INTRODUCCIÓN
Adulto mayor es aquella persona de sesenta años o más o mayor de cincuenta y cinco cuando sus condiciones de desgaste físico, vital y psicológico así lo determinen.1,2,3
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU) entre el 2000 y 2030 la población urbana de América Latina y el Caribe aumentará de 394 millones a 609 millones, las personas de 60 años y más habrán superado un promedio del 8,00 % al 14,00 % de la misma.4 La Encuesta Nacional de Demografía y Salud del 2010 enmarca a Colombia en plena transición demográfica, con tasas moderadas de natalidad y mortalidad. Esta transición es una de las más rápidas de Latinoamérica.3
Debido al aumento en la expectativa de vida, los adultos mayores alcanzan edades avanzadas haciéndose vulnerables a enfermedades, discapacidades físicas y cognitivas que inhabilitan a la familia para brindarle cuidados específicos y continuos, por una parte; y por otra, se encuentran los que viven solos o sin apoyo familiar que tienen las mismas necesidades. Para los dos grupos, las instituciones geriátricas representan una alternativa de solución al suplir la demanda de estos cuidados.5,6) Otros factores no menos importantes influyen en la institucionalización y están relacionados con los cuidadores familiares, entre los que se encuentran, la vulnerabilidad, falta de conocimientos, ausencia de apoyo, conflictos familiares, condiciones inadecuadas de la vivienda, problemas económicos y por último el abandono.6
El envejecimiento es una etapa del ciclo evolutivo donde se evidencian cambios cognitivo, físicos y psicosociales propios del deterioro. Como consecuencia pueden aparecer los trastornos afectivos y el deterioro psicomotriz, cuando estos se unen a secuelas funcionales de otras enfermedades agudas o crónicas, repercuten negativamente en el estado físico y en las capacidades mentales, haciéndose más evidentes en los ancianos institucionalizados,7,8) dando lugar a diferentes síndromes y condicionando situaciones de diferentes niveles de incapacidad.9,10
Para el adulto mayor ser capaz de su cuidado está relacionado directamente con su autonomía, entendiéndose como autonomía la capacidad funcional que se requiere para realizar actividades básicas e instrumentales.11
La funcionalidad es la capacidad fisiológica y física para ejecutar actividades de la vida diaria de forma segura y autónoma, sin provocar cansancio.12) Envejecer se asocia con deterioro económico, físico y mental que genera una pérdida de la autonomía,11,12,13) incluyendo la función cognitiva, que es el resultado del funcionamiento global de diferentes áreas intelectuales, el pensamiento, la memoria, la percepción, la orientación, el cálculo, la comprensión y la resolución de problemas.10
Las personas mayores institucionalizadas sufren lo que se conoce como “las perdidas asociadas a su envejecimiento” y la capacidad funcional traducida en incapacidad para realizar actividades de la vida diaria (AVD) referidas al autocuidado, como vestirse, comer, bañarse, movilizarse entre otras y actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD), de la vida independiente como comprar, tomar transporte público, subir escaleras, cocinar, etc. En términos de dependencia y autonomía, las AIVD están relacionadas significativamente con el deterioro generado por la institucionalización7,11 constituyéndose como factor que actúa en la disminución de autonomía del adulto mayor, al verse obligado a adaptarse a un entorno ajeno que no domina, se deterioran sus relaciones personales y se olvida la competencia y la historia personal.12
Reportes de estudios indican una relación significativa entre autonomía e independencia del adulto mayor y su deterioro como producto de la institucionalización,13) en Cuba encontraron disminución de funciones cognoscitivas relacionadas a la flexibilidad, fluidez y originalidad.14) En Chile reportaron que a mayor edad existe un deterioro significativo en el desempeño funcional, sobre todo en mujeres.15) En Quito, Ecuador, se reportó deterioro cognitivo, dependencia leve en actividades básicas de la vida diaria; mientras que las actividades instrumentales de la vida diaria necesitan mucha ayuda.16
En Barranquilla, Colombia, adultos mayores institucionalizados y no institucionalizados presentaron dependencia en las ABVD y en las AIVD, con riesgos de dependencia cuando tienen antecedentes patológicos en ABVD, además el riesgo de dependencia en las AIVD era mayor en los institucionalizados que deambulan con ayuda/soporte.2
En Santa Marta, capital del departamento del Magdalena de la región Caribe Colombiana, la población está en proceso leve de envejecimiento. Los mayores de 65 años fueron el 7,00 % según censo 2005.17,18) En esta ciudad existe como única institución geriátrica el Asilo Sagrado Corazón de Jesús de carácter público, fundado en 1941, ubicado en área urbana, con capacidad de 100 camas y 62 adultos mayores institucionalizados en el momento del estudio.19
Es importante destacar que diferentes autores han publicado sobre estilo de vida,20) calidad de vida21) y sobre bienestar espiritual de los adultos mayores con enfermedad crónica.22) No existe reporte sobre investigación con las características del presente estudio en Santa Marta ni en el Asilo Sagrado Corazón de Jesús.
