Mi SciELO
Servicios Personalizados
Articulo
Indicadores
- Citado por SciELO
Links relacionados
- Similares en SciELO
Compartir
Revista Cubana de Enfermería
versión impresa ISSN 0864-0319
Rev Cubana Enfermer vol.27 no.3 Ciudad de la Habana jul.-sep. 2011
COMENTARIOS
Las revistas médicas cubanas y la salud pública
The cuban medical journals and public heatlh
MSc. José Enrique Alfonso ManzanetI, DrC. José Luis Cadenas FreixasII
ICentro Nacional de Información de Ciencias Médicas. La Habana, Cuba.
IIUniversidad de Ciencias Médicas de Camagüey, Cuba.
Desde los primeros descubrimientos a favor de la salud, hace ya muchos años, la humanidad ha podido crear y mantener los sistemas de salud indiscutiblemente gracias a la posibilidad de producir y difundir la información científica. Es esta misma información científica el basamento para cada una de las investigaciones que se han realizado y que quedan por realizarse.
Definir cuan importante es una información para un investigador solo lo puede decir el propio investigador, pero sí existe la posibilidad de poder evaluar las fuentes de información de manera que se pueda clasificar y ordenar toda esta información y poder ubicarla en una perspectiva de valoración para los investigadores.
Los primero reportes de revistas científicas que se tienen datan del siglo XVII y fueron sin dudas el inicio de lo que hoy es un gran movimiento de publicaciones científicas.
A través de las publicaciones científicas se puede evaluar la actividad productiva de un investigador, de una institución y hasta de una región o país.
Según Szklo 1 las revisiones críticas de la literatura científica, necesarias para el proceso de toma de decisiones en salud, se ha hecho de una forma informal y narrativa. En la actualidad existen más de bases de datos como el Web of Science de Thomson Reuters que poseen un repertorio de mas de 10 000 títulos de revistas científicas de todas partes del mundo y por supuesto, todas ellas no siempre logran representar el quehacer científico de una institución o un país. 2
En Cuba existen en la actualidad un total de 117 publicaciones biomédicas distribuidas en todo el país. La mayor cantidad de ellas, según el catálogo de publicaciones seriadas 3 se encuentran ubicadas en La Habana y más de 30 representan a las sociedades científicas de la salud.
Sin embargo, la situación por la que atraviesan cada una de las revistas científicas no siempre es favorable para que estas cumplan con los verdaderos objetivos de una publicación científica.
El objetivo del presente trabajo es realizar un breve análisis de la situación en que se encuentran las revistas médicas cubanas y cómo pueden interferir en la salud pública.
Las revistas científicas médicas en Cuba, al igual que en otras partes del mundo pueden dividirse en revistas del área clínica y revistas del área de la salud. Se puede hacer esta "división" para analizar algunas de las situaciones que refleja en su artículo Pamo.4
En múltiples ocasiones se ha dicho y repetido que el trabajo de una revista científica o para una revista científica es o debe ser siempre un trabajo que requiere de mucha atención, profesionalismo y dedicación.5 En su artículo Pamo se refiere, entre otros aspectos, a que los cuerpos editoriales o consejos editoriales en Perú rara vez funcionan como tales y son simples elementos decorativos colocados allí para darle respaldo a la publicación aunque generalmente los miembros de dichos cuerpos, comités o consejos muchas veces no se enteran de lo que se va a publicar. Esta es una afirmación de la cual no creo que estén exentas muchas de las revistas cubanas y en gran parte del área latinoamericana. La falta de presupuestos para atender a esta esfera tan importante y la desmotivación por incentivos hace fundamentalmente que los profesionales, básicamente los del área clínica, no destinen la energía y el tiempo necesario para la atención de sus publicaciones. Por consiguiente esto da al traste con la percepción que ellos mismos tienen sobre sus publicaciones, que en ocasiones suele ser errada y los lleva a cometer varios errores que a la larga se pagan caros.
A pesar de lo mucho que se habla sobre el tema de las revistas científicas en cada uno de los escenarios son pocos los estudios cubanos que hablan sobre esta situación.
