Introducción
El cáncer es un problema de salud pública de enorme magnitud debido a su elevada incidencia, mortalidad e impacto a nivel emocional, económico y social. En el año 2020 se reportaron 18,1 millones de casos nuevos y se le atribuyeron más de 10 millones de defunciones, lo que lo ubica como la segunda causa de muerte a nivel global, con mayor incidencia en China 5 070,531 India 1 381,367, Japón 517 353, Estados Unidos 903 653.1 En la región de las Américas el cáncer es una de las principales causas de mortalidad, en el año 2022 causó 1,4 millones de muertes,1 en Cuba es la segunda causa de muerte y en ese mismo año fallecieron por cáncer 26 949 personas para una tasa bruta de 240,9 por cada 100 000 habitantes.2
En Cuba los tumores malignos de cabeza y cuello ocupan el quinto lugar de la incidencia, representado por el 8,17 % de todos los tumores malignos. Se presentan variaciones en cuanto al sexo; más frecuente en hombres el 11,00 %, con respecto a las mujeres 4,88 %.3 En el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR) en el año 2022, se diagnosticaron 629 personas enfermas de cáncer de cabeza y cuello, que representa el 9,00 % de los casos nuevos, con una complejidad clínico asistencial importante debido a que los sitios anatómicos involucrados afectan varios órganos y sistemas.3
Se llama cáncer de cabeza y cuello a los tipos de cáncer que se desarrollan en la boca, nariz y los senos paranasales, glándulas salivales; y garganta y la laringe. La mayoría de los casos de cáncer de cabeza y cuello son de células escamosas. Comienzan en los tejidos húmedos que recubren la cabeza y el cuello. Las células cancerosas pueden propagarse a tejidos más profundos a medida que la afección crece. Hay otros tipos de cáncer que se desarrollan en la cabeza y el cuello, como el de cerebro, de ojo y el de esófago. Pero, en general, no se consideran cáncer de cabeza y cuello, porque sus tipos y sus tratamientos son diferentes.4
La terapéutica de los tumores malignos de cabeza y cuello se concentra en la cirugía, modalidad de tratamiento local que produce secuelas importantes como: imposibilidad para hablar, trastornos funcionales, rigidez del cuello, afectaciones de la autoimagen. Por lo que es necesario un cuidado centrado en las necesidades de esta persona.5
La Enfermería oncológica ocupa un lugar preponderante dentro del equipo multidisciplinar, y el concepto de cuidado va más allá de actividades técnicas, donde toda relación terapéutica implica, un proceso de relación interpersonal, para lo cual se deben desarrollar habilidades y destrezas comunicativas para poder preparar en el autocuidado.6 En este contexto, se configura el rol del profesional de Enfermería con relación a la atención a la persona operada de cáncer de cabeza y cuello con complejidad clínico asistencial que debe ser capaz de auto cuidarse y continuar su recuperación en el hogar, donde necesita atención del médico y a la enfermera de la familia.
El concepto de autocuidado fue introducido como un elemento de la teoría de Enfermería por Orem y está determinado por cuatro atributos: educación, interacción, autocontrol y confianza en uno mismo. Con el tiempo, el concepto de autocuidado ha sido investigado desde diferentes perspectivas, se ha hecho referencia al autocuidado como independencia, autoeficacia, autoridad, autoguía y responsabilidad individual, afectados por factores socioeconómicos y políticos.7
Como un principio importante en el autocuidado es la participación y la asunción de la responsabilidad por parte de las personas, muchas de las consecuencias adversas del cáncer pueden ser gestionadas mediante conductas de autocuidado. Además, la participación y la mejora de las habilidades de autocuidado en personas con cáncer provocan un cambio en el comportamiento y la promoción de la salud entre estas personas.7 Para poder hacerlo con eficacia se requieres de profesionales de la Enfermería con sólidos conocimientos para empoderar a las personas que cuidan en las estrategias de afrontamiento que requieren para auto cuidarse. Sustentado en los planteamientos anteriores se realizó este estudio con el objetivo de caracterizar los conocimientos del profesional de Enfermería sobre el autocuidado de personas con cáncer de cabeza y cuello con complejidad clínico asistencial.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal en el INOR y los Policlínicos Moncada y Vedado, del municipio Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba, durante el año 2022. La población estuvo integrada por los 14 profesionales de Enfermería con función asistencial en el servicio de Cabeza y cuello del INOR y 8 profesionales de Enfermería que laboran en los consultorios del médico y enfermera de la familia adscriptos a los policlínicos de Plaza de la Revolución mencionados con anterioridad y que cuidan a personas con cáncer de cabeza y cuello, con complejidad clínico asistencial media y alta, con cirugía oncológica.
