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Pastos y Forrajes
versión impresa ISSN 0864-0394
Pastos y Forrajes v.31 n.4 Matanzas oct.-dic. 2008
ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
Comportamiento productivo de vacas lecheras Mambí de Cuba en una asociación de gramíneas y Leucaena leucocephala cv. Cunningham
Productive performance of Cuban Mambí dairy cows in an association of grasses and Leucaena leucocephala cv. Cunningham
Tania Sánchez, L. Lamela, O. López y M. Benítez
Estación Experimental de Pastos y Forrajes «Indio Hatuey». Central España Republicana, CP 44280, Matanzas, Cuba
mailto: tania.sanchez@indio.atenas.inf.cu
RESUMEN
Se evaluó el comportamiento de los indicadores productivos de vacas Mambí (¾ Holstein x ¼ Cebú) de Cuba en una asociación de gramíneas mejoradas y Leucaena leucocephala cv. Cunningham, en una vaquería de la Empresa Genética de Matanzas. El pesaje de leche se realizó durante dos años al 100% de los animales en ordeño, con una frecuencia mensual. Se determinó la producción de leche por vaca en ordeño y la producción por vaca total, así como la influencia del bimestre de producción, la época del año, el número de la lactancia y el año, en el comportamiento productivo. Se alcanzó coincidencia entre la curva real y potencial de producción de leche, con una eficiencia superior al 85%; los mayores valores se obtuvieron en el período lluvioso. Al analizar la producción de leche por bimestre los mejores resultados se alcanzaron en julio-agosto. Además se lograron valores de producción por lactancia de 2 030-2 159 kg y por hectárea de 2 744-3 025 kg. A su vez, cuando se analizó el efecto de la época del año en el peso de los terneros al nacer no se encontraron diferencias significativas; los valores fueron superiores a 37,5 kg para ambos períodos. Se concluye que con la asociación de gramíneas mejoradas y leucaena se obtuvieron producciones totales, por lactancia y por hectárea aceptables, lo cual conllevó un adecuado nivel de rentabilidad en la vaquería, con ganancias superiores a los 1 000 pesos por hectárea.
Palabras clave: Lactancia, leucaena, producción de leche, silvopastoreo
ABSTRACT
The performance of the productive indicators of Mambí cows (3/4 Holstein x ¼ Zebu) from Cuba was evaluated in an association of improved grasses and Leucaena leucocephala cv. Cunningham, at a dairy unit of the Genetic Livestock Production Enterprise of Matanzas. The milk weighing was performed for two years in 100% of the milking animals, with a monthly frequency. Milk production per milking cow and total production per cow were determined, as well as the influence of production two-month period, season, lactation number and year on productive performance. Coincidence was obtained between the real and potential milk production curve, with efficiency higher than 85%; the highest values were obtained in the rainy season. When analyzing milk production per two-month period, the best results were obtained in July-August. Besides, production values per lactation of 2 030-2 159 kg and per hectare of 2 744-3 025 kg were achieved. In turn, when analyzing the effect of season on weight of calves at birth no significant differences were found; the values were higher than 37,5 kg for both seasons. It is concluded that with the association of improved grasses and leucaena acceptable total productions, production per lactation and per hectare were obtained, which led to an adequate cost-effectiveness level in the dairy unit, with gains higher than 1 000 pesos per hectare.
Key words: Milk production, silvopastoral systems, lactation, leucaena
INTRODUCCIÓN
Los sistemas silvopastoriles con leguminosas arbustivas ofrecen una opción para producir leche, sin utilizar fertilizantes químicos y con la ventaja adicional de ser una vía de conservar el entorno, ya que promueven el mantenimiento de la cubierta arbórea en las explotaciones ganaderas. Es por ello que se consideran como sumideros de carbono y hábitat amigable para diversos organismos, lo cual permite desarrollar una interrelación entre diversos ecosistemas más estables (Harvey, 2006; Ibrahim y Mora, 2006).
Rois, Mosquera y Rigueiro (2006) plantearon que los sistemas silvopastoriles tienen ventajas en tres dimensiones: la económica, la ambiental y la social, debido a que propician el desarrollo rural, cuidan el entorno y contribuyen a la biodiversidad.
