Introducción
A nivel mundial existe escasez de profesionales de Enfermería, se estima un déficit de 5,9 millones.1 Es así que en países como EE.UU., Canadá y Cuba la proporción de enfermeras es 7 a 10 veces más que en Perú, donde hay solo 12 enfermeras por 10 mil habitantes.2 De este modo, la pandemia por COVID-19 no solo ha dejado en evidencia el vulnerable sistema de salud peruano, sino también la falta de enfermeras. El colapso del sistema de salud durante la pandemia demuestra que el gobierno y la sociedad no han dado prioridad a las instituciones hospitalarias ni al personal de salud.3
El profesional de Enfermería cumple un rol determinante en la calidad del cuidado al paciente, pues es parte de la primera línea de atención.1 Trabaja bajo grandes exigencias, en circunstancias de falta de personal, sin dejar de asumir su responsabilidad profesional.4 La brecha existente de profesionales aumenta la carga laboral en los servicios.5 Se denomina sobrecarga cuando las actividades asignadas a cada trabajador durante su jornada laboral superan a las que pueden realizar6 y existen varios estudios que evidencian la existencia de esta problemática. Un estudio realizado en Chile encontró que las enfermeras de los servicios de cirugía, especialidades quirúrgicas y medicina registraron carga laboral elevada, 24,50% durante el día y 57,30% durante la noche.7 Otro estudio realizado con enfermeras de Brasil confirmó que la carga de trabajo contribuye con el 13 % de la precariedad laboral para las enfermeras.6 En Perú, un estudio con enfermeras en siete servicios en un hospital, se encontró 78,80 % de carga laboral moderada, esta carga fue mayor en emergencia.8
Se ha demostrado que la excesiva carga laboral ocasiona mayor intención de cambiar de trabajo por parte de los profesionales,6 mayor riesgo de los pacientes para fallecer después de un proceso quirúrgico,9 y aumento de la tasa de caídas durante la hospitalización.7
Esto evidencia que para cuidar no solo se requiere conocimiento, sino también habilidades y actitudes. Por ello, es importante reconocer el poder que ejerce la inteligencia emocional durante la jornada laboral; pues de las emociones dependen las decisiones y actitudes.10
Existen diversos estudios sobre inteligencia emocional (IE) en enfermeras, que analizan las dimensiones percepción, comprensión y regulación emocional.11,12 Estudios en España, Colombia y Perú llegaron a la conclusión que la IE influyó en la realización personal,12 la vida, el bienestar emocional y en competencias laborales como la negociación, el reconocimiento, el desempeño laboral en equipo, las formas de comunicación, el éxito y la percepción.13,14
Las evidencias demuestran que, durante la jornada laboral, para sobrellevar el esfuerzo físico y mental,15 el profesional de Enfermería necesita concentración, control mental y emocional.16 Aquellos que tienen adecuados niveles de inteligencia emocional podrían tener mayor éxito profesional, ya que tienen mejores estrategias de solución de problemas, trabajan en equipo, ejercen liderazgo, tienen comunicación efectiva, toma de decisiones correctas y motivan la creatividad.13
Con respecto al ratio enfermera-paciente, factores más comunes que afectan la seguridad del paciente son; la falta de enfermeras por paciente, la alta carga de trabajo y la fatiga.17 El déficit de enfermeras involucra el aumento del ratio enfermera-paciente, esto es más común en turnos nocturnos, días festivos, fines de semana, es así que se afecta la seguridad del paciente por falta de enfermeras, alta carga de trabajo y fatiga.17,18
Durante la COVID-19, en un hospital del Callao en Perú, se observó excesiva cantidad de pacientes para los pocos profesionales de Enfermería que se encontraban en condiciones de laborar. Las enfermeras terminaban sus horas de trabajo con cansancio, frustración, enojo y actividades pendientes, que generaban reclamos entre los pacientes y los mismos profesionales.
Es esencial que las instituciones de salud cuenten con evidencias que sustenten la necesidad de desarrollar normas, protocolos y políticas que ayuden a mejorar el trabajo que realiza el profesional de Enfermería. Por tal motivo, se realizó un estudio con el objetivo de relacionar la inteligencia emocional y carga laboral en los profesionales de Enfermería, en tiempos de COVID-19.
