INTRODUCCIÓN
La piedra angular para conseguir una adecuada educación recae en el estudiante y su correspondiente rendimiento académico, este último no siempre dependiente de otras características, más que las equivalentes al mismo esfuerzo del estudiante.1 Sin embargo, actualmente esto no es suficiente, pues la enseñanza es un servicio ofertado por variadas instituciones públicas y privadas, que han empezado a adoptar modelos orientados al cliente/alumno, con el fin de poder competir en el mercado.2) Al ser un servicio, los estudiantes siempre escogerán la mejor vacante que logren conseguir, por lo que, entran en juego una serie de aspectos importantes al momento de elegir una universidad: calidad y satisfacción estudiantil.1 La última dependerá de diversos componentes como: instalaciones de la institución, plan de estudios, docencia, bienestar universitario, servicios digitales e investigación.2,3,4
Un aspecto vital en el desarrollo médico es la investigación,5 pero son escasos los cursos universitarios dirigidos a desarrollarla,6) aspecto que será menos probable cultivar tras la universidad,7,8 razón por la que más del 50 % de los futuros galenos están insatisfechos con sus instituciones.9
La infraestructura es de los aspectos primordiales, cuya satisfacción no suele ser la mejor.2,9,10) Los docentes son el tercer aspecto que influye en la satisfacción médica, pasando a ser directos responsables de gran parte de lo que siente un estudiante sobre su universidad.2,10 Los estudios de esta temática no evalúan múltiples realidades, son escasos en medicina y generalmente con poco tamaño muestral.2,3,5,9,11
El objetivo de este trabajo es determinar el porcentaje y factores asociados a la satisfacción estudiantil con docentes, infraestructura e investigación en 9 escuelas médicas latinoamericanas.
MÉTODOS
Tipo de estudio
Observacional transversal, descriptivo y multicéntrico, de análisis de datos secundarios con un estudio piloto de base.12
Población
Estudio basado en análisis de datos secundarios obtenidos a estudiantes de medicina de 9 universidades en 8 países latinoamericanos: Chile, Colombia, Perú, Panamá, Ecuador, Honduras, Bolivia y Argentina, entre 2016 y 2017.
Se realizó un muestreo por conveniencia, no hubo exclusiones. Se halló la potencia estadística para cada uno de los cruces de variables, con buenas potencias para satisfacción con investigación y estudiar en universidades privadas (100 %), sentir que el dinero no alcanza a fin de mes (100 %) y dependencia económica familiar (75 %). Para satisfacción con infraestructura, ser de universidad privada (100 %), haber desaprobado materias (100 %) y dependencia económica familiar (99 %). Para satisfacción con docentes, el sexo (97 %), universidad privada (100 %), haber desaprobado materias (82 %) y sentir que el dinero no alcanza a fin de mes (98 %).
Instrumentos y variables
Las variables fueron obtenidas mediante un cuestionario autoadministrado (anexo 1). La primera sección corresponde a covariables socioeducativas: sexo, edad, país, universidad, naturaleza de universidad (privada/pública), año académico, si había desaprobado alguna materia, dependencia económica familiar (fuente de ingresos: trabajo/familia/ambos) y percepción de que el dinero mensual no alcanza.
La segunda sección recolectó las variables desenlace; se escogió en una escala tipo Likert desde 0-“Muy insatisfecho”; 1-“Insatisfecho”; 2-“Regular”; 3-“Satisfecho” y hasta 4-“Muy satisfecho”, según la satisfacción de cada estudiante frente a tres aspectos: 1) la enseñanza de los docentes; 2) la logística e infraestructura de la universidad; 3) la investigación realizada en la universidad. Se consideraron satisfechos en algún aspecto, aquellos que escogieron 3 y 4. El cuestionario fue sometido a prueba piloto para evaluar entendimiento de preguntas y su importancia.
