INTRODUCCIÓN
En los últimos años el tema de la desigualdad se coloca en el centro del debate político y académico. En 2016 el 1 % de la población mundial contaba con el 54 % de las riquezas según datos publicados por OXFAM (conferencia internacional formada por 17 organizaciones gubernamentales nacionales que realizan labor humanitaria en 90 países). En este escenario América Latina aparece como la segunda región más desigual del planeta, con un coeficiente de Gini de 52,9. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe apunta una desaceleración en la disminución de la pobreza experimentada en la primera década del siglo XXI (CEPAL, 2013). En paralelo, la disminución que se experimentó en la región no se tradujo en un mayor acceso a servicios de calidad (salud y educación), ni en mejoras sustantivas en las dimensiones que impactan el bienestar de las personas (como vivienda, saneamiento y transporte). En este sentido, la desigualdad adquiere una dimensión territorial y local.
El Ecuador no está exento del panorama descrito con un coeficiente de Gini de 0,55. La Revolución ciudadana instaurada por el gobierno de Rafael Correa se proyectó en configurar un Estado diferente. El proyecto político se empeñó en profundizar el sistema democrático con un enfoque de justicia regional y espacial, a través de políticas que compensan los desequilibrios en el desarrollo territorial. La justicia regional impulsada promueve el esfuerzo articulado del gobierno central con los gobiernos autónomos descentralizados (GAD), con el fin de superar las desigualdades entre los territorios e integrar la nación. Entre sus principales objetivos está el democratizar el uso y el disfrute de la riqueza material y la realización plena de todos los ciudadanos.
Conocer las desigualdades socioeconómicas presentes en los territorios ecuatorianos constituye, entre otros aspectos, el punto de partida para la asignación presupuestaria a los GAD. En el caso específico de este trabajo se analizará el GAD Los Ríos, por la importancia económica que representa para el país y porque, a pesar de su riqueza económica, experimenta un coeficiente de Gini de 0,497 (0,05 puntos por debajo del coeficiente nacional). Por ello, este trabajo tiene como objetivo mostrar los patrones de desigualdad socioeconómica identificados en esta provincia.
1. METODOLOGÍA
Para determinar los patrones de desigualdad socioeconómica dentro de la provincia Los Ríos, se consideró la totalidad de los cantones porque:
El análisis a este nivel permite estudiar con claridad si la situación socioeconómica es similar o no al resto de los cantones de la provincia.
Los cantones son el primer ámbito donde pueden llevarse a cabo políticas socioeconómicas que ayuden a paliar los desequilibrios territoriales y regionales.
A esta escala espacial se hacen más evidentes las desigualdades pero, a la vez, pueden ser más eficientes los instrumentos para la reducción de las mismas.
En la determinación de los patrones de desigualdad, se empleó la metodología que se expone en la Figura 1. A continuación, se describen las etapas del esquema metodológico utilizado:
1.1. Etapa 1
El objetivo de este paso es definir las dimensiones e indicadores para la determinación de los patrones de desigualdad. Las particularidades de cada provincia explican su desigualdad económica, por lo que para cada una se definirán dimensiones e indicadores específicos. Se consulta la bibliografía internacional y nacional para elaborar una propuesta de dimensiones que luego se valida por expertos a partir del método Delphi. Se determina el coeficiente de Kendall para conocer concordancia entre los expertos. Con las dimensiones seleccionadas, se procede a definir los indicadores o variables que las explican. El conjunto de indicadores listados como resultado de la consulta bibliográfica se somete a criterio de expertos y se sigue el mismo proceder realizado con las dimensiones, con el objetivo de realizar una primera reducción de listado. El grupo de indicadores seleccionados por los expertos se somete a un análisis factorial confirmatorio, se le aplica un análisis de multicolinealidad estricta. Se determina la medida de adecuación muestral (MSA) y la medida de adecuación simple Kaisser-Meyer-Olkin (KMO). Para evitar la existencia de casos atípicos se aplica la extracción de los factores, a través del método de componentes principales y empleando rotación Varimax. Del proceder desarrollado se obtiene el listado final para la determinación de los patrones de desigualdad territorial.