Se estudiaron variables socio-laborales para caracterizar a la población de estudio (edad, sexo, categoría profesional, tiempo de trabajo en la institución, categorías docente e investigativa y actividades de posgrado recibidas) y la variable conocimientos sobre autocuidado en personas con cáncer de cabeza y cuello con complejidad clínico asistencial media y alta.
Para obtener los datos, el autor confeccionó y validó por criterio de especialistas una encuesta, el instrumento quedó constituido por 11ítems distribuidos en dos acápites, 1) Datos de caracterización (5ítems); 2) Datos relacionados con la valoración del autocuidado en personas con cáncer de cabeza y cuello con complejidad clínico asistencial media y alta, con cirugía oncológica (5ítems).
Fueron seleccionados 13 especialistas a través del muestreo intencional basado en criterios,8 de ellos, un psicólogo y 12 enfermeras, todos con categoría docente de auxiliar o titular, seis doctores en ciencias, seis máster y una licenciada con experiencia en servicios de cabeza y cuello, todos con más de 10 años de experiencia pedagógica y en diseño de instrumentos de evaluación.
A los especialistas, se les entregó la propuesta de cuestionario y una encuesta resumen, para que emitieran su valoración sobre la base de una escala cualitativa (Muy Adecuado, Bastante Adecuado, Adecuado, Poco Adecuado, No Adecuado). Además, se les solicitó emitir críticas, ideas y recomendaciones a cada ítem; así como proponer nuevos ítems. En función de las valoraciones emitidas se determinó el Porcentaje de Aceptación (PA). Forma de cálculo:
Donde: PA= porcentajes de aceptación; Tma= total de especialistas que marcan la opción Muy Adecuado; Tesp:total de especialistas. Sí PA ≥ 80 %, se consideró la propuesta como aprobada por los especialistas.
Los especialistas sugirieron realizar modificaciones en la redacción de tres ítems; las modificaciones propuestas fueron asumidas y puestas a consideración de todos los especialistas, alcanzaron el estándar establecido y fueron aceptadas por los especialistas que participaron (13), de ellos, marcaron la opción Muy Adecuado 12 (92,30 %), mientras que uno (7,70 %) escogió Bastante Adecuado. Al calcular el Porcentaje de Aceptación (PA), según lo planteado en el diseño metodológico, se obtuvo que PA, resultó igual al 92,30 %. Dicho valor estuvo por encima al requerido, para considerar la propuesta como aprobada (80,00 %).
El instrumento fue aplicado por el investigador, con carácter anónimo, previa solicitud del consentimiento de los participantes, en un escenario espacioso, ventilado, iluminado y con recursos materiales adecuados, en el INOR, en el Servicio de cabeza y cuello, en horarios acordados para no interrumpir la atención de Enfermería, en los policlínicos se aplicaron, después de la 1:00 pm, para no afectar la atención a la comunidad. El tiempo promedio en completar el cuestionario fue de 30 minutos.
El conocimiento de los encuestados se evaluó con los datos obtenidos en cada ítem, los que se valoraron con la siguiente escala: Mucho= Respondieron de manera aceptada; Poco= respondieron con imprecisiones y Nada= la respuesta fue incorrecta. Los datos se registraron en una plantilla de Excel, con posterioridad se importaron y procesaron con el software IBM SPSS versión 21, en el que se realizaron distribuciones de frecuencias absolutas y relativas (media y porcentaje), la información se presentó en textos y tablas de distribución de frecuencias.
