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Revista Cubana de Medicina General Integral

versión On-line ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr v.19 n.3 Ciudad de La Habana Mayo-jun. 2003

 

Trabajos de Revisión

Lecciones aprendidas en desastres y la gestión del conocimiento en salud y desastres

Vivian María Céspedes Mora1

Resumen

Se revisan los últimos trabajos publicados sobre la conciencia que se tiene acerca de la producción y diseminación de las lecciones aprendidas en desastres para la gestión del conocimiento en materia de medicina y desastres. Se destaca la influencia de las lecciones aprendidas como elemento importante en la toma de decisiones ante el manejo de los desastres. Se expone la inquietud que para el Centro Latinoamericano de Medicina de Desastres constituye la necesidad de rescatar e incentivar la producción de las lecciones aprendidas por el personal de la salud en su enfrentamiento a catástrofes y en el desempeño de sus funciones en Cuba y en Latinoamérica.

DeCS: DESASTRES/prevención & control; DESASTRES NATURALES; EDUCACION EN SALUD; EDUCACION EN DESASTRES; APRENDIZAJE; MEDICINA DE DESASTRES.

El planeta está sujeto a la ocurrencia de eventos que repercuten negativamente en la vida de las personas y del ambiente, que pueden ser de origen natural o antropológico, y alcanzan la categoría de desastres cuando la capacidad de respuesta de la comunidad afectada no soluciona, o no puede controlar, el suceso en sí.

En el siglo xx y el que transcurre hemos sido partícipes de un desarrollo de tecnologías asociadas a la comunicación que han facilitado la transmisión de todo tipo de información. Esta interconexión que se puede lograr hoy día desde los puntos más remotos del planeta tiene una gran significación para el desarrollo social, por cuanto repercute de forma positiva en el desarrollo de las ciencias, pues reduce los procesos y facilita el intercambio de experiencias.

El conocimiento cada vez más inmediato de los fenómenos naturales que azotan al planeta y la precisión cada vez mayor de los instrumentos aplicados en las investigaciones, influyen positivamente en la capacidad de predecir los acontecimientos. Aunque sin lugar a dudas, la ocurrencia de los desastres naturales es inevitable, su impacto se puede reducir considerablemente con el empleo de sistemas de prevención y mitigación que posibiliten crear una cultura en las poblaciones vulnerables, a fin de lograr reducir el nivel de riesgo que depende del hombre.

El manejo de los desastres se sustenta en buena parte del manejo de la información. En nuestro país contamos con el Centro Latinoamericano de Medicina de Desastres (CLAMED) para la preparación y promoción de profesionales de la salud en materia de desastres, con énfasis en la prevención y mitigación de los efectos inmediatos de los desastres naturales y antropológicos (tecnológicos, biológicos y otros producidos por el hombre) sobre la población. Cuenta con un centro de documentación donde se recopila, procesa y difunde información acerca de las experiencias similares y de distintos factores que pueden contribuir a la reducción de la propensión de los desastres.

Latinoamérica ha sido históricamente muy afectada y seguirá sufriendo los embates de diversos eventos naturales. El enfrentamiento a estas catástrofes va dejando a su paso un cúmulo de experiencias y lecciones que de no ser escritas, arrojarían saldos negativos en la prevención y mitigación de estos desastres. La OPS ha publicado algunas lecciones aprendidas de desastres por el sector salud, y el objetivo general de este trabajo es demostrar la necesidad de estimular la producción y aplicación de esas lecciones aprendidas en la gestión del conocimiento como fuente generadora de acciones y creatividad del pensamiento humano en aras de mejorar su calidad de vida, de escribirlas y difundirlas para contribuir en la gestión de conocimiento y en la toma de decisiones en el tema de medicina de desastres.

El CLAMED ha incursionado por primera vez en el desarrollo de un Taller de Lecciones, aprendidas luego del paso de los huracanes Isidore y Lili, que fue organizado conjuntamente por el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil y la ONG’s Save the Children. Se celebró en diciembre de 2002, con la participación de una representación multisectorial de las provincias de Pinar del Río e Isla de la Juventud (por ser las más afectadas al paso de los huracanes) y de las organizaciones políticas y de masas del país. También formaron parte de este evento la representación de la OPS, Naciones Unidas (ONG’s), UNICEF y UNESCO. Esta actividad tuvo un gran impacto entre los participantes y de ella emanaron proyectos, evaluaciones, metodologías de trabajo y un producto informativo que será publicado en CD-ROM.