1.2. Etapa 2
Esta etapa tiene como objetivo obtener el índice de las variaciones de los indicadores por dimensión. Para ello, primero se realiza el levantamiento de la información estadística oficial de cada indicador y se normalizan los datos. Esto se debe a la existencia de unidades de medidas heterogéneas que imposibilitan la integración en índices. Para la normalización se utiliza el método de los máximos y mínimos de amplia utilización (Aguilera, 2017). En primer lugar, se identifican los valores mínimos y máximos de cada variable de la serie y se calcula la diferencia entre el valor real de la variable y el valor mínimo. El resultado muestra el trayecto recorrido por la variable en un cantón de la provincia. Las ecuaciones a utilizar para normalizar los indicadores, dependiendo de la dirección positiva o negativa, son las siguientes (Aguilera, 2017):
Indicadores con valores positivos (a mayor valor existe una mejor situación):
Indicadores con valores negativos (a menor valor se tiene mejor situación):
Donde:
IndX: valor normalizado del indicador X.
X: valor observado del indicador X.
MAXX: valor máximo posible o deseado del indicador X.
MINX: valor mínimo posible o deseado del indicador X.
Los valores normalizados de cada dimensión oscilan entre 0 y 1. Valores cercanos a 0 indican menores niveles relativos en la dimensión. Normalizados los indicadores, se ordenan en una matriz de datos de doble entrada. La misma se conforma para cada una de las dimensiones de manera independiente y para la totalidad de los cantones de la provincia para el año, como se muestra en la Tabla 1.
Donde:
Xm: indicador propio de la dimensión.
Cn: cantón perteneciente a la provincia.
Vnm: valor normalizado del indicador Xm en el cantón Cn.
A partir de la matriz de datos normalizados, se procede al cálculo de índices unidimensionales. Coincidiendo con Aguilera, 2017), para este análisis se asume que los indicadores de cada dimensión tienen el mismo peso de importancia, por lo que la ponderación será la misma para cada uno de ellos. El valor de una dimensión vendrá dado por la ecuación:
Donde:
DX: valor del indicador de la dimensión.
n: número indicadores que componen la dimensión.
Estos índices permiten una evaluación previa de los cantones desde la visión unidimensional. Su importancia radica en que posibilita mostrar el efecto directo de cada indicador en la exclusión territorial. Permite visualizar cuál indicador contribuye al incremento o disminución de las distancias entre los cantones de la provincia por dimensión analizada.
1.3. Etapa 3
En esta fase se identifican los patrones de desigualdad socioeconómica. Para ello se parte de los indicadores unidimensionales calculados en la etapa 2. Se procede a realizar un análisis descriptivo para la caracterización del patrón de distribución territorial, a través de la comparación de los valores del índice alcanzado para los diferentes cantones. Para este propósito se emplea el análisis de clúster (AC) jerárquico y el algoritmo de las k-medias.
El AC es una técnica de análisis multivariante que muestra la partición de un conjunto de elementos en grupos. Cada conglomerado se corresponderá con un patrón de comportamiento socioeconómico diferente. En este caso, los cantones pertenecientes a un mismo grupo son muy similares entre sí, pero muy diferentes a los pertenecientes a otros grupos (homogeneidad y heterogeneidad). Las técnicas y análisis realizados permiten obtener el patrón de desigualdad socioeconómica a nivel cantonal.
2. RESULTADOS
La provincia Los Ríos fue creada el 6 de octubre de 1860. En la actualidad cuenta con 13 cantones, 16 parroquias rurales y 26 parroquias urbanas. Es la cuarta provincia más poblada del país y representa el 5,4 % de la población nacional y solo el 49,95 % clasifica como población económicamente activa. Tiene una tasa de analfabetismo según el Instituto Nacional de Estadísticas de Ecuador (INEC) de 9,3 %. El índice de necesidades básicas insatisfechas (NBI) es de 79,469 % y se manifiestan en mayor medida en la zona rural. El coeficiente de Gini en Los Ríos es de 0,497.
