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Revista Cubana de Enfermería
versión On-line ISSN 1561-2961
Rev Cubana Enfermer v.20 n.3 Ciudad de la Habana sep.-dic. 2004
Promoción de salud
Escuela de Enfermería de Plasencia de la Universidad de Extremadura (España)
Consejería de Sanidad y Consumo de la Junta de Extremadura
Influencia de los hábitos televisivos infantiles sobre la alimentación y el sobrepeso (II)
Lic. Francisco Tirado Altamirano,1 Dr. Francisco Javier Barbancho Cisneros,2 Lic. Jesús Prieto Moreno3 y Dr. Andrés Moreno Méndez4
Resumen
El abuso de la televisión resta tiempo al juego y al deporte, estimula el "picoteo" de chucherías y la inclusión en la dieta de los productos alimenticios anunciados, muy calóricos y poco nutritivos, que fomentan trastornos nutricionales como la obesidad y la hipercolesterolemia. En este artículo se registran los datos de los niños y padres encuestados sobre los aspectos siguientes: petición de los productos anunciados, visualización de la televisión durante las comidas y "picoteo" de golosinas. A los participantes se les realizó estudio antropométrico, medición de la glucemia y colesterolemia y toma de la tensión arterial. Los resultados demostraron que muchos niños ven la televisión mientras comen, demandan los productos alimenticios anunciados y picotean golosinas, y que los niños con sobrepeso/obesidad e hipercolesterolemia vieron más la televisión. Los padres, educadores y sanitarios deben conocer estos resultados para mejorar la salud y el bienestar infantil.
Palabras clave: Televisión, niños, actividad física, dieta, obesidad, hipercolesterolemia.
El excesivo tiempo que los niños dedican a la televisión (TV) fomenta el sedentarismo infantil y recorta el tiempo para jugar, pasear y hacer deporte,1-4 además, repercute negativamente sobre sus hábitos alimenticios, pues mientras miran la TV suelen "picotear" chucherías, golosinas, etc, y se les estimula a introducir en su dieta productos alimenticios, muchos de ellos con dudoso valor nutricional y generalmente muy calóricos, que reiteradamente se anuncian durante los abundantes espacios publicitarios de la programación infantil.5-8 La propaganda de estos productos suele deslizar mensajes engañosos al utilizar expresiones que enmascaran su verdadero contenido nutricional. Así, tras fases como: "sin colesterol", "con grasa vegetal" "sin azúcar", se ocultan alimentos elaborados con grasas saturadas o vegetales hidrogenadas, edulcorantes calóricos, promotores de trastornos nutricionales, como la hipercolesterolemia y la obesidad,9-11 conocidos como factores de riesgo cardiovascular.
La visualización de la TV favorece, además, la aparición de grave trastornos del comportamiento alimentario como la anorexia y la bulimia nerviosa, especialmente cuando se ve de forma poco crítica cierta programación que tiende a fomentar una obsesión social por el culto a los cuerpos esbeltos y perfectamente modelados, pero que paradójicamente facilita el sedentarismo y el consumo de alimentos muy energéticos.1,9-11 La reducción del tiempo dedicado a la TV aumentaría la actividad física del niño y disminuiría la ingesta calórica procedente del "picoteo" y del consumo de los alimentos anunciados, y la selección de la programación reduciría el riesgo de trastornos del comportamiento alimentario.1,6,10
Tras analizar el tipo de consumo televisivo en la región de Extramadura España, se procedió a continuar el estudio para conocer sus efectos sobre los hábitos dietéticos y el desarrollo de obesidad e hipercolesterolemia, con el fin de informar a los padres, educadores y sanitarios de la necesidad de regularlo y mejorar el estado de salud y bienestar de los escolares.
Métodos
De cada uno de los 494 escolares, divididos en cinco grupos de edad (10,11,12,13 y 14 años), que participaron en el estudio de los hábitos televisivos (I) se registraron para esta segunda parte las siguientes variables: a) atención prestada a los productos que se anuncian en la TV y petición de los mismos, especialmente de los que promocionan artículos alimenticios; b) consumo de golosinas o chucherías mientras visualizan la TV; c) influencia de la TV sobre el apetito; d) visualización de la TV durante las comidas (desayuno, comida, merienda y cena).
