Introducción
Las sustancias psicoactivas (SPA), también llamadas drogas psicoactivas/psicotrópicas, se presentan en variados tipos y muestras: productos de tabaco, marihuana, cocaína, bebidas alcohólicas, drogas estimulantes, sedantes, alucinógenos, entre otros. Son caracterizadas por el potencial de acción en el cerebro para modificar el funcionamiento del sistema nervioso; son capaces de efectos desencadenantes de cambios de ánimo y la percepción, incluso trastornos de comportamiento y de la conciencia.1
En este contexto, el consumo de SPA contribuye al aumento de impactos adversos, como: trastornos mentales relacionados con el uso/abuso, desarrollo psicosocial deteriorado, aumento de las tasas de mortalidad, entre otros.2) Contrariamente al perfil y a las motivaciones habituales para este consumo, se destaca el mayor uso de drogas psicoactivas relacionadas con factores ocupacionales.3
El entorno laboral y sus circunstancias relacionadas, especialmente aquellas con estrés severo, como de los profesionales de la salud, son algunos de los factores de vulnerabilidad de trabajadores en relación con el uso de SPA. Además, las agotadoras horas de trabajo, la privación del sueño, la remuneración inadecuada y la complejidad para establecer relaciones con los pacientes, ponen a estos profesionales en rutinas de baja calidad de vida, con riesgos significativos para la estabilidad física y mental.4
La visibilidad dada a la atención de salud mental en Brasil, basada en los cambios logrados por la implementación de pautas y políticas, como la Reforma Psiquiátrica y la Política Nacional de Salud Mental (PNSM), permitió la ampliación del apoyo a pacientes con trastornos mentales y también a usuarios de sustancias psicoactivas: asistencia integral y continua que se realiza con acciones dirigidas a la rehabilitación clínica y psicosocial.5
La creación de la Red de Atención Psicosocial (RAPS), regulada por la Ordenanza Nº 3088/2011, trajo al entorno de atención nuevas estrategias de recuperación, con la provisión de residencias terapéuticas, hospitales psiquiátricos y Centros de Atención Psicosocial (CAPS). Además, la estructura organizativa actual garantiza un equipo multidisciplinario para llevar a cabo los tratamientos, compuesta por médico, enfermera, psicólogo, trabajador social, terapeuta ocupacional, entre otros profesionales que trabajan en el servicio integral de las personas.5
Así, antagónico a las relaciones establecidas en la tradicional atención hospitalaria, los CAPS fomentan el mantenimiento de los vínculos entre los ejes involucrados en la asistencia, aumentando la carga emocional y psicológica de los trabajadores en cada servicio.6
A pesar de los fuertes impactos negativos resultantes del uso de SPA para el profesional, así como para la dinámica de la atención de la salud, la producción de estudios e investigaciones destinados a analizar este perfil de consumo es insuficiente, debido al difícil enfoque del problema por los propios trabajadores que, por temor a los efectos desfavorables en sus carreras y su estado profesional, se oponen a la participación en la recopilación de datos, niegan el uso/abuso de las SPA y minimizan la existencia del problema.7
Al considerar las crecientes tasas de consumo de SPA por motivación asociada a las circunstancias laborales, esta investigación tuvo como objetivo evaluar la prevalencia de los factores ocupacionales relacionados al consumo de SPA por parte de los trabajadores de salud de los CAPS.
Métodos
El estudio analítico transversal tuvo un enfoque censal. La recolección de datos se realizó entre febrero y junio de 2019. Después de analizar la perspectiva actual de los trabajadores con vínculos activos en las siete unidades de los CAPS, se incluyeron los 161 trabajadores de salud que encajaron en la población de investigación, divididos en las siguientes categorías: psiquiatra, médico clínico, psicólogo, terapeuta ocupacional, trabajador social, educador físico, enfermera, nutricionista, técnico de enfermería, reducción de daños, logopeda y cuidador de salud.
Las informaciones del estudio se recopilaron por la versión en portugués del instrumento ASSIST (Alcohol, Smoking and Substance Involvement Screening Test), desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y aplicado en la detección del uso y/o dependencia de drogas; compuesto por ocho preguntas, para la detección del consumo de varias drogas psicotrópicas además del alcohol.8 Se utilizó un cuestionario elaborado y validado por los investigadores durante la recolección, con preguntas relacionadas con las condiciones sociodemográficas, ocupacionales y de salud autorreferidas y el consumo de SPA por parte de los participantes.