El estudio respetó los principios éticos, confidencialidad y consentimiento informado. Se contó con la aprobación del Comité de Ética y del Consejo Científico del INOR, así como el Consejo Científico del municipio Plaza de la Revolución.
Resultados
Al caracterizar la población de estudio en cuanto a las variables socio-laborales seleccionadas, en el servicio de Cabeza y Cuello del INOR se obtuvo predominio del sexo femenino, con edades jóvenes, entre la segunda y la tercera década de la vida con una media de 29,31 años, 14 para el 100,00 % son licenciados en Enfermería, nueve trabajan en el servicio de manera ininterrumpida por más de 17 años, lo que representa el 64,28 %, con relación a la categoría docente, dos son asistentes, lo que representa el 14,28 %, en relación a las actividades de posgrado, solo una enfermera no la posee para un 7,14 %, es decir, el 92,85 % se han superado mediante alguna de las formas del posgrado. Todos los profesionales de Enfermería de este servicio son egresados del Diplomado de Enfermería oncológica.
En los resultados de la encuesta aplicada a los profesionales de Enfermería de los policlínicos, predominó el sexo femenino, en el rango de 40-50 años de edad, con una media de 42,22 años de edad. Los ocho profesionales son licenciados en Enfermería, tienen más de 20 años de trabajo en ese nivel de atención y no tienen categoría docente, con relación a la formación posgraduada el 100,00 % ha recibido alguna modalidad de capacitación, pero el 62,50 % no han realizado estudios de posgrado relacionado con la especialidad de oncología y su proyección comunitaria.
Al explorar la variable conocimiento se encontró que el 100,00 % de la población estudiada en el servicio de cabeza y cuello del INOR presentó un adecuado conocimiento en los cuatro criterios explorados sobre la importancia del autocuidado en personas operadas de cáncer de cabeza y cuello con complejidad clínico asistencial media y alta, con cirugía oncológica, mientras que las enfermeras de los Consultorios del médico y la enfermera de la familia demostraron pocos conocimientos en los criterios relacionados con las teorías de Enfermería y su vinculación con el autocuidado, pero el 100,00 % reconocieron la importancia del conocimiento sobre el autocuidado y la necesidad de la superación profesional. (Tabla).
(N=14) |
(N=8) |
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Importancia del autocuidado en personas operadas de cáncer de cabeza y cuello con complejidad clínico asistencial | Mucho | 14 | 100,00 | 8 | 100,00 |
Poco | 0 | 0,00 | 0 | 0,00 | |
Nada | 0 | 0,00 | 0 | 0,00 | |
Conocimiento de los profesionales de Enfermería con relación a la Teoría del autocuidado de Dorothea Orem | Mucho | 14 | 100,00 | 6 | 75,00 |
Poco | 0 | 0,00 | 2 | 25,00 | |
Nada | 0 | 0,00 | 0 | 0,00 | |
Beneficio de la vinculación de la Teoría del autocuidado de Dorothea Orem a su práctica asistencial para el autocuidado de personas operadas de cáncer de cabeza y cuello con complejidad clínico asistencial | Mucho | 14 | 100,00 | 6 | 75,00 |
Poco | 0 | 0,00 | 2 | 25,00 | |
Nada | 0 | 0,00 | 0 | 0,00 | |
Necesidad de la superación profesional para la actualización de la teoría de Dorothea Orem y su vinculación con la práctica asistencial | Mucho | 14 | 100,00 | 8 | 100,00 |
Poco | 0 | 0,00 | 0 | 0,00 | |
Nada | 0 | 0,00 | 0 | 0,00 |
Discusión
Al analizar los resultados de la caracterización socio-laboral de los sujetos de estudio, se encuentra un predominio del sexo femenino, aspecto muy publicado y debatido,9 en el sector sanitario predominan mujeres, en Cuba son el 70,2 %, en Enfermería se incrementa al 88,5 %.2 Esto se ha atribuido a los orígenes de la profesión y se ha asociado a lo maternal de los cuidados, pero cada vez es más frecuente encontrar enfermeros en los escenarios clínicos. En la sistematización realizada no se encontraron estudios que atribuyan al sexo los conocimientos que deben tener las enfermeras para ejercer el cuidado.