Métodos
Se realizó un estudio básico, cuantitativo, no experimental, transversal, correlacional,19 en áreas críticas, hospitalización y otros servicios de un Hospital del Callao, Perú, desde marzo hasta julio del año 2021. La población fue de 400 licenciadas de Enfermería, la muestra, obtenida por fórmula para poblaciones conocidas fue de 197 enfermeras, elegidas por muestreo no probabilístico accidental.20
Para obtener la información, se aplicó una encuesta virtual a través de un formulario de Google forms, enviado por WhatsApp mediante un link. Se utilizó la escala TMMS-24, diseñada primero por Salovey y Mayer, y adaptada por Fernández y otros en el 2004; utilizada en varios países, en diferentes idiomas (alemán, chino, portugués, persa, turco y vasco) y en 1998 Fernández-Berrocal y otros convirtieron la escala al español.21 Consta de veinticuatro ítems, dividida en tres dimensiones: percepción emocional, comprensión emocional y regulación emocional.22 Los ítems poseen cinco opciones tipo Likert (1 = nada de acuerdo, 2 = algo de acuerdo, 3 = bastante de acuerdo, 4 = muy de acuerdo, 5 = totalmente de acuerdo). En Perú fue utilizada por Conde en el 2018 quien realizó la confiabilidad, coeficiente de alfa de Cronbach 0,97, y la validez por medio de jueces, P < 0,05.23 De la misma manera, en su estudio, Cutipa obtuvo la confiabilidad, coeficiente de alfa de Cronbach 0,95.24
También se empleó el formulario de evaluación de la carga laboral, creador por Santillan y Huayua en el año 2014,16 fue utilizado en un estudio en Ferreñafe-Perú en el año 2018.15 Contiene treinta y seis preguntas, divididas en dos dimensiones; carga mental (veintisiete preguntas) y carga física (nueve preguntas). Conformado por tres opciones de respuesta (1 = nunca, 2 = rara vez, 3 = siempre). Santillan y Huayua obtuvieron confiabilidad por coeficiente de alfa de Cronbach de 0,87, y validez por medio de jueces, con prueba binomial (V.C = 8,88 y V.T = 1,64).16
Para la interpretación del puntaje de la escala TMMS-24, se hizo la suma de cada subescala, que oscila entre 8 y 40 puntos cada una. Cada subescala se clasificó en: debe mejorar, adecuada y excelente.22
Respecto a la puntuación del cuestionario carga laboral, se hizo la sumatoria, interpretándose como carga laboral alta de 85-108 puntos, carga media de 61-84 puntos y carga baja de 36 a 60 puntos. Según las dimensiones, las puntuaciones para carga mental fueron: carga alta de 64-81 puntos, carga media de 63 a 46, carga baja 27-45. Para carga física fue: carga alta de 22 a 27, carga media de 16 a 21 y carga baja 9 a 15 puntos.15
Para procesar la información se utilizó el software IBM SPSS STATISTICS 26.0, se realizó análisis descriptivo, bivariado e inferencial. Para comprobar la hipótesis se efectuó la prueba de normalidad de los datos con el estadístico de Kolmogorov-Smirnov.23,24 Se decidió aplicar la prueba no paramétrica de Rho de Spearman debido a que los datos no tenían distribución normal.25
El estudio fue evaluado y aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Peruana Unión con referencia a aprobación número 2021-CEUPeU-0018, visto su calidad científica, consideración del bienestar de sus participantes y conformidad con los estándares de la ética para la investigación. Los participantes brindaron su conformidad por medio de un consentimiento informado, en el que se les comunicó los fines del estudio y enfatizó que la participación era voluntaria y anónima.
Resultados
La mayoría de los 197 profesionales eran de sexo femenino (79,70 %), tenían edades entre 30 a 39 años (76,10 %) y laboraban en el servicio de hospitalización (56,90 %), áreas críticas (28,40 %) y otros (14,70 %).
En la tabla 1 se aprecia que el 50 % de profesionales de áreas críticas y el 59,80 % de hospitalización presentaban inteligencia emocional adecuada, mientras que un 48,30 % de enfermeras que trabajaban en otras áreas presentaron inteligencia emocional que debe mejorar.
Tabla 1 Distribución porcentual de enfermeras según inteligencia emocional por servicios de Enfermería en tiempos de COVID-19
![](/img/revistas/enf/v39//1561-2961-enf-39-e5570-gt1.jpg)
En la tabla 2 se aprecia que, en las áreas críticas y hospitalización, la carga laboral alta y media es muy parecida, predomina la carga laboral media, el 54,50 % en hospitalización y el 51,80 % en áreas críticas. Comportamiento distinto se observa en los otros servicios donde predomina la carga laboral media con el 93,10 %.