Criterio de exclusión: profesionales que, después de tres enfoques realizados por los investigadores, no devolvieron los cuestionarios completados; y trabajadores de vacaciones y/o en excedencia.
Las variables cualitativas (o categóricas) se caracterizaron, en términos de manipulación y control, en: variables independientes, consumo de drogas psicoactivas entre los trabajadores de salud de CAPS y uso de sustancias psicotrópicas; y variables dependientes, factores ocupacionales que determinan el uso/abuso de SPA y condiciones de salud autorreferidas.
Después de la explicación del propósito y los objetivos, los instrumentos de recolección fueron entregados a cada participante, en un sobre cerrado. Se utilizaron dos estrategias de enfoque durante la recopilación de datos: respetando la disponibilidad de tiempo de cada profesional en su rutina de trabajo, la devolución del material respondido ocurrió en el momento del contacto con los investigadores o más tarde.
Concluido el paso de recopilación, la tabulación dupla de los datos fue realizada en el programa Microsoft Excel 2016. Después los bancos de datos fueron exportados al programa Statistical Package for the Social Sciences (SPSS), versión 23.0, donde se hizo el análisis estadístico descriptivo (distribución de las frecuencias de las variables) que resultó en tablas y gráficos.
Entre los 161 trabajadores de la salud en la población total de búsqueda, 15 estaban de vacaciones o de licencia; así, los índices de población se redujeron a una suma de 146 profesionales activos. Después de completar la etapa de recolección, se calculó: cinco rechazos para participar, 94 sobres devueltos y 47 pérdidas (en referencia a cuestionarios no devueltos o entregados sin completar ninguno de los instrumentos de recolección). El margen de participación inferior al esperado es resultado de las limitaciones del estudio, principalmente relacionadas a disponibilidad de tiempo de los trabajadores, la resistencia de ciertos profesionales a participar debido al tema en discusión y el no compromiso de los profesionales con respecto a la devolución de los sobres.
Aunque se instruyó a la población sobre la garantía del anonimato, el hecho de no completar datos simples del cuestionario sociodemográfico (género, categoría profesional, relación laboral y carga de trabajo) revela el temor al posible reconocimiento a partir de informaciones indirectas. Por lo que, durante la presentación de los resultados, en el análisis de ciertas variables, el denominador no coincidió con el número total de participantes en la investigación (n= 95) debido a que algunos participantes no completaron preguntas específicas de los instrumentos.
Para realizar la investigación, se solicitó autorización de la Fundación Municipal de Salud (FMS) de Teresina (PI), Brasil, y, luego, se obtuvo la aprobación del Comité de Ética en Investigación (CEP) de la Universidad Federal de Piauí - UFPI, CAAE 79650117.2. 0000.5214, número de parecer: 2.379.798. Todos los participantes recibieron instrucciones sobre los objetivos del estudio y firmaron el Formulario de Consentimiento Informado. Por tanto, se obedecieron todos los principios de ética y confidencialidad, en los que se mantiene el anonimato de los participantes, incluso la Resolución 466/2012 del Consejo Nacional de Salud.
Resultados
Para mejor delimitación y explicación de los datos obtenidos, los resultados se presentarán en tópicos específicos, en relación con las variables en estudio.
Perfil sociodemográfico y laboral de los trabajadores de salud de los CAPS
Este perfil (Tabla 1) se caracterizó por el predominio de: género femenino (87,24 %), con edad promedio de 38,80 años. Entre las categorías profesionales con mayor participación en el estudio, destacaron enfermeras (25,45 %) y técnicos de enfermería (22,20 %), seguidos por psicólogos (12,80 %) y trabajadores sociales (12,80 %).
También se identificaron altas tasas de mantenimiento de otras relaciones laborales (61,71 %). En la evaluación de la suma de las horas de trabajo semanales en todos los enlaces se obtuvo el predominio de 44 horas (27,61 %), seguido de 30 horas (26,59 %).