Por lo antes expuesto, cuando se piensa en un sistema sostenible para producir leche, en el cual se utilice como alimento fundamental el pasto, es necesario la presencia de las leguminosas arbóreas, debido a que, además de mejorar el valor nutritivo de la dieta, se conoce que desempeñan un papel importante en la fijación simbiótica del nitrógeno atmosférico, el cual se utiliza por las gramíneas en asociación (Sierra y Nygren, 2006).
En la década de los 90, la incorporación de las especies leñosas perennes en las áreas ganaderas cobró importancia en Cuba, debido a los resultados alcanzados en la producción de leche en condiciones de investigación, similares a los hallados cuando se aplican niveles medios de fertilización, y a la alta persistencia de las leguminosas y las gramíneas en el pastizal en este sistema. De ahí que el objetivo del trabajo fue evaluar el comportamiento productivo de vacas lecheras de la raza Mambí de Cuba (¾ Holstein x ¼ Cebú) y su relación con algunos indicadores económicos en una asociación de gramíneas mejoradas y Leucaena leucocephala cv. Cunningham.
MATERIALES Y MÉTODOS
Ubicación del área experimental. El estudio se desarrolló en la vaquería 66 perteneciente a la granja Triunvirato de la Empresa Genética de Matanzas, ubicada geográficamente en los 23º de latitud norte y los 80º de longitud oeste, y a 70 msnm, la cual se encuentra situada en zonas aledañas al municipio Matanzas, provincia de Matanzas.
Características del clima. La temperatura media anual fue de 23ºC, con una media de 21ºC y 27ºC en el período lluvioso (PLL) y en el período poco lluvioso (PPLL), respectivamente. La precipitación anual fue de 1 300 mm, con una variación de 1 000-1 200 mm en el PLL y de 200-400 mm en el PPLL.
Caracterización de los suelos y del pastizal. El suelo sobre el cual se desarrolló el trabajo experimental se clasificó como Pardo con carbonatos (Cambisol), con un relieve ligeramente ondulado. Se realizó una preparación completa del suelo y la leucaena se sembró en agosto de 1997, con una distancia entre surcos de 6,3 m como promedio y a chorrillo ligero. Como especies de pastos mejorados predominaron Panicum maximum cv. Likoni y Cynodon nlemfuensis cv. Jamaicano, y como leguminosa L. leucocephala cv. Cunningham. Se comenzó a pastar con animales en julio de 1998, cuando la altura de la planta fue mayor que 2 m. No se aplicó fertilización ni riego durante la fase de establecimiento y evaluación. Las variaciones de la composición florística del pastizal, la disponibilidad de materia seca por año y su composición química durante el período experimental aparecen publicadas por Sánchez, Lamela y López (2007).
Descripción de la lechería y su manejo general. Se utilizó una lechería típica y un área total de 47 ha, compuesta por 36 cuartones de 1,1 ha aproximadamente. Durante la etapa experimental la carga varió de 1,7 hasta 1,8 animales/ha. El tiempo de ocupación de los cuartones fue de un día en el período lluvioso y de 1,5 a 2 en el poco lluvioso, con lo que se garantizó tiempos de reposo del pasto de 26 a 34 y 52 a 64 días, que representó como promedio cinco y tres rotaciones para las épocas lluviosa y poco lluviosa, respectivamente.
Las vacas fueron ordeñadas dos veces al día (5:00 a.m. y 2:30 p.m.), con un equipo Alfa Laval® tipo espina de pescado de cuatro posiciones, con sus frascos aforados para medir la producción de leche individual de las vacas.
Características de los animales. En la unidad se explota la raza Mambí de Cuba. El estudio se realizó durante dos años (2002 y 2003), en los cuales se evaluaron vacas desde la primera hasta la tercera lactancia y se utilizaron 80 y 77 animales, para el primer y el segundo año, respectivamente. La edad de incorporación a la reproducción fue de 37,2 meses, con peso promedio de 303 kg y un intervalo incorporación-gestación de 100 días; mientras que la edad promedio al primer parto fue de 49,7 meses.
