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Revista Cubana de Medicina General Integral

versión impresa ISSN 0864-2125versión On-line ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr v.13 n.3 Ciudad de La Habana Mayo-jun. 1997

 

 

Actualidad

Las ciencias médicas a las puertas del siglo XXI

René F. Espinosa Álvarez, Jesús Novoa Blanco y José de la Luz Montero García

A pesar de que la matemática y la física han tenido un salto cualitativo (de Newton a Einstein), las ciencias médicas todavía no han dado este salto y siguen siendo esencialmente newtonianas. Con independencia de que la medicina tradicional y natural esconde tras de sí una base einsteniana, no ha logrado hasta nuestros días demostrarla científicamente, pues se mantiene en espera de la construcción de equipos sofisticados que permitan apreciar todos los cambios que se operan a velocidades cercanas a la luz y a los que nuestros sentidos conscientes no tienen acceso.

La medicina occidental trata al ser humano integralmente, pero no repara en el hecho de que en su entorno (la naturaleza) ocurre un sinnúmero de sucesos que no podemos detectar con nuestros sentidos y que guardan una relación estrecha con el ser humano. Los habitantes de la Tierra giramos alrededor del Sol a una velocidad de rotación y traslación de 400 km/hora que no percibimos por estar sincronizados a ella.

"El padre de la medicina, Hipócrates, creía que el tratamiento estaba destinado principalmente a auxiliarse de la naturaleza" y vivió en el siglo V a.n.e. A la luz del pensamiento de aquel entonces, lo consideramos muy razonable en la época actual de la modernización.1 El cuerpo humano es masa y a la vez atesora diversas formas de energía, una de las cuales se manifiesta por el cuerpo etéreo que rodea a cada persona.2,3 Dicha energía se intercambia con la naturaleza en virtud de las leyes universales de la termodinámica, las que, hasta ahora, no se ha encontrado sistema alguno que la incumpla.

La práctica de ejercicios físicos es, además de una acción saludable, una manifestación de intercambio de energía con la naturaleza. Hay ciertos lugares del cuerpo que tienen centros especializados de energía, como es el caso de las chakras.4 Las manos emiten un campo magnético y así lo indica la "técnica alternativa de imposición de manos", demostrable por unos ultrasensibles dispositivos superconductores de interferencia cuántica.4

La medicina oriental cuenta entre sus grandes virtudes con la de tener un enfoque naturalista de apreciable valor, por lo que debemos fundir ésta en nuestro pensamiento médico para llevar adelante nuestras ciencias médicas, que hasta hoy no son exactas, y que se han rezagado con respecto a otras ciencias en este siglo de impetuoso avance.

Todas las enfermedades tienen su causa y a la vez su cura. Sin embargo, en estos momentos no se vislumbran estrategias curativas para una gran parte de ellas. Quizás esto se logre en los siglos venideros, en los cuales no estaremos ya presentes, pues, como se sabe, el desarrollo es progresivo y no se detiene.

El arsenal terapéutico de que disponen los médicos en la actualidad está basado en su mayor parte en productos químicos (medicamentos, vacunas, etcétera). Todo procedimiento químico-terapéutico es beneficioso y al mismo tiempo perjudicial, y no se sabe la trascendencia que pueda tener a largo plazo. No obstante, el tratamiento de las enfermedades con aplicaciones de la física es escasa, a pesar de ser esta última una ciencia exacta, mientras que la química no lo es.

El hecho de ver al cuerpo como simple maquinaria psicosomática, es una idea sostenida durante milenios y, como consecuencia de ello, la intervención médica por vía no quirúrgica, no química, etcétera, es un tabú, y resulta todavía una idea extraña a la medicina occidental.

La vida moderna se concibe como un proceso cibernético, de constante intercambio de información: a través de sustancias, radiaciones, ondas acústicas, etcétera. Quizás el ejemplo más connotado sea el hombre por su creatividad. Sin embargo, la medicina no se plantea la tarea de ordenar informáticamente los procesos morbosos del ser humano, entendido esto como que la única variante posible, su cura, es el organismo con sus propias fuerzas.5

Visto todo lo anteriormente expuesto, con una visión futurista, las ciencias médicas a las puertas del siglo XXI deben considerar todas las variantes terapéuticas existentes, tanto del mundo occidental como oriental, que tengan resultados favorables e ir en busca de una nueva medicina que sea inocua y económica para que todos los habitantes del planeta tengan acceso a ella y, por ende, ayude a aumentar la longevidad de todos.

Referencias bibliográficas

  1. Lugones Botell M. Hipócrates. Rev Cubana Med Gen Integr 1990;6(3):461-3.
  2. Kirlian S, Kirlian V. Photography and visual observations by means of high frequency currents. J Sci Appl Photogr 1961;6(1):145-8.
  3. Kirlian S. Photography fighting for toehold in US medicine. Medical New 1978;6(1):24.
  4. Gerber R. La curación energética. Barce-lona: Ediciones Robinbook, 1993:25-44,49.
  5. Grünhagen F. Hacia las fronteras del cono-cimiento: novedades de la comunidad alema-na de investigaciones científicas. Bonn: Verlag Diutscher Forschungsdienst, 1982:38-41.

Recibido: 25 de junio de 1996. Aprobado: 22 de octubre de 1996.
Dr. René F. Espinosa Álvarez. Avenida 103-B No. 2817, Reparto Magdalena, Cotorro, Ciudad de La Habana 14000, Cuba.

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