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Revista Cubana de Medicina General Integral

versión impresa ISSN 0864-2125

Rev Cubana Med Gen Integr vol.27 no.2 Ciudad de La Habana abr.-jun. 2011

 

PÁGINA CULTURAL

Cólera

Cholera

Miguel Lugones Botell,I Marieta Ramírez BermúdezII

IEspecialista de II Grado en Ginecología y Obstetricia. Máster en Investigación en Aterosclerosis. Profesor e Investigador Auxiliar. Diplomado en Ginecología de la Infancia y la Adolescencia. Policlínico Universitario "26 de Julio". La Habana, Cuba.
IIEspecialista de I Grado en Medicina General Integral. Profesora Auxiliar. Diplomada en Embriología. Policlínico Universitario "26 de Julio". La Habana, Cuba.


El cólera es una enfermedad infecto contagiosa, que se caracteriza por una diarrea profusa, masiva, aguda y deshidratante, con deposiciones semejantes al agua de arroz, con un marcado olor a pescado, que contiene una elevada cantidad de sodio, bicarbonato, potasio y una escasa cantidad de proteínas, así como depleción rápida de líquidos y electrólitos -intra y extracelulares- causada por la presencia del Vibrio cholerae, una bacteria Gram negativa, en el intestino delgado, y con marcada tendencia a ser epidémica.1,2

Fue conocida desde los albores de la historia escrita.3 Hipócrates, Galeno y Wan-Shohoo hicieron buenas descripciones del morbus,3-5 probablemente sin haber tenido oportunidad de observar sus epidemias.3 Se encuentran antecedentes escritos en China, India y la Grecia clásica.6 El cólera a que se refieren los antiguos escritos chinos se trataba principalmente de un grupo de enfermedades agudas gastrointestinales, y no al cólera morbus causado por el Vibrio cholerae; sin embargo, Wong y Wu-Lien-Teh aseguraron que el cólera morbus sí estuvo presente en la antigua China en el siglo VII.6

El conocimiento actual sobre el cólera tiene sus orígenes en escritos de la Edad Media, el Renacimiento y la era de los descubrimientos y el desarrollo industrial.3 Curiosamente no existe una historia de la diseminación del cólera desde antes de 1817, año en que comienza la primera de las grandes 6 pandemias que azotaron a la humanidad en el siglo XIX, por lo que, en ocasiones, se hace referencia a esta fecha con respecto a la aparición de esta enfermedad en la historia moderna. Los relatos antiguos fueron prolijos y dramáticos, y patentizaron la gravedad de la enfermedad. Ha recibido varios nombres: enfermedad azul, enfermedad negra, fiebre álgida grave, pasión
colérica, diarrea colérica, cholera morbus, cholera grave, o, simplemente cólera.3

Es una enfermedad de gran interés histórico, y en la Biblia se le menciona.1 Los escritos que se tienen señalan a la India como país de origen y endémico durante siglos, específicamente en la región del delta del Ganges, extendiéndose por toda Asia, Europa y llegando a las Américas.1,7

El desarrollo del conocimiento científico sobre el cólera es una historia de la genialidad y grandeza de quienes lo lograron, y a la vez de la incomprensión, la ignorancia e ingratitud de sus contemporáneos. Los que deseen profundizar sobre esa historia deben consultar la literatura médica especializada: Fabre (1854), Snow (1855), Politzer (1959), Rosenberg (1962) y Barua Burrows (1974), ente otros.3

La primera evidencia confiable del cólera se tuvo a partir de 1503 con el incremento del comercio marítimo entre continentes por europeos que iniciaban la conquista del mundo. Las pandemias fueron así favorecidas por la comunicación marítima, y se originaron en su mayoría en Goa y Bengala, que eran provincias frecuentemente visitadas por comerciantes y aventureros de entonces.3

Hay conocimientos de cómo evolucionaron las pandemias del siglo XIX, pues ya se había logrado cierto desarrollo de la medicina, así como de la imprenta y la publicación escrita. De principios del siglo XIX hasta 1991 se suscitaron 7 pandemias, que partieron todas ellas desde el lejano Oriente, en su mayoría del subcontinente indio, especialmente desde la región de Bengala, hoy representada por la provincia india de Calcuta y la República de Bangladesh.3

La evidencia epidemiológica indica que las primeras 6 fueron causadas por el biotipo clásico el Vibrio cholerae 01. En contraste, la séptima pandemia de 1961, que comenzó en Indonesia en las islas Sulawesi, fue causada por el biotipo El Tor, con menor virulencia, patogenicidad y letalidad, pero con mayor capacidad de sobrevivir en el ambiente y de diseminarse,7 por lo que persiste por años en muchos territorios invadidos,2 de ahí el concepto actual que existe sobre la persistencia, durante tiempo prolongado, que pueda haber de esta entidad cuando se presente, inicialmente, en cualquier país.

