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Revista Cubana de Educación Superior

versión On-line ISSN 0257-4314

Rev. Cubana Edu. Superior vol.41 no.3 La Habana sept.-dic. 2022  Epub 25-Oct-2022

 

Artículo original

El impacto del aprendizaje significativo en la educación del siglo XXI

The meaningful learning impact in education in the 21 st Century

0000-0003-4162-0129Paola Julia Parra Ocampo1  , 0000-0003-3282-7582Elizabeth Mejia Narro1  * 

1Universidad Nacional de Moquegua, Perú.

RESUMEN

El aprendizaje significativo es sustancial para el estudiante porque permitirá con éxito desarrollar nuevas ideas, nuevas capacidades de interpretar, sintetizar y conceptualizar los conocimientos. Este tipo de aprendizaje ‒que no es realmente nuevo en la educación, porque es la secuencia de los modelos pedagógicos y está siendo recién conceptualizado‒ en el cual surge la planificación del docente que abarca métodos, técnicas y recursos didácticos con el seguimiento en base a indicadores como trabajo en equipo y dinamismo en la enseñanza de modalidad virtual, evitando así la pedagogía tradicional y priorizando un aprendizaje significativo y autónomo que alcance los propósitos de formación que exige este siglo XXI.

Palabras-clave: aprendizaje significativo; virtual; descubrimiento; conocimiento

ABSTRACT

Meaningful learning is substantial for a student because it will allow the successful development of new ideas, new capacities to interpret, synthesize and conceptualize the knowledge. This type of learning that is not really new in education because of the pedagogical models and is recently has being conceptualized which the teacher's planning arises that includes methods, techniques, and didactic resources with follow-up based on indicators such as teamwork and dynamism in teaching of virtual modality, thus avoiding traditional pedagogy and prioritizing meaningful and autonomous learning that achieves the training purposes demanded by this new era.

Key words: meaningful learning; virtual; discovery; knowledge

INTRODUCCIÓN

Las generaciones están sumergidas en la era digital: el campo laboral tiene tendencias digitales que favorecen en su mercado de productividad. Entonces, la dirección está puesta en que la generación deberá cumplir con un perfil más estricto en cuanto a sus habilidades para resolver problemas reales, crear planes de secuenciación, monitoreo y seguimiento, cumplir objetivos. Para llegar y cumplir esas demandas desde la infancia hasta la vida universitaria, estarán expuestos a complejidades y problemáticas en su entorno educativo, con la finalidad de desarrollar las habilidades de crear soluciones en la vida cotidiana con el apoyo de herramientas tecnológicas.

Pero, ¿cómo llegamos a que un estudiante cumpla con todas las exigencias de una nueva era tecnológica, de una nueva mirada del mercado laboral? Produciendo un aprendizaje significativo donde se desarrollen habilidades como trabajo en equipo, liderazgo, flexibilidad, comunicación y negociación.

DESARROLLO

Iniciamos con el contexto del aprendizaje significativo que plantea el creador de esta teoría, David Paul Ausubel (1976), para quien es significativo el aprendizaje cuando el nuevo material está relacionado con la experiencia previa del estudiante, elaborando el material de estudio a partir de la estructura cognoscitiva del mismo. El tema principal del aprendizaje significativo es cómo recepciona la nueva información para así desarrollar una construcción del conocimiento nuevo.

Todo lo nuevo que se aprende, busca alguna lógica

Según Rivera Muñoz (2004), para un estudiante el aprender es poder atribuir. Al estudiante se le atribuye la posibilidad de usar (utilidad) el nuevo contenido aprendido relacionándolo con el conocimiento previo. El proceso de aprendizaje significativo está definido por la serie de actividades significativas que ejecuta, y actitudes realizadas por el estudiante; las mismas le proporcionan experiencia, y a la vez esta produce un cambio relativamente permanente en sus contenidos de aprendizaje.

Como lo manifiesta Ondas (2009, como se citó en Olaya y Ramírez, 2015), el estudiante participa de la investigación y se hace un proceso para que anclen los conocimientos nuevos a partir de los anteriores. De hecho, aprovecha su contexto para generar un interés de indagación que lo lleve a aprender sobre determinada situación. «Construir experiencias significativas para los niños, las niñas y los jóvenes, a través de estrategias pedagógicas que los vinculen como actores centrales del proceso» (p. 7).