A todos los participantes se les realizó una medición de los siguientes indicadores somatométricos y biológicos: peso, talla, índice de masa corporal (IMC, kg/m2), determinación capilar de la colesterolemia y glucemia y medición de la tensión arterial sistólica y diastólica.
Los escolares agrupados por sexo y edad, se distribuyeron según su IMC en 3 grupos: normales (<P75 [percentil75]), con sobrepeso (³P75 y < P90) y con obesidad (³ P90).
Según las cifras de colesterolemia, glucemia y tensión arterial sistólica y diastólica se redistribuyeron en 2 grupos con valores normales o elevados. Para la colesterolemia se consideraron normales (< P75) y con cifras elevadas (³ P75), para la glucemia el límite se estableció en 95 mg % y para la tensión sistólica y diastólica, los registros ³ P90.
El análisis estadístico se realizó con el programa informático SPSS+10, mediante las pruebas Chi-cuadrado y t de Student.
Resultados
Más de la mitad de los padres (56 %) reconocieron que sus hijos les piden a veces productos alimenticios que se anuncian en la televisión y el 5 % expresaron que esta demanda es frecuente. El 20 % de los niños desean que sus padres les compren estos productos. Los artículos alimenticios anunciados por la televisión preferidos por los niños se exponen en la tabla 1.
Tabla 1. Tipos de productos alimenticios anunciados en TV más demandados
Bebidas de cola y refrescos | 70,2 % |
Derivados lácteos | 57,4 % |
Dulces con chocolates y chocolatinas | 53,2 % |
Cacao soluble | 51,1 % |
Cereales con miel o chocolate | 40,3 % |
El 32,4 % de los niños admitieron que les entran hambre mientras ven la TV. El 33,5 % comen a veces golosinas, chucherías y aperitivos, el 10 % lo hace con cierta frecuencia y el 4 % casi siempre o siempre.
El hábito de ver la TV durante las comidas es muy frecuente. En el caso del desayuno, merienda y comida son los niños más pequeños los que más ven la TV, con diferencia estadísticamente significativa (p < 0,05). Durante la cena los niños visualizan más la televisión cuanto más mayores son (p < 0,05), sin que existan diferencias de sexo (tabla 2).
Tabla 2. Hábito de ver la TV durante las comidas
Edad | Desayuno % | Comida % | Merienda % | Cena % |
10 | 44 | 56 | 30 | 40 |
11 | 34 | 54 | 34 | 50 |
12 | 32 | 54 | 36 | 58 |
13 | 34 | 50 | 41 | 60 |
14 | 28 | 48 | 42 | 62 |
Se ha encontrado una relación entre las horas semanales de la TV y el grado de obesidad (p < 0,05) (tabla 3). Los escolares que tienen un colesterol cuyas cifras se sitúan ente P75-P97 ven 1,6 horas más la televisión semanalmente que los que tienen un colesterol por debajo del P75 (tabla 4), aunque la diferencia no tiene significación estadística.
No se encontraron diferencias entre los 2 grupos para las cifras de glucemia ni de tensión arterial sistólica y diastólica.