Alimentos adicionales ofrecidos. El consumo de alimentos complementarios (concentrado comercial y caña de azúcar) se determinó a través de la oferta en base húmeda y el rechazo en comedero; después se calculó su consumo en base seca. Durante todos los años de evaluación se le ofreció al grupo de vacas en ordeño entre 0,4-0,5 kg de concentrado comercial (110 g y 2,7 Mcal/kg MS para PC y EM, respectivamente) por animal por día (como promedio), 100 g de sales minerales, según la disponibilidad de esta última para toda la masa, y caña de azúcar a razón de 2,3-3,2 kg de MS/animal/día en el período poco lluvioso.
Mediciones en los animales
Producción de leche. Se realizó el pesaje de leche al 100% de los animales en ordeño durante dos años, con una frecuencia mensual, para determinar la producción por vaca en ordeño y la producción por vaca total.
Curva real y potencial. La curva real de producción de leche se estimó a partir de los datos registrados por bimestre de producción. El potencial mínimo de producción se obtuvo a través de la aplicación del modelo multiplicativo con efecto de curva de lactancia (Menchaca, 1978); además, se calculó la eficiencia de producción a través de las recomendaciones propuestas por Senra (1982).
Otros indicadores de la producción de leche. A partir de los registros de secado, movimiento de rebaño y producción de leche total de la vaquería y la granja, se calculó la producción por hectárea, la carga global de la vaquería y la duración de la lactancia, y se estimó el peso de los terneros al nacer con el empleo de una cinta métrica según el método propuesto por Menéndez (1985).
Análisis matemático. Los datos de duración y producción por lactancia, así como las vacas totales y las vacas en ordeño se compararon a través de un ANOVA; para las diferencias entre las medias se usó la dócima de rangos múltiples de Duncan, con significación de Pd»0,05; mientras que en el peso de ternero al nacer en función de la época se utilizó la prueba de t-student para muestras independientes. Se empleó el paquete estadístico SPSS® en su versión 10.0 para Microsoft® Windows®
Modelo matemático
Se analizaron en total 848 observaciones de la producción de leche, de las cuales 286, 477 y 56 fueron de la primera, segunda y tercera lactación, respectivamente. Se procesaron a través de un modelo multiplicativo con efecto de curva de lactancia (Menchaca, 1978), que se basa en la representación algebraica de esta (Yn=anbe- cn), según Wood (1969). Además, se analizó la influencia del bimestre de producción, la época del año, el número de la lactancia y el año. Para las diferencias entre medias se empleó la dócima de rangos múltiples de Duncan (1955) modificado por Kramer (1956).
Para el análisis de la producción de leche de las hembras se empleó el siguiente modelo:
Y=a + b logn + cn + pj + dk +gl + eijkl
Donde:
Yijkl = log Yijkl
a = log A, constate común a todas las observaciones
bc = parámetros de la curva de lactancia según la representación algebraica de Wood (1969)
n = n-ésimo día de lactancia correspondiente a la observación Yijkl ésima
p = log p j, efecto de j-ésimo bimestre de parto
dk = log dk, efecto k-ésimo bimestre de producción
gl = log gl, efecto de l-ésimo año
hm = log hm, efecto de m-ésima época del año
eijklm = error experimental
Indicadores económicos. Para realizar las consideraciones económicas se registraron los ingresos y los conceptos del gasto de la vaquería y la granja, y se calcularon los siguientes indicadores recomendados por Guevara (1999).
Gastos totales = Gastos fijos más gastos variables totales
Gastos/ha = Gastos totales por hectárea
Gastos/vaca = Gastos totales por vaca
Ganancia/ha = Flujo de caja por hectárea
Ganancia/vaca = Flujo de caja por vaca
Costo kg de leche = Gastos totales por volumen de producción
Relación costo/beneficio = Gastos totales por ingresos brutos
El precio del kilogramo de leche depende de la calidad, determinada en el laboratorio.
