tipo de violencia, el 60 % fueron varones. Estas diferencias no fueron estadísticamente significativas (p= 0,572). Respecto a otras variables, el 58,6 % de los estudiantes entre 19 a 21 años fueron mujeres, sin diferencias significativas con respecto a las otras categorías de edad (p= 0,245). El 60 % de quienes estudian ciencias de la comunicación fueron varones y el 65,9 % de quienes estudian educación fueron mujeres, sin diferencias estadísticamente significativas (p= 0,053) (tabla 4).
Conductas de violencia psicológica | n | % |
---|---|---|
Te sigue y controla por teléfono | 8 | 11,27 |
Revisa tus mensajes en el celular, en el Facebook, correo electrónico | 13 | 18,31 |
Te llama o envía mensajes constantemente | 30 | 42,25 |
Te dice dónde puedes ir, dónde no; limita tu salida | 5 | 7,04 |
Te lleva y recoge de lugares donde vas | 11 | 15,49 |
Controla lo que haces y dices | 10 | 14,08 |
Controla tu forma de vestir | 5 | 7,04 |
Le molesta que salgas o hables con otros sin su consentimiento | 7 | 9,86 |
Te sugiere que no pases demasiado tiempo con otros | 11 | 15,49 |
Te hace pasar mucho tiempo con él | 21 | 29,58 |
Te hace sentir que familiares o amigos te indisponen o sienten envidia de su relación | 12 | 16,90 |
Te compara con otras personas | 3 | 4,23 |
Te mira con desprecio | 1 | 1,41 |
Ridiculiza tus necesidades | 4 | 5,63 |
Te Insulta con gestos o palabras | 4 | 5,63 |
Te dice groserías o apodos hirientes | 2 | 2,82 |
Te critica constantemente | 7 | 9,86 |
Coquetea con otras mientras está contigo | 2 | 2,82 |
Te desvaloriza diciendo que hay otras mejores que tú | 3 | 4,23 |
Te hace sentir mal o inseguro(a) | 7 | 9,86 |
Amenaza con matarte o a otros miembros de tu familia | 2 | 2,82 |
Te castiga con el silencio o desaparece cuando se enoja | 16 | 22,54 |
Te pone a prueba con engaños o trampas | 12 | 16,90 |
Se hace la víctima para ser cuidado | 7 | 9,86 |
Amenaza con dejarte o suicidarse si lo dejas | 4 | 5,63 |
Dice que es tu protector/protectora | 21 | 29,58 |
Te culpa de los problemas de parejas | 16 | 22,54 |
Te trata como una niña o niño | 22 | 30,99 |
Te persuade para que no estudies o trabajes | 7 | 9,86 |
No reconoce ciertos logros o cualidades que tienes | 11 | 15,49 |
Impone sus ideas porque dice ser lógico o por insistencia agotadora | 13 | 18,31 |
Minimiza su conducta violenta | 11 | 15,49 |
Te da órdenes | 9 | 12,68 |
DISCUSIÓN
Casi 8 de cada 10 universitarios encuestados reportó al menos un tipo de violencia por parte de su pareja. Este hallazgo es consistente con lo reportado por Barbachan y otros,6 en el cual el 97,6 % de estudiantes menciona similar situación de violencia. Este problema resulta ser universal y afecta a universitarios de todo el mundo.8,9
En este estudio se encontró que la frecuencia de violencia psicológica fue 57,7 %. Esto es similar a algunos estudios reportados en países hispanos,8,9,10 pero menor a un estudio en México que reporta violencia verbal-emocional en el 75 % de los estudiantes universitarios.11 La literatura previa reporta asociación entre autoestima y violencia en el enamoramiento; a menor autoestima, mayor violencia;12 puede deberse a que la pareja con dependencia emocional y baja autoestima tiene temor que su relación de pareja pueda terminar y acepta cualquier condición (violencia) para continuar su relación.
En el presente estudio, el 7 % de la muestra manifestó haber sido víctima de violencia psicológica, física y sexual. Según lo reportado en estudios13,14 previos, se ha encontrado mayor prevalencia de violencia por parte de parejas, en relación con el sexo masculino. Esto se podría deber a que la mayor parte de investigaciones realizadas sobre el tema se enfocan en la mujer como víctima e ignoran el maltrato que puede recibir el hombre. Se requiere, por ende, repensar la masculinidad y focalizar mayor atención en los hombres, dado que también pueden ser vulnerables.
