Galeno y la crítica a los médicos de su época

José Díaz Novás1 y Bárbara Rosa Gallego Machado2

Pocos médicos influyeron tan profundamente en la historia de la medicina como Claudio Galeno, y a excepción de Hipócrates, ninguno por tanto tiempo. Durante sus 71 años de vida (129-200 n.e.) Galeno viajó por varios países, fue médico de gladiadores, de emperadores (Marco Aurelio y Cómodo) y de la aristocracia romana.1

Su producción literaria fue enorme, que incluye millares de páginas y una gran cantidad de libros. Construyó una grandiosa enciclopedia del saber médico y de los conocimientos que constituían su mayor aporte. Recopiló los conocimientos médicos existentes en su época, dándoles nueva forma y enriqueciéndolos con sus contribuciones personales.

La importancia de la sistematización del saber médico de su época y de las disciplinas en que este se apoya, el claro esquema teórico (platónico y aristotélico) y el elevado sentido religioso y moral del pensamiento de Galeno, le garantizaron ser considerado como la figura del médico por excelencia hasta el Renacimiento.

Es cierto, que por ser su doctrina tomada como "dogma" y repetida al pie de la letra, fue desvirtuada de su espíritu, y muchos de sus errores fueron transmitidos de siglo a siglo, constituyendo así, un obstáculo para el progreso de la medicina, pero a pesar de eso, su excepcional contribución y estatura histórica, continúan siendo indiscutibles. Veamos ahora, por ejemplo, la crítica que Galeno hacía a los médicos de su época.

Queriendo restaurar la antigua dignidad del médico, de la cual Hipócrates fue su más significativo ejemplo, Galeno decía que los médicos de su tiempo habían dado la espalda y olvidado a Hipócrates, y les hacía 3 gravísimas acusaciones: ignorantes, corruptos y estar absurdamente divididos.

Según Galeno, la ignorancia de los nuevos médicos consistía sobre todo en que no poseían el conocimiento metódico de la naturaleza del cuerpo humano. Por esta razón, no sabían distinguir las enfermedades según su género y especie, ni tampoco poseían claras nociones de lógica, sin la cual no se hacen los diagnósticos. Consideraba que ignorando estas cosas, el arte médico se torna solo una práctica empírica.

La corrupción de los nuevos médicos estaba dada por entregarse a la lujuria, por la sed insaciable de dinero y por ser perezosos, vicios estos que confunden la mente y la voluntad.

Galeno escribe entre otras cosas: "Así es necesario que la persona que quiera tornarse un buen médico, no solo desprecie las riquezas, sino que también sea amante del trabajo duro. No es posible que sea amante del trabajo aquel que se embriaga, se harta de comida, y se entrega totalmente a los placeres venéreos, o para resumirlo, sirve a los genitales y al vientre." Concluye diciendo que el "verdadero médico es compañero tanto de la moderación como de la verdad"; y luego añade: "considerando la riqueza más importante que la virtud, y ejerciendo el arte no en beneficio de los hombres, sino por lucro, no es posible alcanzar la finalidad de la medicina."

Es muy interesante que este análisis tan vigente sobre la contraposición entre las filosofías del ser y del tener y sobre la ética médica, haya sido hechos hace 18 siglos. Galeno también dice que el médico precisa tener conocimiento de la verdad, la práctica de la virtud y el ejercicio de la lógica, de modo que quien es verdadero médico, también es siempre filósofo.

En relación con la división que la doctrina médica sufría en aquel tiempo, Galeno rechaza con firmeza los postulados unilaterales de las sectas y da una posible solución a este problema: la unión del método lógico con el experimental, considerando ambos igualmente necesarios, rechazando enérgicamente las nociones esquemáticas y superficiales en la práctica médica.

Referencias bibliográficas

1. Reale G. Historia de filosofía: Antigüedade e idade media. Sao Paulo:Paulus;1990:160-5.

Recibido: 7 de abril de 2003. Aprobado: 28 de noviembre de 2003.
Dr. José Díaz Novás. Policlínico Docente "Lawton". Ave. Camilo Cienfuegos entre 10 y 11, Lawton, municipio 10 de Octubre, Ciudad de La Habana, Cuba.

1 Especialista de II Grado en Medicina Interna. Profesor Titular del Policlínic Lawton.
2 Especialista de II Grado en Pediatría. Profesora Auxiliar del Policlínico Lawton.