RESULTADOS
Al analizar la producción individual del rebaño (fig. 1) no se encontraron diferencias significativas durante los dos años de evaluación; similar comportamiento tuvo la carga global en la etapa experimental.
En este sentido, se encontraron diferencias significativas (P<0,01) por efecto del bimestre en la producción de leche individual (fig. 2). Los mejores bimestres fueron mayo-junio, julio-agosto y septiembre-octubre, seguidos de noviembre-diciembre; mientras que la menor producción se halló en el bimestre enero-febrero y en marzo-abril.
La producción de leche individual, en función de la época del año (fig. 3), presentó diferencias significativas (P<0,01). Los mayores valores se alcanzaron en el período lluvioso (8,2 y 7,1 kg/vaca/día para el PLL y PPLL, respectivamente).
El comportamiento de la producción de leche anual y por hectárea en el rebaño se muestra en la figura 4. La producción anual fue superior en el primer año del estudio; similar comportamiento tuvo la producción por hectárea.
En la tabla 1 se muestra la eficiencia productiva del sistema; el mejor comportamiento se obtuvo en el bimestre mayo-junio, seguido de septiembre-octubre y julio-agosto (todos en el período lluvioso), y el valor más bajo se halló en enero-febrero, seguido de marzo-abril.
En la figura 5 se presenta la producción por lactancia y la duración de la lactancia del rebaño en estudio. No se encontraron diferencias significativas en la producción de leche ni en la duración de la lactancia entre los años.
Al comparar las vacas totales no se hallaron diferencias significativas en el rebaño durante la etapa experimental; similar comportamiento tuvo el número de vacas en ordeño. No obstante, el porcentaje de vacas en ordeño estuvo alrededor del 60% para ambos años (tabla 2).
Cuando se analizó el efecto de la época del año en el peso de los terneros al nacer (tabla 3) no se encontraron diferencias significativas; los valores fueron superiores a 37,5 kg para ambos períodos.
En el análisis económico comparativo de los dos años del estudio (tabla 4), se observó que los ingresos totales estuvieron por encima de los 100 000 pesos. Se mantuvo el precio de la leche; mientras que el costo de un kilogramo de leche estuvo por debajo de un peso durante toda la evaluación (0,52-0,53 pesos). Similar comportamiento tuvo el costo por peso.
DISCUSIÓN
La producción individual en el rebaño estuvo alrededor de 8 kg para los dos años de evaluación, debido a que se mantuvieron las condiciones de manejo y alimentación similares en toda la etapa.
A su vez, los valores de producción de leche son superiores a los informados por García-Trujillo (1983) para pastos no fertilizados o pastos naturales (6,0-7,0 kg/día), y a los hallados para el genotipo Siboney en sistemas silvopastoriles y con suplementación (1 kg/vaca/día de concentrado o melaza) por Reinoso (2000), quien encontró un rendimiento lechero entre 7,09 y 7,99 kg/día. Sin embargo, son inferiores a los obtenidos en la Empresa Genética de Matanzas para ese genotipo, con una suplementación de 2,7 kg de concentrado por animal por día (9,7 kg/vaca/día) en la década del 80 (Anon, 1985).
En este sentido, para lograr tales resultados productivos se empleó pastos mejorados y fertilizados, así como suplementación con concentrado, miel y ensilaje, y en ocasiones se aplicó riego; dichas condiciones son diferentes a las del sistema del presente estudio, que fue una asociación de gramíneas y leucaena, con una baja suplementación con concentrado y caña de azúcar en el período poco lluvioso.
Esto demostró que la respuesta productiva de los animales depende, en gran medida, de la disponibilidad de la materia seca, la calidad nutritiva de la dieta ofrecida, así como del genotipo de los animales empleados.
Al analizar la influencia del bimestre de producción, los mejores resultados se alcanzaron en el período lluvioso. En esta época se producen los mayores rendimientos de materia seca de la gramínea, lo cual permitió una alta oferta por animal por día que posibilitó incrementar la capacidad de selección de los animales con relación al período poco lluvioso, donde se suministró alimentos voluminosos para cubrir sus requerimientos (Sánchez et al., 2007).
