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Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas

versión impresa ISSN 0864-0300versión On-line ISSN 1561-3011

Rev Cubana Invest Bioméd v.25 n.3 Ciudad de la Habana jul.-sep. 2006

 

Hospital Universitario “General Calixto García”

Estado de salud de los trabajadores de la Tercera Edad del Hospital “General Calixto García”

Dra. María Matilde Socarrás Suárez, Dra. Miriam Bolet Astoviza y Dra. Ileana Castañeda Abascal

Resumen

Se realizó un estudio descriptivo a todos los trabajadores ancianos del hospital (135), donde se les hizo una encuesta para indagar sobre las enfermedades crónicas: diabetes mellitus, asma, hipertensión arterial y otras; y hábito de fumar. Se evaluó el estado nutricional mediante el peso y la talla y se calculó el índice de masa corporal. Se realizó la prueba de significación de independencia con la utilización de chi cuadrado con una p< 0,05. Se reportó un porcentaje mayor de trabajadores en las edades entre 60 y 69 años (70,4 %). Hubo un predominio de trabajadores con enfermedades crónicas (62,2 %). Las más frecuentes fueron la hipertensión arterial (75 %), diabetes mellitus (27,4 %) y asma bronquial (20,4 %). De los trabajadores con hiperlipoproteinemia 86,7 % tenía exceso de peso y este estado nutricional representó 60,9 % de los diabéticos y 60,4 % de los hipertensos; 23 % fuma.

Palabras clave: Trabajadores de la tercera edad, enfermedades crónicas, evaluación nutricional, hábito de fumar, exceso de peso.

 

El proceso de envejecimiento tiene un componente genético, que en cierta medida es responsable de la pérdida o disminución de las habilidades, pero se encuentra influenciado por factores ambientales entre los cuales se pueden mencionar la adicción al tabaco, al alcohol, el sedentarismo, una alimentación inadecuada, las condiciones laborales, la contaminación atmosférica y determinadas enfermedades (Bonet M. Determinantes de la salud en Cuba: algunas reflexiones para qué hacer para prolongar la vida. Conferencia en Congreso de Vigilancia en Salud, 2005; 7 de Octubre).1,2 Se calcula que actualmente existen en el mundo cerca de 605 000 000 de personas mayores de 60 años y más, casi 400 000 000 de las cuales viven en países de ingreso bajo.3 En Cuba, en 1970, la población de 60 años y más constituía 9,0 % del total de la población. En 2003, esta población asciende a 1 630 185, lo que representa 14,5 % del total; en 2020, 21,5; y 29,8 % en 2030.4

La Ciudad de La Habana resultó una de las provincias más envejecidas del país en 2003, con 17,1 % de la población de 60 años y más con respecto al total.5

La esperanza de vida ha aumentado en los últimos 50 años, hasta alcanzar un promedio de 66 años al nivel mundial, independientemente de que aún existen países con mucha menos expectativa, y otros como el caso de Cuba que ha aumentado y sobrepasa los 75 años de edad, similar a muchas naciones desarrolladas. Las personas de 80 años y más de edad alcanzan 11 % de los mayores de 60 años, por lo que gran número de personas arriba a la tercera edad y padecen enfermedades crónicas: diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, algunos tipos de cánceres entre otros, las cuales están relacionadas con la alimentación. Una buena alimentación y nutrición son esenciales para la vida, la salud, el bienestar y estilo de vida activo.6

Los cambios que se producen con la edad pueden tener incluso consecuencias metabólicas. La intolerancia a la glucosa y la diabetes tienen influencias adversas sobre los lípidos plasmáticos y la presión arterial.3,7

El propósito en este trabajo es describir el estado de salud de los trabajadores de la tercera edad del Hospital “General Calixto García” e identificar las variables sociodemográficas y la relación entre el estado nutricional con las enfermedades crónicas; también referir la frecuencia del hábito de fumar entre los trabajadores de la tercera edad en relación con el estado nutricional.

Métodos

Se realizó un estudio descriptivo a los trabajadores de la tercera edad en el Hospital “General Calixto García”. El universo de estudio estuvo constituido por el total de los trabajadores en edad geriátrica, 135 personas en 2005.

Criterios de inclusión: todos los trabajadores que no tuvieran escoliosis o cifosis marcada que dificultara la medición de la talla o que le faltara algún miembro.

Se hizo una encuesta epidemiológica a cada uno, donde se incluyeron las variables siguientes: edad; sexo; peso; talla; enfermedades crónicas como hipertensión arterial, diabetes mellitus, asma bronquial, hiperlipoproteinemia; enfermedades cardiovasculares; cáncer; gota y si fumaban o no.