Consciente de la importancia de esta actividad para la gestión del conocimiento en desastres que debe desempeñar nuestra institución me propongo esta investigación.

Desarrollo

Una de las causas que incide en los altos niveles de pobreza que sufre Latinoamérica se debe a los desastres. Aunque sabemos que estos dejan grandes secuelas en la vida de los hombres y en el ambiente, no existe entre nuestros profesionales ni en la comunidad, conciencia clara acerca de la contribución que representa para la gestión en el manejo de desastres el rescate, la diseminación, la transferencia y el intercambio de todo un legado de experiencias que de estas catástrofes se pueden obtener, y muestra de ello es el tan escaso material bibliográfico que en el transcurso de mi trabajo de investigación he podido consultar acerca de este tema.

En el artículo publicado en la revista ERID acerca de Cuba y la respuesta a los huracanes Isidore y Lili1 se expresa que las lecciones aprendidas en esta temporada ciclónica serán incorporadas en los procesos metodológicos y de planificación para futuras respuestas, lo cual contribuirá al perfeccionamiento del sistema de Medidas de Defensa Civil, y por ende, a garantizar y proteger de cualquier adversidad el disfrute pleno por nuestro pueblo de sus conquistas sociales y económicas.

Se plantea por The National Memorial Institute for the Prevention of Terrorism Selects2 (MIPT), un proyecto que tiene como objetivo implementar en Internet la primera red que divulgará las mejores prácticas y las lecciones aprendidas para responder a los incidentes terroristas. Su director, Dennis J. Reimer señala que los conocimientos en materia de prevención y mitigación de los efectos del terrorismo que tienen por triste experiencia, y los estudios de casos, deben ser difundidos y compartidos a todos los países. En el trabajo se describe la gestión del grupo International to Develop a Best Practice (DFI), que son los encargados en gestionar el conocimiento, investigando y desarrollando campos, así como mantener la red a través del web para compilar y diseminar las lecciones aprendidas que hayan sido identificadas después de validadas. En este artículo se evidencia su aplicación en función de mantener una red, que está condicionada en su desarrollo, perspectivas y transformación, por la propia existencia de las lecciones.

De las estrategias de la Federación Internacional para el Desarrollo Ambiental3 se señalan entre las mismas lecciones aprendidas, la necesidad de servicios brindados a través de programas y proyectos de desarrollo rural, y que estos deben ser diseñados e implementados de tal forma que respondan de manera efectiva a las necesidades de la población, basado en el principio de los servicios que se implementan, atendiendo a la demanda, monitoreo participativo y evaluación. En este artículo se trata sobre la necesidad de involucrar a los campesinos pobres en el diseño y planificación del desarrollo rural y en los programas para aliviar la pobreza, aun cuando estos no estén debidamente organizados, pues nadie mejor que ellos para reconocer sus necesidades, lo que nos indica que en la gestión del conocimiento hay que indagar en las lecciones aprendidas por los aquejados para poder encaminar más acertadamente los programas hacia la solución de problemas reales concretos.

Un artículo publicado en el diario nicaragüense La Prensa,4 de mayo de 2002 señala que al finalizar el seminario centroamericano ²Agricultura y Seguridad Alimentaria en Centroamérica², se llegaron a importantes conclusiones, entre las que destaca la mejor estrategia para enfrentarse a los fenómenos naturales con enfoques anticipatorios, proactivos y aprovechando las lecciones aprendidas. Se expresa la necesidad de planificar las posibles respuestas a los efectos del fenómeno El Niño, y plantea que el Foro Regional del Clima se mantendrá analizando la información científica disponible, y en relación con ella mantendrá actualizados los informes de la situación. Es importante destacar que ante esta situación se mantienen activos los sistemas de información relevantes para el manejo de los riesgos, los sistemas e indicadores de alerta temprana, y el monitoreo y evaluación permanentes como elementos importantes en la gestión del conocimiento, que permitan a los estados centroamericanos implementar estrategias orientadas a enfrentar estos eventos. Como se puede observar, se da fe en este documento de que las lecciones son una buena base para la estrategia, y que con un buen sistema de información que inserte la gestión del conocimiento, se puede establecer una sistematización de la situación.

