INTRODUCCIÓN
La enfermería es la ciencia y arte de cuidar seres humanos; es decir, cuidar es la expresión de la actividad profesional, fruto del conocimiento formal, técnico y científico derivado de una formación académica, es una disciplina que actúa en varias dimensiones: en el cuidado, en la investigación, en la gestión y en la educación.1
La enfermería ha sido definida como una profesión independiente que funciona de manera autónoma, y que requiere de personas con capacidad de ayudar al individuo enfermo o sano a realizar aquellas actividades que contribuyeran a la salud y la recuperación, o a una muerte en paz; es una preocupación especial por la satisfacción de las necesidades del individuo, y una actividad interactiva humana. Es un arte en el uso imaginativo y creativo del conjunto de conocimientos al servicio del ser humano.2
La historia hoy día puede dar razones de la evolución de esta profesión, que se ha hecho irreversible para convertirse en una profesión sin perder la originalidad de su esencia y objeto: El cuidado.2
La dimensión ética y de humanización del cuidado de enfermería y de salud cobra cada día más importancia, y al menos en América el mismo énfasis en la dimensión social y biológica del cuidado. Los adelantos científicos y tecnológicos y los cambios socioeconómicos que influyen en la problemática de salud, en la investigación, en los medios de diagnóstico y tratamiento, así como en las condiciones del medio ambiente, plantean situaciones de bioética, cada vez más complejas, que exigen el diálogo y acción interdisciplinaria para su estudio y decisión. La enfermera como agente moral, como responsable del cuidado no puede sustraerse de este diálogo interdisciplinario.3
El enfermero tiene responsabilidad ética y legal de sus acciones en el desempeño de los roles profesionales que le competen.3
El presente estudio tiene como objetivo sistematizar la dimensión ética del cuidado de enfermería.
MÉTODOS
Se realizó una revisión bibliográfica sistemática para desarrollar un análisis crítico reflexivo del contenido de documentos, donde se consideraron libros, artículos originales y de revisión.
La estrategia de búsqueda adoptada fue la utilización de las palabras clave o descriptores, conectados por intermedio de los aperadores booleanos OR y AND.
Las palabras clave utilizadas fueron “enfermería,” “cuidado” y “ética”, siendo estas identificadas a través de DECs o de MeSH. De esta forma, fueron utilizados para la búsqueda los artículos referidos descriptores en idioma español e inglés. La búsqueda fue realizada en la base de datos Medline/Pubmed, LILACS, SciELO durante diciembre de 2017.
Los criterios de inclusión para la selección de los artículos fueron: Artículos en español e inglés disponibles en los portales de datos seleccionados que presentaban adherencia a la temática, publicados entre 2006 y 2017 que presentaran de manera clara la metodología o referencial teórico seleccionado. Los criterios de exclusión fueron las pesquisas que se encontraron repetidas en las bases de datos, las cartas editoriales, los artículos publicados en idiomas no seleccionados.
Tras la identificación de los estudios pre-seleccionados se llevó a cabo la lectura de los títulos de las publicaciones, resumen y palabras clave, comprobando la pertinencia con el estudio, debiendo estar adherido a la temática abordada.
Para describir el enfoque metodológico de los resultados, se muestra el diagrama de flujo, véase la figura.
DESARROLLO
“Cuidado” sería la palabra justa y apropiada para definir e interpretar el significado que encierra la profesión enfermería.4
Constituye y representa una profesión independiente, con disimiles funciones por cumplir dentro de la amplia gama de profesiones de la salud, sin embargo una tarea única, la del cuidado, su importante papel dentro de las ciencias de la salud, la ha distinguido entre las demás, hasta el punto de llegarla a definir como la ciencia del cuidado humano.5
En un estudio titulado “Enfermería en el rol de gestora de los cuidados” de Agüero,6 existen varias definiciones teóricas publicadas sobre el término de cuidado, entre las que podemos citar dos de ellas:
Leinninger (citado por Kerouac) plantea que "el cuidado es la esencia y el fenómeno central de la enfermería y que debe ser valorizado en todas las áreas de su ámbito profesional".7
Watson enfatiza que "el cuidado percibe los sentimientos del otro y reconoce su condición de persona única".8
Un artículo brasileño9) resalta que el modelo de enfermera propuesto por Nigthingale, a pesar de que limitó la actividad al control de la medicina y de cierta manera a obedecer las órdenes médicas, orientó su atención a la devoción al paciente y a su cuidado.
