INTRODUCCIÓN
El frijol común (Phaseolus vulgaris L.) es originario de América y se encuentra distribuido ampliamente en los cinco continentes (Alfonso et al., 2000; Paredes et al., 2006), constituyendo, entre las leguminosas alimenticias, una de las especies más importantes para el consumo humano (Peña et al., 2015; Estrada et al., 2016; Calero et al., 2018).
La producción mundial de frijol creció a una tasa promedio anual de 1,6 % entre 2003 y 2014, año en el que siete países concentraron el 63,0 % de la misma: India (16,4 %), Myanmar (14,9 %), Brasil (13,1 %), Estados Unidos (5,3 %), México (5,1 %), China (4,1 %) y Tanzania (4,1 %) (FAO, 2016).
En Cuba, la superficie cosechada de este cultivo superó las 122 mil hectáreas durante el 2016, con un rendimiento promedio de 1,1 t ha-1 y una producción total de 136,6 miles de toneladas (ONEI, 2017), no obstante, la producción nacional aún no satisface la demanda de consumo (Martínez et al., 2017).
Para satisfacer la demanda de la población cubana, con producciones nacionales, el uso de cultivares mejor adaptados a las diversas condiciones ambientales juega un papel importante (De la Fé et al., 2016; Maqueira et al., 2017), ya que potencia el uso de semillas registradas o certificadas, recomendadas según las condiciones agroclimáticas locales.
A partir de los aspectos anteriormente esbozados, y dada la diversidad de cultivares comerciales disponibles en Cuba, con potencialidades para la producción de frijol común, se desarrolló la presente investigación, con el objetivo de determinar la respuesta agronómica de cinco cultivares de P. vulgaris en las condiciones de la Cooperativa de Créditos y Servicios “26 de Julio”, municipio Consolación del Sur, Pinar del Río.
MATERIALES Y MÉTODOS
El experimento se estableció durante el periodo de noviembre 2015 a enero de 2016, sobre un suelo Ferralítico Amarillento Lixiviado (Hernández et al., 2015) de la Cooperativa de Créditos y Servicios “26 de julio”, ubicada en el Consejo Popular “Puerta de Golpe”, municipio Consolación del Sur, Pinar del Río. El suelo se caracterizó por tener un pH(KCl)= 4,46, M.O.= 1,34 %, P2O5= 7,10, K2O= 16,7 (cmol/kg), Ca2+= 3,20, Mg2+= 0,48, Na+=0,18 y K+= 0,23 (ppm).
Las condiciones climáticas se caracterizaron por temperatura media de 25,1 °C, humedad relativa de 88,0 % y precipitaciones acumuladas de 275 mm, según datos obtenidos en la Estación Meteorológica No. 317 del Centro Meteorológico provincial.
Material vegetal, diseño experimental y labores de cultivo
En la tabla 1 se describe el material vegetal utilizado en el ensayo, seleccionando como referencia (control) el cultivar ‘Tomeguín 93’. La siembra se efectuó sobre un diseño de bloques al azar con cuatro réplicas en la segunda quincena de octubre de 2015, periodo considerado como óptimo para el cultivo del frijol en Cuba (Faure et al., 2013).
Cultivares | Color | Hábito de crecimiento | Rendimiento agrícola potencial (t/ha) |
---|---|---|---|
‘CUFIG 48’ | Negro | Indeterminado de tipo II | 2,90 |
‘CUL 156’ | Negro | Indeterminado de tipo II | 3,17 |
‘Tomeguín 93’ | Negro | Indeterminado de tipo II | 2,70 |
‘Delicias 364’ | Rojo | Indeterminado de tipo II | 2,80 |
‘Buenaventura’ | Rojo | Indeterminado de tipo II | 2,90 |
Las parcelas para cada cultivar tuvieron cinco surcos de 6 m y una separación entre hileras de 0,6 m para una superficie de 18 m2 en cada unidad experimental. El marco de siembra (0,6 x 0,07 m) y todas las atenciones culturales, se realizaron siguiendo lo establecido en la guía técnica para el cultivo del frijol en Cuba (Faure et al., 2013). En el caso de la fertilización, se utilizó la fórmula 12-6-16-3 (N-P-K-Mg) al momento de la siembra, con una dosis de 0,4 t ha-1, y nitrato de amonio foliar a razón de 6 g L-1. Para el riego se utilizó el método superficial por aspersión. En el control de las plagas se manejaron los productos Celest Top FS 31,2 (26,2+2,5+2,5) (tiametoxan+difenoconazol+fludioxonilo), Amistar SC 25 (azoxistrobina), Engeo SC 247 (14,1+10,6) (tiametoxan+lambda cihalotrina), Bayfidan Duo GR 1,4 (0,8+0,6) (imidacloprid+triadimenol) y Bifensa CE 10 (bifentrina).
