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Pastos y Forrajes
versión impresa ISSN 0864-0394
Pastos y Forrajes v.34 n.1 Matanzas ene.-mar. 2011
ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
Evaluación de indicadores productivos en conejas mestizas con una dieta basada en forraje y pienso criollo
Evaluation of productive indicators in crossbred does with a diet based on forage and homemade concentrate
O. López, I. L. Montejo y L. Lamela
Estación Experimental de Pastos y Forrajes "Indio Hatuey" Central España Republicana, CP 44280, Matanzas, Cuba.E-mail: onel.lopez@indio.atenas.inf.cu
RESUMEN
Con el objetivo de evaluar el comportamiento productivo de conejas mestizas se utilizaron un total de 24 reproductoras, entre 10 y 18 meses de edad, con un peso promedio superior a los 3,0 kg durante cuatro meses. Las reproductoras consumieron una dieta constituida por: forraje de morera (Morus alba): 0,30 kg; caña (Saccharum officinarum) molida: 0,25 kg, glycine (Neonotonia wightii): 0,40 kg y pienso criollo: 0,06 kg. Las crías se pesaron al nacimiento, a los 20 y a los 45 días de edad. En las reproductoras se controló las crías nacidas vivas y destetadas por parto. Se obtuvo como promedio 6,4 gazapos vivos por parto con 0,054 kg de PV al nacimiento y se destetaron 5,4 crías a los 45 días de edad con un peso de 0,694 kg. Además, se encontró un 84,4% de supervivencia durante la etapa de lactación. La ganancia media diaria durante la lactancia fue de 0,014 kg/animal/día. Los resultados evidenciaron que con la dieta propuesta se obtuvieron indicadores productivos alentadores en reproductoras mestizas.
Palabras clave: Comportamiento, conejo, forraje verde, piensos.
ABSTRACT
With the objective of evaluating the productive performance of crossbred does, a total of 24 animals were used, between 10 and 18 months old, with average weight higher than 3,0 kg, during four months. The does ate a diet constituted by mulberry (Morus alba) forage: 0,30 kg; ground sugarcane (Saccharum officinarum): 0,25 kg; glycine (Neonotonia wightii): 0,40 kg and homemade concentrate: 0,06 kg. The young rabbits were weighed at birth, 20 and 45 days after birth. In the does the offspring born alive and weaned per parturition, were controlled. As average, 6,4 live rabbits were obtained per parturition, with 0,054 kg LW at birth and 5,4 rabbits were weaned being 45 days old and weighing 0,694 kg. In addition, 84,4% survival was found during the lactation stage. The mean daily gain during lactation was 0,014 kg/animal/day. The results proved that with the proposed diet encouraging productive indicators were obtained in crossbred does.
Key words: Performance, rabbit, green forage, concentrates.
INTRODUCCIÓN
Una de las vías para producir alimentos de origen animal de buena calidad nutricional, a un bajo precio, y evitando el creciente daño que se ocasiona al ambiente a partir de la utilización de los combustibles fósiles, lo constituye la producción animal a pequeña escala basada en el uso eficiente de los alimentos disponibles en las fincas.
En la industria cunícula la alimentación representa aproximadamente el 70% de los costos de producción, lo que obliga a los nutricionistas a investigar el uso de alimentos alternativos de bajo costo y propiciar la utilización de los recursos vegetales existentes en las fincas para aprovechar la capacidad herbívora del conejo (García, 2006).
En Cuba los productores cunículas han utilizado la glycine (Neonotonia wightii) como alimento base en las dietas para conejos, tanto para las reproductoras como para los animales de ceba, en ambos casos con buenos resultados productivos. Sin embargo, esta planta es una leguminosa rastrera que presenta dificultades en la siembra y el establecimiento, sobre todo como cultivo puro debido a la competencia de las gramíneas y las malezas; además, es fuertemente atacada por las plagas y las enfermedades (Tang et al., 1987), lo cual limita su utilización como forraje para los animales.
En el país existe un gran número de plantas herbáceas, arbustivas y/o arbóreas que crecen de forma natural y/o cultivada y que pueden utilizarse favorablemente en la alimentación cunícula (Clavijo y Balbis, 2002), lo que a su vez contribuye a incrementar la
biodiversidad en el ecosistema de la finca. Dentro de estas plantas se destaca la morera (Morus alba), que por su alto contenido de proteína bruta es capaz de satisfacer las necesidades proteínicas de esta especie (Lebas, 2004).