Caracterización de las condiciones de salud autorreferidas por los trabajadores de salud de CAPS
En el diseño del perfil de salud prevalente entre estos trabajadores (Tabla 2), así como la interferencia de los estresores ocupacionales en este patrón, se identificó un porcentaje similar (48,40 %) entre la afirmación y la negación de la correlación entre las condiciones de trabajo y el estado de salud actual.
Al comparar las condiciones de salud antes y después de las funciones de trabajo actual, se evidenció la reducción porcentual (54,25 % a 22,70 %) de los niveles de bienestar de los empleados que caracterizaron su salud como "muy buena". En asociación, los porcentajes relacionados con las condiciones identificadas como regulares, aumentaron (4,24 %) antes del trabajo a (19,18 %) después de comenzar a trabajar (Tabla 2).
Entre los trastornos de salud relacionados con el trabajo, se destacaron las prevalencias relevantes: cansancio mental (41,40 %), irritación/estrés (19,18 %), trastornos del sueño (12,80 %) y ansiedad (8,50 %) (Tabla 2).
Factores motivadores para el uso/abuso de SPA por parte del personal de salud en los centros analizados
En el análisis de factores y situaciones motivacionales para el consumo de SPA hubo un predominio de: uso recreativo (55,10 %), para relajación (26,60 %) e interacción social (25,00 %). Sin embargo, destaca la prevalencia de aquellos directamente relacionados con estresores ocupacionales: condiciones de trabajo (5,80 %), insatisfacción con el trabajo (2,90 %), acceso facilitado por la función (1,40 %), dificultades en las relaciones interpersonales, (1,40 %), mayor productividad (1,60 %) y presión en el entorno laboral (1,40 %). Además, hay motivaciones asociadas con el estrés (4,37 %) y el cansancio físico (7,27 %) (Tabla 3).
Perfil y frecuencia de consumo de SPA por parte de trabajadores de salud de CAPS
Considerando el consumo en los últimos tres meses (Fig. 1), tabaco, alcohol, marihuana, hipnóticos y alucinógenos fueron las SPA con los índices más relevantes. Solo tres drogas psicotrópicas mostraron tasas de consumo diario: tabaco (1,05 %), marihuana (1,05 %) y otros SPA no mencionados en el instrumento ASSIST (1,05 %).
En cuanto al uso esporádico (de 1 a 2 veces en los últimos tres meses), las tasas más altas se refieren a las bebidas alcohólicas (31,57 %) y, muy menores, derivados de tabaco (2,10 %). El consumo de alcohol se produjo en una escala gradualmente decreciente: el 36,84 % de los participantes declararon que no habían usado bebidas alcohólicas en los últimos tres meses; el 31,57 % lo intentó una o dos veces, el 23,15 % lo consumió mensualmente y el 8,42 % semanalmente. Pero, ninguno de los participantes consumió diariamente la sustancia (Fig. 1).
Aunque los hipnóticos/sedantes y los alucinógenos mostraron porcentajes menos expresivos que los otros SPA, es relevante resaltar la regularidad del consumo detectado: 2,10 % convergió al consumo mensual de hipnóticos/sedantes y 1,05 % al consumo semanal de alucinógenos (Fig. 1).
Clasificación del riesgo de dependencia asociada al uso de SPA entre los trabajadores sanitarios de CAPS
Para determinar un panorama amplio y calificado de los niveles de consumo de SPA y los riesgos de dependencia de los trabajadores de la salud, se delimitó el análisis de la suma de los puntajes relacionados con las preguntas 2 a 7 del instrumento ASSIST, para cada clase de medicamentos, con la intención de identificar el consumo en los últimos tres meses.
En los resultados aislados de los puntajes de cada clase de SPA (Fig. 2), que permiten una delimitación más significativa del uso en los últimos tres meses de la sustancia y, en consecuencia, la evaluación de los riesgos de daños y/o problemas que surgen, se evidenció el siguiente patrón de riesgo moderado de consumo para siete de las nueve clases de drogas psicotrópicas evaluadas por ASSIST: derivados del tabaco (1,05 %), bebidas alcohólicas (2,10 %), marihuana (2,10 %), hipnóticos/sedantes (2,10 %), alucinógenos (1,05 %), opioides (1,05 %) y otras drogas psicotrópicas (1,05 %). Además, el 1,05 % de los participantes tenía una puntuación que convergía con el patrón de alto riesgo (uso excesivo y dependencia) en la clase de derivados del tabaco.