Variables evaluadas y análisis estadístico
Para las evaluaciones se seleccionaron 25 plantas por cultivar en cada réplica, mediante muestreo estratificado aleatorio, considerando entre las variables evaluadas la altura de la planta (cm) a los 55 días después de la siembra y el número de legumbres por planta, semillas por legumbres, masa seca de semillas por legumbre, masa seca de 100 semillas (g) y rendimiento agrícola (t ha-1), al momento de la cosecha. Después de comprobados los supuestos de normalidad y homogeneidad de varianza, mediante las pruebas Kolmogorov-Smirnov y Levene, respectivamente, se aplicó un análisis de varianza (ANOVA) de clasificación doble y la prueba de rangos múltiples de Duncan para la comparación de medias, con un nivel de confianza del 95 % (p ≤ 0,05). Además, se ejecutó un análisis de clasificación mediante el método de conglomerados (clúster) entre grupos y distancia Euclidiana como medida de similitud. Se empleó el programa IBM SPSS Statistics 21,0.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la Tabla 2 se puede apreciar que la altura de la planta alcanzó valores superiores a 50 cm en los cultivares ‘Delicias 364’ y ‘CUFIG 48’, mostrando este, diferencias significativas sobre los demás evaluados. Estudios realizados por Yero et al. (2008), en cultivares de frijol común con diferencias significativas para la longitud del tallo, exhiben que esta variable está muy relacionada con el hábito de crecimiento de la planta. Resultados recientes, en líneas de frijol, también registraron valores promedios para esta variable superiores a 30 cm (López-Sánchez et al., 2018). Sin embargo, Lamz et al. (2017) no encontraron diferencias significativas para la altura de la planta en una evaluación a 15 líneas de frijol común.
Cultivares | AP (cm) | L/P | S/L | MS/L (g) | M100S (g) |
---|---|---|---|---|---|
‘CUFIG 48’ | 59,40 a | 15,95 ab | 4,99 ab | 1,12 b | 15,30 bc |
‘CUL 156’ | 38,50 c | 15,70 ab | 5,19 ab | 1,27 a | 15,00 c |
‘Tomeguín 93’ | 37,33 c | 13,50 b | 4,97 ab | 0,98 c | 13,97 c |
‘Delicias 364’ | 51,00 b | 15,40 ab | 4,41 b | 1,03 bc | 17,58 b |
‘Buenaventura’ | 46,00 b | 18,40 a | 5,43 a | 1,36 a | 22,58 a |
E.E. ± | 1,74 | 0,52 | 0,13 | 0,03 | 0,84 |
CV (%) | 15,98 | 14,82 | 11,90 | 13,53 | 22,24 |
Letras distintas en las barras indican diferencias significativas según ANOVA de clasificación doble y prueba de rangos múltiples de Duncan (p ≤ 0,05)
Leyenda: AP- altura de la planta; L/P- legumbres por planta; S/L- semillas por legumbre; MS por L-masa seca de semillas por legumbre; M100S-masa seca de 100 semillas; E.E.- error estándar, CV-coeficiente de variación
Con relación a los componentes del rendimiento del cultivo, se puede apreciar diferencias entre los cultivares evaluados. El número de legumbres por planta alcanzó una media de 18,4 en el cultivar ‘Buenaventura’, con diferencias significativas respecto al cultivar ‘Tomeguín 93’. Los demás cultivares alcanzaron valores intermedios, resultado que se considera favorable dada la alta contribución de este carácter al rendimiento agrícola del cultivo del frijol, aspecto que ha sido señalado por otros investigadores (Zilio et al., 2011; De la Fé et al., 2016). Además, Ortiz (2013) encontró que un promedio de ocho legumbres por planta y una densidad poblacional de 250 000 plantas efectivas por hectárea pueden garantizar rendimiento superior a 1,5 t ha-1, aunque estará relacionado con la masa fresca de los granos y el número de semillas por legumbre.