Por otra parte, Dihigo (2007) planteó que debido a la alta capacidad que tiene el conejo para digerir la morera, esta puede constituir una fuente de alimento capaz de sustituir totalmente a la alfalfa, ya que además aporta la mayoría de los nutrientes, en especial la fibra, la energía y los aminoácidos necesarios para el crecimiento y la reproducción de los conejos.
Sin embargo, la morera presenta compuestos antinutricionales, entre los que se destacan los flavonoides y las cumarinas (García, 2003), que pueden afectar la salud y/o el fisiologismo de los conejos, por lo que la inclusión de este forraje en la dieta debe ser inferior al 40% (López y Montejo, 2005). De ahí que el objetivo de este trabajo fuera evaluar el comportamiento productivo de conejas mestizas alimentadas con una dieta a base de forraje de glycine, morera (30% de la dieta), caña molida (Saccharum officinarum) y pienso criollo.
MATERIALES Y MÉTODOS
El trabajo se realizó en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, del municipio Perico, provincia Matanzas, entre los meses de diciembre del 2008 y marzo del 2009, lo que se corresponde con el período poco lluvioso y el de temperaturas más bajas durante el año en Cuba.
Características de los animales. Se evaluaron un total de 24 reproductoras mestizas de segundo parto, clínicamente sanas, con una edad entre 10 y 18 meses y un peso promedio a la gestación, el parto y el destete de 3,10 kg (± 0,13), 3,32 kg (± 0,22) y 2,70 kg (± 0,30), respectivamente. La duración promedio de la gestación fue de 32,24 días (± 0,50).
Alojamiento. Los animales fueron alojados individualmente en jaulas de alambre galvanizado, de 75 cm de largo por 75 cm de ancho y 40 cm de altura, provistas de comederos y bebederos de barro. La nave era de techo de fibrocemento con paredes de malla peeller y piso de cemento; debajo de las jaulas existían fosos, con una profundidad de 50 cm, donde se producían lombrices utilizando como alimento las excretas de los conejos. Los laterales de la nave (a la altura de las jaulas) se protegieron con mantas de nailon tejido para evitar la incidencia directa del viento en los animales.
Alimentación. Las hembras consumieron una dieta basada en forraje de morera a razón de 0,30 kg de MV, caña molida (0,25 kg de MV) y glycine (0,40 kg de MV); esta se le ofreció a cada animal, dividida en dos raciones, en el horario de la mañana (8:00-10:00 a.m.) y de la tarde (3:00-5:00 p.m.); el pienso criollo (0,06 kg) solo se dió en la tarde.
Alimentos. La composición bromatológica de los alimentos se tomó de las tablas de valor nutritivo (Anon, 2000), donde se encuentran caracterizados en las condiciones de Cuba cada uno de los componentes utilizados en la preparación del pienso criollo (tabla 1).
Análisis de laboratorio. Se tomaron muestras representativas de cada uno de los alimentos, en los meses de diciembre y febrero, y se enviaron al laboratorio para determinar su composición química. Los indicadores medidos fueron: materia seca, proteína bruta, fibra bruta y calcio, que se determinaron por las técnicas descritas por la AOAC (1995), y el fósforo por el método colorimétrico usando un espectrofotómetro UV/V. En la tabla 2 aparece la composición química de cada uno de los alimentos ofrecidos durante el estudio.
Manejo zootécnico. El sistema de manejo consistió en presentar las reproductoras a los sementales a partir de los 20 días posparto; se utilizó la monta dirigida, para lo cual se trasladaron las conejas a las jaulas de los sementales, previa detección del celo mediante la inspección de los genitales externos y la comprobación de la tumefacción vulvar y el cambio de coloración de la mucosa, según la metodología descrita por Ponce de León (1994). Los apareamientos se observaron por el personal técnico encargado de esta actividad, y se
realizaron dos servicios por celo en el horario de la mañana (7:30-9:00 a.m.) y la tarde (3:30-5:00 p.m.).
