Introducción
La producción de bovinos en México es una de las principales actividades económicas del sector agropecuario. El trópico mexicano contribuye con el 17,14 % de la producción nacional de leche y la producción de carne en canal es del 34,08 % (SIAP, 2016).
Sin embargo, la producción de carne y leche en el trópico enfrenta problemas derivados de factores ambientales como la temperatura y la humedad extremas, que favorecen la presencia de enfermedades virales, bacterianas y parasitarias (Chávez et al., 2015).
Entre los parásitos internos con una mayor prevalencia sobresalen los trematodos (González et al., 2007). De ellos, Fasciola hepatica es de gran importancia económica porque causa pérdidas estimadas del 8 al 28 % en el rendimiento de carne, además de la disminución en la producción láctea y pérdidas por decomiso de los hígados en los mataderos (Torgerson, 2013). En el mismo grupo de los trematodos, la familia Paramphistomidae afecta el tracto gastrointestinal, lo que provoca, en casos agudos, inflamación hemorrágica que puede llegar a engrosar la mucosa y la submucosa del rumen y el retículo (Barriga, 2002). Sin embargo, el principal daño es provocado durante la migración de los estados juveniles después del desenquistamiento en el intestino delgado, y la migración contracorriente para llegar al retículo y al rumen (Pavan Kumar et al., 2016). El presente estudio se realizó para establecer la relación entre los valores hematológicos y la presencia de trematodos en el ganado bovino en un clima cálido húmedo de México.
Materiales y Métodos
El estudio se realizó durante los meses de octubre a diciembre de 2018 (época de nortes). Se visitaron unidades de producción bovina en el municipio de Teapa, en el estado de Tabasco, y en los municipios de Pichucalco y Salto de Agua, del estado de Chiapas. México. La zona de estudio presenta un clima cálido húmedo, con lluvias todo el año, con un rango de precipitación de 2 000 a 2 500 mm y de temperatura de 24 a 26 °C (INEGI, 2010).
Toma de muestras. Se tomaron muestras de sangre y de heces de 194 bovinos adultos, de 10 ranchos de la región: 185 hembras en producción y 9 reproductores machos. Las heces se tomaron directamente del recto de los animales y posteriormente se trasladaron al laboratorio para su análisis mediante la técnica de sedimentación. Para detectar la presencia de huevos de trematodos, se utilizaron 10 g de heces, que se procesaron en tamices colocados en orden decreciente según su diámetro (malla 12, 50, 100 y 400), hasta lograr que la muestra estuviera limpia. El material recuperado en el tamiz con un diámetro de 38 micras (malla 400), se colocó en vasos aforados hasta 100 mL de agua. Posteriormente se extrajo el sedimento del fondo del vaso con una pipeta, y se colocó en una caja de Petri para revisar el contenido. Se aplicaron 3 gotas de yodo-lugol concentrado para discriminar entre huevos de F. hepatica (teñidos) y paramphistomidos (color trasparente) (Armstrong et al., 2011).
Para recolectar las muestras de sangre se hizo una punción en la vena caudal, y se extrajeron 5 mL de sangre en tubos vacutainer con EDTA. Con las muestras de sangre se determinó el porcentaje de hematocrito (Coffin, 1986), y también el contenido de proteína plasmática con un refractómetro (g/dL). Para la determinación de los eosinófilos periféricos se preparó una solución de Carpentier, en la que se diluyó la sangre y se realizó la lectura en una cámara de Neubauer; se expresó en número de eosinófilos por microlitro.
Análisis estadístico. La prevalencia de trematodos (número de animales positivos/número total de animales) se obtuvo mediante estadística descriptiva, utilizando el programa SAS® Institute Inc. (2004). Para la determinación del efecto de la parasitosis interna en los índices hematológicos, se realizó un análisis de varianza con el procedimiento GLM del SAS® (SAS Institute Inc., 2004), donde se incluyó la presencia de parásitos internos y la edad del ganado.
