Al director:
Las neoplasias mieloproliferativas (NPM) constituyen un grupo fenotípicamente diverso de hemopatías malignas de origen clonal caracterizadas por una sobreproducción simple o multilineal de elementos eritroides, mieloides y megacariocíticos; así como de una marcada predisposición a la trombosis, sangramiento y transformación leucémica. Dentro de las NMP se establece una subcategoría que agrupa a la policitemia vera (PV), la trombocitemia esencial (TE) y la mielofibrosis primaria (MFP), conocidas como NMP clásicas BCR-ABL1 (o cromosoma Philadelphia) negativas.1 , 2
En la última actualización de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los criterios diagnósticos mayores definidos para las NMP clásicas BCR-ABL1 negativas incluyen a las mutaciones de los genes JAK2, MPL y CALR. Esto representa un reconocimiento de la influencia de las bases moleculares en la etiopatiogenia de estas enfermedades. El empleo de estos biomarcadores está justificado para el diagnóstico de las NMP, ya que su presencia demuestra la naturaleza clonal de la enfermedad ante pacientes con sospecha clínica de la enfermedad.3 , 4
En Cuba, se realiza el estudio de la mutación JAK2V617F por PCR-AE (reacción en cadena de la polimerasa alelo específica) cualitativa, en el Instituto de Hematología e Inmunología, desde el año 2010.5 ) La PCR-AE cualitativa para la detección de este biomarcador es una técnica ampliamente utilizada por su elevada sensibilidad (0,1 - 1 %), de fácil implementación en los laboratorios y costo relativamente bajo, aunque en general las técnicas de biología molecular resultan costosas. Su principal desventaja es que no permite estimar la carga alélica de la mutación por lo que en los últimos años ha sido desplazada por la qPCR (PCR cuantitativa) y otras aún más novedosas como la PCR digital.6La qPCR es mucho más sensible (0,1 - 0,01 %) y específica que su predecesora y posibilita determinar la carga alélica de la mutación V617F del JAK2.7
El laboratorio de biología molecular del Instituto de Hematología e Inmunología, es el centro de referencia en Cuba para el diagnóstico molecular de pacientes, procedentes de los servicios de hematología de todo el país. Desde 2010 hasta abril del 2019, más de 1300 pacientes han sido estudiados para la mutación JAK2V617F por PCR-AE cualitativa. El mayor número de casos corresponde a pacientes con diagnóstico de poliglobulias (910 casos - 34,1 % de positividad), seguido de trombocitosis (208 - 32,4 %) y neoplasias mieloproliferativas no clasificadas (127 - 33,07 %). También se recogen estudios para MFP (32 casos - 21,8 %) y de otras enfermedades hematológicas no relacionadas con las NMP clásicas BCR-ABL1 negativas entre las que se incluyen: síndromes mielodisplásticos, leucemia mieloide aguda, leucemia mieloide crónica y linfoma no Hodking, entre otras que suman 25 casos (un paciente positivo). Hay 11 pacientes sin diagnóstico inicial (uno de ellos positivo).
Las alteraciones moleculares del gen JAK2 están presentes en casi todos los casos confirmados de PV (cerca 96 % en la mutación V617F y alrededor 4 % en las mutaciones del exón 12), según la mayoría de los autores. Asimismo, la mutación JAK2V617F se manifiesta en 60-65 % de los pacientes con TE y MFP. Con mucha menos frecuencia suelen encontrarse las mutaciones en el gen CALR y MPL en pacientes con TE y MFP (para mutaciones CALR: 20-25 % en la TE y 25-30 % en la MFP y para las mutaciones en MPL 4-5 % en la TE y MFP. ( 6 , 7 , 8 , 9
Este panorama difiere de manera elocuente con las cifras de positividad encontradas, en este estudio en el país, donde apenas un tercio de los pacientes con estudios de poliglobulia y trombocitosis resultaron positivos a la mutación. Esto sugiere que en algunos casos no se aplican adecuadamente los criterios diagnósticos de la OMS para las NMP clásicas BCR-ABL1 negativas ante pacientes con cifras elevadas de hemoglobina o plaquetas, lo que coincide con otras investigaciones internacionales donde se ha visto el empleo inadecuado de los biomarcadores específicos para estas enfermedades.10
El uso innecesario de pruebas diagnósticas debe evitarse por el alto costo económico que conlleva para el país. En ocasiones el paciente también resulta afectado porque debe trasladarse desde zonas distantes para la realización del estudio. El empleo adecuado del método clínico conjuntamente con el uso de los complementarios necesarios para la correcta valoración diagnóstica del paciente debe ser una norma a seguir por los médicos de asistencia.