Una revista chilena10 alude sobre la gestión del cuidado, enmarcándolas a las acciones de promoción, mantención y restablecimiento de la salud que son propias de la enfermería, además de las que resultan del diagnóstico y tratamiento médico, y el deber de velar por la administración correcta de los recursos de asistencia para el paciente.
El cuidado en sí mismo debe incluir ética y responsabilidad, estableciendo habilidades y experiencias de autocuidado mediante el proceso enseñanza-aprendizaje, el cual se compone en una práctica de salud y bienestar, según se plantea Dorothea Orem en su teoría del autocuidado.11
Autores de un artículo titulado “La filosofía de Patricia Benner y la práctica clínica”, destacan otras de las definiciones: “Cuidado también se refiere a dedicación, cuyo comportamiento, apariencia, formación moral e intelectual son de buen gusto (hablando de la persona), es la atención, el comportamiento cauteloso, el fervor, la devoción dedicada a alguien o algo..." .12
El paciente urgido de cuidado, necesitará de un profesional de enfermería, especialmente competente, hábil, ingenioso, con sensibilidad y capacidad para brindarle una respuesta emocional y cuidados paliativos oportunos que irá necesitando durante su estancia en el centro asistencial en el que se encuentra hospitalizado.12
Es importante reflexionar en relación al cuidado y destacar que en la profesión Enfermería, cuidar es mucho más que proteger, que brindar ese apoyo psicológico, emocional, satisfacer al paciente en sus necesidades, es más que la mera compañía y el cumplimiento de indicaciones medicas, es ser éticamente competentes, es brindar un servicio con respeto, justo en el momento en el que lo necesita, tomar decisiones sabias, oportunas, es hacerles sentir que nos importan, que no son el número de una cama o una patología designada en un registro de pacientes, es demostrarles que son ellos y no otros la razón de nuestra existencia.
Consideraciones sobre el cuidado y la ética en la profesión enfermería
En la profesión de enfermería la ética ha experimentado grandes transformaciones en las últimas décadas. La carrera ha cursado desde un cuidado ético basado en un modo de ser, ajustada en la virtud de la sumisión, y el apego a un código de conducta preestablecido, a desplegar una conducta basada en el respeto, en el rigor científico y profesional, y en los derechos humanos.13
Los hechos y acciones de cuidado que ofrece la profesión de enfermería se cimientan en la relación enfermero-paciente, el respeto por la dignidad y la toma de sus propias decisiones por los pacientes, lo cual implica comprender desde lo ético el significado que se le otorga a la práctica del cuidado, con conocimiento amplio de las funciones o acciones implícitas necesaria para lograr el consentimiento informado.14
El personal de enfermería está implícito en cualquier tarea de orden preventivo, curativo, rehabilitativo, es indiscutible la participación de enfermería en diversos procedimientos y terapias, junto al equipo multidisciplinario desde los escenarios de actuación donde se encuentre, sus acciones siempre forman parte de los planes de actuación de salud, desde aquí es reconocida su trabajo como el personal creador del respeto por la autonomía del paciente, acción, que va más allá del control en el cumplimiento del proceso de consentimiento. Para algunos autores este compromiso ético no solo les concierne a los profesionales de enfermería sino que debe llevar implícito la participación de todo el equipo de salud que acompaña al paciente en su dolencia hasta su recuperación.14
No se concibe brindar un servicio de enfermería sin que el cuidado que ofrecemos, este desligado de los principios éticos, nuestra profesión es concebida con amor y por amor, para hacer el bien, para ser justos, para que el enfermo y el cuidador sean uno solo y no dos.
