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Revista Cubana de Medicina General Integral

versión On-line ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr v.23 n.1 Ciudad de La Habana ene.-mar. 2007

 

Bioseguridad en instalaciones médicas de atención primaria y secundaria

María del Carmen Pérez Cueto1 y Gladys Antonia Cueto Montoya2

Resumen

Debido a la emergencia y reemergencia de agentes infecciosos en los últimos años se procesan a diario en los laboratorios clínicos y de microbiología de salud gran número de muestras de material infeccioso que pueden ser peligrosas para el personal de los laboratorios, para otros trabajadores y para la comunidad. Es por ello que resulta importante capacitar al personal en materia de bioseguridad, para que las personas expuestas conozcan los riesgos a que están sometidas, los medios de protección a usar, y qué hacer en caso de accidente. En encuesta realizada a trabajadores de laboratorios se ha detectado escasa cultura en este tema, y los accidentes registrados con más frecuencia fueron: el derrame de material infeccioso, la rotura de tubos con cultivo y los pinchazos con agujas de jeringas. Resulta de interés realizar capacitación en cascada según el nivel de los trabajadores, e incluir a los directivos de las unidades, que son los máximos responsables de la seguridad biológica en estas.

Palabras clave: Agentes infecciosos, riesgo biológico, bioseguridad, capacitación.

Los laboratorios de diagnóstico clínico o microbiológico y de investigación constituyen medio ambientes de trabajo especiales, generalmente únicos, que pueden presentar riesgos de enfermedades infecciosas identificables para las personas que se encuentran en o cerca de ellos. En 1949 Sulkin y Pike publicaron la primera serie de estudios de infecciones de laboratorio, y resumieron un total de 222 infecciones virales. En 1951 ambos investigadores presentaron la segunda serie, basada en un cuestionario enviado a 5 000 laboratorios. La brucelosis, la tuberculosis, la tularemia, el tifoide y las infecciones estreptocócicas representaron el 72 % de todas las infecciones bacterianas. La mayoría de estas infecciones estuvieron relacionadas con la aspiración de pipetas con la boca y el uso de agujas y jeringas.1

El incremento en los laboratorios clínicos y de microbiología, cada vez, de muestras biológicas que se procesan por diferentes técnicas analíticas, y del número de personas expuestas a riesgos biológicos, químicos y físicos, ha hecho que la protección de los trabajadores de tales instalaciones y del medio ambiente haya adquirido una importancia considerable. La particularidad del trabajo en los laboratorios, lo constituye el riesgo de contaminación directa del personal que trabaja con el material biológico, o indirecta de aquellos que trabajan en tales instalaciones, con la aparición de la correspondiente enfermedad infecciosa. Son, por tanto, fuentes potenciales de contaminación para su personal y para el medio ambiente.2 Motivadas por el interés de este tema para la atención primaria y secundaria de nuestro sistema de salud es que realizamos este trabajo.

Desarrollo

Durante el trabajo de laboratorio y en el procesamiento de las técnicas, se genera la formación de aerosoles infectivos que contaminan el medio ambiente laboral, sobre todo, cuando se violan las normas de trabajo y las medidas de seguridad, como es el uso adecuado de los medios de protección individual y colectivos, o cuando no se manipulan adecuadamente los desechos biológicos por incumplimiento de las normas de traslado hacia su destino final.2

Bioseguridad es la disciplina que se ocupa de la prevención y control del riesgo biológico al que están expuestos, directa o indirectamente, las personas, los animales y las plantas como consecuencia de accidentes o negligencias, en los laboratorios de microbiología, clínicos, etc. Es por ello que los profesionales y técnicos de la salud que laboran en unidades hospitalarias, policlínicos o en centros de investigaciones biomédicas, están expuestos, por la naturaleza de su trabajo, a diversos riesgos profesionales que pueden ser físicos, químicos, biológicos y dependientes de factores humanos.3

El riesgo biológico es el principal de todos, ya que como consecuencia de él el trabajador puede sufrir una enfermedad infecciosa al ponerse en contacto con un agente patógeno. El riesgo químico está condicionado por la manipulación de sustancias químicas, que pueden ser tóxicas, corrosivas e irritantes. Los agentes físicos pueden producir un daño considerable o mortal, pueden ser mecánicos, térmicos, eléctricos o por radiaciones. Los factores de riesgo condicionados a factores humanos y ambientales incrementan el riesgo de los otros factores, están relacionados con las aptitudes y habilidades para el trabajo (estado físico y psicológico del trabajador, su capacidad intelectual y entrenamiento laboral).4

Los riesgos físicos, químicos y por factores humanos pueden causar daño individual directo, porque contribuyen a quebrar las barreras de contención biológica, y originan o potencian un riesgo biológico. Junto al riesgo individual puede existir riesgo comunitario, cuando se produce contaminación ambiental con materiales radioactivos, productos químicos o agentes biológicos, lo que puede provocar un verdadero desastre ecológico de graves consecuencias para la salud y la economía.

