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Revista Cubana de Medicina General Integral
versión On-line ISSN 1561-3038
Rev Cubana Med Gen Integr v.18 n.4 Ciudad de La Habana jul.-ago. 2002
Perspectivas evolutivas de familias en formación
Clara Pérez Cárdenas1 y Adiaris Valle Arencibia2
Resumen
Las etapas de evolución familiar son un tema poco tratado en la literatura médica, de ahí que nos entusiasmara la idea de profundizar específicamente en aquella que se inicia con la unión de la pareja, porque es éste un período en la vida personal y familiar de muchas expectativas para los implicados. Nos propusimos explorar, con un estudio descriptivo y prospectivo, el conflicto fundamental que perciben las parejas durante esta etapa, y los intentos de solución a los mismos, así como los sentimientos que se refieren al afrontar el acontecimiento que define esta primera etapa de evolución como familia, para posteriormente evaluar la existencia o no de expectativa de límite en la estabilidad como familia que tienen cada uno de los miembros de las pareja, y algunos aspectos que de la vida en común esperan. Encontramos que generalmente han logrado privacidad, acople de necesidades sexuales y empatía, a pesar de tener relativamente poco tiempo de establecida la unión. La afectación económica es el conflicto más referido, y en general evalúan positivamente la convivencia. Es de destacar que son los hombres los que mayores estrategias de solución dicen aportar a otros problemas devenidos del no tener en cuenta tareas propias de este período de vida familiar.
DeCS: RELACIONES FAMILIARES; MATRIMONIO; EPIDEMIOLOGIA DESCRIPTIVA.
La familia, concebida por investigadores del tema como el ambiente donde todos los individuos aprenden a interactuar con su medio y deben recibir afecto, comprensión y apoyo, se convierte en eslabón básico del desarrollo emocional de un individuo. Comenzamos a hablar de la existencia de esta desde el momento de unión de 2 personas que deciden vivir juntos, y desaparece como tal, cuando ambos fallecen.
Su desarrollo transcurre a través de diferentes etapa, las cuales se definen a partir del acontecimiento que viven como grupo, así por ejemplo, se reconoce la etapa de formación, que se extiende desde el matrimonio, hasta previo el nacimiento del primer descendiente. La extensión familiar, por su parte, se define desde ese nacimiento, hasta que uno de los hijos que haya tenido esa familia se independice de la tutela de los padres, evento que nos dice que la familia como grupo se contrae, pues ya han cesado un número de tareas y responsabilidades que antes tenían como padres de menores. Cuando uno de los padres fallece, habiéndose vivido estos momentos mencionados, el grupo comienza su período de disolución, el cual culminará con la desaparición de las 2 figuras que le dieron origen.1
En cada etapa se dan cambios importantes, los miembros de la familia deben irse adaptando a nuevos roles, pero no debe ser un acomodamiento de la familia a cada nueva situación, sino, una búsqueda activa para lograrla con éxito.2 Sería ideal en función de una evolución lo más sana posible, que el paso de una etapa a otra no transcurra si existen conflictos no resueltos de las anteriores o dificultades importantes de comunicación.3
La etapa de formación, que es a la que nos referiremos en nuestro trabajo, depende mucho, para ser vivenciada con éxito, de la comunicación que sean capaces de lograr y mantener los cónyuges. Entre las tareas básicas del período se encuentra el logro de empatía, el acople de intereses y necesidades de ambos miembros de la pareja, y el establecimiento de límites con las familias de origen, siendo los conflictos más frecuentes los relacionados con la frustración de cualquiera de los miembros de la pareja o de ambos, de las expectativas que del matrimonio tuvieran, así como la dependencia excesiva de sus familias de procedencia, lo que genera gran malestar en los esposos, pues se invaden los espacios de la nueva pareja y de cada uno como individuo.4
En no pocas ocasiones, la sensación de malestar es provocada por la no aceptación de roles culturalmente asignados al hombre y a la mujer al asumir la condición de esposos, antes asimilados sin contradicción y ahora negados o en constante contradicción con ellos.