Tener presente los principios de la ética en el cuidado al paciente fortalece la relación entre el enfermero y el paciente, de manera permanente en su accionar diario, haciéndose responsables de los actos y técnicas de su profesión.15
Según un artículo publicado en el 2016 “La ética del cuidado, sustento de la bioética enfermera”,11 los autores insisten en saber diferenciar la ética del cuidado de la ética de los cuidados, destacando que en el primer caso no es aconsejable apropiarse de una reflexión universal sobre la necesidad de cuidado de las personas, que puede ser tomada por otras ciencias como la filosofía o la ética. Sin embargo la ética de los cuidados, podría comportarse de manera exclusiva a la enfermería, dotando a quien lo practica de un compromiso profesional y moral, haciendo uso de normas que sugieran respeto, comprensión por personas con los cuales no existen lazos consanguíneos, resalta además que la ética de los cuidados iría más allá de norma y códigos, incluyendo el arte enfermero, el cuidado en sí.15
El enfermero es un ente moral, con un solo fin, el cuidado de las personas. Debe tener en cuenta al aplicar el Proceso de Atención de Enfermería, una reflexión ética que le permita comprobar su actuación en aras de satisfacer las necesidades de sus pacientes, evaluar y respetar en cada persona, principios y valores morales como lo es la dignidad, autonomía, privacidad.16
Para el personal de enfermería es importante abordar la realidad desde un modelo de cuidado de enfermería donde se aplique el cuidado integral; sustentar la teoría que conduce su práctica, es su responsabilidad. Durante el proceso de atención se deben brindar cuidados integrales que reúnan y cumplan con las necesidades del individuo como ser integral.12
Es significativo destacar que en cualquier rol que desempeñe el (la) enfermero (a), en cualquiera de sus funciones, está presente el arte de cuidar, no es infrecuente encontrarnos a enfermeros que empañan tan digna profesión con actitudes cuestionables y que no honran la carrera que escogieron para hacer el bien, tenemos que ser críticos ante tales indolencias, denunciar aquellas acciones que desmoralizan la profesión de enfermería y sobre todo a sus protagonistas.
Guerrero-Ramírez et al,17) en el artículo “Cuidado humanizado de enfermería según la teoría de Jean Watson”, destacan que son los principios que regulan las conductas y valores humanos los que definen la ética de enfermería y que el cuidado, como esencia de la enfermería encierra acciones que son comunes para ambas partes, para el que cuida y para quien es cuidado. No se puede interpretar el cuidado, sino es basado en valores humanizados, resaltando todas las acciones encaminadas a promover, prevenir y curar la enfermedad, garantizando un ambiente sano en todas sus aristas (físicas, emocionales, sociales y espirituales).
Reflexiones sobre los dilemas éticos en el cuidado de enfermería
Un estudio sobre dilemas éticos18 destaca que el acto de cuidar requiere de múltiples habilidades, de tiempo, dedicación, conocimiento, de práctica, donde existan las condiciones creadas para ejercer el ejercicio de la profesión de manera humanizada.
De cualquier forma el cuidado ético no se puede ver desligado de la relación moral entre dos personas. El personal de Enfermería en su quehacer diario honra el valor de los cuidados desde una ética encaminada a respetar y dignificar a las personas que reciben la atención de salud, no hay cuidados, sin que exista un compromiso en la relación entre el profesional enfermero y el paciente.18
Ante dilemas éticos en su práctica diaria el enfermero/a está obligado a prepararse competentemente y ofrecer el cuidado con una sensibilidad exquisita, con una ética incuestionable, la toma de decisiones en ciertas circunstancias lo obliga a ampliar su capacidad de razonamiento.
Los autores responsables de este mismo estudio son del criterio además, que ante el conflicto ético, la solución está en asegurar el respeto a los principios morales, que determinarán finalmente la correcta toma de decisiones. Lo más importante y sabio en casos como estos es pensar en las consecuencias y el beneficio reportado al mayor número de personas si actuamos como profesionales razonables, audaces y competentes.18
Es asombroso el ejemplo abordado en este artículo ante una situación que representa un verdadero dilema y en el que un profesional capacitado, con fuertes principios éticos pueda llagar a solucionar o determinar la decisión correcta sin violentar la ética del cuidado y se refiere a las personas que padecen enfermedades como el SIDA, que se niegan partiendo de su autonomía a revelar el secreto y precisan de la ayuda profesional para que esto se mantenga en secreto, o sencillamente callar la verdad, ni el enfermero, ni ningún otro profesional de la salud con consentimiento de lo que ocurre puede ser cómplice de este acto, la postura ética debe estar dirigida a convencer, persuadir a la persona enferma voluntariamente a que tome la mejor decisión, donde comunique a su pareja el problema que está enfrentando y así evite con esta acción ponerla en riesgo su vida y la de muchos otros, con su silencio.18
Cuando las decisiones de los pacientes no son compartidas por los cuidadores y la forma de proceder de estos conduce al rechazo de procedimientos e intervenciones otorgando la prioridad al paciente para hacer uso de su autonomía siempre que sea posible y con previa consulta familiar, también genera dilemas éticos,19 criterio este con el que coinciden plenamente las autoras de la investigación y añaden además, que son muchas las situaciones que generan conflictos durante el ejercicio del cuidado, pero la conducta a seguir siempre estará mediada, comprometida y será justa si llevamos consigo los principios éticos inherentes a la profesión, sobre todo el de hacer el bien y la no maleficencia.