Las causas que provocan un determinado daño no obedecen a un solo factor, sino a la interacción de varios. Es por ello que la bioseguridad consta de 3 principios o elementos básicos para garantizar la contención adecuada de los agentes biológicos: técnicas y prácticas correctas de laboratorio, equipos de seguridad, y diseño adecuado de las instalaciones o facilidades de laboratorio.5

Entre las causas más frecuentes de infecciones en el personal de laboratorio se encuentran los accidentes de trabajo, la negligencia e inobservancia de reglamentos al manipular agentes infecciosos, no disponer de los medios adecuados de protección ni personal inadecuadamente entrenado. Pike y otros en sus estudios detectaron como elementos más frecuentes de accidentes e infecciones en el laboratorio, los derrames de material infeccioso (26,7 %), uso de agujas y jeringuillas (25,2 %), heridas con material contaminado (15,9 %), picadas de animales o ectoparásitos (13,5 %) y pipeteo con la boca (13,1 %). Los aerosoles se producen por la mayoría de los procedimientos de laboratorio, los cuales se diseminan al medio y provocan la exposición al personal (el pipeteo, la centrifugación, la agitación de tubos, la homogeneización, la incineración de asas, el muestreo con agujas y jeringuillas, y el derrame de material infeccioso).6

En nuestros días todo esto ha adquirido mayor relevancia por la frecuencia de exposición y la peligrosidad intrínseca de los agentes patógenos capaces de transmitirse por sangre y líquidos corporales (VIH, hepatitis B y C), así como el Mycobacterium tuberculosis (tanto las cepas sensibles como las resistentes a tratamiento multidroga).5

Se reporta que del 1 a 7 % de las muestras de rutina en el laboratorio contienen VIH, que son aún mayores para el virus de la hepatitis B (VHB) y el virus de la hepatitis C (VHC). La tasa de infección por VIH en personal de laboratorio es baja, se sitúa entre 0,13 y 0,5 %, aunque otros señalan que es menor que 0,1 %, en cambio, el riesgo para la infección por hepatitis B es de 45 a 120 veces mayor en condiciones similares. No obstante, la diferencia radica en que aún no existe vacuna para la prevención del VIH, por lo que las medidas de bioseguridad en general y las buenas prácticas de laboratorio en particular, constituyen en la actualidad la única protección para este riesgo.7

Toda persona que deba ingresar en laboratorios donde se desarrollen tareas que impliquen el uso de material biológico, debe estar capacitada y entrenada para las tareas que va a realizar. El director del laboratorio es el responsable de la capacitación del personal a su cargo, por sí o por intermedio de un profesional debidamente formado, y debe existir registro escrito, detallado y firmado de que esta capacitación ha sido proporcionada y recibida.8

En los últimos años han proliferado los manuales, los códigos prácticos y otras publicaciones sobre riesgos y bioseguridad, pero es esencial también inculcar prácticas correctas, ya sean microbiológicas, o de otras disciplinas afines. Los errores humanos y las prácticas incorrectas de los procedimientos pueden contrarrestar la eficacia de las medidas y los aditamentos que se utilizan para proteger al personal. Por esta razón, el elemento fundamental para prevenir accidentes e incidentes es tener un personal preocupado por la seguridad, y bien informado sobre la manera de reconocer y enfrentar cualquier riesgo que se pueda presentar en su área de trabajo.4

En los laboratorios clínicos a nivel de la APS la actividad de protección e higiene de trabajo se encuentra por la dirección de Recursos Humanos y la salud ocupacional, con una pujante fuerza de especialistas en Medicina General Integral ubicados en estas instituciones, los cuales en ocasiones no se encuentran debidamente preparados para velar por la salud de los trabajadores expuestos a contaminantes biológicos. Los contaminantes químicos y biológicos, así como los accidentes dados por sustancias tóxicas e instrumentales, son en este medio las fuentes más frecuentes que presentan afectación a la seguridad de los trabajadores.9

En visitas realizadas en la provincia de Villa Clara por parte del CITMA a las instituciones de salud para evaluar la actividad de Seguridad Biológica en ellas, se ha detectado en los diferentes niveles (profesionales, técnicos, directivos y auxiliares) que existe escasa cultura en bioseguridad. Así lo pudimos determinar cuando en el año 2005 realizamos a escala provincial cursos dirigidos a profesionales y técnicos de laboratorios de microbiología y clínicos. Al aplicar encuesta a los cursantes según su categoría antes de comenzar el curso, detectamos que entre los profesionales el 29,4 % obtuvo bien y el 70,5 % regular. De los técnicos el 17,6 % resultó bien, 56,6 % regular y el 23,5 % mal. Los accidentes ocurridos con mayor frecuencia fueron: el derrame de material infeccioso (37 %), la rotura de placas o tubos con cultivo (29,6 %) y los pinchazos con agujas de jeringas (18,5 %).

