INTRODUCCIÓN
Con el advenimiento de la pandemia de COVID-19 y las medidas de restricción social, en el año 2020 se impuso que los cursos de licenciatura en enfermería pasaran a ser ofrecidos de forma remota, obligando a docentes y estudiantes a adaptarse abruptamente a esta nueva realidad (Brasil, 2020). Se conoció sobre la COVID-19, por primera vez, en diciembre de 2019, cuando se cree se expandió desde la provincia de Hubei, en China. No pasó mucho tiempo para que la enfermedad viral provocada por el virus SARS-CoV-2 llegara a gran parte del mundo y forzara varias medidas de aislamiento y restricción social en todo el mundo. (Croda y García, 2020)
Estas medidas de restricción social tuvieron un gran impacto en varios ámbitos de la vida de las personas, ya que obligaron al cierre de establecimientos considerados no imprescindibles para el mantenimiento de la vida. Esto resultó en el cierre de universidades, lo que obligó a los cursos de pregrado a adoptar la educación a distancia. En este sentido, profesores y alumnos vivieron un gran desafío en cuanto al proceso de enseñanza-aprendizaje. Cada institución educativa utilizó diferentes herramientas y metodologías para continuar enseñando. Este desafío atraviesa varias cuestiones sociales, además de las relacionadas con la enseñanza y el aprendizaje. (Lira et al., 2020)
Con el fin de identificar las principales influencias de las medidas de restricción social en la enseñanza y el aprendizaje en enfermería, realizamos este estudio de reflexión acerca de las implicaciones de la pandemia en la enseñanza de la enfermería. Históricamente, el proceso de educación no presencial apareció en los Estados Unidos alrededor de 1728, a mediante la correspondencia, que evolucionaría hasta el modelo de educación a distancia que hoy se observa.
Para llevar a cabo este análisis reflexivo se realizó un relevamiento de datos en las bases Scielo y PubMedy. Como criterios de inclusión, se tomaron en cuenta los artículos publicados en 2020 en portugués, inglés y español que presentaban las implicaciones de la educación a distancia para la educación superior en enfermería y que presentaban el texto completo disponible de forma gratuita. Para ello, se utilizaron las siguientes palabras clave: Pandemia, COVID-19, Docencia, Enfermería. La muestra final fue de 8 artículos.
EDUCACIÓN EN ENFERMERÍA A DISTANCIA: UNA REALIDAD EN TIEMPOS DE PANDEMIA
A partir de la recopilación, lectura y análisis del material descrito en la metodologia, profundizamos en la idea de que la educación a distancia es una posibilidad compleja, difícil y no recomendada para la realidad de la educación en enfermería. Se ha convertido en una práctica temporal y parcial, que requiere adaptación, reflexión, análisis y confrontaciones. Estas dimensiones se analizarán con más detalle a continuación.
La nueva modalidad de enseñanza impuesta por la pandemia en Brasil se denominó educación a distancia y no aprendizaje a distancia, ya que, por definición, la educación a distancia presenta en su estructura metodologías diseñadas para garantizar la enseñanza y la educación en la educación a distancia, privilegiando todos los aspectos vinculados a esta modalidad de enseñanza. La educación a distancia, a su vez, se considera una modalidad de enseñanza de emergencia, ya que sus metodologías no serán plenamente empleadas en esta modalidad. (Dias y Pinto, 2020)
Comenzamos esta reflexión destacando la pequeña cantidad de artículos que se enfocan en este tema, ya que es una problemática actual. Llamamos la atención sobre la necesidad de una investigación que involucre los impactos de la educación a distancia en la educación superior en enfermería, ante el surgimiento de una nueva ola de contagio, lo que nos lleva a pensar en el regreso de las medidas restrictivas y la remoción temporal de la posibilidad del retorno a la convivencia social y la docencia en el aula.
Para Costa et al. (2020), el abordaje de la docencia de emergencia en enfermería necesita ser mejor discutido por el equipo académico, ya que es de las dificultades que nace la fuerza para afrontar los retos, así como la posibilidad de ver nuevos horizontes que deben ser explorados.
Cuando pensamos en educación remota en Brasil, lo primero que debemos tener en cuenta es la dificultad y desigualdad de acceso a las nuevas tecnologías. Esta desigualdad ha sido uno de los principales factores vinculados al éxito y / o fracaso de la educación a distancia en Brasil y en el mundo (Martins et al., 2020). Una encuesta mostró que 1 de cada 4 brasileños no tenía acceso a internet y que solo el 2 % de los niños, niñas y adolescentes en Brasil tienen acceso a la red de redes a través de una computadora (Prescott, 2020). Estos hechos describen lo difícil que ha sido para docentes y estudiantes desarrollar las actividades remotas impuestas por la pandemia.