Entonces se propone a un aprendizaje significativo por descubrimiento, el cual es un aprendizaje autónomo, basado en la actividad del propio aprendiz, que explora y descubre el mundo. Este concepto no es nuevo, porque han existido durante la historia de la humanidad ejemplos concretos. Podría decirse al físico Isaac Newton cuando le cayó la manzana de un árbol, su cerebro hizo un análisis de reflexión emitiendo hipótesis de lo que había ocurrido y únicamente basándose en los conocimientos previos y/o experiencia acumulada para una nueva forma constructiva, los conocimientos que dieron a lugar las leyes de Newton que todos conocemos y comprendemos en la actualidad.

Si nos vamos a un enfoque de la etapa más importante de la humanidad, la infancia, según nos dice Jean Piaget, la infancia donde da lugar fundamental en el desarrollo cognitivo. El infante analiza, reflexiona su entorno, para construir conocimientos en base de las dificultades que presentan en los materiales propuestos a comprender, al tiempo del entorno de aprendizaje, etc.

En los últimos años han surgido cambios científicos y tecnológicos en la educación. Nos encontramos en un movimiento acelerado en el desarrollo de la ciencia y la técnica en las últimas décadas que ha provocado en la educación superior cambios significativos entre sus componentes. El estudiante del siglo XXI seguirá obligado a tener conocimientos previos y/o experiencia en áreas de informática con la finalidad de desarrollar el chip de investigación donde va surgir la creatividad, razonamiento y organización, experimentando realidades de otros países del mundo donde claramente va recibir cada día más información. Y si nos referimos a los docentes, ¿qué papel fundamental deberán tomar?

La respuesta está muy clara: tendrán la oportunidad de llevar a cabo las clases más dinámicas, bien elaboradas y sustentadas, donde deberán reforzar y ampliar para cumplir con los objetivos.

¿Cómo los niños han aprendido según los modelos pedagógicos?

Según Jiménez Avilés (2009), en su análisis de los colegios ideas (pertenecientes a la escuela nueva, como un cambio en la escuela tradicional), en estos se consideraba la relación directa con la naturaleza y la construcción de edificios en directa relación con el mundo natural. Hace una marcada diferencia entre la educación tradicional (con métodos que garantizan la exposición por el profesor y la repetición de ejercicios), y la escuela nueva en la que el niño genera su conocimiento. El sujeto, la experimentación, la vivencia y la manipulación ocupan un papel central.

Como lo manifiesta Londoño Arcila (2013), en su análisis de los modelos pedagógicos, la escuela tradicional, a pesar de la profunda crisis que padece en países de América Latina y el mundo entero, se resiste a cambiar; se resiste a adecuarse a las nuevas demandas de la sociedad, pese a que los cambios sociales, económicos, políticos y culturales, han hecho que una escuela centrada hasta el momento en la rutina, el aprendizaje mecánico, el cumplimiento y la obediencia, pierda en la época contemponánea.

Fernández Varela (2019) plantea en su investigación de la Escuela Nueva, que a través de proyectos de aprendizaje busca la significación, valor y dignidad de la infancia, al centrarse en los intereses espontáneos del niño, potenciar su actividad, libertad y autonomía. Estas miradas permitieron que se constituyera fundamentalmente en un modelo pedagógico y la nueva tendencia bajo la cual muchas instituciones de carácter educativo versaron sus proyectos de formación. A través de esta propuesta, los roles de los sujetos del proceso educativo se transformaron: por un lado el maestro, pensado como un acompañante, facilitador y guía en la adquisición del conocimiento; y el estudiante como centro de la enseñanza y el aprendizaje, reconociendo principalmente sus intereses, necesidades, contexto, capacidad, habilidades, y desde allí orientar procesos de autoaprendizaje donde él, a partir del descubrimiento, el juego, el material concreto, la interacción con el medio, alcanzará unos propósitos determinados desde la perspectiva educativa.

De Zubiría (como se citó en Martínez Doza, 2017, p. 872), describe a la escuela tradicional como pasiva y memorística, donde el aprendizaje permanece en la memoria de corto plazo, sin modificar con ello las estructuras para pensar, sentir o actuar. Según Not (1983) «muy seguramente tendrá que abrirse paso un modelo dialogante e interestructurante» (p. 871) que reconociendo el papel activo del estudiante en el aprendizaje, reconozca el rol esencial y determinante de los mediadores en este proceso; un modelo que garantice una síntesis dialéctica, centrado en el desarrollo y no en el aprendizaje, una interacción sujeto-objeto. La escuela tradicional resolvió, en su momento, el problema de los aprendizajes básicos, pero es totalmente inoperante en el siglo XXI, cuando el pensamiento y la creatividad están llamados a ser los motores del desarrollo.