El sentirse en pareja y conocerse como tal, es un hecho que debe irse logrando en la etapa de formación de la familia, y relaciones creadas sobre esta base serían la premisa para la llegada del primer hijo, que siempre implicará cambios importantes y una adaptación necesaria al rol de padres.5
La manera en que transcurra el momento de evolución familiar que valoramos, tendrá su impacto en ella en términos de estilos de afrontamientos que exhibirá ante las crisis normativas o no y características de la dinámica relacional entre sus miembros, de ahí que consideremos importante que los equipos primarios de atención, estén preparados para una intervención oportuna en estos grupos de su comunidad de manera preventiva. Enriquecer esta labor en nuestra área fue uno de los objetivos que nos trazamos al hacer nuestro estudio.
Desarrollo
Este fue un estudio descriptivo en el que se entrevistaron a 80 parejas que tenían más de 6 meses de establecidas y conviviendo. Para que pudieran tener una vivencia "de dos", exploramos el comportamiento de algunas variables previas a la unión reconocida socialmente de la pareja y posterior a ésta, además de puntualizar hasta qué etapa de la evolución como grupo arribaban los implicados en sus expectativas de la familia que recién crearon, así como qué imagen tienen de ellos como futuros padres y de ellos como individuos adultos en etapa de disolución familiar.
Buscando elementos que estando presentes en el período previo del establecimiento de pareja, hubieran sido valorados por ellos para decidir la unión, abordamos la existencia o no de relaciones sexuales. La mayoría de los entrevistados (88,75 % de las féminas y 83,75 % de los hombres) refieren haber tenido experiencia sexual prematrimonial y haber tenido en cuenta el acople de necesidades sexuales de cada uno dentro de la pareja como elemento favorable al establecimiento de la unión. Estas referencias no eran realmente esperadas por nosotros porque no son las que frecuentemente escuchamos a diario en nuestra práctica asistencial, y lo explicábamos un tanto por el rol de mujer y de hombre que se ha trasmitido culturalmente; parece ser por nuestros resultados que hay una revolución de valores, y la mujer va exigiendo su condición de ser capaz de amar y ser amada.
Con relación a las experiencias familiares dentro de las familias de origen de cada uno de ellos, en ningún caso, fueron elemento que determinó en la toma de decisión del establecimiento de la pareja y el inicio de una nueva familia, sin embargo, generalmente (73,75 % de ellas y 60 % de ellos) expresan su necesidad de reproducir en la que han creado, aquellas vivencias agradables de su entorno familiar anterior, y se resisten a tomar en cuenta lo negativo del mismo. Debemos destacar lo importante que es por tanto, para todos, el aprendizaje vivencial que han tenido en sus núcleos familiares de procedencia.
Las ideas religiosas, en contradicción con lo que popularmente se cree, sólo las exploró una entrevistada, pero a pesar de no ser compatibles con la actitud que ella asumía ante este aspecto, aceptó la unión de pareja, y cumple con los requisitos prestablecidos para formar parte de este estudio en cuanto a tiempo de unión.
Abordando la etapa de vida familiar que viven, haber logrado privacidad, es el primer elemento al que hacen referencia la mayoría de los individuos (90 % de las mujer y 95 de los hombres), a pesar de que generalmente viven con la familia de origen de ellas, destacándose no sólo el espacio geográfico sino también a la toma de decisiones y economía, sin interferencia del resto de los convivientes. Sin embargo, la unión no ha logrado ser aún, en el momento del estudio, todo lo empática que debía ser a nuestro juicio para un tránsito a etapas posteriores de la evolución familiar verdaderamente exitosa.
Afortunadamente, la vida social de cada uno de los miembros de la pareja no se limita a consecuencia de la unión establecida, así lo refieren el 45 % de las mujeres y el 72,5 % de los hombres, resultados que apuntan a cambios que van dándose en los roles a los que hicimos referencias antes, que permiten una mayor incorporación de la mujer a la vida extrafamiliar con su consecuente adaptación de los hombres a la nueva situación. Es de señalar que el número de ellos que vivencia limitación social refiere tener esposas celosas y posesivas, que no les permiten vivir como antes; no tienen en cuenta el necesario convenio que debe existir entre las parte para muchos aspectos de la vida juntos, sin afectar las individualidades.