Tabla 3. Tiempo (horas semanales) de visualización de la TV según el grado de obesidad
Peso | n. | Med. | Min. | Max. | P3 | P10 | P25 | P50 | P75 | P90 | P97 |
N | 373 | 16,1 | 3,5 | 35,0 | 7,0 | 9,0 | 12,5 | 16,0 | 19,0 | 22,9 | 28,4 |
SP | 69 | 17,3 | 4,0 | 30,3 | 4,7 | 10,0 | 14,0 | 18,0 | 20,5 | 23,2 | 28,9 |
OB | 52 | 18,8 | 4,5 | 29,0 | 6,8 | 11,5 | 15,0 | 19,2 | 22,5 | 26,2 | 28,8 |
N = peso normal; SP = sobrepeso; OB = obesidad
n: tamaño de la muestra
Tabla 4. Tiempo (horas semanales) de visualización de la TV según la colesterolemia (CT)
CT | n | Med. | Min. | Max | P3 | P10 | P25 | P50 | P75 | P90 | P97 |
P3-P75 | 362 | 16,2 | 3,5 | 35,0 | 7,0 | 9,0 | 13,2 | 16,3 | 19,0 | 22,0 | 27,9 |
> P75 | 132 | 17,6 | 4,5 | 30,3 | 7,2 | 10,0 | 13,5 | 17,9 | 21,7 | 26,7 | 29,5 |
n: tamaño de la muestra
Discusión
La atracción que los niños sienten por los anuncios televisivos ha sido comprobada reiteradamente.5,7,11,12 En este estudio también se manifiestó. Aunque fueron muy diversos los productos que pidieron a sus padres, se destaca que los 4 grupos de productos alimenticios más demandados lo fueran por más del 50 % de los encuestados.
La tercera parte de los niños admitieron que les entra hambre mientras ven la televisión y comen, a veces, golosinas, dulces o chucherías, de alta densidad calórica y poco valor nutricional. Un 10 % reconocieron que las toman con cierta frecuencia y el 4 % casi siempre o siempre. Estas cifras fueron ligeramente superiores a las halladas en el estudio de Cantabria,13 pero afortunadamente están aún lejos de las aportadas por los autores americanos.5,6,11,12
Es muy llamativo la gran cantidad de niños que ven la TV mientras realizan las comidas cotidianas. Más de la tercera parte mira el televisor durante el desayuno y la merienda, especialmente los más pequeños. Destaca el elevado porcentaje de chicos de 14 años de ambos sexos (61,7 %) que ven la programación durante la cena. Estas cifras son muy superiores a las halladas en otros estudios13,14 y resultan muy preocupantes, aunque concuerden el algunos aspectos, como el que sean los más pequeños los que ven más la TV durante el desayuno y la comida.
La relación entre el consumo televisivo y el grado de obesidad hallada en este estudio coincide con los datos aportados por varios autores, aunque es más débil que la demostrada en otros estudios españoles y estadounidenses.9,13,15,16 No obstante, la diferencia es de 2,7 h a la semana entre los niños obesos y los que tienen peso normal (18,8 h semana frente a 16,1 h).
El mayor consumo televisivo encontrado en los niños con cifras de colesterolemia más alta también ha sido hallado por otros autores.2,11 De hecho se reconoce que la visualización de un elevado número de horas de TV es un buen índice de predicción para la hipercolesterolemia infantil, pues a la inactividad física se suele unir el "picoteo" de chucherías y golosinas y la inclusión en la dieta habitual de alimentos anunciados en la TV, generalmente muy energéticos.1,11,17
En este estudio no se encontraron diferencias para las cifras de glucemia y de tensión arterial sistólica y diastólica entre los niños en relación con el consumo televisivo.
Conclusiones
Se puede concluir que es importante poner en marcha programas de educación para la salud que impliquen a los padres, maestros, enfermeras, pediatras, etc., y que aconsejen a los escolares limitar el consumo televisivo dadas sus repercusiones negativas sobre los hábitos dietéticos y el desarrollo de obesidad e hipercolesterolemia.
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Recibido: 23 de diciembre de 2003. Aprobado: 20 de enero de 2004.
Dr. Francisco Javier Barbancho Cisneros. Centro Universitario de Plasencia. Universidad de Extremadura. Avda. Virgen del Puerto2. 10600 Plasencia (Cáceres), España. Tel. 34 927 427000. E-mail: fbarbancho@unex.es
1 Diplomado en Enfermería. Especialista en Radiología.
2 Dr. en Medicina. Especialista en Pediatría.
3 Licenciado en Antropología. Diplomado en Enfermería.
4 Diplomado en Enfermería.