Un estudio sobre dilemas éticos y bioéticos de la práctica pediátrica en la Atención Primaria de Salud20) resalta en relación aquellos pacientes que presenten una afectación en estado terminal, obrar con toda la mesura necesaria en los cuidados paliativos que incluyen el control del dolor y otros síntomas así como los problemas que psicológicamente, social y espiritualmente pueden afectar a los niños y sus familias. Los padres y el personal de salud en general deben adoptar decisiones para informar al niño acerca de su enfermedad, transmitiéndoles y asegurándoles protección, preferencia y deseos hasta el último día.
Los cuidados de enfermería: Valores y principios éticos en servicios y contextos diferentes
Principios éticos como beneficencia, autonomía, justicia y responsabilidad deben apoyar y sustentar a los cuidados de enfermería que le son brindados a pacientes hemodializados, tratamiento este con serias complicaciones para la vida por su invasibidad y durabilidad, los cambios en el estilo y modo de vida son muchos y acarrean para el paciente situaciones estresantes y comprometedoras, donde los cuidados éticos se enaltecen con alto grado de humanismo.21,22
El profesional de la salud debe, atento siempre de su actitud frente al paciente, de su comportamiento al actuar, seguro de sí mismo, tener principios claros, puntos de vista, las decisiones y las consecuencias que estas pueden traer consigo. Principios como la beneficencia y la justicia, reclaman, el primero, de la obligación de prevenir o aliviar el daño, hacer el bien, ayudar al prójimo por encima de los intereses personales no solo a curar o restaurar la salud sino además de prevenir educar, el segundo de tratar por igual a los distintos pacientes, pues se vuelve más sensible aquel con el que se establece la diferencia al no tratarse adecuadamente.23,24
El cambio del paciente con patología renal, se ha transformado en los últimos años y esto ha inducido a que cambien las necesidades de cuidados, generando preocupación en los profesionales de enfermería, aseguran estudiosos de un artículo relacionado con la valoración de las necesidades de cuidados del paciente durante la hemodiálisis.25
El respeto a la toma de decisiones, al ejercicio de la voluntad y a determinar lo que desea o no la persona, implica que el quehacer del personal de enfermería requiera el consentimiento de los pacientes, teniendo derecho a determinar libremente, decidir y poder hasta negarse al tratamiento si lo desea, a pesar de estar informado de todo el perjuicio que esto trae consigo.
Tras una revisión de un trabajo publicado titulado “la ética y valores de enfermería”25 en una revista mexicana, se destacan aspectos que revelan curiosidad, al señalar en este contexto al igual que en otros que en la realidad hospitalaria los pacientes solicitan que la enfermera sea sensible a su dolor, sin embargo se observa que al paciente se le identifica por el número de cama y en el enlace de turno, el paciente es objeto de revisión para que no haya ningún pendiente.
En todo momento el personal de enfermería debe demostrar empatía hacia el paciente, brindarle toda la atención que este requiera, muchas son las ocasiones que al finalizar el turno o guardia de enfermería no saben cómo se llama el paciente y refieren que la so-brecarga asistencial no les permite que exista una completa interacción con el paciente.
En este artículo, sin dudas, se destaca como lamentablemente, la esencia del cuidado puede llegar a ser sustituida por la gran tecnología, que “tras bastidor” pareciera ganarle a la ética y los valores, según reflexiones con las que coinciden las autoras de esta revisión.
