INTRODUCCIÓN
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el uso del término “dependencia” al concepto de dependencia de cuidados que ocurren cuando la capacidad funcional ha disminuido a un punto en el que una persona ya no es capaz de llevar a cabo tareas básicas de la vida cotidiana.1 Por otro lado, la calidad de vida se define como las percepciones de los individuos sobre su posición en la vida, en el contexto de la cultura y los sistemas de valores en que viven, en relación con sus metas, expectativas, estándares e inquietudes.2
En el Perú como resultado de los cambios demográficos en las últimas décadas, la proporción de adultos mayores ha aumentado hasta llegar a 12,7 % en el 2020.3 El aumento en la expectativa de vida produce también un aumento en la frecuencia de enfermedades crónicas degenerativas en adultos mayores, como es el caso del cáncer. La presencia de una o varias enfermedades modula el proceso de envejecimiento. El diagnóstico de cáncer se asocia con un impacto multidimensional (emocional, físico, social y funcional) en las personas mayores. Diversos estudios4 muestran que la interacción de factores como la multimorbilidad y fragilidad de adultos mayores influyen negativamente en su calidad de vida.
Estudios previos5 muestran que adultos mayores con diagnóstico de cáncer, con más comorbilidades y menores puntuaciones en las actividades de la vida diaria, presentan una peor calidad de vida.
En relación a lo anteriormente mencionado, se plantea el siguiente estudio de investigación que tiene como objetivo determinar la asociación entre la dependencia funcional y la calidad de vida en pacientes adultos mayores oncológicos, tratados con radioterapia.
MÉTODOS
Estudio observacional, analítico, retrospectivo, se realizó un análisis secundario de una base de datos de una cohorte de pacientes adultos mayores del Centro Médico Naval del Callao, Perú (CEMENA) entre los años 2013 y 2015.6
El estudio original incluyó a 908 pacientes adultos mayores de 60 años, retirados de la Marina de Guerra del Perú, con diagnóstico anatomopatológico de cánceres tratados con fines curativos, atendidos entre setiembre de 2012 y febrero de 2013 y seguidos por 2 años. De ellos se incluyeron a los pacientes que tenían valoración funcional y de calidad de vida mediante instrumentos estandarizados. De este grupo, 16 tenían diagnóstico de algún tipo de demencia, 33 obtuvieron una puntuación ≤ 23 en el mini-examen del estado mental (MMSE, Mini-Mental State Examination) y 4 tuvieron datos faltantes en las fichas; finalmente, se incluyeron para el presente análisis los datos de los 181 pacientes que recibieron tratamiento con radioterapia; se excluyeron a los tratados con quimioterapia o procedimientos quirúrgicos.
Las variables sociodemográficas incluidas fueron, edad, estado civil (soltero, casado, conviviente, divorciado, viudo), comorbilidades (hipertensión arterial -HTA-, enfermedad pulmonar obstructiva crónica -EPOC-, diabetes mellitus tipo 2 -DM 2-), depresión ("¿Se siente frecuentemente triste o deprimido?"), el estado nutricional (medido como índice de masa corporal -IMC-), evaluación social, mediante la Escala de Gijón, (con los siguientes puntos de corte, problema social/ riesgo social 10 a 16 puntos y aceptable (situación social 5 a 9 puntos); esta escala fue utilizada previamente en población peruana;7 se incluyó también la localización del tumor.
