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Revista Cubana de Hematología, Inmunología y Hemoterapia
versión On-line ISSN 1561-2996
Rev Cubana Hematol Inmunol Hemoter v.26 n.1 Ciudad de la Habana ene.-mar. 2010
ARTÍCULO ORIGINAL
Tratamiento de la leucemia mieloide crónica con mesilato de imatinib en pacientes resistentes o intolerantes al interferón a recombinante. Resultados preliminares
Chronic myeloid leukemia treated with Imatinib Mesilate in patients resistant to or intolerant to recombinant a Interferon. Preliminary studies
Dr. Edgardo Espinosa MartínezI; Dr. Edgardo E. Espinosa EstradaI; Dra. Valia Pavón MoránI; Dr. Carlos Hernández PadrónI; Dr. Onel Ávila CabreraI; Dr. Luis Ramón RodríguezI; Dra. Lisette Izquierdo CanoI; Dra. Annia Hernández CabezasI; Dra. Ana María Amor VigilI; Dra. Kalia Lavaut SánchezI; DraC. Marianela Estrada del CuetoI; Dr. Felipe Aponte EspinosaII; Dra. Carmen V. Díaz DuránIII; Dr. José Carnot UríaIV; Dra. Viviana Cristo PérezV; Dra. Olga L. Alonso MariñoVI; Dr. Julio D. Fernández ÁvilaVII; Dr. Fernando Cruz TamayoVIII; Dr. Leandro Laguna SalviaVIII; Dr. Iván Paneque ContrerasIX; Dra. Beatriz de la Uz RuesgaX; Dra. Maura Wade MateoI
IInstituto de Hematología e Inmunología. Ciudad de La Habana, Cuba.
IIHospital Provincial "Abel Santamaría". Pinar del Río, Cuba.
IIIHospital Clinicoquirúrgico "Comandante Manuel Fajardo". Ciudad de La Habana, Cuba.
IVHospital Clinicoquirúrgico "Hermanos Ameijeiras". Ciudad de La Habana, Cuba.
VHospital Militar "Carlos J. Finlay". Ciudad de La Habana, Cuba.
VIHospital Universitario "Celestino Hernández Robau". Santa Clara, Villa Clara, Cuba.
VIIHospital Universitario Dr. "Gustavo Aldereguía Lima". Cienfuegos, Cuba.
VIIIHospital Clinicoquirúrgico Universitario "Lucía Íñiguez". Holguín, Cuba.
IXHospital Infantil "General Milanés". Bayamo, Granma, Cuba.
XHospital Clinicoquirúrgico "Juan Bruno Zayas". Santiago de Cuba, Cuba.
RESUMEN
Se evaluaron 43 pacientes adultos con leucemia mieloide crónica, Philadelphia positivo, que recibieron tratamiento con mesilato de imatinib como droga de segunda línea por resistencia o intolerancia al interferón a recombinante. La manifestación más frecuente al inicio de la enfermedad fue la esplenomegalia. El tratamiento con mesilato de imatinib se inició por resistencia (33; 76,7 %) o intolerancia grado 3 o 4 (10; 23,3 %). El mayor porcentaje de respuesta citogenética mayor (22; 91,7 %) y completa (11; 61,1 %) se alcanzó a los 18 y 24 meses de evolución. El 74,3 % no mostró respuesta molecular y el 5,1 % ya presentaba respuesta molecular antes del tratamiento; 9 (26,5 %) mostraron pérdida de la remisión hematológica completa, de ellos, 7 fallecieron por progresión de la enfermedad. La sobrevida global fue de 90,7 %, 83,3 %, 82,6 % y 78,9 % a los 5, 6, 7 y 8 años de evolución, respectivamente. La sobrevida global y libre de eventos a los 3 años de iniciado el mesilato de imatinib fue de 92,3 % y 81,8 %, respectivamente. Se encontró diferencia significativa entre la sobrevida libre de eventos y el índice pronóstico de Sokal. Las reacciones clínicas secundarias más frecuentes fueron dolores óseos, musculares o ambos; y las hematológicas: anemia hemolítica autoinmune y trombocitopenia.
Palabras clave: leucemia mieloide crónica, interferón a recombinante, resistencia, intolerancia, mesilato de imatinib.