Procedimientos
Previo permiso en cada escuela de medicina y el consentimiento verbal de cada estudiante, se administró un cuestionario impreso, que fue contestado por cada alumno participante, durante aproximadamente 10 minutos, en los diferentes años de estudio, al inicio o final del horario de clase. Tras culminar la recolección, cada sede tabuló las encuestas en Excel 2016 para Windows y, previa depuración y control de los datos, se envió a la sede principal, donde se generó la base de datos unificada. A partir de esta base de datos primaria, se filtraron las variables necesarias para esta investigación, posterior a lo cual se realizó un control de calidad y finalmente se utilizó el paquete estadístico Stata versión 11,1 (StataCorp LP, College Station, TX, USA).
Análisis de datos
Previa confirmación de no normalidad con histograma, comparación media/mediana, sesgo y curtosis, así como el test de Shapiro Wilk, se usó mediana para la edad en el análisis descriptivo. Para las variables categóricas se usaron frecuencias y porcentajes. En la regresión simple y múltiple se usaron modelos lineales generalizados (GLM), con familia Poisson, función de enlace log, varianza robusta y la universidad como clúster; se obtuvo la razón de prevalencia cruda (RPc) y ajustada (RPa), intervalos de confianza al 95 % (IC95 %) y valores p (significativos: < 0,05). El análisis y los datos utilizados están disponibles en Mendeley Data.13
Consideraciones éticas
El proyecto primario fue aprobado por el comité de ética del Hospital Nacional “Docente Madre-Niño San Bartolomé” de Lima, Perú (código: 16060503-16). Se mantuvo en todo momento la privacidad y anonimato de los participantes. Se obtuvo consentimiento verbal previo a su administración. Se puso en práctica la declaración de Helsinki con sus principios de autonomía, no maleficencia, justicia/equidad y beneficencia.
RESULTADOS
De 2 649 estudiantes, 57 % (1 510) eran mujeres, la mediana fue 22 años (21-24 años), mayormente de universidad privada (72 %, n= 1 895). El 85 % (2 248) eran dependientes económicamente de algún familiar, la mitad sentía que el dinero sí le alcanzaba hasta fin de mes (50 %, n= 1 316). La mayoría de encuestados era de los primeros 3 años de medicina (69 %, n= 1 822); mientras que, de cuarto año, era el 14 % (374); quinto año, el 13 % (344) y sexto año, el 4 % (109). Solo el 47 % (1 236) había desaprobado alguna materia.
Respecto a la satisfacción estudiantil, el 45 % (1 183) mostró estar satisfecho respecto a infraestructura; solo 44 % (1 174) con la investigación y 66 % (1 746) frente a docencia (Fig. 1).
De los 8 países, respecto a satisfacción con docentes, Colombia tuvo 82 % de satisfacción, mientras que el país con menor satisfacción fue Perú, con 35 % (Fig. 2.A); con la investigación, el mayor fue Chile con 68 % y el menor Panamá con 25 % (Fig. 2.B); con la infraestructura, Chile fue el mayor con 67 %, mientras que Panamá tuvo 20 % (Fig. 2.C).
En el análisis multivariado, los que estudiaban en universidad privada tuvieron más satisfacción con los docentes (RPa: 1,38; IC95 %:1,12-1,71; p= 0,002), la infraestructura (Rpa: 1,67; IC95 %:1,24-2,26; p= 0,001) y la investigación (Rpa: 1,52; IC95 %:1,07-2,15; p= 0,018), esta última fue mayor en las mujeres (Rpa: 1,14; IC95 %:1,01-1,30; p= 0,033), contrario a los que percibían que sí les alcanzaba el dinero mensual que tenían (Rpa: 0,84; IC95 %:0,76-0,93; p= 0,001). En el modelo ajustado por edad, haber desaprobado materias, ser económicamente dependiente de familiares, año académico y la universidad (tabla 1).