En el año 1817 estalló una epidemia que persistió durante 6 años y causó gran mortalidad, mayormente en la India, la cual fue llamada la primera pandemia.1 No es fortuito que esta coincidiera con circunstancias meteorológicas anormales en la India, pues en 1815 y 1817 se presentaron copiosas lluvias y pérdidas de cosecha, mientras que en 1816 el clima fue extremadamente caliente y seco.5 En 1826 reincidió la epidemia, que invadió Europa, y en 1830 llega a Moscú, Berlín, y Londres, para en 1831 y 1832 cruzar el Atlántico y llegar entonces a las Américas, hasta aplacarse para el año 1839.1 El agente causal, el Vibrio cholerae, fue descubierto por Roberto Koch en epidemias registradas en Egipto y la India.1,8

En 1846 una nueva epidemia, más severa, ataca desde Asia al África y América, siendo esta la primera vez que el cólera se reporta en Venezuela.1 Durante el brote de 1854 en Londres, un anestesiólogo (John Sow) demostró que la mayoría de las personas infectadas habían adquirido la enfermedad a partir del agua contaminada, de una fuente en Broad Street. En 1864 se repitió el brote y produjo una pandemia que duró hasta 1875, que tomó Asia, América y Europa. Desde 1883 hasta 1896 se registraron otras epidemias menos intensas por ser más localizadas. En 1902 ocurre de nuevo un brote en África, Rusia y Asia, que no fue controlado.1

En el transcurso de la segunda pandemia, entre 1829 y 1850, el cólera alcanzó por primera vez costas de América,1 y llega a Cuba aparentemente importado de España.5 Se introdujo en 1832 por Canadá y se propagó a diferentes lugares. Simultáneamente apareció en EE. UU. durante 1834, y de allí se difundió. En 1832 se tiene conocimiento de su ingreso a la América Latina. En 1833 México fue estremecido por esta enfermedad.1 Como se seguía manteniendo la idea procedente de la antigüedad de que la causa de la enfermedad era un miasma, es decir, aire impuro y vapores peligrosos, no se vio relación con el agua contaminada. Era imposible dar sepultura en los cementerios a los casi 200 000 muertos, sobre todo, navegantes fluviales y lavanderas, por lo que fueron enterrados en fosas comunes.9

Para esa misma fecha el cólera atacó a Cuba, como ya señalamos,5 y entre 1836-1837 se extendió a Guayana, Guatemala y Nicaragua. En 1839 se cree que atacó al Perú, y en 1848 Estados Unidos vuelve a ser presa de la enfermedad, para extenderse por casi todo su territorio. En 1850 atacó a Colombia y a otros países vecinos.

En la tercera pandemia, ocurrida entre 1852 y 1860, EE. UU., México y las islas del Caribe se vieron afectadas por el flagelo. En 1854 y 1855 entra a Venezuela en un vapor procedente de Trinidad que atracó en Barrancas, y fue confinado a la cercana isla de La Plata en el Orinoco desde donde se extendió. Brasil no se libró del cólera, y padeció de epidemias como las de 1855 y 1893, esta última alcanzó a su capital y a San Pablo.1

En la cuarta pandemia ocurrida entre 1863 a 1875, el cólera reapareció en las islas del Caribe, México, Cuba, Chile, Paraguay. En 1873 y 1874 Argentina y EE. UU. fueron atacados nuevamente. La quinta pandemia entre 1881 y 1896 atacó a Nueva York en un barco proveniente de Italia;1 mientras que la sexta pandemia, ocurrió entre 1899 y 1923, pero no tocó América, y fue la isla de Madeira el sitio más afectado.1 En la séptima pandemia, iniciada en 1961, fue en 1973 que se descubrió en Texas, y desde entonces casos autóctonos, todos relacionados con el consumo de ostras crudas en México. En 1990 se conoce de la presencia de casos en Louisana.1

El hecho de que el cólera siga actualmente provocando víctimas en países de Asia, África, etc., tiene que ver, entre otras cosas, con las costumbres religiosas. Los hindúes consideran sagrada el agua del Ganges, en la India, y a sus orillas se reúne anualmente una cifra incalculable de personas,8 las que afirman que el agua les purifica y lava sus pecados, y llevan hasta allí a muchos enfermos y moribundos. Más tarde, arrojan al río sagrado sus cenizas, así como los cuerpos de los más pobres, a menudo solo requemados. Los peregrinos beben esa agua también contaminada por desagües sin filtrar y se la llevan a casa en botellas. Así se transmite la enfermedad hasta en los lugares más apartados.9