En la búsqueda de algunos antecedentes que den indicio de que esta visión de las lecciones aprendidas como caudal para gestionar el conocimiento ha sido tratada, se identifica que en el Boletín Trimestral RUTA5 de abril de 2001, cuyo propósito es contribuir a la reducción de la pobreza en la región Centroamericana, dando respuesta a las necesidades de asistencia técnica y financiera de los gobiernos y la sociedad civil, abre una nueva área de gestión del conocimiento. Ellos parten de las lecciones aprendidas como la fuente que sustenta esta sección, y que el carácter innovador y cambiante que va a tener la misma está dado precisamente porque las actividades, metodología, gestión de los fondos de la Unidad Regional de Asistencia Técnica (RUTA) y sus socios, que constituyen la estrategia en sí de la organización, están condicionados por las lecciones aprendidas y el propósito de que ellas sean difundidas por la página web, mejorando así la accesibilidad a la información y la toma de decisiones. En cuanto al desarrollo de publicaciones con formatos que faciliten la accesibilidad a los documentos, y el estímulo al uso de las bases bibliográficas de datos de RUTA contribuyen en gran medida en la gestión del conocimiento.6

En comunicado de prensa donde se anuncia el análisis de la cooperación bilateral en salud entre Cuba y Guatemala, la doctora Yiliam Jiménez, Jefa del Departamento de Cooperación Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores y Coordinadora del Programa Integral de Salud de Cuba, destaca la importancia de las lecciones aprendidas por nuestros médicos al atender poblaciones tan apartadas y compartir con profesionales de este país la práctica de la medicina en condiciones muy diferentes a la nuestra. Se prevé la confección de un documento que dará cuenta de la experiencia de la cooperación Cuba-Guatemala; por tanto, se tiene conciencia de la importancia de dejar plasmadas, estas vivencias para garantizar la sostenibilidad del programa, y para que la OPS pueda proponerse mejores metas en trabajo conjunto y de cooperación entre los gobiernos y la organización.

Kenton Miller,7 presidente de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas (CMAP) y exdirector de la Unión Mundial para la Naturaleza, plantea que ante la necesidad de los decisores de adaptarse a los cambios que ocurren en el mundo, en especial el cambio climático y la descentralización, y que encuentren respuesta a una serie de preguntas relacionadas con las estrategias, los procedimientos, los criterios, las opciones de consulta, la capacitación, el aprendizaje, la colaboración y contactos, se desarrolle una institución por parte de la CMAP que recoja las lecciones aprendidas y las transmita a través de la web, lo cual deja ver a claras luces que estas son vistas como la base para la solución a la necesidad de información de estos decisores. También anuncian la compilación de una serie de documentos, donde se exponen opciones con casos reales que constituyen una buena manera de gestionar el conocimiento, pues esta se difundirá en el Congreso Mundial de Áreas Protegidas de 2003. Este procedimiento que se propone, corresponde a una actitud consciente de la importancia que tiene la experiencia de los hombres, la revisión y la observación de los sucesos ante las decisiones que deben tomarse.

El documento ²Vivir con riesgo², ha sido preparado con el esfuerzo interagencial coordinado por la secretaría de EIRD con el respaldo especial del gobierno de Japón, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Centro Asiático para la Reducción de Desastres, estudia cómo la imaginación política y la mejoría en las comunicaciones ha comenzado a salvar vidas y a aumentar la esperanza de las naciones en desarrollo, y examina los intrincados vínculos entre el desarrollo económico y la inseguridad ambiental. Este trabajo reúne en 400 páginas las lecciones aprendidas por los expertos y las comunidades ante las amenazas planteadas por fenómenos naturales como las erupciones volcánicas, los terremotos, los incendios, los ciclones, los aludes, y los tornados, así como los accidentes tecnológicos y el deterioro ambiental. El capítulo 4 titulado En pos de una mayor comprensión, el desarrollo del conocimiento y el intercambio de información, trata los temas de la gestión de información y el intercambio de experiencias, la educación y la capacitación, y por último, la concienciación pública. Partiendo de las posibilidades que tenemos hoy día en el campo de las comunicaciones para registrar y diseminar el valor de la experiencia, y los conocimientos de profesionales para contribuir a la toma de decisión, se plantea que la sistematicidad y la disposición oportuna de la información son la clave del uso eficaz de la información y los procesos de clasificación, de análisis y de diseminación de información atendiendo a los intereses primarios, y así se evitan la sobrecarga y la entrega de información no útil a los usuarios. El documento ²Vivir con riesgo² expone una serie de fuentes de información primarias con carácter global que contienen bases de datos que registran desastres naturales debidamente documentados, por tipo y país. El uso global de la información compartida de la gerencia del desastre es un esfuerzo de muchas instituciones, y algunos gobiernos y profesionales de la gerencia están trabajando para realizar una iniciativa encaminada a aumentar la disponibilidad y la utilidad mejorada de las tecnologías avanzadas de la comunicación y de información para una gerencia más eficaz del desastre; por tanto, el objetivo principal del Sistema de Información Global del desastre (GDIN) es realzar sus capacidades de recibir y de utilizar la información del desastre, y en sentido general, intenta ofrecer una variedad de servicios que pueda conectar a los usuarios con los abastecedores de información apropiados, y animar el uso de la mayor compatibilidad e integración técnica de los sistemas de información a través de regiones geográficas, para así poder compartir la información con mayor eficacia, y se encarga fundamentalmente de beneficiar a encargados del desastre en áreas donde hay recursos limitados o acceso limitado a la tecnología. Este documento es un repaso mundial de iniciativas de reducción de desastres del decenio que culminó en el 1999, y constituye una recopilación muy valiosa que debe tenerse en cuenta para gerenciar los desastres.