ABSTRACT
Forty three patients presenting with chronic positive-Philadelphia myeloid leukemia were assessed treated with Imatinib Mesilate as a second line drug by resistance or intolerance to recombinant a Interferon. At onset, the more frequent manifestation of this condition was the splenomegalia. Imatinib Mesilate treatment was started by resistance (33; 7.6 %) or 3 or 4 degree intolerance (10; 23.3 %). The greater percentage of cytogenetic response (22; 91.7 %) and complete (11; 61.1 %) was achieved at 18 and 24 course months. The 74.3 % hadn't "molecular response and the 5.1 % yet had it before treatment; 9 (26.5 %) showed a loss of complete hematologic remission, from them, 7 deceased from disease progression. Global survival was of 90.7 %, 83.3 %, 82.6 % and 78.9 % at 5, 6, 7 and 8 course years, respectively. Global survival and free of events at three years of Imatinib Mesilate appearance was of 92.3 % and 81.8 %, respectively. There was a significant difference between survival free of events and the Sokal prognostic rate. The more frequent secondary clinical reactions were the bone and/or muscular pain and the hematologic ones were the autoimmune hemolytic anemia and the thrombocytopenia.
Key words: Chronic myeloid leukemia, recombinant áInterferon, resistance, intolerance, Imatinib Mesilate.
INTRODUCCIÓN
La leucemia mieloide crónica (LMC) representa entre el 7 y 15 % de las leucemias del adulto.1 Es una enfermedad clonal de las células madre hematopoyéticas en la que una translocación recíproca, t(9;22)(q34;q11), da lugar a la formación del cromosoma Filadelphia (Ph) y crea un nuevo gen fusionado BCR-ABL.2 Este gen codifica para una proteína quimérica Bcr-Abl que presenta una actividad tirosina kinasa (TK) elevada, la que incrementa la sobrevida y proliferación de la célula e inhibe la apoptosis.1
Desde el punto de vista hematológico y clínico, se caracteriza por leucocitosis, trombocitosis y esplenomegalia, aunque algunos pacientes pueden iniciar la enfermedad sin síntomas evidentes.
Presenta 3 fases: crónica, acelerada y crisis blástica. La progresión de la fase crónica "benigna" a la crisis blástica fatal demora de 3 a 5 años como promedio.2,3
El medulograma, la biopsia de médula ósea, el cariotipo y el reordenamiento molecular, han sido empleados en el diagnóstico y evolución de la LMC.1-3
Se ha señalado que alrededor del 50 % de los pacientes al inicio muestran leucocitosis a expensas de neutrófilos y mielocitos con presencia de todos los estados de maduración. También se puede encontrar basofilia absoluta, anemia y eosinofilia.2,3-5
La edad, el tamaño del bazo, el conteo de plaquetas, el porcentaje de blastos y basófilos en sangre periférica y médula ósea y el porcentaje de eosinófilos al comienzo de la enfermedad, han sido utilizados por los sistemas de puntuación de Sokal, Kantarjian y Hasford para clasificar los casos como riesgo bajo (RB), riesgo intermedio (RI) y riesgo alto (RA) y poder evaluar el pronóstico individual y el esquema terapéutico que debe ser empleado.6-8
Diferentes esquemas de tratamiento se han utilizado para los pacientes con LMC.3-5 La hidroxiurea (HU) se comenzó a administrar como terapia en 1972 y durante algunos años fue utilizada como droga de elección. En la década de los 80 del siglo pasado, se demostró que el interferón a (INFa), natural o recombinante, era más efectivo y menos tóxico que la HU, por lo que comenzó a emplearse como tratamiento único o en combinación con el arabinósido de citosina (Ara-C).