El número de semillas por legumbre solo expresó diferencias significativas entre ‘Buenaventura’ (5,43) y ‘Delicias 364’ (4,41), el resto alcanzó valores intermedios. Esta variable puede mostrar variabilidad en función del desarrollo alcanzado por el cultivo, según las condiciones agroclimáticas, pues Calero et al. (2018) obtuvieron entre 3,0 y 4,0 semillas por legumbre con el cultivar ‘Buenaventura’ en un agroecosistema de Santi Spíritus, Cuba. Otros autores alcanzaron valores inferiores a 4,0 semillas por legumbre con ‘CUL 156’, en la misma fecha de siembra, aunque demostraron que la variación de esta influye sobre el número de semillas por legumbre, independientemente del cultivar evaluado.
La masa seca de semillas por legumbre muestra valores similares en ‘Buenaventura’ (1,34 g) y ‘CUL 156’ (1,27 g), los que difieren estadísticamente del resto. También se puede apreciar que la masa seca de 100 semillas, alcanzó medias superiores en ‘Buenaventura’ (22,6 g) y Delicias 364 (17,6 g), aunque diferentes estadísticamente. Los valores más bajos fueron aportados por los cultivares ‘CUL 156’ (15,0 g) y ‘Tomeguín 93’ (14,0 g). Otros autores informan, para agroecosistemas cubanos, medias superiores a 20 g por 100 semillas en ‘Buenaventura’ (Calero et al., 2018) y valores entre 17,6 y 19,2 g por 100 semillas en ‘CUL 156’ (Maqueira et al., 2017).
El rendimiento agrícola obtenido con ‘Buenaventura’ (1,81 t ha-1) arrojó diferencias significativas sobre los demás cultivares, aunque los de color negro (‘CUFIG 48’, ‘CUL 156’ y ‘Tomeguín 93’) alcanzaron rendimientos inferiores a los rojos (‘Delicias 364’ y ‘Buenaventura’). Cabe destacar que los cultivares negros expresaron menos del 45 % de su rendimiento agrícola potencial, mientras que ‘Buenaventura’ y ‘Delicias 364’ alcanzaron un 62,3 % y 55,7 %, respectivamente (Fig 1).
Resultados obtenidos por Martínez et al. (2015) destacan rendimientos agrícolas superiores a 3,0 t ha-1 en un agroecosistema de la Empresa Agropecuaria “Valle del Yabú” de la provincia Villa Clara. Igualmente, De la Fé et al. (2016) alcanzaron rendimientos agrícolas entre 1,0 y 3,2 t ha-1 en 14 cultivares de reciente introducción que fueron evaluados en el municipio Santa Cruz del Norte, Mayabeque.
El análisis de regresión para el rendimiento del cultivo evidenció coeficientes de estimación superiores a 60 % para las variables legumbres por planta y masa seca de 100 semillas (Fig. 2). Este resultado corrobora el criterio de varios autores que han señalado que estas variables son determinantes para el rendimiento agrícola (Zilio et al., 2011; Delgado et al., 2013).
El análisis multivariado a través del Dendrograma de Clúster (Fig. 3) arrojó similitud para los resultados obtenidos con los cultivares negros ‘CUL 156’ y ‘Tomeguín 93’. También fueron similares los rojos ‘Delicias 364’ y ‘Buenaventura’. ‘CUFIG 48’ no mostró similitud con otros cultivares, aunque puede considerarse el de mejor resultado entre los de color negro. Este análisis sugiere la utilización de ‘Buenaventura’, ‘Delicias 364’ y ‘CUFIG 48’ para la producción, en las condiciones agroclimáticas evaluadas.
CONCLUSIONES
Los cultivares evaluados muestran diferencias en su respuesta agronómica frente a las condiciones agroclimáticas de la zona de estudio, aunque el rendimiento agrícola se incrementa en más de 35 % con ‘Buenaventura’ y ‘Delicias 364’ respecto al cultivar de referencia ‘Tomeguín 93’.
La masa seca de 100 semillas y el número de legumbres por planta son las variables de mayor influencia sobre el rendimiento agrícola del cultivo