En la producción de leche por época del año el mejor comportamiento ocurrió durante el período lluvioso; similar resultado fue descrito por Lamela, Matías, Fung y Valdés (2001) en un sistema de C. nlemfuensis y un banco de proteína de L. leucocephala con vacas Mambí de Cuba. Esto puede ser el reflejo de una disminución de la capacidad selectiva de los animales durante el período poco lluvioso, debido a la necesidad de utilizar en esta época del año un alimento voluminoso como la caña de azúcar.
La producción de leche total y la producción por hectárea fueron superiores en el primer año de la evaluación, vinculado con una disminución del porcentaje de vacas en ordeño que tuvo una relación estrecha con estos dos indicadores, ya que la carga fue muy similar para esta etapa experimental (1,8 y 1,7 UGM/ha).
La producción de leche por hectárea durante los dos años fue superior a lo reportado con vacas de mediano potencial y gramíneas mejoradas sin fertilización (García-Trujillo, 1983).
La estacionalidad de los pastos en función de las condiciones climáticas influye de manera directa en la tasa de crecimiento y en el rendimiento de los pastos, con efectos similares en la producción de leche (Senra, 1982).
Es necesario señalar que los valores de eficiencia de la producción de leche fueron altos, ya que estuvieron por encima del 85% en los bimestres evaluados. No obstante, los valores mayores coincidieron con los bimestres que se correspondieron con el período lluvioso, y los más bajos se registraron en el período poco lluvioso.
Este comportamiento es un reflejo de las variaciones en la disponibilidad de la materia seca y la oferta en función de los bimestres del año, debido a que los mejores resultados en la eficiencia productiva coincidieron con los bimestres de mayor disponibilidad de la materia seca de la gramínea (Sánchez et al., 2007).
Los principales factores que afectan la producción de leche son: la edad y el peso al parto, el número de la lactancia, la condición corporal al momento del parto, el sistema de alimentación, la suplementación, los efectos climáticos y las condiciones generales de manejo, entre otros (Estrada, Magaña y Segura, 2006).
La producción por lactancia del rebaño fue similar a la reportada por García-Trujillo (1983) en pastos fertilizados y regados, con vacas de mediano potencial y una carga de 2,7-4,5 vacas/ha (1 700-2 400 kg); también fue equivalente a lo informado por Ribas, Gutiérrez, Mora, Évora y González (2004) para el Siboney de Cuba (]! Holstein x \! Cebú), al estudiar su comportamiento productivo en sistemas de gramíneas en monocultivo, sin fertilización y suplementación con leguminosas y concentrados criollos.
Los resultados fueron superiores a lo logrado con la raza Mambí de Cuba en la provincia de Matanzas y a nivel nacional (1 787 y 1 603 kg, respectivamente), cuando se encontraba sometida a un sistema de gramíneas no fertilizadas y con una baja suplementación con concentrados (Anon, 2000).
La producción de leche por lactancia (2 000 kg) estuvo por debajo del potencial productivo de la raza, la cual tiene un 75% de Holstein y debería tener un producción cercana a 3 500-4 000 kg por lactancia (Anon, 1985).
En sentido general, existe un grupo de factores que influyen en este comportamiento y uno de ellos es el número de la lactancia; en el estudio se analizaron vacas desde la primera hasta la tercera, lo cual influyó en los resultados productivos. Esto coincide con lo planteado por Sakaguchi, Suzuki, Sasamoto, Takahashi, Nishiura y Aoki (2005) al estudiar el efecto del número de lactancias en rebaños de la raza Holstein, quienes encontraron un incremento en la producción de leche por lactancia desde la primera hasta la cuarta.
Al mismo tiempo se debe considerar el potencial productivo de la raza Holstein, el cual fue calculado con altos niveles de suplementación con concentrado, que si bien proporcionan elevadas producciones por lactancia, ocasionan una baja utilización del pastizal; mientras que en la presente investigación se empleó el concentrado en cantidades bajas y para estimular a las vacas en el momento del ordeño. Además el pasto constituyó el componente principal de la ración.