Para la valoración funcional se utilizó el índice de Barthel el cual es un cuestionario sobre actividades básicas de la vida diaria (ABVD) (alimentación, aseo, capacidad de vestirse, continencia, uso de sanitario, transferencia y uso de escaleras); un mayor puntaje indica mejor desempeño en ABVD (0-100). Se consideró como independientes para ABVD cuando los participantes alcanzaron puntaje de 100. También se utilizó el Índice de Lawton el cual es un cuestionario sobre 8 actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD) (uso del teléfono, ir de compras, preparación de alimentos, cuidar la casa, medios de transporte, lavado de ropa, medicación y uso de dinero) (0-8). Para el análisis se consideró un puntaje menor a 5 como dependiente. Ambas escalas han sido utilizadas en población peruana.8
Para evaluar la calidad de vida se utilizó la escala de calidad de vida en adultos mayores de la Organización Mundial de la Salud (World Health Organization Quality of Life-Older People, WHOQoL-Old). Contiene 6 dimensiones: habilidades sensoriales; autonomía; actividades del pasado, presente y futuro; participación social; muerte y el morir e intimidad. Las respuestas son tipo Likert con 5 opciones y los valores se transforman en una escala, a mayor puntaje, mejor calidad de vida. Se consideró como pobre calidad de vida, si los puntajes se encontraban en el tercil inferior del puntaje obtenido. Este instrumento, fue utilizado previamente en adultos mayores peruanos y mostró características psicométricas adecuadas.9
Para el procesamiento y análisis de los datos se usó el programa Stata versión 13.0. Se realizó estadística descriptiva basada en el cálculo de porcentajes (estado civil, comorbilidades, evaluación social y localización del cáncer), dispersión y medidas de tendencia central (edad en años, valoración nutricional y valoración funcional).
Para evaluar la diferencia de medias se utilizó la prueba t para muestras independientes o la prueba U de Mann-Whitney de ser el caso (para la edad, valoración nutricional y valoración funcional). Para evaluar la asociación entre variables independientes (para el estado civil, comorbilidades, evaluación social y localización del cáncer) y la calidad de vida, se utilizó la prueba de ji cuadrado o el test exacto de Fisher de ser el caso. Para hallar la asociación entre dependencia funcional y calidad de vida se realizó una regresión de Poisson. Todos los cálculos fueron realizados con un nivel de confianza del 95 % y se consideraron significativos con valores p< 0,05. Se incluyeron en el modelo ajustado las variables significativas estadísticamente en el análisis bivariado.
El estudio fue aprobado por el comité de ética en investigación de la facultad de medicina de la Universidad de San Martin de Porres.
RESULTADOS
La totalidad de los pacientes fueron varones y en su mayoría casados o convivientes (57,46 %). Las comorbilidades más frecuentes fueron HTA (21,65 %), EPOC (16,02 %), DM 2 (22,65 %) y depresión (11,6 %); la mayoría tuvieron una valoración social normal (79,56 %) y el IMC promedio fue 24,31 ± 5,35 desviaciones estándar (DE) (tabla 1).
Con respecto a la evaluación de las ABVD, según el índice de Barthel, se encontró que la media de esta variable numérica es de 89,73 ± 4,86 DE, asimismo en lo que respecta al Índice de Lawton, que evalúa las AIVD se encontró una media de 3,25 ± 0,65 DE.
Respecto al análisis bivariado, se aprecian diferencias significativas en el promedio de edad entre los pacientes con adecuada e inadecuada calidad de vida (p= 0,007); la depresión fue más frecuente en los pacientes con menor calidad de vida (p= 0,05). Se observó también que el promedio de IMC no variaba sustancialmente entre aquellos que tenían una adecuada calidad de vida.
Se apreció un mayor porcentaje de inadecuada calidad de vida en pacientes con cáncer de próstata (p= 0,04), estómago (p< 0,001) y páncreas (p< 0,001). Los promedios en los índices de Barthel (p= 0,01) y Lawton (p= 0,02) fueron menores en los pacientes que tenían una inadecuada calidad de vida (tabla 1).