Desde el punto de vista histórico, la religión desempeñó un importante papel en la propagación de la enfermedad desde la primera gran epidemia (1815-1824). En el siglo XVIII, tras la conquista de Bengala (la actual Bangladesh y parte del noreste de la India) por los ingleses, se intensificó el comercio con las costas de la península Arábiga y también el contacto con los lugares de peregrinación de La Meca y Medina. Allí se reunían decenas de miles de peregrinos y las condiciones higiénicas eran las peores. En esas circunstancias la enfermedad se propagó velozmente, de ahí su nombre árabe el hawa (la tempestad) o Hawa asfar (viento amarillo). Los peregrinos la llevaron consigo hasta Egipto, y de allí se expandió por la cuenca del Mediterráneo.9

Entre 1815 y 1817, en el Ganges, se produjeron enormes inundaciones, malas cosechas y un brote de cólera. Mediante el comercio y los movimientos de tropas, la enfermedad se propagó velozmente hasta las Filipinas, luego desde Bombay hasta Arabia y Persia, y, finalmente, hasta Rusia. En 1884 se intentó desinfectar con fumigaciones a los viajeros del tren y a su equipaje para impedir la propagación de la enfermedad, pero, de hecho, fueron las bajas temperaturas las que dificultaron la supervivencia de los microorganismos.9

Existen historias interesantes -de manera detallada- sobre el surgimiento del cólera según los diferentes países y distintas épocas. Por ejemplo, en el Perú, en 1833, cundió el pánico ante la noticia de la llegada del cólera asiático a México y Centro América. Ya estaba en el nuevo continente después de arrasar, desde 1831, en el Medio Oriente, parte de Asia y Europa. Ante esta amenaza el gobierno peruano reaccionó con prontitud y eficacia, teniendo en cuenta la escasez de información que se tenía sobre las reales características de esta enfermedad. Las medidas que tomó, en el contexto de la historia médico social, probaron ser las más eficaces para la realidad peruana.10 La cuarentena marítima que se adoptó como medida para conjurar una enfermedad, como era esa exótica epidemia, fue una primicia en el contexto mundial.10 Decretada inicialmente en 1833 tuvo la virtud de ser para el Perú, de una extraordinaria importancia. Un enfermo de cólera en Paita, no podría esparcir esa enfermedad a las ciudades vecinas, porque el desierto, con sus arenas sulfurosas, impedía una rápida propagación de una población a otra o de un valle a otro. Las deyecciones, que por milenios acostumbraban eliminar, eran dejadas en el desierto por los viajeros.8 Mientras que las cuarentenas no sirvieron para detener la enfermedad en otras partes del mundo, en el Perú fueron eficaces.

Además del sufrimiento humano y las muertes que provoca la enfermedad, los brotes de cólera causan reacciones de pánico, desorganizan la estructura social y económica de cualquier país, y pueden dificultar notablemente el desarrollo de las comunidades afectadas.5

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Salina PJ. Cólera. Una revisión actualizada [monografía en internet] [citado 1º de diciembre de 2010] Disponible en: http://www.monografias.com/trabajos903/colera-parte-uno/colera-parte-uno2.shtml

2. Sack DA, Sack RB, Nair GB, Siddique AK. Cholera. Lancet. 2004;363:223-33.

3. Mata JL. Cólera: historia, prevención y control. San José de Costa Rica : EUNEC-EUCR ; 1992. p. 384.

4. Albert CMJ, Herrera CI, Celada CC, Rojas AA. Aspectos básicos a conocer sobre el cólera [monografía en internet] [citado 3 de diciembre de 2010]. Disponible en: http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/219/1/Aspectos-basicos-a-conocer-sobre-el-colera.html

5. OMS. Epidemias mundiales e impacto del cólera [monografía en internet] [citado 3 de diciembre de 2010]. Disponible en: http://www.who.int/topics/cholera/impact/es/index.html

6. Tovar GB, Bustamante MP. Historia del cólera en el mundo y México. Ciencia Ergo Sum. 2000;7(2):178-84.

7. De la Osa J. Cólera. En: Consulta Médica. Periódico Granma. 13 de diciembre de 2010. p. 2.

8. Salina PJ. Cólera. Una revisión actualizada [monografía en internet] [citado 1º de diciembre de 2010]. Disponible en: http://www.monografias.com/trabajos903/colera-parte-uno/colera-parte-uno.shtml

9. La historia del cólera [monografía en internet] [citado 4 de diciembre de 2010]. Disponible en: http://www.portalplanetasedna.com.ar/colera.htm

10. García CU. El cólera en la historia de la medicina social. Rev Peru Med Exp Salud Pública. 2002;19(2):97-101.

Recibido: 8 de diciembre de 2010.
Aprobado: 31 de mayo de 2011.

Miguel Lugones Botell. Policlínico Universitario "26 de Julio". Calle 72 entre 13 y 15, municipio Playa. La Habana, Cuba. Correo electrónico: lugones@infomed.sld.cu

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