La fertilidad de los sementales se comprobó mediante el análisis de su historia reproductiva, teniendo en cuenta el porcentaje de hembras gestadas del total de cubiertas, así como la prolificidad de dichas hembras.
Los nidales se colocaron a los 27 días posmonta; estos contenían heno de bermuda para evitar la humedad. Los partos se realizaron de forma espontánea y sin atención veterinaria. Después se procedió al conteo y pesaje individual de las crías, que se repitió a los 20 y 45 días posnacimiento. Se cuantificó la mortalidad de las crías en cada una de las etapas de la lactancia y se procedió al destete radical a los 45 días posparto.
Los gazapos y las reproductoras recibieron, posteriormente al destete, un medicamento homeopático (Cina 30 ch-Teucrinum 200 ch) a razón de 10 gotas por litro de agua de bebida durante cinco días.
Procesamiento de los datos. A partir de los registros individuales de las reproductoras se controlaron los siguientes datos: identificación, fecha de monta, diagnóstico de gestación, fecha de parto, crías nacidas vivas y crías destetadas por reproductora. Los datos fueron incluidos en una hoja de cálculo de Microsoft Excel para facilitar el procesamiento de la información, con lo cual se calcularon los siguientes indicadores: promedio de crías nacidas vivas por parto, crías destetadas por parto, índice de mortalidad durante la lactancia, peso promedio al nacer y al destete (45 días) y ganancia media diaria (gmd) durante la lactancia.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la figura 1 se presenta el total de partos y abortos que se produjeron durante el período de evaluación. Hubo 30 partos y dos abortos que representaron el 93,75% y 6,25% del total de gestaciones, respectivamente. Este porcentaje de abortos está dentro del límite permitido para la especie, sobre todo en animales jóvenes. Además, estos resultados son similares a los reportados por La O (2007) en conejas de primer parto alimentadas con teramnus, caña y semilla de girasol, las cuales tuvieron un 9,17% de abortos.
El total de nacimientos, así como los nacidos vivos y los muertos en la etapa experimental, se muestra en la figura 2. De 203 nacidos 186 nacieron vivos, lo que representa el 91,6%, por lo que sólo el 8,4% de los gazapos nacieron muertos a pesar de tratarse de reproductoras relativamente jóvenes. Por tanto, se considera que la viabilidad de los gazapos al nacimiento fue buena, ya que según Gonzáles (2007) este indicador en España se encuentra alrededor de 75% para las reproductoras de segundo parto.
En la figura 3 se presenta el total de nacidos vivos y los destetados (45 días) durante el período. Es de notar que de 186 nacidos vivos se destetaron 157 gazapos, lo que representó el 84,4% de supervivencia durante la lactación, un resultado superior al reportado por López y Montejo (2005) en un sistema a base de forraje de morera ad libitum, bejuco de boniato, caña troceada y pienso criollo; estos autores encontraron solo un 74,3% de supervivencia, la cual estuvo afectada mayormente por la alta mortalidad (20,7%) que se presentó durante los primeros 20 días de vida de los gazapos.
Sin embargo, los resultados del presente trabajo son similares a los reportados por La O (2007) en conejas primíparas al comparar dos variantes de alimentación, una constituida por forraje de teramnus, caña y semillas de girasol y la otra por bejuco de boniato, caña y semillas de girasol; en estas se obtuvo un 86,9 y 86,5% de viabilidad, respectivamente, en las crías durante el período predestete.
En la figura 4 se representa el promedio de crías nacidas vivas y destetadas por parto. Es significativo que, utilizando animales mestizos jóvenes y bajo condiciones de manejo y alimentación para pequeña escala y con alimentos locales, se obtuvieron como promedio 6,4 gazapos nacidos vivos por parto; este resultado es superior al encontrado por Iyeghe-Erakpotobor et al. (2008) en reproductoras del cruce Nueva Zelanda Blanca x California
alimentadas con una dieta a base de concentrado comercial y heno de Stylosanthes hamata en una relación de 20:80, 40:60, 60:40 y 80:20, respectivamente, y en las cuales el tamaño de la camada viva al nacer estuvo entre 4,0 y 4,67 gazapos por reproductora.