Tabla 2 Distribución porcentual de enfermeras según carga laboral por servicios, en tiempos de COVID-19
![](/img/revistas/enf/v39//1561-2961-enf-39-e5570-gt2.jpg)
En la tabla 3, se evidencia que un 34 % de profesionales de Enfermería presenta carga laboral media e inteligencia emocional adecuada y un 19,30 % de enfermeras presenta carga laboral media e inteligencia emocional que debe mejorar. Al cruzar inteligencia emocional con carga física, se encontró que un 36,50 % presenta carga laboral física en nivel medio e inteligencia emocional adecuada y un 16,20 % de enfermeras presenta carga laboral física en nivel medio e inteligencia emocional que debe mejorar. Mientras que, al analizar inteligencia emocional y carga laboral mental, se obtuvo que un 28,40 % presenta carga mental alta e inteligencia emocional adecuada y un 17,80 % presenta carga mental alta e inteligencia emocional que debe mejorar.
Para analizar la relación entre ambas variables, se efectuó la prueba de normalidad de los datos con el estadístico de Kolmogorov-Smirnov. Con un nivel de confianza de 95 %, se obtuvo que los datos no poseen distribución normal. En tal sentido, se empleó la prueba no paramétrica Rho de Spearman.
En la tabla 4 se aprecia que existe correlación nula o escasa entre inteligencia emocional y la carga laboral total, lo mismo que entre inteligencia emocional y carga laboral física y mental en enfermeras en tiempos de COVID-19, con coeficientes de correlación menores de 0,5 (sig. > 0,05).
Discusión
Los resultados del estudio demuestran que los profesionales de Enfermería poseen adecuada inteligencia emocional y muy pocos llegan al nivel excelente. Estos resultados coinciden con estudios realizados en España, con cifras de inteligencia emocional adecuada o promedio entre el 50 % y el 56 %,12,25,26 Chile con el 50 % al 51 %,27,28 México con un 44,90 % 10 y Arequipa - Perú con el 64,29 %.29 Solo un estudio, realizado en Trujillo, Perú, encontró inteligencia emocional alta en enfermeras (69,70 %).30 De forma contraria, un estudio con practicantes de Enfermería en México encontró que el 86,60 % tuvo menor IE.31
Según las referencias bibliográficas, las personas con IE son capaces de conocer sus sentimientos y sentimientos de los demás, pues influye en su motivación, el manejo adecuado de sus emociones, su comportamiento y la relación con su entorno social.13 Cuando las personas tienen adecuada IE, se desarrollan mejor frente a problemas y presiones de la vida diaria, toman decisiones con mayor capacidad y definen mejor sus actitudes y comportamientos en el trabajo.29 La IE también ha sido relacionada con el liderazgo efectivo, disminución del estrés y cansancio en el trabajo.28
En el caso de los profesionales de Enfermería, la IE tiene efectos positivos en su salud mental y práctica profesional.30,31 Así, existen estudios que demuestran que los pacientes se curan en menos tiempo si las enfermeras tienen buena inteligencia emocional.12
En consecuencia, se reafirma que la IE en las enfermeras es importante, porque desde antes y durante la pandemia se enfrentan a las diversas emociones de pacientes y familiares, pues están presentes durante el ingreso del paciente, el proceso de su enfermedad, noticias inesperadas, altas o fallecimientos y son el soporte de los demás, sobre todo en momentos de dolor y sufrimiento. La IE debe seguir reforzando en busca de lograr niveles excelentes, porque si las enfermeras tienen una adecuada IE, pueden tener mejores estrategias de afrontamiento ante acontecimientos estresantes como la pandemia de COVID-19, con adecuada toma de decisiones, mayor liderazgo, palabras apropiadas ante un paciente desesperado, mejor organización y planificación de actividades.