También la percepción del público lector especializado es baja, al corroborar que no existe un trabajo analítico ni editorial por detrás del artículo que se pretende leer. Muchos son los ejemplos de análisis de este tipo, y una evidencia de ellos es un estudio publicado en la Revista Panamericana de la Salud donde se hace un análisis de los procedimientos estadísticos de tres revistas latinoamericanas con gran difusión y que arrojó como resultados que tanto los autores como los editores tienen falta de cumplimiento de las normas aceptadas sobre el empleo de las pruebas de significación estadística. 6
Sin embargo la realidad de las revistas es otra en la actualidad. En una conferencia dictada por Rojas Ochoa y que aparece publicada en la revista Acimed,7 el autor plantea que en su opinión es insostenible el número actual de revistas en Cuba, si se propone que cada una de ellas tenga un nivel científico alto. Padrón en un artículo publicado hace algunos años 8 propone la idea de fusionar algunos títulos de revistas para lograr la calidad deseada. Al igual que Rojas considero que en la actualidad esto no es posible dada la compleja situación que viven las principales revistas en este momento.
Varios autores 9-11 han realizado estudios para demostrar que aun es insuficiente la información que se publica en las revistas médicas para dar cobertura a los problemas de salud que se presentan. Por ejemplo un estudio realizado por Stronks donde se pone al descubierto el Casio Dutch como caso de evidencia de inequidad en salud.12 Este no es el único caso, existen varios que reflejan otras realidades.
Lo cierto es que los procesos editoriales muchas veces se ven afectados por las situaciones que presentan los comités editoriales para poder conformar cada número de las revista en el tiempo previsto.
La lógica indica que mientras más contribuciones recibe una revista más posibilidades tiene de rechazar o aceptar artículos. Pero esto no es una camisa de fuerza. Es importante que las direcciones de las revistas revisen las políticas editoriales y hagan las adecuaciones pertinentes. Muchas veces la frecuencia de la revista está mal calculada y provoca una situación de premura a la hora de conformar el número, lo que trae consigo que se tenga que conformar con "lo que hay", aun cuando el trabajo arbitral no es lo suficientemente eficiente. En relación con este indicador de calidad tan importante también se han realizado muchos estudios que plantean la importancia de este procedimiento para garantizar efectividad, en el proceso de evaluación. Pero los árbitros también son profesionales y generalmente dedican parte de su tiempo libre para realizar las encomiendas, las cuales cuando se realizan con todo rigor, conlleva en ocasiones esfuerzos meritorios. Pero no siempre estos méritos son compensados como se debiera y por consiguiente el trabajo no se realiza con la mayor calidad, obligando a los comités editoriales a buscar otras alternativas que pueden incluso lacerar la calidad de su publicación.
Por otra parte estamos en presencia de autores que no tienen en general una cultura para realizar artículos de publicación. Al igual que expresa Szklo 1 en su artículo, los cubanos tenemos una gran tradición oral, pero somos poco inclinados a escribir nuestras experiencias. Muchos autores se contentan con presentar sus trabajos en un congreso nacional o internacional y verlos publicados en los respectivos Libros de Resúmenes. Lo publicado en estos libros no son considerados artículos científicos sino que se quedan dentro de la denominada literatura gris a la que a veces es difícil tener acceso
Algunos artículos publicados hacen referencia a la calidad de los artículos recibidos y aluden a cada uno de los problemas que se presentan. Estos van desde errores en el diseño metodológico hasta el uso incorrecto de un estilo predefinido por la revista en relación con las referencias bibliográficas. Entonces es difícil para la dirección de un revista lograr hacer el trabajo que corresponde y por consiguiente garantizar la calidad de lo que publica. La pregunta entonces sería: ¿cómo puede un investigador tener o saber cuál o cuáles revistas tienen la calidad requerida para hacer frente a sus propósitos? Los sistemas de evaluación de revistas científicas ya han sido implantados en varios países, amén de los criterios y evaluaciones que realizan cada una de las bases de datos de prestigio a nivel internacional como criterios de admisión y permanencia en sus registros.
En Brasil existen varios niveles de clasificación de revistas científicas bajo un sistema que se denomina Qualis.13 Las cifras demuestran que el gigante sudamericano es el productor número uno de información científica en general en América Latina y que presenta un gran número de revistas de todas la áreas de las ciencias. Muchas de ellas han logrado incluso incluirse en lugares de alta visibilidad como es el Web of Science y en la base de datos de Thompson Reuters. El sistema evalúa las revistas de todas la áreas y las posiciones en una clasificación nacional por cuartiles que permite tener una perspectiva real de cual es la importancia o relevancia de una publicación para sus investigadores, obligando entones a los equipos editoriales a realizar un seguimiento del trabajo con el mayor rigor y calidad para no perder la condición que poseen a nivel nacional y a tratar de ascender los más posible. El efecto es redondo y al estar mejor ubicada las posibilidades de apoyo en todos los sentidos aumenta considerablemente.