En conformidad con García y Fabila (como se citó en Zubieta García y Rama Vitale, 2015), la educación se centra en el desarrollo y no en el aprendizaje; se reconoce la necesidad de trabajar las dimensiones cognitiva, socioafectiva y práxica. En este proceso, tanto mediadores como estudiantes cumplen papeles esenciales, pero diferenciados: el aprendizaje es un proceso activo y mediado en el que se deben usar diversidad de estrategias que garanticen la reflexión y el diálogo. Estos modelos apuestan por el establecimiento de una corriente constante de interacción entre los sujetos involucrados en un proceso. Entre ellos se cuentan la conversación didáctica mediada, el diálogo didáctico mediado, la pedagogía dialogante, el aprendizaje en red y el conexionismo.

CONCLUSIONES

El aprendizaje significativo producirá efectivamente un impacto en la educación porque desarrollará las habilidades blandas necesarias para la vida cotidiana y el mercado laboral. Formará una generación con otros indicadores de desempeño más altos en la educación, donde el docente tendrá una gran oportunidad de potenciar sus estrategias metodológicas y técnicas para acompañar a esta escuela de exigencia de calidad.

Como hemos podido conocer a través de los diferentes modelos pedagógicos, el aprendizaje ha sido tomado con mayor relevancia e importancia desde el modelo autoestructurante con los colegios ideas, estos definían a una escuela preocupada en que el niño explore la naturaleza, sea partícipe de su aprendizaje. La naturaleza debe ser la fuente de mejorar las destrezas del niño a través de la observación. El docente debería aprovechar todos los recursos y estrategias para que los niños desarrollen un conocimiento real e integral.

En el modelo interestructurante-dialogante conocemos que el aprendizaje se compone de tres dimensiones que necesitamos estudiar: cognitiva, socio-afectiva y práxica. Estas fortalecen y aseguran que el aprendizaje no sea un mero formalismo, sino una realidad; y que el estudiante obtenga saberes plausibles y cumpla con el perfil de egreso que se espera en cualquier formación educativa.

La educación ha ido cambiando con los años, pero suena muy paradójico saber que aún hay docentes que se resisten a trabajar por modelos que involucren al estudiante en su aprendizaje; abrazamos el modelo tradicional como si fuera la solución y nos olvidamos que muchos han sufrido las consecuencias y vemos los resultados en el producto de dureza y falta de fortalecimiento de una sociedad que al parecer lo que exige es mayor compromiso en valores y una educación integral.

En el contexto del COVID-19, pareciera que todo ha vuelto a ser como en la escuela tradicional: las clases magistrales durante horas de enseñanza para fomentar un aprendizaje significativo. En la educación del Siglo XXI se debe trabajar en estrategias innovadoras educativas.

Igualmente se debe hacer un seguimiento progresivo sobre las buenas prácticas para evitar desafíos con la conectividad y seguir con el rumbo a trabajo en plataforma virtuales con un gran avance para el campo de las TICs.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Ausubel, D. (1976). Psicología educativa: un punto de vista cognoscitivo, vol. 3. Trillas. [ Links ]

Fernández Varela, V. M. (2019). Escuela Nueva: de las guías de aprendizaje al aprendizaje por proyectos. Universidad de la Sabana. [ Links ]

Jiménez Avilés, Á. M. (2009). La Escuela Nueva y los espacios para educar. Educación y Pedagogía, 21 (54) 103-125. [ Links ]

Londoño Arcila, J. F. (2013). Análisis de los modelos pedagógicos implementados en el sistema educativo no oficial del Municipio de Santiago de Cali. Universidad Nacional de Colombia Sede Palmira. [ Links ]

Martínez Doza, C. E. (2017). Convivencia dialogante. Una propuesta pedagógica de inclusión y permanencia para los niños, niñas y adolescentes desvinculados de los grupos armados al margen de la ley. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. [ Links ]

Olaya, A.; y Ramírez, J. (2015). Tras las huellas del aprendizaje significativo, lo alternativo y la innovación en el saber y la práctica pedagógica. Recuperado de https://educrea.cl/wp-content/uploads/2021/06/Tras-las-huellas-del-aprendizaje-significativo.pdf?x44231Links ]

Rivera Muñoz, J. (2004). El aprendizaje significativo y la evaluación de los aprendizajes. Revista de Investigación Educativa, 8 (14). [ Links ]

Zubieta García, J.; y Rama Vitale, C. (2015). La Educación a Distancia en México. Una nueva realidad universitaria. Universidad Nacional Autónoma de México. [ Links ]

Recibido: 15 de Marzo de 2021; Aprobado: 28 de Febrero de 2022

*Autor para la correspondencia: emejian@unamedu.pe

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