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Revista Cubana de Medicina General Integral

versión On-line ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr v.20 n.5-6 Ciudad de La Habana sep.-dic. 2004

 

Elementos básicos de salud infantil en mujeres cuidadoras de niños

Dr. José M. Hernández Hernández,1 Dra. María E. Gutiérrez Aportela2 Dra. Giselle Suárez Guerrero2 y Dra. Rebeca M. Bermúdez de León3

Resumen

Se realizó estudio descriptivo prospectivo en mujeres cuidadoras de niños en el área de salud de Cabezas, provincia Matanzas, en el período octubre 2002 - marzo 2003, con el objetivo de valorar aspectos vinculados a la cultura sanitaria en relación con la salud infantil. Se aplicó una encuesta para evaluar el cuidado de la enfermedad diarreica aguda, la enfermedad respiratoria aguda, la conducta ante cuadros febriles, uso de antibióticos y otros temas. Se apreció que sólo el 30,86 % de las cuidadoras obtuvo una valoración adecuada respecto al tratamiento de estas afecciones y problemas. En la atención a la enfermedad diarreica aguda y la enfermedad respiratoria aguda se encontró un mayor nivel de conocimientos con respecto a los otros temas. La identificación de síntomas y signos de alarma ante la fiebre, la aplicación de medidas higiénicas para la prevención de la sepsis urinaria en las hembras, la ingestión de agua hervida y la atención adecuada de la fiebre, fueron las temáticas con menor dominio.

Palabras clave: Cuidadoras de niños, cultura sanitaria, salud infantil.

Un número cada vez mayor de niños recibe una parte de sus cuidados de otras personas que no son sus padres. Las cuidadoras de niños se definen como "las personas ajenas al núcleo familiar que ofrecen sus cuidados en una instalación distinta al hogar del niño."1 En un área de salud de Matanzas la opción de la búsqueda de mujeres cuidadoras es utilizada con frecuencia, dada la inexistencia en la demarcación de instituciones infantiles para su cuidado mientras las madres permanecen fuera de casa en funciones laborales.

El cuidado infantil de buena calidad presupone una correcta estimulación psicosensorial y afectiva, en un entorno físico adecuado, que ofrezca protección frente a los peligros ambientales, limpieza, higiene y un espacio adecuado para actividades y descanso.2,3

El sistema sanitario cubano ha dedicado incontables recursos a la prevención, promoción, cuidado y conservación de la salud de toda la población, y en especial, de la población infantil; sin embargo, en ocasiones, se observa cómo en breves instantes se destruye una vida por distracción, falta de reflexión, gestos inesperados, o simplemente, por no cumplir las medidas orientadas para la prevención de accidentes, que ocupan el primer lugar entre las causas de muertes en la niñez, después del primer año de vida.4,5

Importante resulta tener en consideración el nivel de conocimientos y cultura sanitaria, en general, que poseen las cuidadoras de niños, para prevenir y además enfrentar eventos vinculados con las afecciones clínicas que frecuentemente suelen ocurrir.

Estudios al respecto señalan la importancia de la capacitación de estas personas para el logro planteado, y poder contar así con asistencia primaria inmediata y el cumplimiento de medidas al alcance de cualquier persona.6-8

Con el presente trabajo los autores se proponen determinar el conocimiento y empleo de elementos básicos de la salud infantil del personal dedicado a esta actividad, en un área de salud.

Métodos

Se realizó un estudio descriptivo propuesto entre los años 2002 y 2003 en el área de salud de Cabezas, Matanzas. El universo estudiado estuvo integrado por 68 mujeres que cumplen la función de cuidadoras de niños y que constituyen el 100 % de las existentes en esta demarcación. La información que identificó a cada una de ellas se obtuvo por solicitud expresa a través de los consultorios médicos y líderes comunitarios.