Con esta panorámica que tuvimos de la actividad de Seguridad Biológica en los laboratorios de la atención primaria y secundaria y por la importancia del tema, concluimos que es necesario implementar programas de capacitación en cascada a los diferentes niveles de trabajo en los laboratorios en esta temática, donde queden incluidos, además, los directivos de estas instituciones, que son en definitiva los máximos responsables de la actividad en cada centro y los que deben garantizar los recursos a los trabajadores.

summary

Biosafety in the primary and secondary health care facilities

Due to the emergence and reemergence of infectious agents in the last years, a great number of samples of infectious material that may be dangerous for the lab personnel, for other workers, and for the community, are processed daily in the clinical and microbiological labs. That's why, it is important to train the personnel in the biosafety topic, so that those who are exposed know the risks, the protection means they should use, and what to do if an accident occurs. In a survey done among lab workers, it was detected little culture on this topic, and the most frequent accidents were: the spilling of infectious material, the breaking of test tubes with culture, and the pricks with syringe needles. A cascade training, according the level of the workers, including the managers that are the most responsible for the biological safety, is necessary.

Key words: Infectious agents, biological risk, biosafety, training.

Referencias bibliogrÁficas

1. Richmond JH, Mc Kinney RW. Bioseguridad en laboratorios de microbiología y biomedicina. 4th. edition. Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC); 2005.

2. Quevedo Palomo Y, Ley Paz E, Cudeiro Guisande A, Rodríguez Costa. Aplicación de un sistema de gestión ambiental de la seguridad biológica en el laboratorio clínico en el año 2004. XVII Fórum Científico Estudiantil de Ciencias Médicas. Guantánamo: Ministerio de Salud Pública. 2005. Disponible en: http://www.16deabril.sld.cu/eventos/xviiforum/presenciales/Medios%
20Diagnosticos/Aplicacion%20de%20un%20sistema%20de%20gestion%20ambiental%20.doc
Consultado Diciembre 21, 2006.

3. Bioseguridad. En: González Alfaro J, González González B, Barrial González RT. Laboratorio de Microbiología. Instrumentación y principios básicos. Ciudad de La Habana: Editorial Ciencias Médicas; 2004.p.22-39.

4. Méndez Hernández M. Algunos aspectos relacionados con los riesgos en una central de esterilización. Rev Cubana Enfermer. [Seriada en línea]. 2005;20(1). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S0864-03192004000100003&script=sci_arttext Consultado Octubre 12, 2005.

5. Fernández Llánez R. Bioseguridad. En: Llop Hernádez A, Valdés-Dapena M, Zuazo Silva JL. Microbiología y parasitología médica. T3. La Habana: Editorial Ciencias Médicas; 2001.p.581-8.

6. Fernández Llánez R. Riesgo biológico y ocupacional y medidas de seguridad en los laboratorios médicos. Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí". CEPIS. [Monografía en internet]. OPS Disponible en: www.insat.sld.cu/DOC/C/trabajo.html Consultado Octubre 12, 2005.

7. Regalado Alfonso L, Díaz Torres H, Lubián Caballero AL, Martín García RT. Vigilancia del personal de laboratorio expuesto al VIH y otros virus de transmisión sanguínea. Rev Cubana Med Trop. [Seriada en línea] 2002;54(2). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S0375-07602002000200013&script=sci_arttext Consultado Octubre 12, 2005.

8. San Pedro López J, Montero Martínez R. Riesgo biológico en las instalaciones de diagnóstico, investigación y producción, que manipulan microorganismos patógenos. [Monografía en internet]. La Habana: Centro Nacional de Seguridad Biológica. Disponible en: www.medioambiente.cu/download/ Consultado Octubre 12, 2005.

9. Aguilar Hernández I, Barreto García M, Vázquez Aguilar JL, Perera Milián LS. Bioseguridad de las trabajadoras del departamento de laboratorio clínico. [Monografía en internet]. Disponible en: http://www.cpicmha.sld.cu/hab/vol12_1_06/hab05106.htm Consultado Octubre 12, 2005.

Recibido: 7 de noviembre de 2006.    Aprobado: 8 de noviembre de 2006.
Dra. María del Carmen Pérez Cueto. Calle Libertadores # 15, entre 1ra. y Carretera Central, Reparto Virginia, Santa Clara, Villa Clara, Cuba.

1Especialista de I Grado en Medicina General Integral del Policlínico “XX Aniversario” de Santa Clara, Villa Clara.
2Especialista de I Grado en Microbiología del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología de Villa Clara. Profesora Instructora. Investigadora Aspirante.

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