Las razones de prevalencia (izquierda), los intervalos de confianza al 95 % (dentro del paréntesis) y los valores p (derecha), se obtuvieron con los modelos lineales generalizados (familia Poisson, función de enlace log, modelos para varianzas robustas y ajustados por la universidad sede).
*Variables tomadas en su forma cuantitativa.
DISCUSIÓN
Cuatro de cada 10 estudiantes de medicina estuvieron satisfechos con la infraestructura e investigación, lo están 6 de 10 respecto a los docentes; valores muy por debajo de lo esperado, teniendo en cuenta que la mayoría de las veces, son los estudiantes quienes escogen la universidad donde quieren aprender sus profesiones; dejan en claro que al momento de elegir, las expectativas son mayores a la realidad, lo que abre las puertas a plantear diversos aspectos a mejorar en las escuelas de medicina latinoamericanas.
También es posible observar que hubo mayor satisfacción con la planta docente, con respecto a las otras 2 características evaluadas, posiblemente porque en términos de infraestructura e investigación en Latinoamérica, la mayor parte de las universidades se encuentran en posiciones similares, con mala capacitación en investigación durante el pregrado médico, lo que se refleja en baja publicación de artículos científicos por parte los futuros médicos;14 cuestión contraria a lo que se ha visto en la satisfacción frente a profesores, pues estos sí tienden a generar mayor satisfacción en educandos de universidades privadas.15 Este punto permite explicar el porqué de los resultados en el presente estudio, debido a que la mayoría de encuestados eran de instituciones particulares, en las cuales el estudiante tiene un rol a su vez de socio, en el sentido que sus opiniones son tenidas en cuenta para mejorar la calidad de educación superior. Realmente este papel en los procesos de enseñanza-aprendizaje no es claro, pero las investigaciones muestran su asociación.16
Se observó que Colombia y Chile fueron los de mayor satisfacción estudiantil, lo cual puede deberse a factores socioculturales asociados con los procesos educativos: métodos de enseñanza, estructura curricular y oportunidad de investigación.17,18 Además, estos resultados van de la mano con lo reportado en el Índice Mundial de Innovación 2021,19) en el que Chile es el país latinoamericano que encabeza la lista, con Colombia en el sexto lugar, aunque aún por encima del resto de países de esta investigación. Esto permite explicar los resultados, ya que entre más innovadora es una economía, mayor es la satisfacción de sus ciudadanos en diversos aspectos, incluyendo la satisfacción estudiantil con las universidades, organismos fundamentales que ayudan a la creatividad e innovación económica de una nación.
Es importante aclarar que Colombia contó con el 23 % (605) de los encuestados, Chile con el 9 % (236), Panamá (350), Argentina (350), Bolivia (348) y Honduras (356) con el 13 %, Ecuador con el 12 % (319) y Perú con 3 % (85), es decir, la cantidad de participantes en cada país fue en su mayoría homogéneo, lo que permite evidenciar que esto no fue un factor de gran influencia al momento de determinar el país con mayor o menor satisfacción estudiantil. Estos valores deben evaluarse en cada realidad, pues el muestreo utilizado impide extrapolar a la totalidad de universidades de cada país.
Estudiar en universidad privada estuvo asociado a mayor satisfacción médico-estudiantil frente a los tres aspectos; algo que se ve reflejado en el estudio realizado por Vallejos y otros20 en una universidad privada; la mayor parte de los estudiantes se encontraban satisfechos con las prácticas hospitalarias, similar a lo reportado en un artículo realizado en Perú,15 que demuestra que los educandos que más pagan, son los más satisfechos respecto a sus docentes, algo que en dicha investigación se ratifica al observar que los alumnos de universidades estatales son los más insatisfechos. Esto seguramente es debido a que, al tener mayor poder adquisitivo, existe mayor posibilidad de ingresar a universidades particulares que brindan mejor infraestructura, recursos, docentes y tecnología, aspectos en los que la universidad pública no suele destacar.