El articulo refleja además la preocupación de los enfermeros por aspirar a cargos administrativos con mayor remuneración, lo que hace que nos dé la impresión de que la formación profesional y el campo laboral vaya más allá de la verdadera esencia y rol del profesional de enfermería, pues entre el personal de enfermería y el paciente siempre debe existir un lazo fraternal, profesional, tanto en el padecimiento de la enfermedad como en la esperanza de un mejor bienestar, por lo que se deberían crear los vínculos para el logro de los objetivos, que, en este caso, son la recuperación de la salud y el bienestar del paciente. Sin embargo, la realidad es otra, esa donde se está demostrando un escenario de enfrentamiento, donde el paciente reclama sus derechos y la enfermera evade sus responsabilidades.26
La deshumanización ha afectado a las profesiones de la salud, la disciplina profesional de enfermería no escapa a esta realidad.27
Se coincide con lo señalado, son más de uno los escenarios o servicios de salud cubanos, donde estas experiencias se repiten día a día, no podemos darle la espalda a una situación con que se convive a diario, es cierto que no es absoluta y que si bien nos encontramos con profesionales que hacen del cuidado al enfermo nuestra razón de ser, existen muchos otros que desvalorizan la profesión con actos tan poco éticos o peor, con falsas demostraciones de moral.
Ariza Olarte,28) enfermera en el área de Cuidado y Práctica de Enfermería de adultos en estado crítico y con problemas cardiovasculares, en su trabajo publicado “La Excelencia del Cuidado: Un Reto para Enfermería” comparte sus experiencias y sus juicios sobre lo que para ella significa reconocer el valor del cuidado a partir de dejar de ser y actuar por uno mismo para dedicarse al otro por entero, resalta que dentro de los valores que el profesional de enfermería debe luchar por desarrollar para brindar un excelente cuidado, se encuentran muchos, como lo es la calidad considerada tanto desde la vida personal como profesional, la dedicación al trabajo, la alegría, todo para que sea considerado un cuidado de calidad, que no es más que luchar porque sea un quehacer excelente.
Ante todo debemos tener presente a quién cuidamos, esto no es más que tratar al individuo como persona, colocarlos en el centro de nuestra atención.
Expone que uno de los problemas graves en nuestro cuidado es que en muchas ocasiones tratamos a nuestros pacientes como patologías y no como personas. Nos referimos al de la cama 8, al paciente de la diabetes descompensada, al…, sin darnos cuenta que es un ser humano, y que ha de ser tratado como tal, con sus dolencias, con sus defectos, virtudes, necesitado de la mano amiga, no como un instrumento a merced de ser manipulado por otros.
Otro aspecto que resalta Olarte en su trabajo es el referente a las características personales de la enfermera dentro de las cuales es importante resaltar: el asumir una actitud de querer dar y recibir para facilitar el encuentro, mantener una actitud libre, flexible, cálida, expectante, neutral, desprovista de comportamientos autoritarios y centrada en lo que acontezca en la personalidad del otro.28
Los enfermeros, en su función de cuidadores, deben comenzar por respetarse a sí mismos y respetar al hombre, primero como ser humano y luego como persona enferma que necesita de nosotros para recuperar su salud, por hacer de su principal función, el cuidado, la razón de su existencia. Los valores de humanismo, solidaridad, laboriosidad, y muchos otros junto a los principios éticos siempre irán de la mano en el quehacer diario y respetuoso del enfermero.
La función del personal de enfermería en la atención al paciente ha evolucionado lentamente con el tiempo, del ayudante disciplinado y dócil del médico, a un profesional con total autonomía, al que se le exige porque rinda cuentas por lo que hace o ha dejado de hacer en el momento de entregarse por entero a los cuidados.29
CONCLUSIONES
El paciente es inspirador de cuidado, es el actor de mayor importancia en el accionar de enfermería, es a partir de la identificación de sus necesidades que se elabora, aplica y evalúa el cuidado de enfermería.
La enfermería posee una carga ética importante, el cuidado al enfermo constituye su razón de ser, está íntimamente ligado a principios éticos que en su ausencia, desvaloriza la esencia de tan humana profesión.
No hay escenarios donde se presten servicios de enfermería sin que los principios éticos de beneficencia, autonomía, justicia, responsabilidad, estén al servicio del mejor cuidado brindado al paciente.