Introducción
La ganadería bovina en el Caribe colombiano tiene diversas limitaciones tecnológicas que afectan su competitividad y sostenibilidad (Lozano, 2017; Tapia-Coronado et al., 2019). Los forrajes son la base de la alimentación de los bovinos (Guyader et al., 2016; Neel, 2018). La producción promedio de leche vendible por vaca (4,5 kg/día) y por hectárea (6,3 kg/día) es limitada, debido a la baja producción de materia seca (< 2 000 kg de MS/ha) y calidad nutricional de los forrajes, con valores de proteína bruta entre 8 y 9 y FDN de 60 a 65 % (Mojica-Rodríguez et al., 2013).
Los grupos raciales que predominan en el sistema doble propósito son el cruce de razas cebuínas con razas europeas, especializadas en producción de leche (Holstein y Pardo Suizo) y, en menor medida, con razas criollas que tienen vocación lechera, como el ganado Costeño con Cuernos. Esta es una raza criolla, que tolera fuertes temperaturas y variaciones de humedad del medio ambiente, típicas de las zonas cenagosas de Córdoba y Magdalena, de las sabanas secas de Sucre y Bolívar y de las llanuras secas de Valledupar, en el Caribe colombiano (González et al., 2016; Martínez, 2019). Este tipo de ganado tiene aptitud para la producción de leche de calidad (Ossa et al., 2011).
En el Caribe seco, las principales gramíneas de pastoreo que utilizan los productores son los pastos colosuana [Bothriochloa pertusa (L.) A. Camus] y guinea [Megathyrsus maximus (Jacq.) B.K.Simon & Jacobs], cultivar Tanzania. En las fincas de productores, la producción de leche vendible de vacas mestizas doble propósito, alimentadas con B. pertusa y M. maximus cv. Tanzania, en inicio de lactancia, es de 4,4 y 4,0 kg/vaca/día, con contenido de sólidos totales de 12,2 y 12,0 %, respectivamente, en época de lluvias (Mojica-Rodríguez et al., 2013).
El cultivar Tanzania se liberó a partir de la selección de germoplasma forrajero en Brasil, por su buena producción de forraje y calidad nutricional (Peters et al., 2002). El pasto colosuana es una especie naturalizada en el Caribe seco, que tiene su origen en el sur y sudeste de Asia. Su producción de forraje y calidad nutricional son bajas (< 750 kg de MS/ha, proteína bruta-9 %, fibra neutro detergente 71-% y degradabilidad de la materia seca-58 %), y se reducen aún más durante la época seca (Mojica-Rodríguez, 2017).
Los productores han utilizado el pasto Tanzania como alternativa para sustituir el colosuana, por su mayor producción de forraje y calidad nutricional superior (Mejía-Kerguelén et al., 2019). Sin embargo, cuando no se maneja adecuadamente, su persistencia en los potreros se reduce y se reemplaza de nuevo por el pasto colosuana, que tiene mayor frecuencia en producción de semilla con respecto al Tanzania. Es esta una respuesta de adaptación a este tipo de condiciones edafoclimáticas, lo que favorece su propagación (Serrano et al., 2014; Yan et al., 2016).
El pasto guinea, cultivar Agrosavia Sabanera, es una gramínea originaria del ecotipo CIAT 6799, seleccionada en evaluaciones agronómicas entre varias accesiones, debido a su excelente producción, calidad nutricional del forraje y frecuente producción de semilla (Atencio-Solano et al., 2018; Tapia-Coronado et al., 2019; Burbano-Erazo et al., 2019). La línea de investigación en evaluación y selección de gramíneas involucra la evaluación de cultivares promisorios para la respuesta animal. Por esto, el objetivo de este estudio fue evaluar el efecto de M. maximus, cultivares Agrosavia Sabanera y Tanzania, en la producción y composición de la leche de vacas mestizas Gyr x Holstein y Costeño con Cuernos en el Caribe seco de Colombia.
Materiales y Métodos
Localización. El estudio se desarrolló en el Centro de Investigación Motilonia (10° 0´7´´ N, 73° 14´ 51´´ W, 106 msnm), de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Agrosavia. Esta instalación está ubicada en el municipio de Agustín Codazzi, en el departamento del Cesar, Colombia.