Respecto a las conductas de control ejercidas por la pareja, en estudiantes víctimas de violencia psicológica, la mayoría mencionó que su pareja la llamaba o enviaba mensajes constantes; aproximadamente el 20 % reportó que su pareja le revisaba mensajes en el celular, redes sociales o correo electrónico. Por otro lado, los varones no son ajenos a este tipo de violencia. En Arequipa,6 el 73 % de los varones eran manipulados emocionalmente por sus parejas, para controlar sus actividades y amigos a través del seguimiento. El deseo de controlar al otro estaría asociado con un sentimiento de inseguridad y celos, que a veces en la cultura se valora cuando se renuncia a ella, como sinónimo de amor y cuidado.15
El 95,2 % fueron insultadas y culpadas por dichos insultos. Además, en el estudio6 en Arequipa, realizado en estudiantes universitarios de entre 17 y 20 años de edad, el 68,8 % había sido humillado(a) por su pareja. Los jóvenes ocultan hechos que implican violencia en las relaciones afectivas íntimas, por miedo, vergüenza o dificultad en el diálogo. Sin embargo, los padres y parientes serían importantes puntos de referencia y apoyo para los niños. Se deben establecer relaciones interpersonales familiares para el diálogo abierto y la confianza.16
También, las conductas de gestación de dependencia reportadas con mayor frecuencia entre los universitarios fueron, que la pareja la trata como una niña o niño (31 %) y menciona que es su protector/ protectora (29,6 %). Se encontró similitud en un estudio12 en el cual, en el 70 % de casos, el varón planifica ciertas conductas para dominar psicológicamente a su pareja, hacer que se crean indefensas o débiles y tener miedo a la separación.17 El control que los hombres ejercen sobre las mujeres repercute en la visión que tienen de sí mismas y crea mayor aislamiento. La ausencia de sus posibles redes de apoyo, en este caso su familia, contribuye a que la pareja no pueda desvincularse de la relación.18
En cuanto a la violencia física, el 11,3 % de los estudiantes reportaron que su pareja le sujetaba con fuerza y el 4,2 % mencionó que ha recibido puñetazos, bofetadas o jalón de cabello por parte de su pareja. Estos porcentajes son menores que en Colombia,10 en el cual el 40,1 % manifestó algún tipo de violencia por su pareja, en magnitudes muy similares en el sexo. Esto puede deberse a que el presente estudio fue realizado en una población universitaria, a diferencia de una población general y que la población investigada aquí puede haber sido influenciada por programas educativos de prevención de violencia.
Las conductas de violencia sexual reportadas en mayor frecuencia fueron recibir incómodas miradas o palabras insinuantes al sexo, por parte de su pareja (11,3 %) y que su pareja hablaba frecuentemente de sexo y de tener relaciones sexuales (7 %). De la misma forma, en Colombia19 se encontró que la agresión sexual más común fue el tocamiento vulgar sin consentimiento, e incluso, en la misma muestra, un número grande de varones admitió haber forzado a su pareja a tener relaciones sexuales o a realizar comportamiento sexuales desagradables para ella.
Se encontró que todas las formas de violencia se presentaron más comúnmente en las mujeres, de las cuales la recurrencia simultánea de los 3 tipos de violencia se reportó con mayor frecuencia (80 %). Este resultado fue similar a un estudio13 en Colombia, en el que se observó que las 3 formas de violencia fueron mayormente perpetradas hacia mujeres. Asimismo, un estudio2 norteamericano muestra que la prevalencia de violencia ejercida solamente por la pareja contra las mujeres, fue significativamente mayor que en los varones. Esto refleja la mayor vulnerabilidad de las mujeres en sufrir violencia, probablemente por factores socioculturales que desencadenan inequidad de género y aceptación de la agresión.20 Además, se muestra que no solamente un tipo de violencia está presente en la relación de pareja, sino que, en determinadas situaciones, las mujeres podrían sufrir los 3 tipos de forma simultánea.
Esta investigación presenta limitaciones. Primero, potencial sesgo de selección dado que no se midió violencia en el resto de los años académicos, ni en todas las facultades, por lo tanto, no es posible generalizar estos hallazgos. Segundo, sesgo de medición, pues las variables fueron recogidas mediante reporte de los universitarios y tampoco se han explorado potenciales covariables de interés, que podrían influir en dicho reporte de violencia durante enamoramiento. Tercero, carece de suficiente poder estadístico para realizar probables inferencias que respondan a preguntas de investigación analíticas. No obstante, pese al diseño descriptivo, permite reportar evidencia científica sobre el tema de violencia durante el enamoramiento, dado que gran parte de estudios están basados en explorar violencia doméstica durante la etapa de convivencia o matrimonio. Adicionalmente, como fortaleza, se puede señalar la gran variedad de conductas y tipos de maltrato analizados, que demuestran la complejidad del fenómeno y la importancia de generar futuros estudios sobre violencia presente durante la etapa universitaria; otro ángulo que debería explorarse, con una muestra universitaria multidisciplinaria y representativa.
La violencia durante el enamoramiento genera daños físicos, mentales y sexuales en las víctimas.21 En ese contexto, este estudio contribuye al desarrollo de posibles planes de intervención de la violencia al interior de las parejas.22 Proporcionar asesoramiento eficaz sobre salud mental y aumentar el apoyo ayudará a instituciones del mismo tipo a abordar mejor la violencia en el enamoramiento.
La gran mayoría de los estudiantes reportan padecer algún tipo de violencia y la mitad menciona ser violentado psicológicamente. En cuanto a las conductas de violencia, las más frecuentes son llamar o enviar mensajes constantemente, sujetar con fuerza y recibir palabras insinuantes al sexo por parte de la pareja. Además, las mujeres reportan mayor frecuencia de violencia en comparación con los varones, ya sea física, psicológica o sexual.