En el estudio predominaron enfermeras jóvenes, al respecto está descrito que la edad de las enfermeras puede influir en los resultados y la calidad del trabajo, lo que afecta su calidad de vida profesional, la satisfacción laboral y la prestación de cuidados. Las investigaciones al respecto10,11,12,13 indican que las enfermeras de más edad suelen experimentar dinámicas laborales diferentes en comparación con las de sus homólogos más jóvenes, lo que afecta su rendimiento, calidad de la atención, calidad de vida, satisfacción laboral, y bienestar general. Según Launonen y otros,14 las enfermeras más jóvenes (30-40 años) indicaron la necesidad de mejorar la información y la participación de las personas que cuidan, lo que sugiere que la edad influye en la percepción de la calidad de la atención. Es criterio de los autores que lo ideal es tener colectivos de Enfermería con profesionales de todas las edades, donde se combinen la experiencia con el ímpetu y adelantos tecnológicos.
En el presente estudio predominó profesionales de Enfermería con varios años de trabajo, al respecto se reconoce que la experiencia de las enfermeras influye en los resultados de las personas que cuidan y en la calidad de la atención prestada. Investigaciones consultadas15,16 indican que la los años de experiencia y la formación académica de las enfermeras desempeñan un papel fundamental para mejorar la atención, y se correlacionan con un menor número de errores asociados a la atención.
Las enfermeras con más experiencia y mayor nivel científico están mejor equipadas para atender las necesidades complejas de las personas que cuidan, lo que mejora los resultados de los planes de cuidado. Con el tiempo, desarrollan habilidades clínicas y de pensamiento crítico, que son esenciales en entornos de alto riesgo, como los servicios de cabeza y cuello.16
En el presente estudió se revela un alto nivel profesional, en tanto todas las enfermeras son licenciadas y han recibido alguna formación de postgrado como diplomados, cursos y entrenamientos, entre ellos destacan los de Enfermería oncológica, quimioterapia, radioterapia y cuidados intensivos. Los autores consideran que, si bien la experiencia, categoría profesional, docente e investigativa, así como las actividades de posgrado recibidas por las enfermeras son crucial para una atención de calidad, es esencial tener en cuenta otros factores, como las características de las personas cuidadas, para comprender su impacto en los resultados de la atención de Enfermería.
Al analizar los conocimientos demostrados por los profesionales de Enfermería incluidos en el estudio, se identifican sobre todo en los policlínicos, necesidades de conocimientos sobre la Teoría del autocuidado de Dorothea Orem y el beneficio de su vinculación con la práctica asistencial para el autocuidado de personas operadas de cáncer de cabeza y cuello con complejidad clínico asistencial.
Se constató que los profesionales de Enfermería que laboran en los policlínicos poseen los conocimientos teóricos, pero no los incorporan en la práctica asistencial. Aspectos que coinciden con los estudios realizados por Spagar,17 por, Prado, et al.,18 Montealegre19 y Vázquez.20 Los autores quieren destacar la necesidad del uso de la superación profesional para la actualización del personal de Enfermería en relación a las Teorías y Modelos de Enfermería; así como la vinculación del trabajo de Enfermería en el primer nivel de atención.
En la sistematización realizada se encontró que, según Hoy S y otros,21 los especialistas en Enfermería clínica en oncología de cabeza y cuello poseen conocimientos especializados para brindar apoyo, educación y defensa a las personas. Por su parte Mohammad y otros22 reportaron que las enfermeras son cruciales para brindar una atención personalizada a las personas con cáncer de cabeza y cuello, abordan las necesidades físicas y emocionales mediante el control de los síntomas y el apoyo psicosocial.
Mientras que, en el estudio realizado por Checklin y otros,23 se destacan las brechas en la comprensión de las experiencias de atención de Enfermería de las personas con cáncer de cabeza y cuello, lo que indica la necesidad de investigar más sobre el conocimiento de las Enfermeras sobre el cuidado personal y el autocuidado.