Todas las mujeres aceptaron participar en la investigación para lo cual se les aplicó un cuestionario para evaluar conocimientos relacionados con el cuidado de la enfermedad respiratoria aguda (ERA) y la enfermedad diarreica aguda (EDA), criterios sobre uso de antibióticos, vigilancia de la fiebre, signos y síntomas de alarma ante ella, prevención de la sepsis urinaria en las hembras, conocimiento del tiempo recomendado de lactancia natural e ingestión de agua hervida.

Sobre la base de la información suministrada se procedió al análisis de variables, determinándose, según criterios del equipo de trabajo, las respuestas correctas y el número de ellas a cumplimentar en cada temática:

  • Procedimiento adecuado ante la fiebre: uso de antitérmicos, llevarlo al médico, llamar a su madre, baño antitérmico. Se consideró adecuado cuando aparecían 3 de estos 4 aspectos.
  • Signos o síntomas de alarma ante cuadro febril: decaído, débil, dolor de cabeza, sueño excesivo, llanto intenso, cambio de coloración de la piel, mal semblante, escalofríos, convulsiones. Se consideró adecuado el comportamiento cuando se relacionaban 5 de los 9 signos señalados.
  • Actuación adecuada en caso de ERA: llamar al médico, ofrecer abundantes líquidos, vaporizaciones, dar antitérmicos y analgésicos. Se consideró adecuado cuando expresaban 3 de estas 4 respuestas.
  • Pasos a seguir ante la Enfermedad Diarreica Aguda (EDA): administrar sales de rehidratación oral, alimentación normal. Se consideró adecuado cuando expresaron estas 2 conductas.
  • Uso adecuado de antibióticos: si lo indicaba el médico. Se consideró adecuado cuando expresaron esta conducta.

La información se recogió de forma individual, y el cuestionario fue llenado por la persona incorporada en el estudio, permitiéndose la ayuda de algún miembro del núcleo familiar, en caso necesario.

Resultados

En relación con la conducta a seguir ante la EDA, 41 de las encuestadas refirieron que en esta afección debe administrar sales de rehidratación oral (60,29 %), 27 que el niño tiene que ser atendido por un médico, 25 que deben avisar a la madre y esperar, 16 que se "debe pasar la toalla", 13 que se debe dar alimentación normal (19,12 %), 11 (16,18 %) suspender la alimentación, 7 "sobarlo en la pantorrilla", 6 dar otros líquidos abundantemente y 4 que su madre lo cuide.

En cuanto al cuadro de ERA el mayor número planteó el aviso a la madre (47 de las cuidadoras); 42 consideraron que deben darle medicamentos para reducir la fiebre y el malestar, 31 valoraron su traslado al médico, 25 administrarles líquidos abundantes y 23 aplicar vaporizaciones.

El 36,76 % de las cuidadoras expresó que los antibióticos deben darse si lo indica el médico, 17 (25 %) refirieron que en los procesos virales no se administran, 12 no sabían su indicación, 5 que "según lo que sea", 3 señalaron que no son aconsejables y destruyen los glóbulos rojos"; 2 que se deben administrar después de 3 días con fiebre, 2 plantearon que también se utilizan en los procesos virales, 2 no respondieron la pregunta.

Asimismo se valora la conducta a seguir cuando hay fiebre: 36 refirieron que ante esta situación llamarían a su madre, 27 lo llevarían al médico y 22 darían medicamentos para bajar la temperatura, 5 (7,35 %) no sabían qué hacer.

Respecto a la exploración del conocimiento de síntomas y signos de alarma ante un proceso febril el resultado fue: el 42,65 % de las encuestadas consideraron que la convulsión es uno de estos elementos, 12 lo asociaron cuando el niño está débil o decaído, 11 (16,18 %) cuando hay vómitos, 9 si se presenta elevación brusca de la temperatura o existe dolor de cabeza; 8 cuando el pequeño duerme, llora mucho o no quiere comer, 6 (8,82 %) relacionaron el cambio de color de la piel con el proceso febril.