Para poder implementar un programa interdisciplinario que fortalezca las áreas cognitiva, de autonomía y funcionalidad del adulto mayor institucionalizado para mejorar la calidad de vida, surge la necesidad de determinar el funcionamiento cognitivo, la autonomía e independencia del adulto mayor institucionalizado en el Asilo.
MÉTODOS
Estudio cuantitativo, descriptivo de corte trasversal en el Asilo Sagrado Corazón de Jesús de Santa Marta, Colombia. La información se recogió en noviembre de 2015.
El universo quedó constituido por 62 adultos mayores institucionalizados, la muestra se escogió de forma intencionada cumpliendo con los criterios de participación voluntaria y sin alteración grave de movilidad.
Para recoger datos demográficos se anexaron preguntas a los instrumentos descritos a continuación:
Mini Mental State Examination (MMSE) Valora función cognitiva, identifica déficit cognitivo, evalúa orientación temporo-espacial, memoria, atención, cálculo, producción y repetición de lenguaje, lectura y habilidad visual y espacial. Se puntúa entre 0 y 24 con punto de corte para geriátricos de 20, se interpreta el resultado: probablemente sin deterioro > 24; probablemente con deterioro < 23; deterioro moderado entre 23 - 18 y < 18 deterioro grave.23,24,25,26,27 Adaptado a la población colombiana por Aguirre-Acevedo y cols.25) 2007.
La Escala de Valoración de la Autonomía para el Autocuidado (EVA) Evalúa autonomía funcional del adulto mayor.26) Valora 12 necesidades funcionales, que para los autores son básicas, agrupadas en nutrición, cumplimiento, sintomatología, actividad-descanso, higiene, eliminación vesical, intestinal, ocio-tiempo libre; y cinco funciones mentales: sentido, memoria, comprensión, orientación y comportamiento. Asignando a cada ítem una puntación en escala lickert de 0 a 3 donde: Autonomía completa: 0; estimulo/supervisión: 1; Ayuda: 2, Dependencia/suplencia: 3. Los grados de autonomía oscilan entre 1 y 10; a mayor puntuación menor grado de autonomía.
La Escala de Autonomía para las actividades básicas de la vida diaria índice de Barthel Valora autonomía para realizar actividades básicas de la vida diaria. Puede realizarse de manera autoadministrada, por observación directa, preguntando al paciente o cuidador, como se hizo en este estudio. La valoración se realiza según puntuación de 0 a 100 con intervalos de 5 puntos. Si la persona usa silla de ruedas 90 es la puntuación máxima. Para las actividades son 0, 1, 2, ó 3 puntos, resultando un rango global entre 0 y 20. Los puntos de corte sugeridos para facilitar la interpretación son: 0-20 dependencia total, 21-60 dependencia severa, 61-90 dependencia moderada, 91-99 dependencia escasa, 100 independencia. Es de gran utilidad el registro de las puntuaciones parciales de cada actividad, para conocer las deficiencias específicas de cada persona.28
La información se analizó y procesó mediante el programa SPSS versión 21 y estadística descriptiva evidenciada en tablas.
Respetando los principios éticos según ley 911 de 2004 y la resolución N° 008430 de 1993 que reglamenta normas científicas, técnicas y administrativas para investigación en humanos, los participantes firman de manera voluntaria el consentimiento informado.28,29,30 Esta investigación no representa riesgo para el adulto mayor ya que su participación consiste en dar respuesta a cuestionarios de los instrumentos de acuerdo a la declaración de Helsinki.31
RESULTADOS
Caracterización sociodemográfica
Edad promedio 80 años, con desviación estándar 7,77 con una mínima de 54 y máxima de 96. El 88,23 % se encontraba entre 71 a 90 años. El 45,94 % tenía entre 1 a 12 meses de institucionalización; 35,13 % más de 73 meses y 18,93 %, de 13 a 72 meses. El 43,24 % cursó estudios primarios, 32,43 % eran analfabetas, 16,20 % cursaron algún grado de bachillerato, 8,11 % estudios universitarios.