En cuanto a la edad se clasificó en los grupos siguientes: 60-69 años, 70-79 años y 80 años y más. Se dividieron por sexos: masculino y femenino.

Se tomó el peso y la talla y se calculó el índice de masa corporal (IMC) o Índice de Quetelet: peso en kg/talla en metros elevado al cuadrado. El IMC se estima para realizar la evaluación nutricional de las personas. Se consideró desnutridos cuando el IMC era menor que 18,5 kg/m2, normopeso: entre 18,5-24,9 kg/m2 y exceso de peso ³ 25 kg/m2. Se consideró trabajadores con exceso de peso a los sobrepeso ³ 25-29,9 kg/m2 y obeso ³30 kg/m2.

En cuanto a las enfermedades crónicas se le preguntó a cada persona si padecían esas enfermedades. En las enfermedades cardiovasculares se incluyeron aquellos pacientes que tenían diagnóstico de cardiopatía isquémica, angina de pecho, infarto de miocardio, arritmias e insuficiencia cardíaca. Para conocer si existía asociación entre las variables estudiadas se realizó la prueba de significación de independencia con la utilización del estadígrafo chi cuadrado con una p< 0,05.

Resultados

Hubo un porcentaje mayor de trabajadores geriátricos en las edades entre 60 y 69 años (70,4 %). No hubo diferencia estadísticamente significativa entre los sexos (p= 0,91). El sexo masculino 52,6 % y el femenino 47,4 % (tabla 1).

Tabla 1. Grupos de edades según sexo en trabajadores de la tercera edad. Año 2005. Hospital “Calixto García”

Grupos de edades (años)

Sexo

 

Masculino

n %

Femenino

n %

Total

n %

60-69

49

36,3

46

34,1

95

70,4

70-79

19

14,1

16

11,9

35

25,9

³ 80

3

2,2

2

1,5

5

3,7

Total

71

52,6

64

47,4

135

100,0

p= 0,91

Predominaron los trabajadores de 60 años y más con exceso de peso (51,6 %), seguidos de los normopesos 43,7 % (tabla 2).

Tabla 2. Estado nutricional de los trabajadores de la Tercera Edad. Año 2005. Hospital “Calixto García”

Estado nutricional

Total

n %

 

Desnutrición

7

5,2

 

Normal

59

43,7

 

Exceso de peso

69

51,6

 

Total

135

100,0

 

 

Hubo un predominio de trabajadores de la tercera edad con enfermedades crónicas (62,2 %) y un mayor porcentaje de trabajadores con enfermedades crónicas que tienen exceso de peso (37,0 %). Se encontró asociación significativa entre las enfermedades crónicas y el estado nutricional (p = 0,022) (tabla 3).

Tabla 3. Relación del estado nutricional de los trabajadores de la Tercera Edad y presencia de enfermedades crónicas. Año 2005. Hospital “Calixto García”

Enfermedades crónicas

Estado nutricional

Desnutrición

n %

Normal

n %

Exceso de peso

n %

Total

n %

5

3,7

29

21,5

50

37,0

84

62,2

No

2

14,8

30

22,2

39

14,1

51

37,8

Total

7

5,2

59

43,7

69

51,1

135

100,0

p= 0,022.

Las enfermedades crónicas que más predominaron en los trabajadores geriátricos fueron la hipertensión arterial (75 %), la diabetes mellitus (27,4 %) y el asma bronquial (20,2 %) (tabla 4).

Tabla 4. Trabajadores de la tercera edad y enfermedades crónicas. Año 2005. Hospital “Calixto García”

Enfermedades crónicas n = 84

Trabajadores de la tercera edad

n %

Hipertensión arterial

63

75,0

Diabetes mellitus

23

27,4

Asma bronquial

17

20,2

Hiperlipoproteinemia

15

17,9

Enfermedades cardiovasculares

14

16,7

Cáncer

5

6,0

Gota

1

100,0

 

De los trabajadores con hiperlipoproteinemia, 86,7 %  tenía exceso de peso, este estado nutricional representó 60,9 % de los diabéticos y 60,4 % de los hipertensos. De los ancianos con cáncer, 60 % tenía un estado nutricional normal (tabla 5).

Tabla 5. Relación del estado nutricional de los trabajadores de la tercera edad y las enfermedades crónicas. Año 2005. Hospital “Calixto García”

Trabajadores con enfermedades crónicas  n = 84

Estado nutricional

 

Desnutrición

n %

Normal

n %

Exceso de peso

n %

Total

n %

 

4

6,3

21

33,3

38

60,4

63

100,0

 

2

8,7

7

30,4

14

60,9

23

100,0

 

-

-

2

13,3

13

86,7

15

100,0

 

1

7,2

5

35,7

8

57,1

14

100,0

 

3

17,6

6

35,3

8

47,1

17

100,0

 

1

20,0

3

60,0

1

20,0

5

100,0

 

-

-

-

-

-

-

1

100,0

 

De los trabajadores ancianos, 23 % fuma. Hay un predominio de trabajadores geriátricos con exceso de peso (42,2 %), y con estado nutricional normal y que no fuman (32,6 %). Se encontró asociación significativa entre el estado nutricional y el hábito de fumar (tabla 6).

