INTRODUCCIÓN
Numerosos son los estudios relacionados con la condición física en diferentes grupos poblacionales, determinando baremos en organismos no entrenados y en el ámbito deportivo que suele ser un tema bastante recurrente1,2,3Salinero y colaboradores4 afirman que la evaluación de la condición física se erige en protagonista fundamental para determinar la realidad condicional del jugador, sus posibilidades futuras y la aplicación de los resultados a la planificación de forma individualizada.
Sin embargo, la condición física debe ser también evaluada en personas no dedicadas al deporte,1,3,5,6,7,8 todos los seres humanos deberíamos preocuparnos por mantener un estado de forma física que garantice una vida plena en el contexto social.
Lamentablemente un porcentaje significativo de personas no presta atención a este tema, a pesar de la divulgación y de la numerosa literatura sobre la necesidad de mejorar la condición física en función de obtener y mantener un estilo de vida saludable.9,10,11
Pardo Arquero y colaboradores12 afirman que la actividad física parece constituir una herramienta efectiva para atenuar la adiposidad corporal, pero también para atenuar la negativa influencia de esta sobre diversos factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares en niños y adolescentes. En la actualidad, la actividad física es considerada y empleada como la estrategia más eficaz para prevenir las principales causas de morbimortalidad y enfermedades relacionadas.13,14,15,16,17
Efectivamente, es ciencia constituida que la actividad física regular y dosificada es junto a una nutrición balanceada una de las vías más efectivas,18 no solo para mantener un peso saludable, sino también alcanzar una buena condición funcional, pero la aceptación de este hecho no genera espontáneamente estilos de vida donde en movimiento constituya una proporción importante del presupuesto de tiempo de los niños, adolescentes y adultos.
Un estilo de comportamiento físicamente activo se genera desde un proceso educativo eficaz. A consideración de los autores, la causa fundamental por la que más del 50 por ciento de la población en el Ecuador presente sobrepeso19 debe buscarse en las limitaciones del proceso educativo, en especial, en el ámbito de la educación física. Parece incomprensible que más del 98 % de las personas con sobrepeso que participaron en este estudio recibieron Educación Física durante varios años en su educación inicial y básica.
Es evidente que los hábitos adquiridos en la educación física de aquellas personas que hoy presentan sobrepeso y además llevan una vida sedentaria, fue muy inefectiva, aspecto agravado por hábitos nutricionales poco sanos,17,18,19,20,21poniendo en riesgo la salud, y por ende afectando la calidad de vida del sujeto y sus familias. La adquisición de hábitos de actividad física sistemática también depende del entorno socio-educativo,22 en tal sentido es útil establecer los supuestos de cada región estudiada y sus influencias en la adquisición de hábitos específicos. El presente estudio se realiza con estudiantes de licenciatura en Educación Básica y Parvularia de la Universidad Técnica de Manabí, que se forman como educadores del cuidado físico como soporte del desarrollo integral del ser humano, aspectos que quizás influyan en ciertos comportamientos que repercutan en el control saludable de su condición física.
La malla curricular en esta carrera prevé cinco semestres en materias relacionadas con la cultura física y su didáctica, lo cual es un acierto significativo en la consecución de perfeccionar la educación corporal, pero este propósito implica que ellos mejoren su propia condición física como ejemplo para sus futuros estudiantes.23
Esta situación condicionara una inercia en la limitación educativa que posee la educación física desarrollada en el nivel inicial, básico y bachillerato, ya que los propios docentes tienen una deficiente condición fisca según consta algunos estudios en Ecuador, agravado porque en la actualidad los factores objetivos y subjetivos que condicionan una vida sedentaria cada vez son mayores.
Desde el punto de vista objetivo, la vida moderna se caracteriza por mayor acceso a nuevas tecnologías, facilidades de transporte público y privado y menor presupuesto de tiempo libre entre otras, y en el ámbito subjetivo se manifiesta una pobre disposición a realizar ejercicios físicos aún en personas de elevado nivel educacional.10,24 Debido a lo anterior, el objetivo de la investigación es determinar los principales indicadores cineantropométricos y nutricionales para el control saludable de la condición física en estudiantes de Licenciatura en Educación de la Universidad Técnica de Manabí.
MÉTODOS
La investigación se realizó con una población de 85 sujetos que actualmente cursan la Licenciatura en Educación Básica en la Facultad de Filosofía Letras y Ciencias de la Educación (FFLCE) de la Universidad Técnica de Manabí, de ellas se seleccionó una muestra aleatoria representativa integrada por 50 sujetos (58% de la población).
