Señor Director:
Debido a la pandemia de COVID-19, el distanciamiento social sigue siendo la principal medida de salud pública empleada para frenar la crisis sanitaria, por lo que muchas escuelas de odontología se han visto obligadas a cerrar sus instituciones y a reestructurar la educación a un formato virtual.1 Dicho cambio trae consigo algunas ventajas y desventajas. Tanto los docentes como estudiantes luchan por adaptarse a esta nueva normalidad. Además, existe muy poca evidencia en relación a la eficacia de las plataformas virtuales en la formación de los estudiantes y aún más en el caso de las asignaturas preclínicas y clínicas, ya que las alternativas que se mencionan son escasas y costosas.
Muchas escuelas de odontología en el mundo han establecido nuevas estrategias pedagógicas enfocadas en el uso de softwares y han reestructurado también los cronogramas de sus actividades académicas.2,3 Algunas estrategias han sido la grabación de clases teóricas, transmisión de sesiones en vivo y reuniones virtuales entre los docentes y los estudiantes. A la par de estas disposiciones se mantiene el envío de lecturas complementarias para las clases teóricas.3 Por otro lado, poco se evalúa la cantidad de trabajos asignados al estudiante y si estos realmente contribuyen con su educación.
Para la continuidad de la educación clínica, la Asociación de Educación Dental en Europa (ADEE) implementó la presentación y discusión de casos clínicos en los estudiantes.3 En algunas escuelas norteamericanas se instauró la teleodontología y los conversatorios.4 Se menciona que las prácticas clínicas no pueden ser reemplazadas por la educación virtual, por lo que el regreso a la presencialidad es una preocupación constante ya que la educación en odontología se basa en el uso de laboratorios y en la atención de pacientes. Por ello, es importante la adaptación de protocolos sanitarios en dichos ambientes, en los que se controle la emisión de aerosoles y se brinden equipos de protección personal para proteger a los estudiantes, maestros y pacientes.2)
Entre las ventajas que presenta la educación virtual están la accesibilidad a la información y distribución de temas, ya que permite a los estudiantes reforzar los conceptos e indagar asuntos de su interés.1 Además, muchas plataformas virtuales permiten hacer el monitoreo a cada estudiante con el fin de comprobar el logro de los objetivos del curso.2 Cabe mencionar que la utilización de aplicaciones interactivas favorece el interés por aprender, ayuda a la interiorización de conocimientos y garantiza su futura aplicación. Otro punto importante es la oportunidad para el error y retroalimentación. El estudiante hace uso de tecnologías y no siente presión al cometer una equivocación, situación que no se da al tratar a un paciente, por tanto, le permite identificar y corregir sus falencias.5)
En lo que concierne a las desventajas se debe considerar que no todos los estudiantes cuentan con una computadora, una cámara, micrófono y buena conexión a internet, por lo que se sugiere a cada escuela evaluar de manera independiente los recursos de los alumnos. Además, es necesario mencionar que el entorno virtual, el acceso rápido a sitios web y el no tener un ambiente adecuado de estudio pueden generar distracciones y malos hábitos, hechos difíciles de poder controlar por el docente.5
En relación a las asignaturas preclínicas, el uso de simuladores es aún algo complejo de poder implementar en todas las escuelas, ya que son escasos, no son portátiles, son costosos y no abarcan todas las áreas de odontología. Por otra parte, en relación a las prácticas clínicas, queda claro que ninguna estrategia virtual o tecnológica (simuladores), por más buena que sea, puede reemplazar la experiencia con los pacientes. Este cambio repentino puede traer consigo trastornos en la salud mental (altos niveles de ansiedad y estrés) e influir en el aprendizaje y rendimiento académico. Por ello, se recomienda a las escuelas una constante evaluación de sus educandos para garantizar un adecuado aprendizaje.1
Es urgente dotar de capacitaciones a los docentes para garantizar una calidad educativa en este tiempo. El uso de tecnologías de la información (TIC), dominio de plataformas, nuevos métodos de aprendizaje y la percepción de los propios alumnos, ayudarán a crear mejores estrategias educativas. De esta forma serán más eficientes las presentaciones de casos clínicos y debates.3)
Se conoce la existencia del uso de realidad virtual o 3D en distintas facultades de medicina del mundo. Sin embargo, su aplicación en áreas odontológicas es poco destacada y estudiada.6 Se señala el uso de simuladores hápticos, pero existe poca evidencia de su eficacia en la formación preclínica. Medir el potencial de desempeño y educación en los estudiantes, será de importancia y, posiblemente, una alternativa para mantener la calidad educativa en estos tiempos de pandemia.