En el análisis de la Regresión de Poisson (tabla 2) se aprecia la asociación estadísticamente significativa entre la dependencia funcional y calidad de vida; se observa que la dependencia para las ABVD evaluada con un índice de Barthel (modelo N° 1) presentó valores de PR= 1,04 [IC 95 %: 1,01 - 1,07; p< 0,0001], con una asociación independiente a otras variables; asimismo la dependencia para las AIVD que resulta de un índice de Lawton (modelo N° 2) con valores de PR= 1,08 [IC 95 %: 1,01 - 1,13; p= 0,02] que determinó asociación independiente de otras variables. En el modelo N° 3 se demuestra que al evaluarse ambos índices juntos, también son predictores de una pobre calidad de vida cuando están alterados; se encontró para las ABVD un PR= 1,02 [IC 95 %: 1,01 - 1,04; p= 0,05] y para las AIVD un PR= 1,02 [IC 95 %: 1,01 - 1,03; p= 0,04]. Todos los valores fueron ajustados por edad en años, depresión y localización del cáncer.
Tabla 1 Características de los pacientes adultos mayores oncológicos tratados con radioterapia y análisis bivariado (n=181)

Tabla 2 Asociación entre dependencia funcional y calidad de vida en pacientes adultos mayores oncológicos tratados con radioterapia (n=181)

Los modelos 1, 2 y 3 de regresión de Poisson presentados fueron ajustados por edad en años, depresión y localización del cáncer.
DISCUSIÓN
El presente estudio encuentra asociación entre dependencia funcional y calidad de vida en pacientes adultos mayores oncológicos de un centro geriátrico de Callao, Perú.
La mayoría de pacientes fueron catalogados con una inadecuada calidad de vida, resultados similares a los encontrados en adultos mayores oncológicos de otro hospital de Lima.10 A nivel peruano, aproximadamente 1 de cada 5 ancianos afiliados al seguro social de salud (EsSalud) tuvieron algún grado de dependencia funcional (parcial o severa),11 así mismo aproximadamente 3 de 4 adultos mayores con diabetes12 y el 85,5 % de los adultos mayores con cáncer avanzado13 presentan dependencia funcional. Esto pareciera mostrar que las enfermedades crónicas tienen una fuerte influencia negativa en la salud de los adultos mayores. Sin embargo, en el presente estudio no se encontró asociación estadísticamente significativa con todas las enfermedades crónicas (HTA, EPOC y diabetes). Aunque sí se encontró asociación entre la depresión, o visto de otra forma, como una alteración del dominio psicológica de la capacidad intrínseca y la calidad de vida.
Los problemas de salud mental tienen una fuerte asociación con una peor calidad de vida en el paciente oncológico.14 Algunos autores15 sugieren que el apoyo psicosocial a los adultos mayores oncológicos puede influir positivamente en su calidad de vida. En cuanto a asociación entre dependencia y calidad de vida, un estudio realizado en Dinamarca, muestra que existe relación entre una mejor puntuación en las actividades de la vida diaria y la calidad de vida en pacientes oncológicos.16 De manera similar, los síntomas depresivos y una movilidad reducida están relacionados a una mala calidad de vida durante el tratamiento de cáncer.17) Diversos estudios18,19,20 muestran también que en adultos mayores, una mejor capacidad funcional está asociada a una mejor calidad de vida.
Por lo tanto, de acuerdo al resultado encontrado, intervenciones que ayuden a mejorar la capacidad funcional, podrían mejorar la calidad de vida de adultos mayores con cáncer. De esta manera, el equipo de salud multidisciplinario debe monitorear y optimizar la capacidad funcional de los adultos mayores a través de intervenciones terapéuticas multicomponente que mejoren su desempeño, lo cual repercutirá finalmente en una mejor calidad de vida.21
El presente estudio tiene como fortaleza utilizar 2 escalas estandarizadas para la evaluación de la dependencia funcional, así como la calidad de vida en adultos mayores con cáncer. Presenta como limitaciones, que se trata de un estudio retrospectivo, por lo depende de la calidad de los datos, además, se realizó en una población circunscrita a personal militar. Sin embargo, estos resultados brindan una perspectiva en lo referente a la dependencia funcional y la calidad de vida en adultos mayores peruanos.
Se encontró asociación entre la dependencia funcional y la pobre calidad de vida en los adultos mayores oncológicos tratados con radioterapia.