INTRODUCCIÓN
Existe un estereotipo ampliamente extendido sobre la falta de creatividad en la sociedad china. Muchos estudiosos del sistema educativo chino mantienen que los métodos pedagógicos vigentes favorecen un aprendizaje superficial y memorístico que atrofia la capacidad analítica de los estudiantes y, por tanto, reducen su capacidad creativa. Sin embargo, esta situación se contrapone con los resultados que en un aparente corto tiempo ha ostentado el país en el campo de la ciencia y la tecnología. En la actualidad China ha establecido una base sólida para el dominio y la innovación en tecnologías de vanguardia y ha tomado la avanzada en algunos campos importantes de la ciencia y la industria. Numerosos estudios de raíz culturalista han explorado esta aparente contradicción entre los rasgos característicos de la educación china y los resultados mostrados no solo en el campo de la ciencia y la tecnología, sino también en su sistema educativo.
El presente trabajo concentra su atención en el fenómeno de la creatividad y la educación en China. Para lograr comprender la mencionada paradoja que integra estas dos categorías, se propone como objetivo fundamentar con el apoyo del método histórico-lógico los antecedentes de este fenómeno actual.
1. ESTUDIO HISTÓRICO DE LA EDUCACIÓN EN CHINA. PARTICULARIDADES ASOCIADAS A LA CREATIVIDAD
Para el estudio de los antecedentes históricos de la educación en China se toma como referente la periodización que tradicionalmente han seguido otros autores (Macías Otón, 2007; Alcoholado, 2012; Aramberri, 2017), la cual se conforma por cuatro periodos: el arcaico (2070 a. n. e - 500 a. n. e), el imperial (500 a. n. e. - 1911 n. e.), el republicano (desde 1911 hasta 1949) y el socialismo (1949 hasta nuestros días). De cada periodo se tomó como objeto de estudio los principales representantes de la educación, así como los principales aportes que pudieran constituir fundamentos para el estudio de la relación creatividad-educación en China.
El periodo arcaico, principalmente bajo la dinastía de los Xia, es identificado como la época en la que prima la organización familiar de tipo matriarcal en una primera etapa. A partir del 2300 comenzó a primar como organización familiar el patriarcado, caracterizado como tendencia por las guerras. La educación en esta etapa era eminentemente pública: los establecimientos de enseñanza, conocidos con los nombres de xiao y de xue, dependían exclusivamente de la Administración. China es uno de los países en que más tempranamente apareció la educación pública -en la dinastía de Zhon del Oeste (1100 a. n. e. - 770 a. n. e.)- con el objetivo de lograr la formación moral, física e intelectual a través de las enseñanzas de seis artes, entre las que se encontraban las matemáticas y la historia. Los maestros debían caracterizarse por tres rasgos fundamentales:
La independencia: necesaria para cultivar la integridad, la honestidad de carácter y la inteligencia para poder dar consejos. Los maestros se esforzaban por ordenar su conducta personal.
La apariencia: los maestros eran prolijos en su vestido y cuidadosos en sus actos. Se caracterizaban por tener fuerza de carácter, llevar una vida frugal y sencilla, no ser accesibles por la violencia y ser afables.
El sentido de la responsabilidad: debían tener holgura de espíritu y generosidad de carácter.
Los pilares de la educación antes de Confucio se caracterizaban por la inteligencia, la vida moral, la piedad filiar, la música, las ceremonias y la necesidad de guerrear para mantener la sociedad.
El periodo imperial (500 a. n. e. - 1911 n. e.) se inicia con la aparición del gran pensador y pedagogo Confucio (551 a. n. e. - 479 a. n. e.), quien estableció un sistema educativo privado que contaba con más de 3 000 discípulos. Este largo periodo se caracterizó por tres rasgos: el carácter público de la enseñanza, la total y absoluta identificación del contenido de la educación con las enseñanzas de Confucio y su orientación hacia la formación de mandarines.