Tabla 6. Hábito de fumar entre los trabajadores de la tercera edad en relación con el estado nutricional. Año 2005. Hospital “Calixto García”

Estado nutricional

Hábito de fumar

 
 

n %

No

n %

Total

n %

Desnutrición

4

3,0

3

2,2

7

5,2

Normal

15

11,1

44

32,6

59

43,7

Exceso de peso

12

8,9

57

42,2

69

51,6

Total

31

23,0

104

77,0

135

100,0

p= 0,049.

Discusión

La población geriátrica nacional e internacional se caracteriza por un mayor número del sexo femenino y por la disminución de estos en la medida en que avanza la edad.8 Otros autores igualmente han reportado predominio del sexo femenino, explicado sobre la base de una mayor preocupación de la mujer por su salud9 y porque la expectativa de vida es mayor en las ancianas.9 En nuestra casuística se registraron más hombres que mujeres, fenómeno explicado quizás por la estructura del universo estudiado, los cuales eran trabajadores y la jubilación en las mujeres es más temprana. Prevalecieron las edades entre 60 a 79 años, disminuyendo en la medida en que avanzaba la edad, coincidiendo con otros autores.8,9

En este trabajo el estado nutricional que prevaleció fue el exceso de peso, seguido del normopeso. La obesidad es otro de los aspectos que tiene que tener en cuenta la nutrición geriátrica, porque en esta etapa de la vida hay una necesidad menor de energía por disminución de la actividad física y disminución de la tasa metabólica, sin embargo, en muchas personas existen hábitos previos de alimentación inadecuados como exceso de ingestión de energía y se produce el sobrepeso y la obesidad, lo cual aumenta la predisposición a enfermedades crónicas.10 Otros autores encontraron resultados similares donde el promedio del IMC de los ancianos fue un sobrepeso, 25,3 kg/m2.11,12 En una investigación realizada por autores cubanos, en la que se evaluó el estado nutricional de 230 adultos mayores residentes en el municipio de Marianao, se encontró que la mayoría de los ancianos que componían la muestra de estudio se clasificaron como peso normal, lo cual difiere de la nuestra.13

Por lo planteado es importante conocer el estado nutricional de la población anciana, pues permite valorar de forma indirecta su estado de salud, detectando y tratando precozmente el exceso de peso y las enfermedades crónicas asociadas. En la investigación se comprobó un porcentaje elevado de trabajadores de la tercera edad con enfermedades crónicas y exceso de peso. Se ha comprobado que las desviaciones en el IMC por encima de 25 kg/m2 se asocian con un aumento de enfermedades cardiovasculares, HTA, hiperlipoproteinemias, diabetes mellitus tipo 2, entre otras, y esto se hace más evidente en las personas con IMC de 30 kg/m2.1,14

En el estudio realizado en el hospital las enfermedades crónicas que predominaron fueron: la HTA, la DM tipo 2 y el asma bronquial, esto coincide con la prevalencia en personas mayores de 60 años y más en Ciudad de La Habana (Ministerio de Salud Pública. Dirección Nacional de Estadística de Salud 2004. Ciudad de La Habana UNFPA-UNICEF. p.78, 90- 92).5

La HTA en el anciano se ha convertido en un importante problema de salud en los países desarrollados con una alta prevalencia (40 % según criterios de la OMS, y entre 60 y 80 % según criterios del JNC-VI) y además es el principal factor de riesgo de morbilidad y mortalidad cardiovascular en la tercera edad.15-18

Con el incremento de la esperanza de vida, el riesgo individual de desarrollar cáncer se ha incrementado rápidamente. Muchos cáncer surgen a una avanzada edad y el riesgo se incrementa en espiral con el tiempo de vida.