En menor número las cuidadoras identificaron signo de proceso febril los siguientes estados del niño: no querer jugar, la aparición de diarreas, "dolor de estómago y garganta", mal semblante, escalofríos y sólo 6 no supieron identificar estos elementos de alarma.

Se evaluó también el nivel general de cultura sanitaria que poseen en temas vinculados a la salud de la primera infancia. En la tabla se aprecia que los que más dominan son la atención de la EDA y la ERA el uso de antibióticos y la conducta a seguir ante la fiebre, aunque con valoración en todos los casos por debajo del 50 %. En sentido general sólo el 30,86 % posee una cultura sanitaria adecuada en relación con dichos temas.

Tabla. Cultura sanitaria en las mujeres cuidadoras de niños.

Cuidados a considerar ante diferentes afecciones o situaciones
Conducta adecuada
No.
%
Prevención sepsis urinaria en la hembra (n = 23)
11
47,83
En caso de Eda
32
47,06
Uso antibióticos
26
38,24
Ante la ERA
25
36,76
Conducta ante la fiebre
20
29,41
Ingestión agua hervida
12
17,65
Signos y síntomas de alarma ante un cuadro febril
8
11,76
n = 431
134
31,09

          Fuente: Cuestionario aplicado.

 

Discusión

Tal como plantean estudiosos de este tema, la familia y quienes en su lugar tienen la misión de cuidar pequeños, deben contar con asesoría en temas básicos de salud, para enfrentar las afecciones clínicas que suelen presentarse en etapas donde la morbilidad pediátrica es significativamente alta.1 En el conocimiento que poseen las cuidadoras sobre el uso adecuado de antibióticos, sólo un tercio de ellas planteó criterios aceptables. Este es un elemento que no difiere del resto de la población, la cual hace uso indiscriminado de los mismos; siempre ante los cuadros febriles se demanda el tratamiento antibiótico, y en ocasiones, se autoindica o se le indica a familiares por otros miembros de la familia sin formación profesional, de forma empírica.

Llamó la atención los planteamientos recibidos acerca de la EDA a pesar de ser el tema con mayor número de valoraciones adecuadas y aunque se conoce el efecto de las sales de rehidratación oral, no todas las encuestadas plantearon su administración como una de las medidas básicas a aplicar. La mayoría tiene tendencia a ofrecer alimentos ligeros y no continuar con la alimentación normal, según la necesidad y aceptación del niño.8 Este aspecto es de notoria importancia para reducir la afectación nutricional de dichos procesos y para contribuir además en la recuperación del epitelio intestinal afectado. Se recurre con frecuencia a prácticas como "pasar la toalla" y al sobaje en las pantorrillas fundamentado esto último en la Medicina Natural y Tradicional,9 que si bien está demostrada su utilidad, sí requiere de una valoración médica previa.

La ERA es tratada, en sentido general, de forma correcta; algunas cuidadoras consideraron que deben avisarle a la madre, otras dar medicamentos para reducir la fiebre y el malestar y llevarlos al médico. Respecto a la atención que brindan ante la fiebre, sólo 20 (29,41 %) lo hacen correctamente. En la identificación de síntomas y signos de alarma ante cuadros febriles, el mayor número (29 cuidadoras) identificó las convulsiones. Llama la atención el escaso número que expresaron síntomas o signos precoces de alarma, a pesar de haberse desarrollado en la demarcación una estrategia educativa desde hace más de 5 años sobre estos aspectos, para el diagnóstico del Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica en la comunidad.10

No se dominan por la mayoría aspectos higiénicos con relación con la prevención de la sepsis urinaria en la hembra, así como sólo un reducido número suministra agua hervida para beber, aspectos abordados en diferentes actividades educativas y de gran importancia en la prevención de la sepsis urinaria y las enfermedades de transmisión hídrica.1,9