El principio rector del pensamiento educativo de Confucio para dirigir una escuela era enseñar sin clase social, es decir, independientemente de que sean nobles, civiles o bárbaros, todos tienen derecho a la educación. Esto rompe el patrón tradicional de la escuela del gobierno y populariza la educación para los civiles.
Confucio tomaba seriamente en cuenta la educación como vía para formar la personalidad. Expresó que: hay similitudes en las características naturales de las personas, pero las habilidades son diferentes. Abogaba por la educación temprana. Para él el objetivo de la educación era formar personas autodisciplinadas, caracterizadas por una alta moral e inteligencia. Estas condiciones personales no solo crearían caballeros estudiosos y amables, sino también a gobernantes de una ciudad o de un país.
En la teoría de la enseñanza de Confucio se identifican cuatro contenidos: cultura, comportamiento, lealtad, confiabilidad. Inicialmente fueron seis los clásicos del confucionismo, hasta el año 213 a. n. e. que un incendio afectó la colección y no fue hasta el año 1190 que se realizó una nueva recopilación quedando cuatro clásicos, que son los que se conocen hasta la fecha. Según Aguiar (2010), estos son:
Tao-Hio o Gran Ciencia: atribuido al nieto de Confucio y dedicado a los conocimientos propios de la madurez. Es el más pequeño de todos y contiene 23 páginas.
Cheng-Yung o Doctrina del Medio: trata sobre las reglas de la conducta humana, el ejemplo de los buenos monarcas y la justicia de los gobiernos. Contiene 45 páginas.
Lun-Yu o Comentarios Filosóficos (también conocido como Analectas), que resume de forma dialogada lo esencial de la doctrina de Confucio. Contiene 120 páginas.
Meng-Tse o Libro de Mencio, compuesto por su más destacado seguidor, que vivió entre los años 371 y 289 a. C. Es el más extenso de los cuatro y consta de 260 páginas. (p. 17)
Tras el análisis de la obra de algunos estudiosos del confucionismo (Xinzhong, 2001; Carrasco, 2011), se identifica la teoría de la enseñanza como un proceso en el que se aprende, se piensa, se repasa y se lleva a la práctica, a través de métodos específicos dirigidos a la enseñanza del estudiante de acuerdo con su aptitud, que inspira e induce, piensa de ambas maneras (como profesor y como estudiante), revisa nuevas ideas y avanza gradualmente. Confucio (1893) declaró en su ejercicio de enseñar la importancia del esfuerzo al decir: «Cuando hay un bloqueo en tu comprensión, o tu investigación no ha alcanzado la suficiente eficacia, no abandones. Cuando has estudiado algo, pero no lo has entendido, no abandones. Cuando hay algo que no has discernido, o discernido, pero no aclarado, no abandones. Cuando hay algo que no has practicado, o practicado sin entusiasmo, no abandones» (p. 20). Es por esta herencia que los educadores posteriores lo respetaban como modelo para la actividad docente.
En resumen, los pilares de la educación de Confucio son: la educación arranca del reconocimiento y aceptación de uno mismo, lo fundamental es actuar con sinceridad y reconocer la realidad de las cosas y del hombre tal como es y la naturaleza humana es radicalmente buena.
El primer pilar, que es la seguridad, aporta la base para potenciar la creatividad. En la medida en que el ser humano es capaz de conocerse a sí mismo y de identificar sus fortalezas y debilidades, estará en mejores condiciones de avanzar con seguridad e independencia en la vida. El segundo pilar está asociado a la honestidad, indicador que ha sido poco tratado en las investigaciones y publicaciones de autores del mundo occidental. En aquellas publicaciones en las que se hace mención, la tratan como una cualidad, virtud o valor en estrecho vínculo con la dimensión social de la creatividad (Calero, 2012).