El números de crías destetadas por parto fue de 5,4 como promedio durante todo el período de evaluación, un resultado similar al encontrado por La O (2007) en reproductoras alimentadas tanto con forraje de teramnus, caña y semillas de girasol (5,66), como con bejuco de boniato, caña y semillas de girasol (5,44). Además, fue superior al reportado por Odeyinka et al. (2008) en conejas híbridas, del cruce de tres razas (Nueva Zelanda Blanca, California Blanca y Chinchilla), alimentadas con una dieta a base de 50% de concentrado y 50% de forraje de Centrosema pubescens y/o Moringa oleifera (en una proporción 100:0, 75:25, 50:50, 25:75 y 0:100 para los tratamientos M0, M25, M50, M75 y M100, respectivamente); estos autores obtuvieron entre 2,87 y 5 crías vivas destetadas por parto.
La mortalidad en las crías durante las diferentes etapas de la lactancia (fig. 5) indica que esta fue similar tanto para el período de 0-20 como de 21-45 días, con 8,1 y 7,5%, respectivamente, lo cual difiere de lo planteado por Szendro (1989) quien considera la primera fase como la más crítica durante la lactación.
Estos resultados difieren de lo reportado por López y Montejo (2005), quienes encontraron sólo un 5% de mortalidad en la segunda etapa de la lactancia y 20,7% en la primera (26% de mortalidad durante la lactancia); mientras que en el presente experimento hubo un 15,6%, lo cual pudo deberse en gran medida a la disminución en la oferta de morera en un 10%, aproximadamente.
Los datos productivos expuestos con anterioridad evidencian los efectos positivos de la morera como forraje en una proporción de 30% de la dieta, complementada con otros alimentos locales como la glycine y la caña molida con pequeñas cantidades de pienso criollo, lo cual se integra adecuadamente y conduce a incrementar la viabilidad de las crías durante la lactancia.
El peso promedio de las crías al nacimiento, a los 20 días de edad y al destete se presenta en la figura 6. Como es de notar los gazapos nacieron con 53,5 g, un peso adecuado teniendo en consideración que las reproductoras promediaron al parto 3,32 kg. Sin embargo, estos resultados son ligeramente inferiores a los reportados por Cándida et al. (2002) en hembras mestizas en un sistema de reproducción tradicional y alimentadas con concentrado comercial, quienes encontraron un peso al nacer de 57,6 g por gazapo.
A los 20 días de edad los gazapos presentaron un peso de 313,5 g, lo que representa un incremento de 260 g en los primeros 20 días de vida de los animales; mientras que al destete pesaron 694,4 g, un valor inferior al encontrado por López y Montejo (2005) también con hembras mestizas (874 g) que promediaban 3,6 kg de PV.
En la figura 7 se presenta la ganancia media diaria de los gazapos durante todo el período de lactación y en cada una de las etapas analizadas. Durante los primeros 20 días de edad la gmd fue de 13 g/día; mientras que entre los 21 y 45 días se incrementó ligeramente con respecto a la etapa anterior y fue de 15,2 g/día.
Durante la etapa de lactación la gmd fue de 14 g/día, inferior a lo reportado por Reynaldo et al. (2002) quienes obtuvieron 18,3 g/día en gazapos destetados a los 35 días, y también fue inferior a la informada por Cándida et al. (2002) en animales mestizos destetados a los 42 días (23,2 g/día). Ello puede deberse a que en estos trabajos las hembras tenían una dieta de alimento comercial, con una mayor concentración de nutrientes, sobre todo proteína, que estimula el incremento en la producción de leche de las conejas (Kim Dong et al., 2008) y el consumo de alimento en las crías a partir del momento en que dejan de ser lactantes estrictos, con lo cual mejora la ganancia de los gazapos en esta etapa.
CONCLUSIONES
Los resultados evidenciaron que con la utilización de un 30% de forraje de morera en la dieta, glycine, caña molida y pienso criollo, elaborado a partir de recursos locales, se obtuvieron indicadores productivos alentadores en conejas mestizas al lograrse 6,4 gazapos vivos por parto y de estos destetar 5,4 con un peso de 694,4 g a los 45 días de edad, lo cual permitió una ganancia promedio de peso en las crías de 14 g/día durante la etapa de lactación.
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Recibido el 7 de octubre del 2010
Aceptado el 30 de noviembre del 2010