En España también se han desarrollado estos sistemas de evaluación y clasificación de las publicaciones en áreas como la cultura física que, a pesar de no contar con un número importante de revistas en relación con los de las ciencias de la salud o biomédicas, permite también ordenar sus publicaciones y garantizar en gran medida la calidad de lo que se está publicando.
En resumen se puede llegar a la conclusión de que el número de revistas existentes no es un dato a tomar en consideración si existe un sistema de evaluación y clasificación que garantice el seguimiento del trabajo editorial de cada una de las publicaciones. El sistema debe evaluar desde la cantidad de manuscritos que se reciben hasta el número de citaciones que reciben los artículos en un período determinado. No debe confundirse la evaluación con la medición de indicadores bibliométricos pues estos necesariamente no son condiciones que denotan el buen funcionamiento de una revista científica y representan estudios de otras dimensiones de análisis.
La garantía de tener revistas de calidad probada es garantía también de tener un acervo que permita a los profesionales tener a su disposición la información de calidad que necesitan para tomar las decisiones en salud. Es importante destacar que las revistas científicas son la fuente de información primaria por excelencia para cada una de las investigaciones en cualquier rama de las ciencias.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Szklo M, Nieto FJ. El papel de las revistas de salud pública. Rev San Hig Pública. 1993;67:331-4.
2. Science en Español. Sitio Web en Internet. Disponible en: http://science.thomsonreuters.com/es/productos/
3. Dirección Nacional de Publicaciones Periódicas. Registro Nacional de Publicaciones Seriadas. 2011. Sitio Web en Internet. Disponible en: http://www.seriadas.cult.cu/
4. ESPECIAL C. Estado actual de las publicaciones periódicas científicas médicas del Perú. Rev Med Hered. 2005;16(1):65.
5. Alfonso Manzanet José E., Castro López Frank W. Editorial de Ciencias Médicas: apuntes útiles para comprender el proceso de edición de una revista científica. ACIMED [revista en la Internet]. 2006 Oct [citado 2011 Nov 27] ; 14(5): . Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024 -94352006000500021&lng=es.
6. Sarria M, Silva Ayçaguer L. Las pruebas de significación estadística en tres revistas biomédicas: una revisión crítica. Rev Panam Salud Publica / Pan Am J Public Health 2004; 15 (5): 300-306.
7. Rojas Ochoa F. Panorámica general de las revistas biomédicas de Cuba. Presente y futuro. Acimed. 1998;6:42_9.
8. Padrón GJ. Algunas reflexiones sobre las revistas científicas en Cuba. La Habana: Elfos Scientiae, 1996.
9. Sánchez Tarragó Nancy. El movimiento de acceso abierto a la información y las políticas nacionales e institucionales de autoarchivo. ACIMED [revista en la Internet]. 2007 Sep [citado 2011 Nov 27] ; 16(3): . Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-94352007000900005&lng=es .
10. Rodríguez Silva Héctor. Physician-patient relationship. Rev Cubana Salud Pública [revista en la Internet]. 2006 Dic [citado 2011 Nov 27] ; 32(4): . Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864 -34662006000400007&lng=es.
11. Mora i Ripoll, Ramón. Cómo mejorar la calidad estadística de los artículos presentados a revistas biomédicas: lista de comprobación para los autores. Med Clin (Barc). 1999; 113(4): 138.
12. Stronks K. Generating evidence on interventions to reduce inequalities in health: the Dutch case. Scand J Public Health 2002;59: 20-5.
13. Saad Hossne William. Periódicos de bioética: ¿Hay muchos? ¿Hay pocos? ¿Cuál es la situación?. Acta bioeth. [revista en la Internet]. 2011 Jun [citado 2011 Nov 27] ; 17(1): 115-121. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-569X2011000100013&lng=es.
Recibido: 15 de octubre de 2011
Aprobado: 30 de octubre de 2011
Correspondencia:
José Enrique Alfonso Manzanet. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas. La Habana, Cuba. E mail: jenrique@infomed.sld.cu