Fueron varios los pensadores destacados posteriores a Confucio que aportaron a la cultura china, entre los que se pudieran mencionar Mozi (479 a. n. e. - 372 a. n. e.), Mencio (327 a. n. e. - 289 a. n. e.), Wang Chong (27 a. n. e. - 100 n. e.) y Yan Zhitui (1020-1077).
Mozi o Mo-tzu o Mo Ti fue un filósofo chino, del periodo Zhan Guo. En sus primeros años había sido seguidor del confucionismo y estaba sujeto a la técnica de Confucio, pero más tarde creó su propia escuela doctrinal. Hay una línea que Mozi (1987) profundiza como continuidad de la doctrina del confucionismo asociada a la educación china: debe tener como objetivo cultivar en las personas la moralidad y la sabiduría. Un aspecto distintivo asociado a la creatividad en el pensamiento educativo de Mozi es que concede una gran importancia a las aplicaciones de ciencia y tecnología, sin desconocer la cultura tradicional. Planteaba que se ha de mantener lo bueno de lo antiguo, pero sumando lo mejor de lo actual. De este modo se refuerza la idea de conservar lo mejor del pasado, pero sin dejar de reconocer la importancia de la ciencia y del progreso, con lo cual se crean las bases para la acción de crear.
Mencio fue estudiante de Zi Si (el nieto de Confucio). En sus últimos años, según Botton (1969), compiló un libro titulado Mencius, en el que abordó el condicionamiento entre la libertad y el dominio del conocimiento. En este texto se alude por primera vez a la especialización de los saberes como una necesidad para alcanzar la explicación detallada asociada a la solución del problema y su verdad; es decir, a la búsqueda y alcance de la razón suficiente de la verdad.
En este mismo camino del aprendizaje, Mencio sostiene la alternativa de aprender a partir del cuestionamiento y las preguntas más allá de los libros. Esta idea constituye un excelente intento de valorar la independencia en el aprendizaje en detrimento del aprendizaje reproductivo a través de la lectura de los libros. Se destaca en Mecio el abordaje a la independencia y al dominio del saber asociados a la solución del problema.
Wang Chong fue un pensador educativo del periodo Dong Han (Maeth, Botton Beja y Page, 1984). En sus escritos refiere cuatro niveles de aprendizajes que van desde el reproductivo al creativo y talentoso. En el nivel reproductivo la persona puede hablar de un libro confuciano clásico, en el de comprensión entiende muy bien de la historia antigua y la moderna, en el aplicativo puede citar el contenido de un libro para explicar sus ideas, y en el creativo puede escribir un libro y explicar sus pensamientos. El autor abogó por la necesidad de cultivar el talento a partir del criterio de que las personas tienen la capacidad de conocer y aprender solas o con la ayuda de otro. Se opuso a la superstición y defendió firmemente el pensamiento independiente.
Yan Zhitui (531-590) retomó el análisis de las actitudes y métodos de aprendizaje desde el budismo. Según Yan Zhitui (Qijia, 2006), el aprendizaje y el conocimiento deben ir acompañados de la modestia como condición para conservar la orientación en el camino del saber. Como se hace evidente, el aspecto axiológico sigue siendo un referente asociado al saber, independientemente del fundamento filosófico de este pensador chino. Dicho elemento caracteriza a la cultura científica china.
El autor, según Qijia (2006), sustenta que la persona debe aprender desde temprano en la vida y también cuando se llega a la vejez. Señala que solo la persona diligente es capaz de alcanzar el conocimiento y la competencia necesaria para encontrar lo nuevo. En este aspecto vuelve a integrar el conocimiento al valor, a la virtud, al esmero y al cuidado cuando se ejecuta algo. Refiere que cuando se quiera citar algún pensamiento de otra persona en alguna obra propia debe ser previamente estudiado por uno mismo y a profundidad y no tomar como cierto lo que otros han interpretado de esa idea o persona. Yan Zhitui defiende constantemente la necesidad de una educación sólida, alejada de las relaciones inciertas, sustentando el valor de la seguridad en el acto de aprendizaje. Reforzó el valor de la moral en el conocimiento y la vida.