Al referirnos a etapas futuras del transito familiar, es curioso ver cómo la mayoría de las personas entrevistadas logra imaginarse como padres. Las mujeres mayormente se conciben como madres de un lactante o de un escolar (en ese orden), mientras que los hombres, se refieren generalmente a la relación con un hijo ya adolescente. Este resultado pudiera explicarse por la cultura familiar de nuestro medio en que las madres son más dadas a desarrollar un rol afectivo, y las 2 etapas que señalan (lactante y escolar) son ejemplos de momentos dentro del desarrollo de un individuo, en los cuales las muestras de afecto al menor, son más frecuentes en la relación familiar.
Muy pocos llegan a pensar sobre la situación familiar que tendrían con hijos ya independientes (adultos jóvenes), y son más las mujeres que preven la etapa de disolución familiar (72,5 % de ellas, contra 37,5 % de hombres), en contraste con ser ellos los que dan la impresión de tener más capacidad para vivir sin su pareja de años.
Resultó curioso encontrar que la mayoría de estas personas hacen referencias a posibles acontecimientos que pudieran dar al traste con la vida familiar. Generalmente hombres y mujeres hicieron referencia al divorcio. La diferencia entre los sexos está en que las mujeres depositan mayormente la causa de este, en caso de darse, en la aparición de una tercera persona, que destruiría lo que ellos como pareja habían logrado, sin embargo, los hombres depositan la causa de esta ruptura en el impacto de las influencias de los familiares conviventes entre ellos 2 (generalmente constatamos en este caso que viven con las familias de ellas).
Conclusiones
En nuestro estudio constatamos que, previo a la formación de una familia, los entrevistados tienen en cuenta el logro de acople en las necesidades sexuales, no así las ideas o prácticas religiosas del otro. En la etapa analizada han logrado privacidad en términos generales y empatía, y no se han limitado en sus vidas sociales por razones del matrimonio.
Durante la entrevista son capaces de trasladarse imaginariamente hasta la etapa de extensión familiar. El divorcio es un acontecimiento tenido en cuenta por ambos, como posible causa del límite del tránsito por el ciclo vital. Ellas logran describirse en el rol de madres de lactantes y escolares, mientras que los esposos se refieren al momento en que los hijos serán adolescentes.
La etapa de disolución familiar es prevista y descrita por las mujeres, quienes se volcarían hacia el marco intrafamiliar en la familia creada por sus descendientes (cuidados de nietos), mientras que los hombres se propondrían la reestructuración de familias nuevas.
Recomendaciones
Consideramos que a partir de los resultados de este estudio, debemos crear las condiciones para poner en práctica, lo más pronto posible, un programa de intervención educativa para evitar tránsitos insatisfactorios en la vida familiar.
Summary
The stages of family evolution are little approached in medical literature; therefore, we decided to go deep into that stage starting with the union of the couple, since it is a period of many expectations in the personal and family life. We proposed ourselves to explore by means of a descriptive and prospective study the fundamental conflict of the couples during this stage, the attempts made to solve it, and the feelings referred to on facing the event that defines this first stage of evolution as family, and to further evaluate the existence or not of an expectation of limit in the family stability that each member of the couple has. It was found that they generally attain privacy, matching of sexual needs and empathy, despite the short time of union. The economic affectation is the most common conflict and they consider living together as positive. It should be stressed that men find most of the strategies to give solution to other problems resulting from not having into account tasks that are characteristic of this period of family life.
Subject headings: FAMILY RELATIONS; MARRIAGE; EPIDEMIOLOGY, DESCRIPTIVE.
Referencias bibliográficas
- Colectivo de autores: Programa de Especialización en Medicina General Integral.
- Adamson. Para la vida: un reto a la comunicación. La Habana: Edit Pueblo y Educación;1992.
- Ruiz Rodríguez G. La familia. Concepto. Estructura. Ciclo de vida familiar Rev Cubana Med Gen Integr 1990;6(1):43-8.
- Arés Muzio P. Hogar, dulce hogar. Costa Rica: Edit CEDEISS;1997.
- Gutiérrez Baró E. Mensaje a los padres. La Habana: Edit Científico-Técnica;1980:85-7.
Recibido: 14 de febrero de 2002. Aprobado: 27 de febrero de 2002.
Lic. Clara Pérez Cárdenas. Antonio Cobo # 214 entre Darder y La Guardia, reparto D´Beche, municipio Guanabacoa, Ciudad de La Habana, Cuba.
1 Especialista en Psicología de la Salud. Profesora Asistente. Máster en Psicología Clínica.
2 Especialista en Medicina General Integral.