Como criterios de inclusión se manejó la aceptación de participar en la investigación, y que se encuentren cursado una de las cinco materias de la malla curricular relacionada con la cultura física. Como metodología de trabajo se utilizó los procedimientos presentados por Caro, y colaboradores.25
Los parámetros estudiados fueron:
Índice de Masa Corporal (IMC): es una medida de asociación entre el peso y la talla de un individuo ideada por el estadístico Adolphe Quetelet, por lo que también se conoce como índice de Quetelet.5
Porcentaje de grasa en cintura-cadera: Es una medida simple de la grasa corporal acumulada en el abdomen que sirve para contrastarla con el IMC y evaluar si el sobrepeso está asociado al tejido adiposo o la masa corporal activa.
Gasto calórico Total: Es una evaluación que estima las necesidades energéticas de un ser humano al multiplicar su Metabolismo Basal por el Índice de Actividad Física, calculado a partir del auto reporte del sujeto.26
Registro de la ingesta calórica diaria: a través del método “Registro de 24 horas”. Al cual se aplica el cálculo de las onzas de la ingesta convertidas en gramos y multiplicada por las centenas de gramos consumida de cada macronutriente (grasas, hidratos de carbono y proteínas).
Balance energético: se obtiene al comparar el valor calórico de la ingesta con el Gasto Calórico Total, se cualifica como positivo si los valores están a favor del consumo y negativo si está a favor del gasto, mientras que equilibrado si es aproximadamente igual (± 150 kcal de diferencia).
El procedimiento metodológico implicó capacitar los estudiantes para que aprendan a calcular estos parámetros en ellos y sus familiares cercanos, paralelamente cada una de esas medidas fueron tabuladas a través de una hoja de cálculo en Microsoft Excel 2016 diseñada previamente, lo cual permitió hacer una evaluación objetiva de cada indicador y eliminar los sesgos derivados de un procesamiento matemático incorrecto por parte de los estudiantes. Este proceder empodera los alumnos de tal manera que puedan autoevaluar su condición física y planificar la intensidad del estímulo físico que necesita realizar de acuerdo a sus preferencias y estado físico.
El procedimiento garantizó, en primer lugar, comparar las autoevaluaciones de los estudiantes y corregir la aplicación de las fórmulas, y en segundo lugar determinar la efectividad de la capacitación, ya que la intensión del programa es convertirlos en promotores que repliquen y ayuden a generalizarlo.
RESULTADOS
El 50 % de los estudiantes estuvieron en la categoría de sobrepeso (22 sujetos) y obesos (3 sujetos), de ellos 17 manifestaron un Índice de Actividad Física Bajo y 8 Medio (tabla 1).
La tabla 2 permite cruzar la información entre los parámetros analizados anteriormente con el Índice de Grasa Cintura / Cadera. Esta información ayudó a determinar la composición grasa-masa corporal activa en los estudiantes con sobre peso.
La tabla 2 evidencia 12 estudiantes con peso normal para su talla; sin embargo, tienen un Índice Cintura / Cadera alto, lo cual refleja acumulación de tejido adiposo en la región abdominal, 25 estudiantes tuvieron este índice en niveles normal, lo que significó que se encontraron en rangos inferiores a 0,85 en las hembras y 1 en los varones, de ellos 10, se hallaron en la categoría normo peso, es decir solo 12 estudiantes (sumados a los 2 que aparecen en la categoría delgado o bajo peso) quedaron morfológicamente en una estructura que se corresponde con sus edades (ninguno sobrepasa los 27 años). Sin embargo, solo 4 manifestaron un IAF medio mientras 6 están en la categoría bajo, y ninguno de ellos alcanzó la evaluación de alto.
Se calculó el Gasto Calórico Total (GCT) y su comparación con el valor calórico de la ingesta utilizando el método “Registro de las 24 horas”, tal y como se evidencia en la tabla 3. Dicha tabla correlaciona el Índice de Grasa Cintura / Cadera, el Índice de Masa Corporal y el Balance entre la Ingesta Calórica en 24 horas, así como el Gasto Calórico Total.