2.1. Patrones de desigualdad socioeconómica en la provincia Los Ríos
Los primeros estudios sobre esta temática realizados en la provincia fueron iniciados en enero de 2015. Posteriormente se realizaron varios ensayos con el fin de ajustar algunos componentes del proceder y los últimos resultados obtenidos corresponden a junio de 2018. La investigación se desarrolló con el apoyo de los gobiernos autónomos descentralizados de Los Ríos, Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), Secretaria Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES), asambleas locales ciudadanas, gobiernos autónomos descentralizados rurales de la provincia Los Ríos, Dirección Provincial de Planificación y el equipo técnico del GAD provincial.
Para la selección de las dimensiones para el diagnóstico socioeconómico, se tiene en cuenta la disponibilidad de datos para el ámbito territorial considerado, las dimensiones del desarrollo económico y social más utilizadas en investigaciones sobre el tema, y la simplicidad y concreción de los indicadores, evitando aquellos que no se ajustan a la realidad socioeconómica de las provincias del país y que se pueden incorporar al modelo información redundante. Una vez analizadas las variables incluidas en la base de datos, se procede a seleccionar las dimensiones del desarrollo económico y social, bajo las cuales se enmarcarían los indicadores propuestos.
Dentro del objetivo de desarrollo económico y social, la revisión bibliográfica permitió identificar nueve posibles dimensiones: economía, vivienda, empleo, salud, alimentación- nutrición, educación, investigación y ciencia, infraestructura técnica, y la dimensión ambiental. Como resultado de este paso se elabora una propuesta inicial que comprende esas dimensiones, las que se someten a consideración del grupo de expertos para determinar su pertinencia.
En tres rondas de aplicación, se confirma la confiabilidad a través del análisis Alpha de Crombach. Se obtuvo un valor de 0,978 y se interpretó como muy aceptable la fiabilidad de la encuesta, a partir de los estadísticos de contraste, específicamente el coeficiente de concordancia de Kendall. Por un consenso de 96,07 %, los expertos consideraron que, de las nueve dimensiones presentadas, cuatro son las adecuadas para el diagnóstico socioeconómico del GAD Los Ríos. Se concluye que el diagnóstico socioeconómico debe comprender las dimensiones vivienda, educación, salud y economía. Definidas las dimensiones para el diagnóstico socioeconómico, se procedió a seleccionar los indicadores según el procedimiento descrito en el instrumento.
Para la evaluación de los indicadores seleccionados, se consultó al mismo grupo de expertos que participaron en la selección de las dimensiones. Para ello, se aplicó la encuesta que se muestra en los Anexos 1 y 2.
Una vez aplicado el instrumento, se realizan los análisis de fiabilidad y confiabilidad, se obtiene un Alpha de 0,967 y un coeficiente de Kendall de 0,890 que se muestra en la Tabla 2.
Estos resultados fueron confirmados con la prueba de validez del análisis factorial de componentes principales por dimensiones, donde se comprobaron los supuestos del análisis factorial, definido como punto de corte la media por encima de 3,50.
Bajo la consideración de posible redundancia de información contenida en las propuestas, se procede a eliminar indicadores altamente intercorrelacionados dentro de cada dimensión, para evitar así problemas de colinealidad. Con este fin, se aplican procedimientos estadísticos de reducción de datos, específicamente, el análisis factorial confirmatorio, evaluando el cumplimiento de los requerimientos establecidos a los 53 indicadores seleccionados y distribuidos en las cuatro dimensiones.
Todo esto permitió eliminar del análisis 22 indicadores que no superaron el valor umbral que se determina para este caso (0,50). Finalmente, los indicadores seleccionados que sirven de base para el diagnóstico socioeconómico para cada dimensión son: 10 indicadores de vivienda, 4 indicadores de salud, 9 indicadores de educación y 8 en dimensión económica.
Los diferentes análisis realizados, según el instrumento diseñado, permitieron identificar los índices de desigualdad socioeconómica intraprovincial. Este resultado se sintetizó en el índice global de comportamiento socioeconómico provincial que se muestra en la Figura 2.