El 56,75 % conservaba contacto familiar, el 100,00 % no tenía pareja. El 51,35 % manifestó no padecer ninguna enfermedad, 24,32 % padecía hipertensión arterial y 18,90 % recibían medicamentos para su manejo, le sigue con 13,50 % demencia tipo Alzheimer; 5,4 % osteoporosis, 27,0 % padecían otras enfermedades, entre las que se encuentran, diabetes, glaucoma, migraña, cirrosis y artritis. Pertenecen al régimen contributivo en salud 56,75 % y el 43,24 % al subsidiado.
Funcionamiento cognitivo
El 32,40 %, presentó deterioro grave, el 24,20 % deterioro moderado, el 27,00 % sin deterioro y el 16,20 % con algún grado de deterioro. La tabla 1 permite observar en que esferas se evidencio mayor falencia.
Autonomía para las actividades de la vida diaria (AVD)
Un 43,20 % tienen dependencia moderada, 40,50 % son totalmente independientes, 2,70 % presentó dependencia leve y 13,50 % entre dependencia severa y total.
En la tabla 2 se evidencia dependencia en la autonomía para realizar algunas actividades de la vida diaria. Sin embargo para arreglarse, deposiciones, micción y uso del retrete la independencia es 100,00 % para todos los adultos mayores.
Autonomía para el autocuidado
El 75,68 % tiene un grado 1 (autonomía completa); el 8,11 % grado 3 (dependencia moderada); el 8,11 % grados 6; el 5,41 % grado 5 (5 y 6 dependencia total) y el 2,70 % para grado 2 (dependencia leve). En la tabla 3 se evidencia grados variables de dependencia en: realización de actividades domésticas, ocupación del tiempo libre y uso de recursos. En el resto de actividades se registra autonomía completa.
En la valoración individual de las funciones mental es la tabla 4 muestra que la orientación es la más afectada. Es importante destacar en el comportamiento un 94,59 % tiene función mental intacta.
DISCUSIÓN
En la autoevaluación de la salud, los resultados coinciden con otros estudios de Colombia, en el departamento de Nariño,32) Cartagena33 y Sincelejo,10) pues predomina la evaluación de buena salud y la hipertensión arterial como enfermedad más frecuente.
En este estudio se encontró que el 43,24 % de adultos mayores son analfabetos y un 32,43 % tiene estudios primarios, parecido a lo que se registró en Sincelejo.10
La puntuación en la memoria diferida, concentración y cálculo, lectura, escritura y dibujo, se vieron afectadas significativamente en los adultos mayores estudiados. Según Cabrera et al,34) entre los diferentes factores que influyen sobre el puntaje del MMSE se encuentran la edad y la escolaridad. La prevalencia de falsos positivos aumenta con un bajo nivel de escolaridad y la de falsos negativos con alto nivel de la misma.10,34
En la muestra del estudio hay un predominio de deterioro cognitivo grave y moderado, diferente a lo encontrado por Villarreal et al.10) que el mayor porcentaje fue en deterioro leve y moderado, y las áreas más afectada fueron atención y memoria.
Los adultos mayores tienen en un 75,70 % autonomía completa para actividades del autocuidado, en la realización de tareas domésticas, utilizar tiempo libre y usar los recursos, existe dependencia de un cuidador. Estos resultados pueden estar presentándose debido a que estas actividades son realizadas por los cuidadores de la institución.13
Aunque individualmente en algunas actividades (como bajar y subir escaleras, por ejemplo) se evidencia dependencia, existe predominio de independencia funcional en las actividades básicas de la vida diaria. Esto tiene explicación debido a que este es un requisito para el ingreso al asilo, sobre todo para los que no tienen recursos económicos para costearse a un cuidador.
En conclusión, la funcionalidad cognitiva en la mayoría de los adultos mayores presenta deterioro general, evidenciándose este deterioro en áreas como la memoria diferida, concentración y cálculo, dibujo y lectura-escritura.
A pesar de lo anterior, en su mayoría son autónomos e independientes en las actividades básicas de la vida diaria y el autocuidado, independientemente del funcionamiento cognitivo.