A finales del siglo xx surgió una nueva droga, el mesilato de imatinib (Glivec), con la que se ha logrado una respuesta hematológica, clínica y molecular superior a la alcanzada con el INF ar.5,9 Este medicamento se emplea desde finales de la década de los 90 en pacientes de nuevo diagnóstico y en aquellos que han presentado resistencia o intolerancia al INF ar.10
Diversos investigadores han demostrado que el IFN ar induce la remisión hematológica en el 70-80 % de los pacientes con LMC no tratados, y que se alcanza la remisión completa entre el 5 y 25 % de los casos, mientras que la sobrevida a los 5 años es del 57 %.11,12
Se plantea que el Glivec induce la remisión completa en aproximadamente el 75 % de los casos de nuevo diagnóstico, pero el 10 % son resistentes a la droga desde el comienzo del tratamiento. Del 10-15 % pueden desarrollar resistencia después de tener una respuesta satisfactoria al inicio.13 También se está utilizando con buenos resultados en pacientes tratados con INF ar, no solo en la fase crónica, sino también en la crisis blástica.10,14
El trasplante de médula ósea (TMO) alogénico es el único tratamiento capaz de curar esta entidad, pero se asocia con una elevada morbilidad y mortalidad, que puede alcanzar hasta el 30 % de los casos.15
El objetivo de este trabajo es analizar algunos parámetros clínicos y de laboratorio de pacientes con LMC obtenidos al diagnóstico y durante la evolución de la enfermedad que recibieron tratamiento citorreductor inicial con HU, posteriormente con INF ar/Ara-C y que por presentar resistencia o intolerancia a este segundo tratamiento, recibieron terapia con Glivec.
MÉTODOS
Se evaluaron los pacientes adultos con LMC Ph+ atendidos en el Instituto de Hematología e Inmunología y en otros servicios de Hematología del país, que presentaron resistencia o intolerancia al tratamiento con IFN ar (Heberon Alfa R; Heber Biotec, Cuba) y recibieron terapia con Glivec (Novartis Pharma AG, Basle, Switzerland) como droga de segunda línea, en el período comprendido entre abril del 2004 hasta julio de 2008.
El diagnóstico de LMC Ph+ se realizó al inicio de la enfermedad mediante: examen físico y hemograma completo, medulograma y biopsia de médula ósea, estudio citogenético para detectar la presencia del cromosoma Ph+, estudio molecular del gen BCR-ABL, ultrasonido y tomografía axial computadorizada en búsqueda de órganos afectados.16
De acuerdo con la fase de la enfermedad se clasificaron en: fase crónica (FC), fase acelerada (FA) y crisis blástica (CB). Se determinó la puntuación (score) pronóstico de Sokal.6,8
Criterios de inclusión
Pacientes adultos con LMC en fase crónica al inicio de la enfermedad (menos de 10 % de blastos y promielocitos en médula ósea; MO), existencia del cromosoma Ph+, presencia de reordenamiento del gen BCR/ABL, previamente tratados con IFN ar y que cumplían los criterios de resistencia o intolerancia al IFN ar.
Criterios de resistencia al IFN ar
Ausencia de remisión hematológica completa a los 6 meses de tratamiento, recaída con conteo de leucocitos igual o mayor a 20 × 109/L, fallo citogenético (ausencia de respuesta citogenética mayor (RCM) en 12 meses o recaída con 36 % o más de incremento de metafases Ph+), respuesta citogenética menor (RCm); o que se eleven a 66 % o más después de haber alcanzado una RC completa (RCC); mayor, menor o que no se haya logrado respuesta citogenética (NRC).
Criterios de intolerancia al IFN ar
Toxicidad grado 3 o 4, hematológica o no hematológica y que persista por un mes o más.17
Criterios de exclusión
Pacientes que iniciaron la enfermedad en FA o CB o que recibieron otras terapias previas o posteriores al tratamiento con INF ar.
Esquema terapéutico con la asociación HU/ IFN ar/ Ara-C
Se inició tratamiento de cito-reducción con HU (50-100 mg/kg de peso) de acuerdo con la cifra de leucocitos y se mantuvo hasta lograr su disminución a valores inferiores a 20 × 109/L, momento en que se inició el INF ar en dosis de 3 millones de unidades/m2 de superficie corporal (sc), en días alternos por vía subcutánea o intramuscular, solo o en combinación con Ara-C (10-25 mg/m2 sc) subcutánea de 10 a 21 días/mes.
Tratamiento con Glivec
Se inició por resistencia o intolerancia al INF ar, en dosis de 400 mg/día asociado con la ingestión de alimentos.