Por otra parte, la edad de incorporación y la edad al primer parto de los animales pudieron influir en las producciones de leche por lactancia, ya que estuvieron por encima de lo permitido para hatos lecheros. La causa fundamental de esta situación reside en una inadecuada alimentación y un manejo deficiente durante la etapa de desarrollo somático de los animales (Campo y Sixto, 1999).
Se ha reportado la existencia de una relación entre la edad a la pubertad con el peso al primer parto y la producción de leche en la primera lactancia, de lo cual se deriva que el retraso de la pubertad conduce a una disminución de la eficiencia productiva del rebaño. Las diferencias de edad a la pubertad dependen del sistema de manejo, la disponibilidad y la calidad del forraje, así como de la adaptación del tipo racial a las condiciones ambientales específicas (Faure y Fernández, 2006).
La duración de la lactancia durante los dos años de evaluación se mantuvo dentro de los rangos establecidos para las unidades lecheras, ya que estuvo alrededor de los 305 días (Rekik, Ben Gara, Ben Hamouda y Hammami, 2003). Estos valores durante la etapa experimental fueron superiores a lo obtenido a nivel nacional en el Mambí de Cuba, el Siboney y el Holstein: 269, 266 y 274 días, respectivamente (Anon, 2000).
Las producciones por lactancia y la duración de esta en la presente investigación fueron superiores a lo hallado por Teyer, Magaña, Santos y Aguilar (2003) al analizar el comportamiento productivo y reproductivo de 68 vacas de dos grupos genéticos (GG), manejadas en un hato de doble propósito, en el sureste de México. El sistema contaba con C. nlemfuensis, riego, fertilización y complementación con 4 kg de concentrado comercial (PC, 16%); en estas condiciones la producción de leche y la duración de la lactancia en los GG (F1 y ¾ Holstein) fueron de 1 500 y 1 749 kg; 211 y 245 días, respectivamente.
A pesar de que no se encontró diferencia significativa en el número de vacas en ordeño durante el estudio, en el primer año fue inferior en 1,6 unidades. Dichos valores se encuentran dentro de los establecidos para unidades lecheras que deban garantizar su propio reemplazo. No obstante, la reducción de las vacas en ordeño provocó una disminución de la producción total y la producción por hectárea en el último año de esta etapa.
El porcentaje de vacas en ordeño disminuyó en ese año, como consecuencia de la entrada de novillas a la unidad para garantizar el reemplazo.
Menéndez, Caunedo y Fernández (2004), al cuantificar el efecto del porcentaje de vacas en ordeño en la producción de leche total del rebaño en 19 vaquerías, mediante modelos lineales mixtos, con el empleo de las variables dependientes: producción mensual total de leche (PMTL), producción mensual total por hectárea (PMLH) y producción diaria total de leche (PLD), hallaron que por cada 1% de aumento en el porcentaje de vacas en ordeño, la producción se incrementó en 138,3 kg; 2,16 kg y 4,54 kg para PMTL, PMLH y PLD, respectivamente.
Ello demuestra la importancia del porcentaje de vacas en ordeño en el comportamiento productivo del rebaño, debido a que la disminución en este indicador conlleva la reducción de la producción total y por hectárea.
El peso del ternero al nacer no varió en función de la época del año; no obstante, fue ligeramente superior a lo reportado por López (1985) para los diferentes cruzamientos en el trópico (30-36 kg). Este comportamiento se debe a que se garantizó en el último tercio de la gestación una disponibilidad de materia seca superior a las 3 t/ha/rotación y valores de proteína cruda entre 9,6-9,8% durante las dos épocas del año (Sánchez et al., 2007), lo cual propició la selección y el consumo de una dieta de calidad.
Es de primer orden garantizar los nutrientes en esta etapa de la gestación, ya que el feto culmina su crecimiento y la vaca debe acumular reservas para la futura lactancia; una vez ocurrido el parto, entra en un balance energético negativo y tiene que producir a partir de las reservas corporales.
Los resultados en producción de leche se pueden considerar representativos para la ganadería del país, si se tiene en cuenta que se hicieron en condiciones comerciales y en un suelo Pardo con carbonatos, que es el predominante en las empresas ganaderas.