Resultados
La prevalencia general de trematodos, determinada mediante el conteo fecal de huevos, fue de 40,21 % en bovinos adultos de los estados de Tabasco y Chiapas. Por otra parte, los componentes hematológicos mostraron diferencias entre los animales jóvenes y los adultos, pero no se observaron diferencias entre los animales parasitados con trematodos y los diagnosticados como libres de esos parásitos (tabla 1). Entre las categorías se observaron mayores valores en el volumen celular aglomerado (VCA), el número de eritrocitos, la cantidad de hemoglobina (HGB), el número de leucocitos, el porcentaje de linfocitos y de células medianas en los animales jóvenes; mientras que la proteína plasmática (PP), el volumen celular medio (VCM), el porcentaje de granulocitos y el número de eosinófilos fueron mayores en los animales adultos.
n. número de observaciones, PP: proteína plasmática, VCM: volumen celular medio; HGB: cantidad de hemoglobina, fl: fentolitros (μm3).
Letras diferentes en una misma fila indican diferencias significativas (p<0,05).
La presencia de trematodos no afectó la composición hematológica en los bovinos muestreados (tabla 2). Los conteos de eritrocitos, hematocritos y eosinófilos fueron similares en los animales parasitados con trematodos que en los que estaban libres de ellos.
Discusión
En el presente estudio, la prevalencia de trematodos (F. hepatica y Paramphistomidae) en una región de clima cálido húmedo de México alcanzó valores entre 0 a 61 %, con un promedio general de 40 %. De las 10 unidades de producción visitadas, solamente un rancho no mostró presencia de trematodos, lo que indica una alta prevalencia en la zona. Sin embargo, debido al desconocimiento de signos clínicos y a la falta de estudios del impacto en la salud de los animales, no se le ha dado importancia a estos parásitos; por ello se hace necesario investigar el impacto durante la etapa juvenil de los trematodos, especialmente cuando realiza el recorrido hacia el rumen después del desenquistamiento en el intestino delgado (Pavan Kumar et al., 2016).
La alta prevalencia de los trematodos se ha informado en países como Perú, en el que se encontraron 10,0 ± 2,9 % de F. hepatica y 28,4 ± 4,4 % de individuos de la familia Paramphistomidae (Paucar et al., 2010); mientras que Salas-Aivar (2004), en este mismo país, observó que la prevalencia de paramphistomidos en bovinos beneficiados fue de 36,50 %, con valores máximos de 75 %. Las fluctuaciones en la prevalencia se han asociado estrechamente con las condiciones climáticas, y los estudios indican abundancia en la época de mayor precipitación. En México, en el estado de Tabasco (Jalapa, Tacotalpa y Teapa) con un clima cálido húmedo, la prevalencia de Paramphistomum cervi alcanzó del 3,33 al 96,67 % durante el año, con un promedio de 39,10 % (Rangel-Ruiz et al., 1999). En un estudio en esta misma zona se observó que la prevalencia de Fasciola y paramphistomidos se incrementaba en los meses lluviosos (Ojeda-Robertos et al., 2014), similar a lo observado en el presente estudio durante la época lluviosa.
A pesar del alto grado de prevalencia de F. hepatica y paramphistomidos, influenciado por las condiciones ambientales que favorecen la presencia de este tipo de parásitos en la zona de estudio (Pinedo et al., 2010), los valores hematológicos se encontraron entre los normales indicados para los bovinos de las zonas tropicales (González-Garduño et al., 2017). Sin embargo, hay que considerar que existen otros factores que afectan en mayor medida la composición hematológica, tales como los genéticos, la etapa fisiológica, la resistencia y la susceptibilidad a parásitos hematófagos, la alimentación y el manejo en general, entre muchos otros.
Se concluye que, a pesar de la alta prevalencia de trematodos en la región, los valores hematológicos se encontraron entre los normales para los bovinos de las zonas tropicales.
Se requieren más estudios que permitan evaluar el daño de este tipo de parásito en animales jóvenes infectados con las fases juveniles del parásito.