Evaluación antes del inicio del tratamiento con Glivec
Examen clínico, hemograma completo,18 aspirado y biopsia de médula ósea,19 cariotipo en médula ósea por la técnica de banda G,19 reordenamiento del gen BCR-ABL por reacción en cadena de la polimerasa-reverso transcriptasa (RT-PCR),19 alanina aminotransferasa,20 creatinina,20 ecocardiograma, electrocardiograma con determinación de QTc y prueba de Coombs.21
Exámenes complementarios evolutivos
Hemograma cada 2 semanas hasta la recuperación hematológica, después de la cual se hicieron mensualmente; alanina aminotransferasa (ALAT) y creatinina mensual, electrocardiograma cada 3 meses incluida la medida del QTc; ecocardiograma cada 6 meses, medulograma cada 6 meses, biopsia de médula ósea anual, cariotipo cada 6 meses, reordenamiento BCR-ABL una vez que se logró la RCC.
Seguimiento
Se realizó en consulta semanal en el primer mes de tratamiento y mensual después de haber pasado la etapa de mielosupresión inicial. A los pacientes tratados con Glivec que mostraron progresión de la enfermedad se les incrementó la dosis de Glivec a 600 mg/d o bien se les asoció INF ar con o sin Ara-C, HU.
Para la evaluación de la remisión hematológica
Respuesta hematológica completa (RHC) y parcial (RHP),10 respuesta ctogenética y definición de eventos, se emplearon los criterios establecidos internacionalmente.22,23
Los criterios de tipos de respuesta22 fueron los siguientes: Óptima: respuesta citogenética mayor a los 6 meses de tratamiento, negativización del cromosoma Ph a los 12 meses de tratamiento, o idéntico al anterior pero a los 18 meses de tratamiento; Subóptima: respuesta hematológica no completa a los 3 meses de tratamiento, entre el 35 y el 95 % de positividad de Ph a los 6 meses de tratamiento, entre el 1 y el 35 % de positividad del Ph a los 12 meses de tratamiento, negativización del cromosoma Ph a los 18 meses de tratamiento y Fallo: ausencia de respuesta hematológica a los 3 meses de tratamiento, más del 95 % de positividad del Ph a los 6 meses de tratamiento, más del 35 % de positividad del Ph a los 12 meses de tratamiento, algún valor de respuesta citogenética mayor a los 18 meses de tratamiento.
Análisis estadístico
Para este estudio, la evaluación se hizo a partir la fecha de diagnóstico y el inicio del tratamiento. La observación final o seguimiento concluyó en julio del 2008.
Los criterios de sobrevida fueron los siguientes: Sobrevida global (SG): tiempo transcurrido desde el inicio de la enfermedad hasta la última evaluación o muerte; SG con Glivec: meses desde el inicio del tratamiento con Glivec hasta la última evaluación o muerte y Sobrevida libre de eventos (SLE) con Glivec: tiempo transcurrido desde el inicio del tratamiento con Glivec hasta la aparición del primer evento adverso (recaída hematológica en FC, fase acelerada; FA, CB o muerte).
El tiempo de sobrevida se calculó por el método de Kaplan-Meier. La comparación de las curvas de sobrevida se determinó mediante la prueba del logaritmo del rango. Se usó el programa SPSS versión 16.5. Se calcularon las tablas de contingencia, se empleó el Chi cuadrado o cálculo de probabilidades exactas según los tipos de variables y el valor de las frecuencias relativas. Se consideró el nivel de significación como 0,05.24
Bioética médica
En todos los casos se tuvieron en cuenta las normas bioéticas para el empleo de humanos en la investigación científica, de Helsinki 1964 modificadas en Tokio.
RESULTADOS
Se evaluaron 43 pacientes. La distribución por sexo y color de la piel no mostró diferencia significativa: femenino (F) 23 (53,4 %), masculino (M) 20 (46,5 %); color de la piel blanca 27 (62,8 %), no blanca 16 (37,2 %). El análisis del color de la piel entre los 2 sexos no mostró diferencia significativa (p= 0,0563).
No se encontró diferencia significativa en la edad promedio al diagnóstico (F: 33 ± 12,1 años; M: 37,9 ± 7,53 años) y la actual (F: 40,52 ± 12,58 años; M: 43,6 ± 9,17 años) entre los sexos.