Según la información suministrada por el Registro Nacional del Cáncer en Cuba, el número total de casos nuevos de tumores malignos reportados para la población de 60 años y más fue de 64 % del total del reporte para todas las edades. La incidencia fue mayor para los hombres y las principales localizaciones fueron pulmón, piel y próstata y para las mujeres fueron piel, mama y pulmón (Ministerio de Salud Pública. Dirección Nacional de Estadística de Salud 2004. Ciudad de La Habana UNFPA-UNICEF. p.78, 90- 92).5,19 En el estudio realizado a los trabajadores ancianos del hospital la morbilidad fue menor en los hombres, 2 casos con adenocarcinoma de próstata, coincidiendo con las principales localizaciones registradas en el sexo masculino en Cuba. De las 3 mujeres una tenía cáncer de mama, en estadio final con una desnutrición grave, las otras 2 tuvieron neoplasia de colon y de tiroides, con estado nutricional normal y exceso de peso, respectivamente. Es conocido que el tipo y el estadio de la neoplasia maligna son determinantes importantes de la pérdida de peso.20

El cálculo de los requerimientos calóricos en el anciano debe ser individualizado. Hay que tener en cuenta algunos indicadores como sexo, edad, estrés metabólico, entre otros. En el caso de los pacientes con neoplasias los requerimientos energéticos están elevados por el hipercatabolismo de la enfermedad.21 En los trabajadores ancianos que tenían cáncer hubo un porcentaje alto con estado nutricional normal, esto pudiera ser por la educación nutricional que se les brinda, además de la evaluación nutricional que se le realiza para detectar cuando están en riesgo de desnutrición y tratarlos.

La prevalencia del tabaquismo en el estudio fue inferior a la media nacional que es de 32 % (Bonet M. Determinantes de la salud en Cuba: Algunas reflexiones para qué hacer para prolongar la vida. Conferencia en Congreso de Vigilancia en Salud, 2005; 7 de Octubre), pero algo mayor que en el estudio realizado por Fernández y otros6 en un grupo de ancianos y menor que en EE. UU. (1990), donde hubo 15 % en hombres y en mujeres de 10 a 12 %.19 En un estudio realizado en personas ancianas en España fue 10,2 %.22 En este trabajo la prevalencia fue de 23 % de fumadores.

En este estudio la mayoría de los trabajadores con exceso de peso, que no fumaba, tenía una actividad sedentaria como médicos, licenciados, entre otros. Mientras que los desnutridos que fuman tienen mayor gasto energético, disminución del apetito y aumento de las necesidades de determinados nutrientes (vitamina C, zinc, y ácido fólico) hasta 60 veces mayores que en los no fumadores.23

Estudios realizados plantean que los fumadores son más hiperinsulinémicos y tienen mayor resistencia a la insulina en comparación con los no fumadores y que al dejar de fumar mejoran la sensibilidad a la insulina a pesar de ser obesos.24

Es reconocido al nivel mundial que los fumadores tienen mayor morbilidad y mortalidad que los no fumadores, aspecto que se observa en las personas de 60 años y más. El tabaco constituye un factor de riesgo principal de muerte de algunas enfermedades como cardiopatía isquémica, HTA, IMA, insuficiencia circulatoria periférica, cáncer, entre otras. El tabaquismo produce un mayor número de complicaciones en enfermedades que son más frecuentes en los ancianos19,22 y es el factor de riesgo modificable más importante para las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades no transmisibles en ancianos, de ahí la importancia de realizar recomendaciones adecuadas de políticas de salud.

Se concluye que hubo un porcentaje mayor de trabajadores geriátricos en las edades entre 60 y 69 años. Las enfermedades crónicas que más predominaron en los trabajadores de la tercera edad fueron la hipertensión arterial, diabetes mellitus y el asma bronquial. Se encontró asociación entre las enfermedades crónicas y el estado nutricional. Los trabajadores con exceso de peso tenían un porcentaje alto de hiperlipoproteinemias, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares.

De los ancianos, 23 %  fuma, encontrándose asociación significativa entre el estado nutricional y el hábito de fumar.

Health state of the third age workers at “General Calixto Garcia” Hospital

Summary

A descriptive study was undertaken among all the elderly workers of the hospital (135). A survey was done to know about their chronic diseases: diabetes mellitus, asthma, arterial hypertension, among others, and smoking habit. Their nutritional status was evaluated by calculating weight, height and body mass index. The independence significance test was made by using x2 with a p < 0.05. There was a higher percentage of workers aged 60-69 (70.4 %). It was observed a predominance of workers with chronic diseases (62.2 %). The most frequent were hypertension (75 %), diabetes mellitus (27,4 %) and bronchial asthma (20,4 %). Of the workers with hyperlipoproteinemia, 86.7 % were overweight. This nutritional state accounted for 60.9 % of the diabetics and 60.4 % of the hypertensives. 23 % were smokers.

Key words: Third age workers, chronic diseases, nutritional evaluation, smoking habit, overweight.

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Recibido: 19 de abril de 2006. Aprobado: 20 de junio de 2006.
Dra. María Matilde Socarrás Suárez. Calle H No. 354 altos (interior), entre 15 y 17, 10400, municipio Plaza de la Revolución, Ciudad de La Habana, Cuba. Teléf.:8314181 Correo electrónico: m.socarras@infomed.sld.cu

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