Asociación entre el patrón de consumo de SPA y factores ocupacionales relacionados
En una evaluación multifactorial del perfil de los participantes que presentaron un alto riesgo de consumo, la recurrencia de la fatiga física y/o mental se muestra como un agravamiento relacionado con la función de trabajo realizada. El uso recreativo/festivo, el cansancio físico y/o mental y las dificultades en las relaciones interpersonales, el aumento de la productividad y el control del estado de ánimo estuvieron entre las principales motivaciones y/o situaciones para el uso o la experimentación de la sustancia.
En la caracterización de las condiciones laborales relacionadas, hubo una marcada exposición de psicólogos (37,50 %) y enfermeras (37,50 %) al riesgo de consumo moderado de psicotrópicos. Además, 87,50 % tiene más de un vínculo laboral y 25,00 % afirma una reducción en la calidad de vida después de ejercer su función actual. Cuando se evalúan las motivaciones para este consumo, existe una similitud entre las presentadas por los participantes con un consumo de alto riesgo: cansancio físico y mental (62,50 %), uso recreativo/festivo (62,50 %), alivio/relajación de la tensión (37,50 %), estrés/irritación (50,00 %). Entre las condiciones más prevalentes en este estándar de uso, se destacan la búsqueda de relajación/descanso (62,50 %), disminución de la ansiedad y/o miedo (37,50 %) y situaciones de interacción social y afectiva (37,50 %).
Discusión
Con respecto al perfil ocupacional, de la población del estudio tiene una demanda distinta de otros servicios. Las nuevas pautas para la atención integral y continua de RAPS requieren que los profesionales sean más involucrados y responsables, tanto en relación con las actividades realizadas en el sitio con el grupo como al tratamiento de cada usuario de los centros. Convergentes a la evaluación de los resultados presentados, el agotamiento emocional, los problemas con el equipo, la desorganización de los procesos de trabajo es citado como motivador de sobrecarga. En esta perspectiva, en los últimos años, los estudios apuntan para el vínculo de la salud mental de estos trabajadores frente a la sobrecarga física y emocional resultante de la asistencia psicosocial que realizan.9,10
Considerando las limitaciones del estudio relacionadas con la difícil adhesión a la investigación por parte de ciertos grupos, con énfasis en médicos clínicos y psiquiatras, la evaluación del consumo de SPA por categoría profesional se vuelve compleja y poco consistente. Sin embargo, los análisis de otros ensayos dirigidos a la clase médica apuntan a la categoría como la más expuesta a los factores de riesgo para el consumo de sustancias psicoactivas. Por lo general, son trabajadores con más de un vínculo de trabajo, en rutinas exhaustivas y condiciones de estrés severo, con fácil acceso a medicamentos y, en consecuencia, mayores posibilidades de automedicación.11
Con respecto a la evaluación de los resultados presentados, el agotamiento emocional, los problemas de relación con el equipo y la desorganización de los procesos de trabajo se citan como motivadores para la sobrecarga de trabajo. En esta perspectiva, en los últimos años, los estudios apuntan el vínculo de la salud mental de estos trabajadores frente a la sobrecarga física y emocional resultante de la asistencia psicosocial que realizan.9,10)
Los estudios de referencia indican que las enfermeras son los profesionales más vulnerables a situaciones de estrés ocupacional, principalmente relacionadas con las circunstancias organizacionales de la institución laboral.12
Convergentes a las búsquedas con misma temática, las bebidas alcohólicas y los productos de tabaco son las SPA con mayor prevalencia de consumo entre los trabajadores. De ello se deduce que, como es una sustancia socialmente aceptada con fines ansiolíticos para relajación y reducción de tensión, el alcohol se mantiene con las tasas más altas de uso en la investigación.13
Aunque la frecuencia de consumo en los últimos tres meses ha indicado una reducción gradual en los porcentajes y no hubo consumo diario de esa sustancia, la perspectiva de los resultados globales de participación con las sustancias definió un riesgo moderado para el 2,10 % de la población. Los problemas de consumo excesivo y prolongado de bebidas alcohólicas están asociados con un mayor riesgo cardiovascular, hipertensión, accidente cerebrovascular isquémico y hemorrágico y complicaciones metabólicas (obesidad y diabetes mellitus).13