Las lecciones aprendidas en desastres no tienen una estructura determinada y estas se ajustan al diseño del producto que las contiene (publicaciones, CD-ROM, página web). Su producción puede tener diversos orígenes y formatos, pero su contenido en esencia es común para todos, y se basa en relacionar lo positivo y lo negativo de la experiencia vivida antes, durante, o después del desastre. Las lecciones aprendidas favorecen o son fuentes de conocimientos para redes de aprendizaje en desastre, son fuente generadora de información para la web, ya que con el uso de esta herramienta se transmite la información que puede derivarse de estas, como son los contactos directos, las actividades de mecanismos de facilitación y las publicaciones, los proyectos, las metodologías, las políticas, etcétera.

A través de ellas se estimula desarrollar una cultura del conocimiento, y se logra despertar el ánimo de compartir y buscar soluciones, así como lograr la colaboración. A estas se convocan a una serie de expertos y de decisores, y una posibilidad de facilitar y establecer contacto y de estimular en ellos la creatividad de acción en función de lograr un objetivo común.

La expresión lecciones aprendidas lleva implícita en sí un mensaje de que es parte de un proceso, a través del cual las experiencias son sometidas a un proceso de sistematización que formaliza, recupera y analiza a través de la interpretación y evaluación para llegar a conceptos que permitan comunicar estas experiencias de acción social. Es un mecanismo de evaluación que mide la capacidad de respuesta y rediseña planes para fortalecerlo. Asimismo, revisa los compromisos y principios establecidos por las organizaciones, evalúa métodos y acciones, propicia el desarrollo de capacidades locales, nacionales y regionales, identifica las necesidades de apoyo o ayuda, identifica la vulnerabilidad ante desastres, y da muestra del carácter multisectorial y multidisciplinario, lo cual fortalece las alianzas y permite trazar nuevas estrategias por áreas de intervención.

Las lecciones aprendidas elevan la conciencia de la población con ayuda de los medios de comunicación, programas de educación, así como de información y capacitación de profesionales de múltiples disciplinas. Estas a su vez, estimulan las relaciones entre ONG’s, instituciones académicas y entre gobiernos a distintos niveles; promueven además el entendimiento y un mayor conocimiento de las causas de los desastres a través de la transmisión de experiencias y un mayor acceso a la información relevante. En ellas se gesta la investigación científica y el desarrollo e intercambio de conocimientos y tecnología.

Esta práctica facilita la participación de los damnificados en la solución parcial de su vulnerabilidad, es la oportunidad de establecer programas donde ellos mismos participen en la gestión de los riesgos. Aquí se presentan distintas metodologías, tecnologías y experiencias a niveles locales e institucionales para compartir, analizar y sistematizar.

La necesidad de contribuir a la prevención de las catástrofes y la reducción de sus efectos, requiere de servicios cada vez más exactos de monitoreo de información y mayor disponibilidad de los datos, de los cuales solo se debe extraer la información esencial. En materia de medicina y desastres resulta de vital importancia el uso de métodos que permitan el flujo de información, y la necesidad de que el conocimiento adquirido nos lleve al desarrollo de la capacidad de organizar la información y de razonar los diversos fenómenos.