En sentido general la cultura sanitaria que posee el grupo estudiado es deficiente, ya que en los indicadores evaluados, vinculados a la salud infantil, sólo el 31,09 % del grupo obtuvo valoración satisfactoria. Este es un elemento de gran importancia que preocupa a los profesionales de la salud del área pues estas personas y familias, dada la función que realizan, deben contar con un dominio adecuado de estos temas tan elementales para prevenir y adoptar acciones inmediatas, mientras los padres de los niños son localizados ante la aparición de cualquier afección en ellos.6-8

Se puede concluir que la cultura sanitaria que poseen las cuidadoras de niños sobre temas básicos relacionados con la salud infantil es deficiente y aunque en todas las temáticas evaluadas, el comportamiento del grupo es escaso, resalta por la falta de dominio, la identificación de síntomas y signos de alarma ante la fiebre, la aplicación de medidas higiénicas para la prevención de la sepsis urinaria en las hembras, la no-ingestión de agua hervida y la atención incorrecta ante la fiebre. Sería recomendable realizar estudios similares en cuidadoras de niños de otras áreas de atención primaria de salud.

Summary

Basic elements of child health in baby sitters

A descriptive and prospective study was conducted among baby sitters in the health area of Cabezas, province of Matanzas, from October 2002 to March 2003, to assess aspects connected with the health culture in the field of children's health. A survey was done to evaluate the care of acute diarrheal disease, acute respiratory disease, the conduct followed in febrile pictures, use of antibiotics and other topics. It was found that only 30.86 % of these women had an adequate assessment concernign these affections and problems. It was observed a higher level of knowledge in the acute diarrheal disease and in the acute respiratory disease compared with other topics. The identification of symptoms and signs of alarm in the case of fever, the application of health measures for preventing urinary sepsis in the females, the ingestion of boiled water and the appropiate attention to fever were the topics with less control.

Key words: Baby sitters, health culture,child health

Referencias bibliográficas

1. Nelson Waldo E. Tratado de Pediatría. Madrid: Editorial Mc Graw-Hill; 1997.p.133.

2. Sánchez Dorta N. Hábitos de vida. Simientes 1987;25(4):7-11.

3. Zulueta Forcades F. La formación de hábitos para la organización de la conducta en la edad temprana. Simientes 1987;25(2):37-40.

4. Cuba. Ministerio de Salud Pública. Programa del Médico de la Familia. La Habana: Editorial Ciencias Médicas; 1991.

5. Cuba. Ministerio de Educación-Ministerio de Salud Pública. Accidentes más frecuentes que pueden producirse en los niños de los círculos infantiles. Medida para evitarlos. Simientes 1985;23(3):34-7.

6. Cordero Valdivia D, Barrera S. Conocimientos, actitudes y prácticas del personal de salud y la madre o cuidador del niño frente a los casos de infecciones respiratorias agudas en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Rev Chil Pediatr 2001;72(4):384-95.

7. Tello P, Dávila M. Capacitación de madres cuidadoras de Wawa Wasi para la atención integral de los problemas de salud y nutrición. Perú: Noticias sobre AIEPI 2002;(7):3-6.

8. Barlelt J. Pocket Book of Infectious Disease Therapy. Baltimore: Williams/Wilkins, 1999.

9. Sales Domene C. Diarrea en la infancia; conocimiento y aptitudes de las madres en un centro de atención primaria. Valencia:Centro de Salud Salvador Pau 2003;17(4):284-7.

10. Carrillo-Spear R, Neil Núñez Monroy. Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica. México: Gaceta Médica de México 2000;37:2.

Recibido: 12 de mayo de 2004. Aprobado: 29 de diciembre de 2004.
Dr. José M. Hernández Hernández. Independencia No. 35 e/ José Martí y San Miguel. Bermeja. Provincia Matanzas. C.P. 44490.

1 Especialista de II Grado en Pediatría General. Profesor Asistente Facultad de Ciencias Médicas de Matanzas y del Policlínico Docente "Mártires del 13 de marzo".
2 Especialista de I Grado en Medicina General Integral del Policlínico Docente "Mártires del 13 de marzo".
3 Especialista de I Grado en Pediatría General del Policlínico Docente "Mártires del 13 de marzo".

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