Zhang Zai fue uno de los fundadores del neoconfucianismo. Era filósofo moral y cosmólogo. Resulta significativo de su pensamiento la idea de que cada persona puede desplegar sus talentos y habilidades completamente, todo depende de que se eduque de acuerdo con sus aptitudes para no retrasar la exploración de sus potencialidades. Indudablemente el autor hace énfasis en el aprendizaje individualizado. A través de este y a partir de las fortalezas de cada estudiante se forma la condición para desplegar las potencialidades de cada sujeto. Señala que la enseñanza consiste en captar las mejores oportunidades educativas de los educandos y enseñarles en el momento adecuado. Otro aspecto interesante de este pensador es que considera que la enseñanza debe tener una secuencia, ni muy lenta, ni muy urgente, sino que debe obtenerse el conocimiento gradualmente (Zhanh, 1978). Zhu Xi (18 de octubre de 1130 - 23 de abril de 1200) llega ser uno de los más importantes neoconfucianos (Blakeley, 2001). Este destacado e influyente pensador dedicó la mayor parte de su vida a la educación. Con sus escritos aportó importantes iniciaciones y métodos de la enseñanza. Insistía en que el estudio independiente en el aprendizaje enfatiza la iniciativa en los estudiantes. Si se ayuda demasiado se atenta contra este aprendizaje porque se obstaculiza la independencia. Otra de sus ideas gira alrededor de que el aprendizaje debe ir acompañado del trabajo duro para motivar el espíritu y la valentía, y poder alcanzar como recompensa la sabiduría. Por último, destaca que el estudio y la práctica se complementan entre sí. Zhu Xi promovió la profundización del conocimiento a través de la práctica: solo practicando personalmente la teoría se le puede entender profundamente.
Estos tres elementos -la independencia, el esfuerzo y la práctica- fueron categorías que se asentaron con fuerza en el ejercicio del saber en la cultura china desde esta lejana época y que quedaron en las obras como referentes para el futuro. Constituyen dimensiones por las que se explican, evalúan y miden la creatividad.
En la China de Confucio y en la etapa posterior la educación se caracterizó por el criterio de que se puede transformar educando y que esta constituye un instrumento de cambio social y político. La función de las instituciones educativas chinas consistía en preparar intelectual y moralmente a los estudiantes para que asumieran el papel que les correspondía en la sociedad. Su compromiso era con la cultura, con el conjunto de conocimientos y realizaciones de la antigua China. La apropiación de esta cultura sigue una trayectoria común para todos: los menos capaces deben esforzarse por vencer sus dificultades y conquistar su lugar junto a los demás.
En el periodo republicano (1911-1949), las fuerzas modernizadoras chinas se oponían al viejo sistema de los exámenes imperiales y buscaban implantar un sistema escolar moderno inspirado en el que existía en Europa, Japón y Norteamérica. Las escuelas imperiales practicaban el confucianismo como culto, con un velo dogmático que asfixiaba todas sus potencialidades de desarrollo. Cultivaban la sumisión al poder, rechazaban las ciencias, se basaban en conocimientos literarios y en ideas feudales y se estableció como único método la memorización.
La creación de nuevos centros de estudio era una forma de luchar por la modernización del país. La naciente República de China estableció como una de sus prioridades establecer un nuevo sistema educativo universal, en el que los estudiantes recibieran una formación integral que comprendiera las vertientes física, intelectual, moral y estética. En esta etapa se abolió el confucionismo y se olvidaron los textos clásicos.