Condiciones edafoclimáticas. La zona tiene precipitación anual de 1 585 mm, con distribución bimodal de mayo a junio, y de septiembre a noviembre, temperatura promedio anual de 28,7 °C y humedad relativa de 70 %. Corresponde a la formación ecológica catalogada como bosque seco tropical (BST). Los experimentos se realizaron en septiembre, octubre y noviembre de 2015. Los suelos del área experimental eran de estructura franco-arenosa, con pH entre 6,4 y 6,6; materia orgánica de 0,7 a 1,4 %; sin saturación de aluminio y con buen drenaje.
Diseño experimental y tratamientos. Se realizaron dos experimentos. En el experimento 1, se utilizaron cuatro vacas Gyr x Holstein (GH), con 32 ± 1,7 días en lactancia y peso vivo de 475 ± 19,0 kg. En el 2, se usaron cuatro vacas criollas Costeño con Cuernos (CCC), con 29 ± 1,3 días en lactancia y peso vivo promedio de 435 ± 13,0 kg. Las vacas en los dos grupos raciales tenían entre dos y cuatro partos. En cada experimento se aplicó un diseño de sobrecambio simple (Amezquita, 1999), con dos tratamientos y cuatro animales. Se evaluaron como tratamientos el cultivar Agrosavia Sabanera (T1) y el Tanzania de M. maximus (T2-testigo, gramínea comercial). Cada experimento tuvo un período total de 28 días de evaluación, en el que los animales pastaron en cada cultivar (14 días) de forma secuencial. En los dos experimentos, el resultado de la aleatorización de la secuencia fue el cultivar Tanzania primero, y luego el Agrosavia Sabanera.
Procedimiento experimental. Se realizó el establecimiento de 2 ha, distribuidas en una hectárea por cada gramínea. El área de cada cultivar se dividió en dos parcelas de 0,5 ha cada una. En la primera se realizó una adaptación de siete días, y en la segunda se desarrollaron las mediciones en los animales (siete días).
Los cultivares se establecieron un año antes de realizar los experimentos. En el Agrosavia Sabanera (T1) se utilizó material vegetativo (macollas) y en el cultivar Tanzania (T2), semilla (8 kg/ha). Previo a los experimentos, se realizó un corte de uniformidad de los cultivares, a 30 cm de altura desde el nivel del suelo. Se aplicó fertilización química (25 kg/ha de nitrógeno y 7,8 kg/ha de K2O) y se asignó un período de descanso de 24 días para realizar el experimento 1. Luego, las pasturas tuvieron una etapa de recuperación de 28 días, y se procedió al desarrollo del experimento 2. En ambos, la carga animal fue de 2 vacas/ha.
El ordeño se realizó con el estímulo del ternero. Se ordeñaron tres cuartos mamarios, y se destinó el restante para el consumo de leche por parte de la cría. Los terneros se pesaron con báscula electrónica, antes del ordeño y 30 minutos después, para estimar el consumo de leche. Posteriormente, se separaron de las vacas (amamantamiento restringido).
Variables medidas. En las gramíneas se midió la composición florística y el forraje en oferta de hojas y tallos en cada período experimental (Toledo y Schultze-Kraft, 1982). Para el análisis de la proteína bruta, se tomaron muestras de forraje simulando el pastoreo (pluck) de los animales (AOAC, 2019). Se determinó, además, FDN y FDA (Van Soest et al., 1991), grasa total por extracción con éter y degradabilidad in situ de la materia seca (Ørskov et al., 1980).
En los animales, durante el período de medición, se registró diariamente la producción de leche por vaca en ordeño, la de leche total por vaca (con inclusión de la consumida por el ternero) y se corrigió por grasa al 4 %. Se midió el contenido de sólidos totales, proteína y grasa con un equipo autoanalizador de leche (Lactoscan, Model MA250, AGRILAC®).