En términos de competencia en el mercado, son las diferentes universidades particulares, en pro de obtener mayor número de estudiantes, las que compiten entre sí y provocan que los recursos obtenidos por el sector privado sean bastante significativos, lo que permite poseer adecuados estándares para la contratación de docentes e infraestructura y pueden destinar un porcentaje elevado para la investigación.15 Además, el estudiante es visto como un cliente que está pagando por un servicio, por lo tanto, se busca su satisfacción, pues así permanecerá en la institución y la recomendará a sus conocidos.
Hubo más satisfacción frente a la investigación al ser mujer, hallazgos que van a favor de lo encontrado en la literatura (es decir, resultados similares que son apoyados en otros estudios publicados hasta el momento), en los cuales se expone que las mujeres encuentran el desarrollo académico en este tipo de áreas como un factor predictor de satisfacción, igualmente se menciona un mayor sentido de responsabilidad en ellas, lo que hace que estén más satisfechas con los productos y resultados de sus estudios.21,22 Esto apoyado en que los hombres suelen involucrase en investigación como voluntarios o por pago, mientras las mujeres suelen hacerlo para obtener más créditos académicos.23
El sentir que el dinero mensual sí alcanza se vio asociado a menor satisfacción con la investigación. Es una situación compleja de analizar, pues el nivel socioeconómico ha intentado ser vinculado al desempeño académico y las expectativas estudiantiles, estas 2 últimas con gran variabilidad multifactorial, que dificulta la correlación. Un estudio24 observó que hubo relación entre mayor nivel económico y mejor rendimiento académico;24 sin embargo, esta solo es una de las múltiples variables que pueden intervenir, algunas no tomadas en cuenta en este estudio, por lo que así como la eficiencia académica puede mejorar a mayor economía, la satisfacción del estudiante podría no ser recíproca. Esta es una diferencia del presente estudio con respecto a otros en la literatura, pues no hay más investigaciones que midan la satisfacción estudiantil. Una posible explicación a este resultado es que el nivel socioeconómico elevado está relacionado con expectativas igual de altas frente a los diferentes ámbitos universitarios, como por ejemplo, gran expectativa frente a la capacidad que tiene una universidad de generar investigación. Sin embargo, es bien conocido que las universidades latinoamericanas cuentan con materias de investigación de mala calidad, con docentes con baja o nula productividad científica (un factor que si bien no es determinante para la calidad, sí es usado en la actualidad para comprobar si un docente realmente es investigador).25,26 Este es uno de los puntos más débiles hasta el momento, lo que podría conllevar a que el estudiante sienta que no se cumplieron sus expectativas y, por tanto, esté insatisfecho respecto a dicho apartado. A pesar de ello, no hay publicaciones que avalen esta hipótesis, por la multicausalidad que implica dicha aseveración. Por ello, se recomiendan más investigaciones prospectivas de gran tamaño sobre esta temática.
Como limitaciones, la medición de la satisfacción fue obtenida mediante cuestionario autoaplicado realizado por los autores; puede existir sesgo de información, pero se controló al realizarse la prueba piloto, así como preguntando a expertos del tema y respondiendo cualquier duda de los encuestados mientras la realizaban. Además, este tipo de encuestas son frecuentemente usadas en estudios de satisfacción del usuario en múltiples realidades. Hubo sesgo de selección debido al muestreo no aleatorio, pero no es una limitante gracias a la cantidad de realidades, buena potencia y tamaño muestral obtenidos, lo cual garantiza hallar las diferencias en la satisfacción según las características socioeducativas y conlleva a que se extrapolen los resultados descriptivos cuidadosamente.
El porcentaje de satisfacción médico-estudiantil en universidades latinoamericanas tiende a ser baja, Colombia y Chile son los de mayor satisfacción en los 3 aspectos. Estudiar en universidad privada se relacionó con mayor satisfacción en los 3 aspectos; están más satisfechas frente a investigación las mujeres y menos quienes sentían que les alcanzaba el dinero hasta fin de mes.