La experiencia acumulada por los hombres en su enfrentamiento a los desastres es tanta, que el reto consiste en traducir este conocimiento8,9 en acciones, y con aquel que ha sido formalmente transmitido, procesarlo en función de mejorar su accesibilidad y funcionalidad, así como empeñase en la gestión de información dirigida hacia la comunidad y desde la comunidad, y que las lecciones aprendidas en una región y que sean aplicables a otras, lleguen y se apliquen, desde las más simples hasta las más complejas, ya que estas se reconsideran si es necesario, pero aportan ideas probadas que repercuten favorablemente en el factor tiempo, lo cual en manejo de desastres es vital.

Se entiende como gestión del conocimiento10 una serie de procesos de producción, de distribución, almacenamiento, evaluación, disponibilidad, transferencia y puesta en práctica del conocimiento que nos acerque a las estrategias para las acciones. En materia de medicina y desastres esto apunta a la información que se brinda, atendiendo al papel o desempeño que se juega ante un desastre natural, y con el conocimiento que estos actores de forma individual o colectiva pueden aportar derivados de su actuación. Los médicos y enfermeras, por tanto, juegan un papel muy importante ante la ocurrencia de un desastre; requieren una preparación que les permita reconocer las amenazas, la vulnerabilidad, los riesgos y en base a estos capacitarse para poder enfrentarlos en la comunidad objeto de su atención.

La necesidad social de rescatar el caudal de conocimientos y estimular la producción que de estos tienen los profesionales del sector salud ante los eventos naturales que nos afectan y los que nos pueden afectar, e identificar los productos del conocimiento que nos facilitan el acceso a las opiniones expertas, es cada vez mayor, y en su práctica abrimos el camino a nuevas investigaciones estratégicas, dando la posibilidad de identificar áreas del conocimiento aún no exploradas y sentar bases para transformar y enfrentar los retos que la naturaleza nos impone.

Conclusiones

La ocurrencia de un desastre deja siempre lecciones aprendidas y estas ayudan a identificar indicadores adecuados para un determinado contexto, pero que pueden ser aplicables a otros. No cabe duda de que lo que se maneja en las lecciones aprendidas son conocimientos y experiencias, y que la importancia de que estos se expliquen y diseminen a través de redes o en cualquier formato, es vital para el desarrollo social y económico del continente.

Cuando se identifican lecciones aprendidas se está creando, diseminando y haciendo uso del conocimiento que da paso a las acciones y decisiones que contribuyen a lograr, en materia de desastres, una reducción de la vulnerabilidad, y a alcanzar un grado de preparación para el enfrentamiento de los desastres en las tres fases del ciclo. Las lecciones aprendidas son las fuentes de definición de soluciones a hechos concretos y estas deben estar apoyadas sobre sistemas o bases de datos flexibles para responder en el menor tiempo posible la pregunta precisa, y esta información a su vez debe responder a las expectativas de quien la dispone.

La descripción de las lecciones aprendidas facilita la clasificación de los conocimientos que en ellas se transmiten, y favorece el trabajo de selección, análisis y síntesis de aquellas que servirán de apoyo a la toma de decisiones.

Para el Centro Latinoamericano de Medicina de Desastres constituye una necesidad rescatar las lecciones aprendidas por el personal de la salud en su enfrentamiento a catástrofes y en el desempeño de sus funciones en Cuba y Latinoamérica, y estimular la producción e investigación en el campo de los desastres por parte del sector salud.

Consideramos que la aplicación de las lecciones a través del desarrollo de métodos activos, como juegos de roles, simulaciones y estudios de caso, es una buena vía para demostrar la necesidad de aplicar las lecciones aprendidas a una efectiva y eficiente gestión por competencia y en los procesos de capacitación de medicina de desastres.

Summary

This paper reviewed the last papers published about the awareness of the production and dissemination of lessons learned on disasters for the knowledge management in terms of medicine and disaster. It underlined the effect of the lessons learned as an important element in the decision-taking on disaster management. It showed the concern of the Latin-American Center of Disaster Medicine about the need of rescuing and encouraging the production of the lessons learned by the health personnel in facing up to catastrophes and in performing its work in Cuba and Latin America

Subject headings: DISASTERS/prevention & control; NATURAL DISASTERS; HEALTH EDUCATION; LEARNING; DISASTER MEDICINE.

Referencias bibliográficas

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Lic. Vivian Ma. Céspedes Mora. CLAMED. Calle 18 # 710 entre 7ma y 31, municipio Playa, Ciudad de La habana, Cuba.

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