Las manifestaciones clínicas al inicio de la enfermedad se observan en la tabla 1. Las más frecuentes fueron: síntomas generales y hepatoesplenomegalia.
El índice pronóstico de Sokal al comienzo de la enfermedad mostró 36,1 % con RB; 44,4 % con RI y 19,5 % con RA.
Los criterios para iniciar tratamiento con Glivec fueron: 33 casos (76,7 %) con resistencia al INF ar (53,4 % hematológica; 23,3 % citogenética) y 10 casos (23,3 %) con intolerancia grado 3 o 4.
De los 23 pacientes que presentaron resistencia hematológica al INF ar, 20 tuvieron una respuesta hematológica completa (RHC) (87 %), mientras que 3 presentaron una respuesta hematológica parcial (RHP) (13 %).
La respuesta citogenética al Glivec según los meses de evolución, se representa en la figura 1. De los 28 casosevaluados, solo 1 (3,6 %) no presentó respuesta citogenética (NRC) a los 6 meses se evolución. El mayor porcentaje de RCM y RCC se alcanzó a los 18 meses de evolución (91,7; 22,8 y 33,3 % respectivamente).
A los 24 meses, 16 de los casos evaluados (88,8 %) mantenían la RCM; de ellos 11 (61,1 %) con RCC. El porcentaje en cada período se realizó en dependencia de la disponibilidad del estudio citogenético.
Veintinueve pacientes (74,3 %) no mostraron respuesta molecular (RM); 2 (5,1 %) ya tenían RM desde que se encontraban bajo tratamiento con INF ar y la causa que motivó el cambio de tratamiento fue intolerancia a este medicamento. Ocho (20,3 %) tuvieron RM, pero de ellos, 4 presentaron recaída molecular con posterioridad.
Del total de 33 enfermos evaluados, 9 (27,3 %) tuvieron una respuesta óptima, 18 (54,6 %) subóptima y 6 (18,1 %) presentaron fallo terapéutico; 9 pacientes (26,5 %) mostraron pérdida de la RHC y de ellos, 7 fallecieron por progresión de la enfermedad: 2 en FA y 5 en CB. Un paciente falleció por causa no relacionada con la enfermedad. Hubo 5 recaídas citogenéticas, 3 pasaron de RCC a RCP, una de RCC a RCm y otra de RCP a RCm.
El promedio de SG fue de 79 meses (6,58 años; rango: 20-168). El tiempo promedio desde el diagnóstico hasta el inicio con Glivec fue de 3,47 años. No encontramos diferencia significativa entre la SG y SLE con Glivec.
La SG de los pacientes se observa en la figura 2, con 90,7 %, 83,3 %, 82,6 % y 78,9 % a los 5, 6, 7 y 8 años de evolución, respectivamente.
La SG y SLE a los 3 años de tratamiento con Glivec fue del 92,3 y 81,8 % respectivamente (Figs. 3A y 3B).
En el análisis estadístico de la SG con Glivec se encontró diferencia significativa con el índice pronóstico de Sokal (p= 0,012) (Fig. 4). Se observó una mayor sobrevida en los casos con menor riesgo (RB y RI).
En la tabla 2 se observan las reacciones adversas al tratamiento con Glivec. El 48,8 % de nuestros pacientes no tuvo reacciones adversas. Dentro de los efectos adversos no hematológicos, los más frecuentes fueron: dolores óseos, musculares o ambos en 10 casos (23,3 %); edemas en 10 (23,3 %); 9 (20,9 %) con hipopigmentación de la piel y 5 (11,6 %) con nódulos subcutáneos. En cuanto a los efectos hematológicos: 6 pacientes (14 %) tuvieron anemia hemolítica autoinmune (AHAI), 5 (11,6 %) trombocitopenia y 4 (9,3 %) bicitopenia. Solo en 2 casos hubo que suspender transitoriamente el tratamiento con Glivec por severa toxicidad grado 3-4. No falleció ningún paciente por complicaciones relacionadas con este medicamento.
DISCUSIÓN
La literatura señala un ligero predominio del sexo masculino en los pacientes con LMC, aunque la forma de presentación y el curso de la enfermedad es similar en ambos sexos.12,25,26 En los casos evaluados no existieron diferencias significativas en cuanto a sexo y color de la piel, en lo que pudiera haber influido el tamaño de la muestra y que esta no fue seleccionada de forma aleatoria.