Análisis estadístico. En cada experimento, los datos se analizaron mediante un análisis de varianza (SAS versión 9,3), que incluyó como fuente de variación el efecto del animal y del cultivar, después de confirmar su distribución normal y homocedasticidad por medio de las pruebas Shapiro-Wilk y Levene, respectivamente. Se analizó el siguiente modelo:
Donde:
Yijk - variable de interés
μ - promedio general
αi - efecto del animal (i = 1 a 4)
ρj - efecto del cultivar (j = 1, 2)
εijk - error experimental
Resultados y Discusión
Disponibilidad y composición florística del pastizal. En el experimento 1, el cultivar Agrosavia Sabanera tuvo mayor producción de forraje seco total y de hojas y tallos (p < 0,05) con respecto al Tanzania, que presentó mayor (p < 0,05) relación hoja:tallo, en comparación con el Agrosavia Sabanera. En el experimento 2, no hubo diferencias en estas variables entre ambos cultivares (tabla 1).
En este estudio, la producción de forraje total en los dos cultivares fue mayor a la informada en el Tanzania en fincas del norte del Cesar (1,1 t de MS/ha), sin fertilización (Mojica-Rodríguez et al., 2013). Sin embargo, solo la producción de forraje total registrada en el experimento 1 fue mayor a la referida en el estudio de Rodríguez-Fernández y Roncallo-Fandiño (2013) en el Tanzania, con 45 días de descanso (5,9 t/ha) en el municipio de Agustín Codazzi, en época de máxima precipitación. Esto se explica, en parte, por la fertilización realizada a los cultivares, a pesar de que tuvieron menor edad de rebrote.
Sobre la base de la producción de hojas por hectárea en los cultivares (tabla 1), en el experimento 1 se realizó una oferta diaria de 50,0 y 38,5 kg de MS/vaca; mientras, en el experimento 2, se ofertó 30,0 y 24,3 kg de MS/vaca/día, con el cultivar Agrosavia Sabanera y Tanzania, respectivamente. Esas ofertas representaron entre 1,5 y 3,1 veces más la cantidad necesaria para lograr un consumo máximo de 15,9 kg de MS/vaca/día en vacas mestizas con pastos tropicales, sin suplementación (Aroeira et al., 1999). Esto indica que posiblemente no se limitó el consumo de forraje de los cultivares en cada experimento.
A pesar de que hubo mayor presencia de ciperáceas en el Agrosavia Sabanera en los dos experimentos, los dos cultivares fueron las especies predominantes en cada uno de los tratamientos. Por tanto, la respuesta de los animales es consecuencia del consumo de los cultivares.
Calidad nutricional de los cultivares. En el experimento 1, el cultivar Agrosavia Sabanera presentó menor contenido de FDA (p < 0,05), mayor degradabilidad in situ de la materia seca (p < 0,05), y aportó mayor contenido de extracto etéreo (EE) con respecto al Tanzania. Mientras, en el experimento 2, no hubo diferencias en la calidad de los cultivares. No obstante, el Agrosavia Sabanera contribuyó con 2,1 unidades porcentuales más al contenido de proteína bruta en comparación con el Tanzania (tabla 2).
FDN: fibra detergente neutra, FDA: fibra detergente ácida, EE: extracto etéreo, DISMS: degradabilidad in situ de la materia seca, ESM: error estándar de la media.
En este estudio, los componentes analizados en el valor nutricional de los cultivares, con excepción de la proteína bruta, fueron similares a los informados por Mojica-Rodríguez et al. (2019a) en el Tanzania, a 28 días de rebrote, en el municipio de Agustín Codazzi. El contenido de proteína bruta (11,7 a 13,9 %) en los dos cultivares evaluados en este trabajo fue aceptable, y demuestra la importancia de realizar un manejo adecuado en lo que respecta a su utilización en una edad de rebrote y fertilización adecuadas para la alimentación de bovinos. Los valores aquí informados son similares a los referidos por Patiño-Pardo et al. (2018) y Cornejo-Cedeño et al. (2019), quienes indicaron en el cultivar Tanzania (25 días de rebrote) un contenido aproximado de proteína bruta entre 12,0 y 13,0 %, respectivamente. También resultan semejantes al 15,4 % que informan Atencio-Solano et al. (2018) en el Agrosavia Sabanera (21 días de rebrote).