Otros autores que han estudiado el tema reportan que las personas con tumores de cabeza y cuello carecen de información sobre el cuidado personal durante la quimiorradioterapia, lo que repercute en sus resultados. El conocimiento de los profesionales de Enfermería sobre este tema es crucial para el bienestar de las personas cuidadas.21,24 Al respecto los autores consideran que las enfermeras son cruciales en la identificación de los síntomas y en la promoción de estrategias eficaces de autocuidado para las personas con cáncer de cabeza y cuello, lo que, en última instancia, mejora su calidad de vida.
Enseñar a las personas con cáncer la habilidad de abogar por sí mismos cambia el enfoque de su atención oncológica hacia lo que es importante para ellos, lo que lleva a una atención optimizada centrada en la persona enferma. Como enfermeras de oncología, brindar apoyo a las personas a medida que abogan por sí mismas para satisfacer sus necesidades fomenta una relación de colaboración, crea un entorno en el que las personas enfermas se sienten cómodos al verbalizar sus necesidades e inquietudes.25
Al equipar a las personas con cáncer para que aboguen por lo que es más importante para ellos, las enfermeras de oncología aumentan la probabilidad de que puedan superar los desafíos que enfrentan, lo que resulta en una atención centrada en la persona cuidada. El personal de Enfermería oncológica puede apoyar y empoderar a las personas que cuidan para que aboguen por sí mismos por sus necesidades, ayudándoles a determinar qué es lo más importante para ellos, evaluar su capacidad para luchar por sí mismos, desarrollar sus fortalezas y fomentar la autodefensa durante sus experiencias con el cáncer.25
Es importante destacar que el estudio de Deng y otros26 muestra que, la Enfermería basada en el modelo de autocuidado de Orem mejora la eficacia del autocuidado y la calidad de vida y reduce las emociones adversas en las personas con cáncer. Las enfermeras de oncología reconocen el concepto de cuidado personal de Orem e insisten en los atributos de educación, interacción, autocontrol y autosuficiencia en las personas con cáncer, lo que mejora su capacidad para asumir la responsabilidad del cuidado personal de manera efectiva. El autocuidado es un concepto que se utiliza con frecuencia tanto en la teoría como en la práctica clínica de Enfermería y Orem lo consideró un elemento de la teoría de Enfermería.7,26
Los hallazgos han indicado que el autocuidado ha evolucionado de forma considerable entre las personas con enfermedades crónicas, en particular el cáncer, durante los últimos 35 años, y las enfermeras han mejorado su conocimiento sobre el autocuidado, de modo que se han vuelto eficientes para asumir la responsabilidad de los equipos de autocuidado. Como resultado, se ha promovido la autoridad e independencia de la profesión de Enfermería y, en consecuencia, el conocimiento de Enfermería.7
La investigación realizada es relevante para la ciencia Enfermería al poner de relieve las características socio-laborales y el nivel de conocimientos de las enfermeras que laboran con personas que presentan cáncer de cabeza y cuello con complejidad asistencial media y alta. Esta aproximación a un problema de salud importante puede servir de base para el desarrollo de futuras investigaciones de mayor alcance que puedan solventar las necesidades de conocimientos identificadas.
Entre las limitaciones del estudio se identificó que la muestra es pequeña, lo que impide recomendar la generalización de los resultados, por lo que se recomienda profundizar en el problema con estudios que contengan una muestra mayor de instituciones sanitarias de todos los niveles de atención y de los sujetos de análisis.
Conclusiones
Los profesionales de Enfermería que cuidan a personas con cáncer de cabeza y cuello presentan características socio-laborales pretendidas, a pasar de su nivel profesional y capacitación recibida, presentan necesidades de conocimientos sobre la Teoría del autocuidado de Dorothea Orem y el beneficio de su vinculación con la práctica asistencial para el autocuidado de personas operadas de cáncer de cabeza y cuello con complejidad clínico asistencial.