Diversos investigadores refieren una mayor incidencia de esta enfermedad por encima de los 60 años para ambos sexos.10,12,14,26 Sin embargo, Rosti y colaboradores27 y Yong y colaboradores,28 encontraron 80 % de pacientes menores de 65 años y una media de 44 años, respectivamente. La media de 35,9 años en nuestros casos se asemeja más a estos resultados.
Se ha señalado que entre el 10-30 % de los pacientes están asintomáticos al inicio de la enfermedad.29 Los síntomas y signos más frecuentes en esta etapa inicial observados en nuestros pacientes coinciden con los señalados por otros autores,12 entre los que se destaca la visceromegalia como el signo más común. Contrariamente a lo expresado anteriormente,29 solo 2 casos (5 %) se encontraban asintomáticos.
De acuerdo con los índices pronósticos empleados al inicio de la enfermedad, Kantarjian, Sokal, Hasford y colaboradores, han encontrado que el mayor porcentaje de pacientes estudiados pertenecen a la categoría de RB.6-10,26,29 En nuestro trabajo se empleó la clasificación de Sokal y no se observó diferencia significativa entre los casos de RB y RI. El grupo de menor porcentaje fue el de RA.
Los criterios para el uso de Glivec como terapia de segunda línea se clasifican como resistencia o intolerancia al tratamiento con INF ar. En la literatura se señala que la resistencia es más frecuente en los menores de 65 años y por encima de esa edad predomina la intolerancia a ese medicamento.10,28,30 Esto apoya el hecho de que en nuestro estudio, el 76,7 % de los pacientes mostró resistencia al INF. Se señala que la resistencia citogenética es más frecuente que la hematológica;10,13,14,26,30 sin embargo, en los casos evaluados hay un predominio de la resistencia hematológica (53,4 %), lo que pudiera estar relacionado con el tamaño de la muestra.
En los últimos años se han realizado varios estudios en los que se evaluó la respuesta hematológica en pacientes que recibieron tratamiento con Glivec como droga de primera línea y los que utilizaron previamente tratamiento con INF ar. En los casos en que empleó de inicio el Glivec, se encontró 100 % de RHC, mientras que los que comenzaron con INF ar, esta varió entre el 70,1 % y el 96 %.9,10,13,14,22,28,30 Nuestros resultados (87 %) concuerdan con estos datos.
Kantarjian y colaboradores,10 Rosti y colaboradores,28 y Crossman y colaboradores,31 observaron una RCM del 73 % (RCC 63 %), 70,1 % (RCC 53,2 %) y 60 % (RCC 41 %) respectivamente, a los 18 meses de evolución. El mayor porcentaje de RCM en nuestro estudio se alcanzó a los 18 meses (91,7 %) y de RCC a los 24 meses (61,1 %). Estos valores avalan el criterio de que la terapia mantenida con Glivec debe aumentar la respuesta citogenética progresivamente de acuerdo con el tiempo de evolución.14 También se ha indicado que aquellos pacientes que durante el primer año de tratamiento solo alcanzan la RCm, aunque posteriormente esta pueda llegar a ser completa, son más susceptibles de mostrar un curso de la enfermedad desfavorable a largo plazo.10 El tiempo de evolución de nuestros pacientes y el tamaño de la muestra no permite en estos momentos evaluar estos planteamientos, por lo que es muy importante mantener un seguimiento estricto desde el punto de vista hematológico y citogenético.