Producción de leche. En el experimento 1, hubo un incremento (p = 0,07) en la producción de leche en las vacas alimentadas con el cultivar Agrosavia Sabanera, lo que representó mejora en 8,9 % en esta variable. Mientras, en el experimento 2, la producción de leche por vaca en ordeño fue similar en las vacas que consumieron los dos cultivares (tabla 3). Para las GH como para las CCC, alimentadas con Agrosavia Sabanera y Tanzania (tabla 3), no hubo diferencia estadística en la producción de leche total por vaca corregida por grasa.
¥Incluye la leche consumida por el ternero. LCG: leche corregida por grasa 4 %, ESM: error estándar de la media.
Sobre la base de los resultados de este estudio, la producción de leche por vaca en ordeño se incrementó en 65,9 y 4,5 % con el cultivar Agrosavia Sabanera, mientras que con el Tanzania aumentó en 52,3 %. Sin embargo, no se demostró incremento en vacas GH y CCC, respectivamente. Los valores son superiores a lo obtenido con pasto colosuana (4,4 kg/vaca/día) en animales Cebú x Holstein, en la microrregión Valle del Cesar, en el Caribe seco (Mojica-Rodríguez et al., 2013).
Composición de la leche. En el experimento 1, el contenido de sólidos totales y la grasa fue mayor (p < 0,05), en las vacas Gyr x Holstein alimentadas con el Agrosavia Sabanera en comparación con el Tanzania. En el experimento 2, no hubo efecto del cultivar en la concentración y producción diaria de los componentes de la leche que fueron evaluados (tabla 4).
En este estudio, la concentración de sólidos totales aumentó en 3,2 % (12,6 vs 12,2 %) y 13,1 % (13,8 vs 12,2 %) con el Agrosavia Sabanera en vacas GH y CCC, respectivamente. Con el Tanzania no hubo modificación (12,2 vs 12,2 %), pero sí se incrementó en 12,3 % (13,7 vs 12,2%) en las GH y CCC respectivamente, si se compara el efecto de cada uno de estos cultivares con el del pasto colosuana en la concentración de este componente en la leche de vacas mestizas en el Caribe seco (Mojica-Rodríguez et al., 2013). El contenido de sólidos totales en las vacas CCC demuestra la capacidad de este grupo racial para producir leche de buena calidad, lo que ha sido abordado en otros estudios (Ossa et al., 2011) y en lo que coinciden diferentes tipos de público acerca de las razas criollas (Vilaboa-Arroniz et al., 2013), y además se evidencia en otras razas criollas, como el ganado criollo blanco orejinegro (Onofre et al., 2018).
La mayor oferta de hojas con menor contenido de FDA y mayor degradabilidad de la materia seca del cultivar Agrosavia Sabanera con respecto al pasto Tanzania, conllevó posiblemente a una mayor absorción de nutrientes. Esto explica los efectos positivos de dichos cultivares en la producción de leche y en el contenido de sólidos totales hallados en las vacas GH. Se ha identificado que el consumo de materia seca es un factor que influye positivamente en la producción y composición de la leche en bovinos, lo que se asocia a mayor utilización de energía digestible (Flórez-Gómez et al., 2017; González, 2018).
En el contenido de grasa de la leche bovina influye positivamente el contenido de fibra y grasa del forraje (Mojica-Rodríguez et al., 2019b). Los cultivares en los dos experimentos presentaron similares contenidos de FDN, pero el Agrosavia Sabanera aportó mayor cantidad de grasa en el experimento 1, lo que explica el mayor contenido de grasa en la leche de las vacas GH.
Conclusiones
Las vacas GH y CCC presentaron similar producción de leche individual con los cultivares Tanzania y Agrosavia Sabanera. Sin embargo, la utilización de este último aumentó el contenido de sólidos totales en la leche de vacas Gyr x Holstein. Esta información corrobora que el cultivar Agrosavia Sabanera es una nueva alternativa como gramínea de pastoreo en sistemas de producción de doble propósito en el Caribe seco colombiano.