A principios del siglo xx se comenzó a erigir un sistema educativo moderno que al inicio tomó como modelo el japonés y posteriormente el de los Estados Unidos, Francia y Alemania. También empezaron a influir en los jóvenes intelectuales chinos que iban a estudiar a universidades extranjeras pensamientos revolucionarios, especialmente el marxismo. Entre las ideas modernas se incluye, de manera explícita, la educación creativa como una necesidad. En esta etapa y como representantes del pensamiento educativo se destacan Cai Yuanpei (1868-1940) y Tao Xingzhi (1891-1946).
Cai Yuanpei fue un educador conocido por su evaluación crítica de la cultura y ser síntesis del pensamiento chino. Desarrolló una observación minuciosa de la sociedad y las costumbres chinas. Expuso la creación de un sistema educativo moderno. Difundió la idea de promover la libertad de pensamiento y crear una atmósfera de investigación científica abierta. Sostuvo la idea de que la universidad debería ser una escuela que contuviera todos los conocimientos, al margen de la posición de cada cual: lo importante eran las ideas y su desarrollo (Zhang, 2000).
Abogó por la flexibilidad del conocimiento y por la igualdad de importancia de las cinco formas de vida: virtud, sabiduría, salud, colectivo y belleza. Su propuesta de libertad de pensamiento y compatibilidad convirtió a la Universidad de Pekín en la cuna del Nuevo Movimiento Cultural, seno de la creatividad en su tiempo, sin renunciar a la esencia de la cultura China.
Tao Xingzhi fue un renombrado profesor y reformador chino. Junto a otros educadores fundó la Asociación Nacional para el Progreso de la Educación (Zhong-Hua jiaoyu gaijin hui), de la que fue elegido como secretario general. Desde la presidencia produjo varias técnicas innovadoras para la educación, como el Pequeño Modelo de Docente, que animaba a los estudiantes a enseñar a sus familias lo que acababan de aprender en la escuela y la técnica de «enseñar a cada uno» sobre redes de enseñanza organizadas.1
Recurrió a la educación para la vida, incluyendo tres aspectos esenciales: 1) la vida es la educación (el significado fundamental de la educación es el cambio de vida, la creación. La vida siempre contiene el significado de la educación. Educar es crear); 2) la sociedad es la escuela (de este modo se enriquecen los materiales educativos, los métodos de educación, el entorno educativo y la fuente para la creación. Esta riqueza incluye además a los estudiantes y los profesores); 3) integrar la enseñanza, el estudio y la práctica (se debe enseñar o estudiar en la práctica. La enseñanza sin práctica no es enseñanza. El estudio sin práctica no es estudio). Este tercer aspecto expone la esencia de su método educativo (Hu et al., 2005).
Tao Xingzhi dedicó, además, un espacio al estudio de la enseñanza infantil y presentó cinco proposiciones: la primera es la necesidad de liberar la mente de los niños como vía para aprovechar toda su potencialidad; la segunda, liberar las manos de los niños; la tercera, liberar la boca de los niños, alentándolo a preguntarlo todo; la cuarta, liberar el espacio de los niños, dejándolos entrar en contacto con la naturaleza y la sociedad; y la quinta, liberar el tiempo de los niños, por lo que se opuso a las tareas en demasía y a los exámenes pues los niños pierdan las oportunidades de aprender la vida.
Desde inicio del siglo xx China se consideraba uno de los países más fuertes del mundo. La educación era un pilar fundamental en el movimiento de renovación de 1905, llegando a constituir el primer asunto político. El renovador Lian Qichao dijo: «Para hacer todas las cosas, el fundamento está en las escuelas» (Lian, 1936, p. 14.), y «Para renovar, lo más importante es preparar talentos, y ese es el objetivo de las escuelas» (Lian, 1936, p. 10.).
En el área de educación China aceptó totalmente la universalidad pedagógica venida desde el exterior y se dedicó exclusivamente a estudiar sus principios, sin poner atención a la práctica o a la realidad educativa. Como consecuencia fue separando la práctica pedagógica de sus raíces, por lo que truncó su propio desarrollo.