En otro panorama, la presencia de trabajadores con riesgo moderado de consumo de hipnóticos/sedantes despierta demasiada atención. Aunque en pequeñas cantidades, este paisaje es fuerte indicativo de la influencia de estresores ocupacionales para el uso/abuso de sustancias como ansiolíticos y tranquilizantes. Además, el uso de sedantes se relacionó con sentimientos de desesperanza, tristeza, pérdida de interés/placer y mayor riesgo de consumo en individuos con signos sugestivos de depresión.17
En este contexto, aunque pocos participantes identificaron la depresión como un problema de salud actual en el cuestionario de condiciones autoinformadas, la valoración de este resultado es relevante. Los trastornos depresivos mantienen altas tasas de morbimortalidad y son fuertes desencadenantes para el uso de drogas psicotrópicas. Ante la angustia psicológica, el alivio del consumo de estas sustancias termina convirtiéndose en una estrategia recurrente entre los trabajadores de la salud.14
Compatible con los resultados de la presente investigación, las quejas sobre los síntomas asociados con los estresores ocupacionales varían desde dolor de cabeza, fatiga física y/o mental, cambios en la concentración y productividad hasta casos de trastornos del estado de ánimo, ansiedad y alejamiento del trabajador de su función. Los casos de agotamiento psicológico y estrés laboral son mucho más frecuentes en los profesionales que trabajan en la prestación de servicios de salud. La complejidad de los ejes que componen el servicio requiere una mayor variedad de preparación física, mental y psicológica.13,15
En pesquisa con médicos, realizada en un Hospital Público en Rio de Janeiro, se evidenció la vulnerabilidad de estos profesionales frente al consumo de bebidas alcohólicas. Según el estudio, los trabajadores cuyas manifestaciones clínicas resultan de la insatisfacción con sus actividades laborales señalan como las razones más prevalentes para el consumo de sustancias psicoactivas: control de ansiedad, efecto tranquilizante, escape de la realidad laboral a la que pertenecen, entre otros.16
En esta perspectiva, la precariedad de las condiciones de trabajo y la inadecuación del entorno laboral contribuyen de manera importante a la desmotivación del profesional en su actividad. En consecuencia, tales factores asociados constituyen un estrés diario y una sobrecarga en el trabajador, el agotamiento físico y psicológico son factores de gran influencia para el uso de SPA por los trabajadores de la salud.11
En otro estudio, se evidencia el alto riesgo que tienen los trabajadores de enfermería para el desarrollo de trastornos mentales, situaciones de estrés, síntomas depresivos y/o ansiedad como resultado de sus actividades ocupacionales, relacionadas principalmente con la desestructuración organizacional de los servicios. Además, se destaca la correlación frecuente y alarmante entre la salud laboral de los profesionales de enfermería y el abuso de drogas psicotrópicas, así como los casos de síndrome de Burnout.17
Además de los efectos físicos y biológicos, cuando se estudia el consumo abusivo de drogas psicotrópicas por parte de los trabajadores de la salud, se percibe el impacto crónico relevante en la estructura social de estos profesionales. Un estudio reciente tiene tasas representativas de licencias laborales relacionadas con trastornos derivados del uso de sustancias psicoactivas.15
Por ejemplo, en una investigación dirigida a analizar las licencias de trabajo para tratamiento de salud debido a trastornos mentales y de comportamiento en el estado de Piauí en los años 2015 y 2016, se constataron datos preocupantes: 272 profesionales estaban en licencia debido a trastornos derivados del uso de sustancias psicoactivas y, de estos, 22 tenían un historial de más de un alejamiento de las actividades ocupacionales.15
En conclusión, el estudio destaca la vulnerabilidad y el riesgo de consumo de drogas psicotrópicas por parte de los trabajadores de la salud en los CAPS frente a los estresores ocupacionales diarios. Los factores limitantes del estudio, principalmente relacionados con la resistencia y/o el miedo a la participación debido al tema explorado, muestran la complejidad de discutir el tema. Enfocar el tema de manera crítica y asertiva es, por lo tanto, esencial para que las intervenciones dirigidas a la atención psicosocial no se limiten a la idealización y sean efectivas en el lugar de trabajo. Además, existe una necesidad constante de nuevos estudios que amplíen la discusión del problema y fomenten la comprensión de un panorama tan complejo.