El origen de las ciencias básicas biomédicas (CBB) se remonta a la antigüedad pues ellas se desarrollan junto a los propios conocimientos médicos e incluyen aquellas que constituyen los fundamentos biológicos de las ciencias de la salud.1
Hace más de 100 años, Flexner en el informe para Carnegie Foundation expuso que los saberes de la medicina se construían sobre las bases del conocimiento científico y dejó clara la necesidad e importancia de las CBB en el currículo de los estudiantes de medicina.2,3
Casi un siglo después, la Federación Mundial de Educación Médica, en sus estándares internacionales sobre las CBB, estableció que, para la comprensión del conocimiento científico, los conceptos y los métodos necesarios para adquirir y aplicar las ciencias clínicas, deben incorporar en los currículos las contribuciones de las ciencias biomédicas adaptadas a los nuevos desarrollos científicos, tecnológicos y clínicos, así como también a las necesidades de salud de la sociedad.4
Desde Flexner hasta la actualidad, los numerosos descubrimientos científicos que se han sucedido y el reconocimiento al valor de las CBB en la enseñanza de la medicina y otras carreras afines, han favorecido el desarrollo continuo de aquellas.
En Cuba, antes de 1959 el desarrollo de las CBB era muy rudimentario, la investigación era casi inexistente y la enseñanza de las disciplinas básicas era llevada a cabo en su mayor parte por profesores que ejercían especialidades clínicas y dedicaban solo algunas horas semanales al trabajo en las cátedras universitarias.5
En el año 1962 el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz inauguró el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas “Victoria de Girón” y trazó la estrategia de desarrollo de la salud pública cubana y la formación del capital humano que se requería para ello.6 Se iniciaba así la formación masiva de médicos y estomatólogos con una preparación integral, humanista, elevada cultura científica y alta formación en valores.7) El Instituto se erigía el centro rector para el desarrollo y la enseñanza de las CBB, tanto en posgrado como en pregrado.
En 1965 se fundó el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CENIC) y, aparejado a esto, se hacía extensiva a todo el país la creación de nuevas escuelas de medicina, como bien se recoge en la Reforma Universitaria: “se cree, a la mayor brevedad posible, la Escuela de Medicina de la Universidad de Oriente y se creen las facilidades hospitalarias en Santa Clara y se prepare el profesorado necesario para que se pueda crear la Escuela de Medicina de la Universidad de Las Villas”.8
Desde entonces, en posgrado, en el ámbito académico se mantiene la tradicional separación entre las ciencias biomédicas, proporcionando un marco adecuado para profundizar en los fundamentos de cada una de ellas y apropiarse de los adelantos científicos y las nuevas tecnologías que implican su desarrollo.9 La especialización en ciencias básicas tiene como objetivo fundamental proporcionar al graduado la posibilidad de formarse como cuadro científico pedagógico, investigativo o ambos.5
En el pregrado, se han aplicado cinco de planes de estudio de medicina(del A al E), los cuales fueron objetos de sucesivos perfeccionamientos en aras de dar respuesta a demandas provenientes del desarrollo de los servicios de salud, en particular, en la atención primaria de salud; con progresivos incrementos en ese escenario, también requerimientos de índole científico-técnico, pedagógico y social, incluido la ampliación de la ayuda médica internacionalista y la formación de estudiantes procedentes de América Latina y otras áreas del mundo.10
La primera pretensión de integración se inició en el curso 1969-1970 y duró hasta el curso 1977-1978. Fue una enseñanza integrada de tipo horizontal y vertical que rompió con el esquema flexneriano de los estudios de Medicina, a partir de experiencias pedagógicas novedosas desarrolladas por universidades de alto nivel. En el trabajo del Profesor Fidel Ilizástigui Dupuy titulado “De la descoordinación a la integración de los estudios médicos” se menciona la Universidad de Western Reserve de EE. UU. como pionera en los estudios de medicina integrados.8
Posteriormente, en el curso 2006-2007 (Plan C) se introdujo una nueva disciplina, la Morfofisiología, concebida como una construcción interdisciplinar integradora de los contenidos aportados por varias disciplinas académicas de CBB: Anatomía, Histología, Embriología, Bioquímica y Fisiología, que formaban parte del currículo vigente para la carrera de Medicina desde su implantación en 1985.11
Las principales transformaciones de las CBB en los Planes D y E de la carrera de Medicina se edificaron sobre las bases teórico-metodológicas expuestas por el profesor Fidel Ilizástigui (Formación del Médico General), buscando una actualización, esencialidad e integración de los contenidos, con un despliegue de los mismos a lo largo de toda la carrera y manteniendo la pertinencia social como elemento central de la calidad de la formación profesional.10