El periodo de liberación nacional (1919-1945) marca 30 años de lucha armada dirigido por el Partido Comunista de China (PCCH). En esta época la educación incorporó a la enseñanza el ejemplo del Mao Zedong, quien en 1929 difundió algunos principios pedagógicos de los que se pueden destacar: avanzar de lo próximo a lo lejano, de lo superficial a lo profundo; despertar el interés del auditorio; hacer las clases interesantes; repetir incansablemente lo fundamental de la clase hasta llegar a la comprensión total; resumir lo que se ha dicho, destacando lo más importante; desarrollar la práctica de discusiones y debates, entre otros. Estos principios posteriormente serán la base de la nueva educación revolucionaria china como herramientas indispensables para la transformación del pueblo (Domínguez, 2017).
En periodo socialista (1949 hasta nuestros días) con la dirección del PCCH empezó la construcción del socialismo. Del año 1976 al 2000 se inició la conocida como Etapa de Exploración y Creación. Después de terminar la gran Revolución Cultural en 1976, China empezó a reconstruirse en todos los aspectos, con el fin de recuperar el funcionamiento de las instituciones y la importancia de los investigadores. Las décadas de los ochenta y los noventa del siglo xx constituyen el periodo con mayor relevancia en el desarrollo de la pedagogía como disciplina en China. A partir de los años noventa las ciencias y las técnicas han desempeñado un papel cada vez más influyente en el desarrollo de la economía. Actualmente uno de los objetivos primordiales del país es el desarrollo y la armonía social a través de la ciencia y de la educación (ke jiao xing guo).
Ya desde el año 2000 el gobierno chino se ha fijado el objetivo de promover la innovación en su sistema educativo. El Plan Quinquenal de 2006 (Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Shanghái, 2011) establecía el estímulo de la creatividad como un objetivo para el país. El entonces presidente de la República Popular China, Hu Jintao, llamaba la atención en 2010 en la necesidad de reformar la educación fomentando la curiosidad y la iniciativa de los estudiantes, y alentar su pensamiento creativo. En las últimas décadas, gran parte del diagnóstico sobre la ausencia de creatividad ha sido tácitamente asumido por el gobierno chino en su Plan Nacional para la Reforma y Desarrollo de la Educación 2010-20 (Gu, 2010).
En la actualidad es muy común la declaración de la necesidad de que el sistema educativo chino se abra al pensamiento crítico y forme estudiantes que no sientan temor a innovar y a emprender para optimizar el desempeño de su economía. Pero los críticos no ocupan todo el terreno y sufren a su vez el ataque contradictorio de los recríticos que les censuran su incapacidad para explicar la llamada «paradoja educativa china». Estudios realizados han demostrado que tanto estudiantes chinos como japoneses o como coreanos, formados todos ellos en una misma pedagogía neoconfuciana, obtienen excelentes resultados académicos en universidades de otros países en que supuestamente priman el desarrollo individual y las actitudes críticas (Biggs, 1996).
CONCLUSIONES
Esa confluencia de colectivismo, perseverancia, virtud y estilo particular de aprendizaje ha sido clave en el progreso educacional de China y, en particular, en su desarrollo sumamente original, práctico, creativo. En la actualidad, lejos de excluirse mutuamente, autoritarismo y eficiencia se han retroalimentado. Esto se manifiesta en la educación en el hecho de que los estudiantes chinos sean aprendices enfocados y disciplinados que ven el dolor y el trabajo duro como fundamental para la automejora.
El sistema de examen orientado de China, el cual tiene hondas raíces históricas y que actualmente es conocido como el gaokao, ha logrado dos objetivos principales: filtrar los estudiantes con el más alto desarrollo de inteligencia analítica para producir un gran número de ingenieros y tecnócratas para supervisar esta transición de desarrollo y consolidar una educación sustentada en el esfuerzo y la disciplina.