De los 25 estudiantes con un Índice de Grasa Cintura-Cadera Alto, solo 2 sujetos tuvieorn un balance energético equilibrado (tabla 3), el resto (23 sujetos) manifestaron un balance positivo a favor de la ingesta, incluyendo los dos estudiantes que poseyeron índice de masa corporal por debajo de 20 (delgado o bajo peso). Este resultado indicó la peligrosa tendencia de consumir una ingesta calórica por encima de sus necesidades energéticas.
DISCUSIÓN
Los resultados demuestran que el 50 % de los estudiantes están en la categoría de sobrepeso (22 sujetos) y obesos (3 sujetos), de ellos 17 manifiestan un Índice de Actividad Física Bajo y 8 un índice Medio, lo cual significa que realizan actividad física de manera regular menos de dos veces por semana. Por ello, los autores consideran la existencia de una correspondencia entre ambos parámetros.
Llama la atención que 12 estudiantes universitarios con peso normal para su talla, tienen un Índice Cintura / Cadera Alto, reflejando acumulación de tejido adiposo en la región abdominal, 25 estudiantes tienen este índice en niveles normales significando que están en rangos inferiores a 0,85 para mujeres y 1 para hombres, de ellos 10 están en la categoría normo-peso, es decir solo 12 estudiantes (sumados a los 2 que aparecen en la categoría delgado o bajo peso) estarían morfológicamente en una estructura que se corresponde con sus edades (ninguno sobrepasa los 27 años). Sin embargo, solo 4 sujetos manifiestan un Índice de Actividad Física Medio, mientras 6 sujetos están en la categoría bajo y ninguno de ellos alcanza la evaluación de alto.
El análisis de estos resultados demuestra por un lado cifras preocupantes, en especial, en futuros educadores en situación de riesgo de padecer trastornos de peso, y por ende enfermedades asociadas, factores que se han evidenciado en otras investigaciones dirigidas a estudiantes universitarios.27,28 Por otra parte, la asociación entre los bajos niveles de actividad física y la alteración de los indicadores del control de peso evaluado son congruentes desde el punto de vista teórico. En tal sentido, toda acción humana se desarrolla en un contexto social determinado y responde a sus exigencias, a la vez que expresa los criterios y percepciones políticas, estéticas, morales e ideológicas dominantes en dicho contexto”.25
Al asumir la hipótesis anterior, los autores consideraron que el contexto en el que se desarrolla esta investigación (Provincia de Manabí) es considerado una de las zonas de mayor riqueza y diversidad gastronómica del país, lo cual introduce una variable necesaria en el presente estudio debido al alto valor calórico y de lípidos de la ingesta alimenticia diaria tradicional que forma parte de la identidad cultural de los manabitas. La variable en cuestión es la determinación del balance energético de los sujetos estudiados; para ello, se calculó el Gasto Calórico Total (GCT) y su comparación con el valor calórico de la ingesta, al utilizarse el método “Registro de las 24 horas”.
De los 25 estudiantes con un Índice de Grasa Cintura-Cadera Alto, solo 2 sujetos tienen un balance energético equilibrado, el resto (23 sujetos) manifestaron un balance positivo a favor de la ingesta, incluyendo los dos estudiantes que tienen un índice de masa corporal por debajo de 20 (delgado o bajo peso). Este resultado demuestra la peligrosa tendencia de consumir una ingesta calórica por encima de sus necesidades energéticas.
De mantenerse esta tendencia, es predecible la situación de peso de estos jóvenes. El hecho justifica la continuidad de este estudio con un programa donde se complete su preparación para dosificar los parámetros (duración e intensidad) de sus propias rutinas de ejercicios físicos.
La actividad física constituye una herramienta efectiva para atenuar la adiposidad corporal y atenuar la negativa influencia en la aparición de factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Un estilo de comportamiento físicamente activo se genera desde un proceso educativo eficaz, resultando incomprensible que las personas con sobrepeso, obesidad y sedentarismo hayan recibido educación física por varios años en su educación inicial y básica.
La condición física de los propios docentes es un requisito indispensable para una educación efectiva desde el punto de vista físico, esta investigación interviene justamente en este aspecto como una forma de contrarrestar los factores objetivos y subjetivos que condicionan una vida sedentaria, o con insuficientemente actividad física.
El estudio realizado demuestra que existe una correspondencia entre el sobrepeso, el índice de actividad física bajo y un balance energético positivo. Preparar cada futuro educador en el cálculo de estos indicadores permite sentar las bases para revertir la tendencia de la población ecuatoriana a subir de peso de manera no saludable.