Otro factor que debemos destacar es que la formación en enfermería requiere, además de conocimientos teóricos, habilidades prácticas de los estudiantes para desempeñar el rol de enfermeros. Según Bezerra (2020), el 40 % del curso de licenciatura en enfermería consta de contenido práctico. Así, al menos en algunos espacios, los profesores de enfermería se enfrentan a disciplinas con un importante componente práctico que se imparten de forma remota, lo que les obliga a adoptar estrategias creativas para garantizar la docencia. Sin embargo, por el lado del docente, los estudios muestran que muchos de ellos no tuvieron contacto con las tecnologías educativas en su formación, ya que tanto la carrera de enfermería como la maestría y el doctorado específicos de la profesión no se enfocan en herramientas tecnológicas para la docencia. (Machado, 2020)
El enfermero, en su génesis, es un educador, ya que forma parte de sus deberes profesionales orientar a la población, a los profesionales que trabajan junto a él y al equipo de salud, en general. Sin embargo, esta noción implícita de educador, a pesar de ser uno de los pilares del sistema de salud brasileño, no incluye necesariamente la docencia de pregrado en el aula, ya que la mayoría de estos cursos de enfermería no tienen componentes didácticos ni se enfocan en la aplicación de las tecnologías de la educación en la docencia, tan necesarias en este momento pandémico. (Silva et al., 2020)
Aún en la educación superior, Bezerra (2020) refuerza la existencia del trípode enseñanza-investigación-extensión necesario para la calidad en este nivel educativo. Este trípode, en cuanto a extensión, sufrió una ralentización y, en algunos casos, incluso una pausa, ya que algunos proyectos quedaron totalmente interrumpidos. Por otro lado, en lo que respecta a los distintos cursos de pregrado, no solo en enfermería, podemos ver que el número de investigaciones y su incentivo ha dado un gran salto exponencial, evidenciado por la urgencia actual de investigaciones sobre la infección, la pandemia, el aislamiento social y la salud mental en este contexto, además de las formas de trabajo.
La educación a distancia en la enfermedad ha sido ampliamente utilizada como herramienta de educación continua, no solo en los casos de la formación no especializada sino también en cursos de formación y afrontamiento del COVID-19. (Caetano et al., 2020). La Organización Mundial de la Salud (OMS), el Ministerio de Salud de Brasil y los distintos consejos regionales de enfermería del país ofrecieron cursos de educación a distancia con el fin de capacitar al equipo de enfermería para enfrentar la pandemia de COVID-19, los cuales fueron muy bien aceptados por la población, considerando que la mayoría de ellos se ofrecieron a profesionales que no tienen las dificultades descritas anteriormente.
Según la OMS, la salud es el estado completo de bienestar físico, social y mental y no solo la ausencia de enfermedad. Sin embargo, en tiempos de reclusión social y distancia entre nosotros, nos preguntamos hasta qué punto podemos considerarnos saludables. En medio de este escenario, destacan las presiones que sufrieron los estudiantes que tuvieron que migrar repentinamente a la educación remota, así como los docentes que debieron adaptar toda su rutina y metodología de enseñanza a esta nueva modalidad.
La pandemia, la posibilidad de enfermar, las pérdidas emocionales y familiares, la necesidad de aislamiento, el afrontamiento de los cambios en las tecnologías y metodologías de trabajo, entre muchas otras cosas que se podrían mencionar, marcaron altas probabilidades de padecer enfermedades mentales y casos de depresión, estrés y ansiedad. Esta situación se ve agravada por la gran cantidad de noticias negativas y la incertidumbre no solo de un futuro profesional, sino también de cuestiones relacionadas con la vida personal y la de los conocidos cercanos. (Faro et al., 2020)
Considerando que esta situación afecta a docentes y alumnos, así como a la relación pedagógica, personal y relacional entre ellos, estas complicaciones de salud mental se caracterizan por ser un pilar más de la educación a distancia, trayendo al escenario a los coordinadores y gestores de educación superior y su responsabilidad para gestionar estos problemas con profesores y estudiantes. (Silva et al., 2020)
El contexto de la pandemia puso en primer plano una discusión que se viene dando desde 1998, en la que ya se estaba discutiendo la inclusión de las tecnologías de la educación en la educación superior, considerando el contexto actual de globalización y la necesidad de generar nuevas formas de relación entre la enseñanza y el aprendizaje, sin embargo, nos dimos cuenta de que , 22 años después, no avanzábamos de forma proporcional con la evolución tecnológica (Novilla, 2020). La pandemia, entonces, nos pone ante la necesidad del uso abrupto de las nuevas tecnologías, aunque sea de forma temporal. Siempre con el objetivo de generar reflexiones necesarias sobre su pertinencia y los límites técnicos, pedagógicos, éticos, prácticos y didácticos de su sobreuso, desde una filosofía de enseñanza que la prioriza sobre la calidad o la necesidad de formación profesional.
CONSIDERACIONES FINALES
Los hechos descritos anteriormente señalan la necesidad de una reestructuración curricular y sus desafíos, que es la necesidad de incluir herramientas tecnológicas en la educación superior, ya que la pandemia pasará, pero la influencia de la tecnología en nuestras actividades diarias irá en aumento y, en última instancia, influirá en el proceso de enseñanza-aprendizaje. También destacamos que, sobre todo, la enseñanza de la enfermería, ante el gran porcentaje de contenidos prácticos, encuentra grandes dificultades para su inserción en este escenario tecnológico docente.
La enseñanza a distancia, como se describe, presenta grandes dificultades debido a las diferencias sociales existentes entre los estudiantes y el acceso a las tecnologías y servicios, además, demuestra la fragilidad en la formación de los profesores de enfermería. Otro tema relevante es la capacidad que se requiere de los directivos para afrontar una situación sin igual, que los sobrecarga y obliga a resolver problemas y tomar decisiones académicas para gestionar de forma eficaz y eficiente este momento de crisis.
Esta sobrecarga evidenciada en los directivos también está presente en la facultad, aumentando así el número de docentes que demandan atención a su equilibrio emocional y su salud mental. Como limitaciones del estudio, podemos destacar el reducido número de publicaciones que involucran el tema dado su carácter tan contemporáneo.
Concluimos con un llamado de atención sobre la necesidad de discutir estos temas con mayor profundidad en la academia, en vista de la rapidez con la que aparecen los cambios hoy y los diversos problemas que genera la nueva modalidad docente.