Otro resultado de este estudio es el predomino de carga laboral media. Esto coincide con hallazgos realizados en varios países. Un estudio realizado en Valencia, España, encontró que el 55 % de enfermeras tenían carga mental media.32 De similar forma, un estudio en Brasil evidenció que la sobrecarga de trabajo siempre está presente en las enfermeras, en especial en áreas biológicas, psíquicas, fisiológicas, químicas y físicas, que varían del 72 % a un 49,80 %.33 Otro estudio realizado con enfermeras de Colombia indica carga mental moderada de un 48,80 %.34 En Perú, un estudio hecho en Lima encontró un 40 % de sobrecarga laboral media en enfermeras35 y en Ayacucho, otro estudio reportó el 78,80 % de carga laboral moderada.8 Resultados contradictorios presentó un estudio realizado en Chile con enfermeras y auxiliares de Enfermería, donde el trabajo excesivo fue elevado.7
La recarga de trabajo de Enfermería (física y mental) está definida como el exceso de labores que ejecuta el trabajador durante un turno. Los factores que pueden afectar el trabajo físico son: el sexo, la edad, el peso, la alimentación, la capacitación, las guardias nocturnas, los factores ambientales y la propia carga mental.36 Uno de los factores que incrementa la carga mental de las enfermeras, es la responsabilidad del servicio, al asumir lo que pueda suceder durante el turno. Esto juega en contra de los cuidados brindados, pues conlleva a generar sentimientos de culpa, estrés y agotamiento.4
La percepción de carga laboral media en la muestra de estudio puede deberse a que los datos fueron recolectados en una etapa en que la COVID-19 se encontraba algo controlada. Pero, además, cabe reflexionar sobre el hecho que los profesionales de Enfermería se han acostumbrado a trabajar bajo presión y han pasado momentos más difíciles durante la fase crítica de la pandemia. Esto puede llevarlos a considerar que la carga actual es mucho menor en contraste con lo antes vivido. Por otro lado, ellos llegan a estrechar lazos de amistad con sus compañeros de rotación, es así que la percepción de su trabajo es como un segundo hogar, ello puede enmascarar la alta sobrecarga. Otro factor interesante es que las actividades pesadas de un turno se suelen acumular en ciertos horarios, como luego de la visita médica para pasar indicaciones al Kardex, durante el horario de administración de tratamiento o durante el conteo de medicamentos enviados. Pero al final del turno, si se ha tenido un buen clima laboral y pasión por la profesión, la carga laboral pasa desapercibida. En consecuencia, es probable que muchos profesionales no se den cuenta de la sobrecarga laboral que tienen en el presente, porque han pasado situaciones más difíciles, están a gusto en sus trabajos y con su entorno. Sin embargo, no se debe perder de vista que la carga laboral puede generarle problemas como estrés, depresión, agotamiento, hernias en la columna, tendinitis y contracturas musculares. Además, la sobrecarga puede afectar los estándares de calidad durante la hospitalización de los pacientes, con quejas y hasta denuncias judiciales y penales, que muchas veces pueden terminar con la vida y éxito profesional, tanto del personal asistencial como del jefe ser servicio, incluso con la reputación del hospital.
En este estudio se encontró que existe relación débil o nula entre inteligencia emocional y carga laboral, lo mismo que entre inteligencia emocional y las dimensiones física y mental de carga laboral (r < 0,5, p > 0,05). No existen estudios específicos similares realizados con profesionales de Enfermería en el contexto de la pandemia. Otros estudios similares encontraron que en Irán existe correlación negativa débil entre inteligencia emocional y estrés laboral en enfermeras (r = −0,474, P < 0,001).37 También, en Pakistán, un estudio con técnicos de emergencias médicas demostró que la demanda de trabajo está bastante relacionada con el agotamiento emocional (r = 0,27, p < 0,01) y la IE está bastante relacionada con el agotamiento emocional (r = −0,16, p < 0,01). (38
Desde la literatura consultada, se ha encontrado que los individuos con alta inteligencia emocional son más capaces de controlar y manejar el estrés, debido a su capacidad lógica y análisis racional de los problemas, tolerancia y adaptación a situaciones estresantes con la esperanza de mejorar la situación;37 de modo que un alto nivel de IE permite manejar las demandas laborales con más éxito.38
Encontrar divergencias entre los hallazgos del estudio peruano y las investigaciones en países de otros continentes genera nuevas interrogantes sobre los recursos emocionales que poseen los profesionales de Enfermería peruanos, y la forma en que ha sido conducida la gestión del cuidado durante la pandemia para equilibrar la carga laboral. Hace falta anotar que en instituciones del seguro social, como el hospital elegido para este estudio, la demanda de pacientes siempre es alta, además de ser frecuente la presencia de casos complejos; por lo tanto, el profesional se encuentra entrenado para trabajar bajo presión. Realidades como esta merecen investigase de manera que se puedan tomar las estrategias positivas como modelos que pueden aplicarse en otras situaciones.
En conclusión, los profesionales de Enfermería, durante la COVID-19, han demostrado poseer inteligencia emocional adecuada y sobrecarga laboral media, con una relación muy baja entre las variables. Existe muy baja incidencia de inteligencia emocional excelente y no existe carga laboral baja en ninguno de los servicios.
Se recomienda realizar estudios dirigidos a hallar el ratio enfermera paciente y dirigidos a propiciar un ambiente que favorezca la salud mental y disponibilidad motivacional del profesional de Enfermería.