Para determinar la respuesta molecular completa se emplea actualmente la técnica de PCR en tiempo real (Q-PCR).10,14,29-31 La técnica cualitativa empleada en este trabajo, aunque tiene menos sensibilidad, es confiable, pues un resultado negativo es indicativo de una respuesta molecular al tratamiento. La RM completa se alcanza en un porcentaje muy bajo, ya sea en pacientes que utilizan Glivec como primera línea o como segunda línea de tratamiento.32 En la literatura se ha comunicado una muestra con iguales características que la nuestra, en que la remisión molecular completa (bcr/abl no detectable) fue del 15 %.10 Aunque los resultados de esta variable reflejan el análisis molecular cualitativo, encontramos una respuesta molecular en el 20,3 % de los casos y actualmente 4 (10,2 %) se encuentran aún en remisión, lo que nos permite inferir que la respuesta molecular en nuestro estudio no difiere de la antes señalada.10
Los tipos de respuesta que se usan para evaluar la efectividad del tratamiento en un período determinado en orden de tiempo e importancia son: RHC, RCC y respuesta molecular.23,33 El 27,3 % y el 54,6 % de nuestros pacientes tuvieron una respuesta óptima y subóptima, respectivamente. Solo el 18,1 % presentó fallo terapéutico. Aunque el tipo de respuesta no afecta siempre el pronóstico, desde el punto de vista operativo es útil definirlo, ya que si es subóptima o hay fallo terapéutico, es necesario un seguimiento más estricto o evaluar la necesidad de un cambio en la estrategia terapéutica.
Las manifestaciones clínicas de resistencia al Glivec asociadas con pérdida o falta de respuesta hematológica, citogenética, molecular o de ambas, son heterogéneas, pero pueden estar asociadas con una progresión rápida de la enfermedad.34-36 Se han planteado diversos mecanismos de resistencia; entre ellos, los más importantes son las mutaciones puntuales, la amplificación o sobre-expresión del gen BCR/ABL, la evolución clonal y algunos mecanismos farmacológicos.37-41 Al concluir nuestro estudio, el 83,7 % de los pacientes mantenían el tratamiento con Glivec y se encontraban en fase crónica. El porcentaje de progresión de la enfermedad encontrado (11,6 %) es ligeramente superior al 8 % señalado por Kantarjian y colaboradores.10 Esto puede estar influido por el tiempo de evolución de la enfermedad antes del comienzo con Glivec y la dosis de INF administrada.
La probabilidad de SG de la enfermedad encontrado en nuestra muestra es ligeramente superior a la de Kantarjian y colaboradores,10 quienes emplearon la misma conducta terapéutica; y similar a Druker y colaboradores,42 que utilizaron Glivec como droga de primera línea.
Kantarjian y colaboradores,10,43 en un estudio similar, a los 3 años, encontraron 92 % de SG desde el inicio con Glivec, lo que coincide con el nuestro. Sin embargo, no fue así con la SLE, en la que observaron 90 %; mientras que Druker y colaboradores42 alcanzaron el 83 % a los 5 años.
Los resultados de distintos investigadores muestran una relación entre la SG y el índice pronóstico de Sokal en pacientes tratados con Glivec o con INF ar como droga de primera línea, o con Glivec en individuos resistentes al INF ar.10,14,40,43 En nuestro trabajo se observa una diferencia significativa entre estas variables y se muestra mayor SG en aquellos pacientes con riesgo bajo e intermedio.
Los efectos adversos provocados por el Glivec en nuestra casuística coinciden con los señalados por otros autores;16,41 sin embargo, la ausencia de reacciones adversas en el 48,8 % de nuestros enfermos es inferior a la registrada en la literatura.41,42
Merecen destacarse algunas manifestaciones clínicas poco frecuentes encontradas, como fueron: vasculitis, nódulos subcutáneos y parotiditis, estos 2 últimos conformados por estudios histológicos como reacción inmunoalérgica de tipo medicamentosa; mientras que las hematológicas fueron: anemia hemolítica autoinmune (AHAI) y trombocitopenia, las que respondieron favorablemente con tratamiento inmunosupresor.
Nuestro estudio demuestra el beneficio que representa el Glivec en los pacientes que recibieron INF ar como tratamiento inicial, no solo desde el punto de vista hematológico, citogenético y molecular, sino también en cuanto a SG y SLE, lo que permite una mejor calidad de vida de los pacientes. Aunque nuestros resultados son preliminares, sugieren la necesidad de continuar las investigaciones en este sentido, lo que posibilitaría realizar una evaluación más integral a largo plazo.
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Recibido: 2 de noviembre de 2009.
Aprobado: 20 de noviembre de 2009.
Dr. Edgardo Espinosa Martínez. Instituto de Hematología e Inmunología. Apartado 8070. Ciudad de La Habana, CP 10800, Cuba. Tel. (537) 643 8685, 8268, Fax (537) 644 2334. E-mail: ihidir@hemato.sld.cu