Cuba, al igual que el resto de los países de Latinoamérica, requiere que en el sector agropecuario se desarrollen una agricultura y una ganadería sostenibles, que se correspondan con las exigencias del contexto socioeconómico, productivo y ambiental cubano; además de que ocupen un lugar destacado en el producto interno bruto nacional y que logren satisfacer las necesidades nutricionales de la población (Guevara, Guevara, Curbelo y Spencer, 2005).
Existen numerosos indicadores de sostenibilidad dentro de los que se encuentran los biológicos, vinculados al comportamiento productivo del sistema, tales como: la disponibilidad de materia seca, la composición química y la persistencia del pastizal, que se relacionan con las plantas y otros con los animales, como la producción total, la producción por hectárea y la producción por lactancia.
No obstante, el estudio de los indicadores económicos en los sistemas productivos es de vital importancia para lograr la aceptación, por parte del productor, de una tecnología y su introducción a escala comercial (Cino, Castillo y Hernández, 2006).
Las asociaciones de árboles y pastos en una misma unidad de área son una opción para la ganadería cubana, debido a los resultados productivos; sin embargo, el estudio del comportamiento de los principales indicadores económicos es la clave para garantizar la sostenibilidad del sistema.
Los ingresos totales fueron mayores en el primer año de evaluación, debido al porcentaje de vacas en ordeño, con respecto al segundo (2003). La disminución de este indicador trajo consigo un descenso de la producción total y, por ende, un menor ingreso.
Según Menéndez et al. (2004), al cuantificar el efecto del porcentaje de vacas en ordeño en la producción mensual total de leche, se halló que por cada 1% de aumento en el porcentaje de vacas en ordeño, la producción se incrementó en 138,3 kg, lo cual demuestra la importancia de este indicador en el comportamiento productivo del rebaño y en los resultados económicos de la entidad.
A su vez, durante esta etapa los indicadores costo por peso y costo de un kilogramo de leche mantuvieron valores muy similares; además, se lograron ganancias por hectárea por encima de los 1 000 pesos.
Los ingresos totales son superiores a los informados por Guevara (1999), quien obtuvo 132 563,0 y 115 591,6 pesos para el primer y el segundo año, respectivamente; a su vez, los costos de producción fueron inferiores a los reportados por estos autores y variaron entre 0,61 y 0,62 pesos para ambos años. El trabajo se realizó en un sistema donde predominaban las gramíneas mejoradas (C. nlemfuensis y P. maximum), las leguminosas se encontraban en un porcentaje bajo (entre 5 y 7%) y se empleó una carga de 2,9-3,0 vacas/ha.
Los resultados del costo por litro de leche, los gastos por animal y los gastos por hectárea del presente trabajo son superiores a los informados por Cino, Martín y Torres (2004), quienes realizaron un estudio económico de las alternativas de producción de leche bovina y encontraron valores promedio de 0,21; 432,4 y 797,9 pesos, respectivamente, para un sistema de pastos cultivados, leucaena en el 100% del área, concentrado y caña, un 65% de vacas en ordeño y una media en producción de leche de 8,5 kg.
Estos autores seleccionaron 14 tecnologías de producción de leche, diseñadas sobre la base de los resultados experimentales hasta el año 2000. Con posterioridad a esta fecha se realizó un cambio en la política salarial de las entidades lecheras y se incrementaron los precios de los insumos destinados a la ganadería, debido a la crisis económica mundial, de la cual Cuba no está exenta.
Los indicadores económicos son aceptables, si se analiza que están aparejados a buenos indicadores biológicos de sostenibilidad, lo que trae consigo la persistencia del sistema durante la etapa experimental.
Conclusiones
Con la asociación de gramíneas mejoradas y leucaena se obtuvieron producciones totales, por lactancia y por hectárea aceptables, lo cual conllevó un adecuado nivel de rentabilidad en la vaquería, con ganancias superiores a los 1 000 pesos por hectárea.
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Recibido el 30 de julio del 2008
Aceptado el 20 de agosto del 2008