El creciente enfoque inter- y transdisciplinar que se ha venido aplicando a las CBB en la educación médica superior cubana ha favorecido la colaboración y el vínculo de los profesionales que las representan. Así, cada ciencia en particular ha enriquecido el conocimiento de las demás, imponiendo un enfoque sistémico que propicia comprender el objeto de estudio como sistema y, a su vez, como componente de un sistema más amplio. Algunas bondades de la integración son que han permitido concentrar los recursos humanos, dar un uso más racional a los recursos materiales y minimizar las dificultades que enfrentan los científicos para mantenerse actualizados ante los abrumadores progresos científico-tecnológicos que se producen en su campo y en otros afines.12,13
En el ámbito investigativo, los especialistas de ciencias básicas se asociaron en Ciencias Fisiológicas (con Fisiología, Neuroanatomía Funcional, Bioquímica) y en Ciencias Morfológicas (con Anatomía, Histología y Embriología).14) Una sociedad científica es una asociación de profesionales, investigadores, especialistas o eruditos de una rama del conocimiento o de las ciencias en general, que les permite reunirse, exponer los resultados de sus investigaciones, confrontarlos con los de sus colegas o especialistas de los mismos dominios del conocimiento y difundir sus trabajos a través de publicaciones especializadas.15
La creación de la Sociedad Cubana de Ciencias Fisiológicas (SCCF), hasta donde se ha podido indagar en los archivos del Consejo Nacional de Sociedades Científicas de la Salud, tuvo lugar en 1964 y el Dr. José M. Reyes Díaz fue su primer presidente.16 Sus inicios estuvieron marcados por una intensa actividad científica en ámbitos nacionales e internacionales, esta última evidenciada por el ingreso a la Sociedad Latinoamericana de Ciencias Fisiológicas. Posteriormente, se incorporaron a la Unión Internacional de Ciencias Fisiológicas (IUPS) y a la Asociación Americana de Fisiología (APS).17) En 1982 se fundó la Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas y recientemente (mayo de 2019), bajo el lema “Fisiología sin fronteras”, los expertos e investigadores de unos 26 países se reunieron en La Habana para celebrar el II Congreso Panamericano de Ciencias Fisiológicas.18
Los pasos iniciales del proceso de creación de la Sociedad Cubana de Ciencias Morfológicas (SCCM) se dieron en 1973, bajo la guía del Dr. Juan B. Kourí Flores, según consta en acta recogida a tal efecto.14,19) Entre las actividades más relevantes se encuentran: la creación de tres sitios web (Embriología, Histología y Sociedad Cubana de Ciencias Morfológicas) y de la Cátedra Santiago Ramón y Cajal, así como la realización de congresos nacionales e internacionales con participación de prestigiosos especialistas de las ciencias morfológicas y la presencia de sus miembros en congresos, cursos y actividades afines de sus especialidades en el extranjero. Lo referido se suma al patrocinio desde el 2009 de las convenciones “Morfovirtual” y la afiliación a dos sociedades científicas internacionales: Confederación Interamericana de Sociedades de Microscopía (CIASEM) y Federación Internacional de Sociedades de Microscopía (IFSEM).20
Un peldaño superior en este camino de integración lo constituye la Sociedad Cubana de Ciencias Básicas Biomédicas (SCCBB) que fusiona las SCCM y SCCF, transformación que tuvo lugar entre los finales de 2019 e inicios del 2020.
Para el periodo 2020-2025, la Sociedad Cubana de Ciencias Básicas Biomédicas tendrá el compromiso de dar continuidad al trabajo realizado por las sociedades que la precedieron. Deberá asumir los desafíos de incrementar el número de sus miembros y auspiciar actividades que estimulen la superación profesional y la investigación científica. Mantendrá la calidad y sistematicidad de sus eventos fundamentales y contribuirá a incrementar la calidad del currículo de las especialidades biomédicas; así como elaborará y ejecutará programas de superación académica para aumentar el nivel científico de sus miembros.21,22
La Sociedad Cubana de Ciencias Básicas Biomédicas retomará y mantendrá lazos fraternales y de trabajo con las sociedades científicas internacionales a las que está afiliada y se incorporará a otras nuevas. Propiciará la participación de los miembros y directivos de la sociedad en eventos internacionales. Deberá abrirse espacio en las redes sociales. Cuidará por el incremento en la visibilidad de sus páginas web y mejorará la divulgación y comunicación científica, velando por la calidad de la Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas actualmente dirigida por el prestigioso Dr. C. Dorta Contrera, la cual tiene la certificación CITMA y está indexada en las bases de datos BVS, LILACS, Cumed, SeCiMed, Google Académico, Latindex, SciELO y Scopus.22
La Sociedad promoverá entre los afiliados el acatamiento de la ética médica, el afán de superación, el interés por la ciencia, la vocación de servicio y el compromiso incondicional con la salud del pueblo. Entre sus objetivos esenciales estará colaborar con las direcciones de salud, a todos los niveles, en el desarrollo exitoso de los programas y en la introducción a la práctica de los más recientes logros de la ciencia y la técnica.
La Sociedad Cubana de Ciencias Básicas Biomédicas deberá abrir un espacio de recordación, gratitud, respeto y admiración, por la obra de toda la vida, a los miembros que ya no están físicamente entre nosotros; pero cuyos aportes y experiencia fueron claves en el crecimiento de la misma, y deberá acoger con mucho cariño y compromiso a las nuevas generaciones en formación.