Estimado director:
Se hace necesario el cuidado del paciente con insuficiencia renal crónica, puesto que Cuba no escapa a este mal, cada día se eleva el número de pacientes con diagnóstico de insuficiencia renal crónica y necesidad de Tratamiento Sustitutivo de la Función Renal.
La magnitud del problema aumenta si se piensa en la carga económica y social que demanda la realización de tres hemodiálisis semanales por tiempo ilimitado debido a la pérdida progresiva e irreversible de la función renal. Se inicia con el deterioro progresivo del volumen de filtrado glomerular por el reclutamiento de nefronas dañadas, al que se agregan los trastornos tubulares de homeostasis y la falla de las funciones hormonales del órgano. Este reclutamiento es progresivo, las nefronas se hallan en grados variables de daño estructural y funcional, y el concepto de masa funcional crítica confiere a esta enfermedad fases evolutivas que van desde la etapa subclínica hasta el deterioro terminal, conocido como uremia o fase descompensada de características terminales.
La investigación de Rodríguez Martínez1 destaca la complejidad del cuidado y, al incremento de pacientes con enfermedad renal crónica avanzada, se pretende demostrar la vigencia e importancia de la aplicación de algunos modelos y teorías de enfermería en el cuidado del paciente nefrológico en el contexto cubano.
Como un aspecto positivo del artículo, Rodríguez Martínez1 plantea que las teorías de enfermería no son utilizadas con frecuencia en la práctica clínica diaria. El hecho de que las enfermeras no reconozcan la relación entre teoría y práctica asistencial, no solo es observado en la experiencia clínica, sino que también es descrito en la literatura.
Un aspecto de mucho valor del artículo es resaltar que existe una división aparente entre teoría y práctica de enfermería, resultante de la impartición de ambas por profesores diferentes. Los estudiantes consideran que las teorías solo se aprenden de los profesores académicos y de la literatura, mientras que los aspectos prácticos los adquieren y desarrollan junto a los enfermeros asistenciales. Además, se señala que tanto los modelos teóricos como los prácticos pueden ser aprendidos con el trabajo junto a enfermeras de vasta experiencia, pero esta teoría difiere de la que se enseña en las escuelas de enfermería.
Como elemento negativo en el artículo, se pone de manifiesto que los enfermeros tienen desconocimiento de los modelos teóricos de enfermería, lo que pudiera obedecer a la no incorporación de los modelos en los planes de estudios de pregrado de estos profesionales, desconocimiento que se agudiza cuando se incorporan a su vida laboral y no logran identificar la aplicación de los modelos en la práctica, pues solo una pequeña parte del personal enfermero ha realizado estudios sobre las teorías de enfermería en su formación.
El cuidado del paciente nefrológico se considera un elemento coherente en el tratamiento. Esta perspectiva ayuda al paciente a tomar conciencia de su propia condición y a reducir el riesgo de complicaciones.2
Las labores educativas, docentes, administrativas y clínicas alcanzan su acmé cuando la enfermera es capaz de explotar todas las posibilidades en el esfuerzo de ejercer su actividad desde una perspectiva filosófica y científica.3