El resultado global obtenido muestra, por un lado, aquellos cantones caracterizados por una estructura económica dinámica, diversificada y en expansión que, además, constituyen centros de desarrollo económico productivo, financiero, comercial, cultural y político (Babahoyo y Quevedo) y, en otro extremo, los de mayor atraso, integrados por el resto de los cantones de la provincia. Se identifican en peores condiciones los cantones Palenque, Montalvo y Baba.
Como parte del análisis se procedió a calcular los índices de los cantones por dimensión en la provincia Los Ríos en el período analizado, así como su ranking, que indica cuáles son los cantones que presentan una situación de evidente vulnerabilidad. Los resultados de índices y ranking se muestran en la Tabla 3.
El ordenamiento mostrado para cada cantón en la dimensión correspondiente identifica aquellos con evidente vulnerabilidad por dimensión, que se constituyen en punto de mira para la asignación presupuestaria, en aras de reducir las brechas socioeconómicas y lograr la equidad distributiva de las condiciones de vida a escala territorial en la búsqueda de un estadio superior en el desarrollo territorial.
Los índices y ranking obtenidos permiten realizar el análisis de clúster, para identificar de los patrones territoriales de comportamiento. Considerando los índices de cada una de las dimensiones, se aplica en primer lugar un análisis de clúster jerárquico con vista a conocer el número óptimo de grupos a formar, posteriormente se aplica el método no jerárquico de las k-medias. Después de efectuados varios ensayos de agrupación y de acuerdo con los objetivos de este trabajo, los resultados estadísticos y el criterio empírico, se fijó en tres el número de conglomerados para los casos (cantones), los cuales se muestran en la Figura 3, así como los patrones de desigualdad territorial entre ellos.
Se constató, a través de un análisis de la varianza con un grado de confianza del 95 %, que existen diferencias significativas entre los conglomerados. A continuación, se relacionan los cantones que pertenecen a cada conglomerado:
1. Clúster 1 (cantones con mejor comportamiento): integrado solo por los cantones Babahoyo y Quevedo, centros principales del desarrollo económico, social, político y cultural. Concentra el 42,20 % de la población, favorecida por la concentración de servicios. Esto le permite ubicarse por encima de los demás grupos en todas las dimensiones.
2. Clúster 2 (cantones con comportamiento medio): integrado por los cantones Buena fe, Montalvo, Puebloviejo, Quinsaloma, Urdaneta, Valencia, Ventanas y Vinces con valores medios en todas las dimensiones.
3. Clúster 3 (cantones con peor comportamiento): a esta tipología pertenecen los cantones Baba, Mocache y Palenque que poseen una situación inferior a los demás grupos en todas las dimensiones.
Como resultado se observa una homogeneidad intercantonal en la dimensión educación y, a la vez, se evidencia una heterogeneidad intercantonal en las dimensiones vivienda, salud y capacidad económica. Esto muestra desigualdades socioeconómicas territoriales muy acentuadas y expresa un desarrollo desequilibrado a nivel de provincia, lo cual determina la existencia de deformaciones en la estructura socioeconómica territorial.
CONSIDERACIONES FINALES
La provincia Los Ríos muestra un desarrollo socioeconómico heterogéneo, desequilibrado y concentrado en unos pocos cantones. Los clústeres formados sirven de base para proponer acciones más coherentes en el marco de la orientación del gasto público prioritario por cantones y dimensiones.
Los resultados de la aplicación del instrumento en esta provincia indican su factibilidad, al demostrar su pertinencia como complemento a los procesos de diagnóstico socioeconómico y, a partir de ello, derivar acciones de reorientación presupuestaria encaminadas a atenuar los problemas e insuficiencias que limitan el cumplimiento de los objetivos del buen vivir. Esto debe contribuir a la mejora continua de la calidad de vida cantonal y provincial, a través de la planificación objetiva del gasto público en función de la disminución de las desigualdades socioeconómicas. El diseño de políticas públicas por parte del GAD debe orientarse a mejorar el comportamiento de los patrones de desigualdad identificados, lo que contribuirá, en el mediano y largo plazos, a una mayor homogeneidad del grado de desarrollo socioeconómico territorial. A la vez, ese desarrollo homogéneo permitirá que el sistema territorial en su conjunto avance de manera equilibrada.