Introducción
Las enfermedades metabólicas de los huesos se reconocen por una pérdida de su resistencia, lo que causa fracturas que afectan directamente la salud de los pacientes.1) Estas son un desenlace multifactorial en el que intervienen componentes que junto a la edad influyen en la masa, arquitectura ósea y resistencia, como son: el índice de masa corporal (IMC), los antecedentes de fracturas, la genética, la ingesta de fármacos, los hábitos de alcohol o tabaco, etc., sumados a factores “extra-óseos”, que pueden relacionarse con incrementos del riesgo de caídas, tales como déficit funcionales o visuales.2) Según la Fundación Internacional de Osteoporosis (FIO), en el mundo, una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años sufren fracturas por osteoporosis, lo que representa una carga personal y de gastos para los servicios de salud que exceden a la enfermedad cardíaca, el accidente cerebrovascular (ACV) y el cáncer de mama. En el año 2000, el 51 % de las fracturas se presentaban en Europa y el continente americano, mientras que gran parte de las restantes ocurrían en el Sudeste Asiático y en las regiones del Pacífico Occidental. Con el número creciente de adultos mayores en la población, el número de fracturas aumentará entre dos y tres veces en las próximas décadas.3) En Colombia, según el censo del 2005, el 6,3 % de las 42 090 500 personas que habitan son mayores de 65 años, de los cuales 54,6 % son mujeres y el 45,4 % son hombres,4 además, se estima que actualmente 1 423 559 mujeres de 50 años viven con osteopenia y osteoporosis, respectivamente.
En 2008, John A Kanis, profesor de la universidad de Sheffield en el Centro de Enfermedades Metabólicas Óseas, junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentaron el modelo Fracture Risk Assessment Tool (FRAX®) para estimar el riesgo de fractura a 10 años, basado en datos de nueve grandes cohortes poblacionales procedentes de todo el mundo.5) Así, el FRAX® determina el riesgo de fractura en función de diferentes factores de riesgo: edad, sexo, peso, altura, fractura por fragilidad previa, antecedentes de fractura de cadera en alguno de los padres, tratamiento con corticoides durante al menos tres meses, osteoporosis secundarias (diabetes tipo 2, osteogénesis imperfecta, hipertiroidismo crónico no tratado, hipogonadismo, menopausia precoz, malnutrición crónica, malabsorción y hepatopatía crónica), artritis reumatoide, tabaquismo y consumo de alcohol superior a tres unidades/día.6) El modelo FRAX® es un algoritmo informático que se basa en una fórmula que combina el peso de diferentes factores de riesgo clínico y a los cuales se les puede o no añadir los valores de la Densidad Mineral Ósea (DMO) del cuello del fémur, además se ajusta automáticamente a las tasas de fracturas y de muerte previstas para cada país.7) Aunque el proceso del envejecimiento es inevitable, los desórdenes y la problemática que enfrenta esta población se pueden contrarrestar, puesto que están influenciados por factores como el estilo de vida que incluye: alimentación, hábitos de tabaco y alcohol, factores socioculturales y, de gran importancia, la actividad física, que es una estrategia no farmacológica que contribuye a mejorar la DMO.8) El objetivo del estudio fue determinar el riesgo de fractura osteoporótica en adultos mayores.
Métodos
Estudio descriptivo de corte transversal. El universo de estudio fue de 67 adultos mayores adscritos al Club Nueva Vida, en el primer semestre de 2018, la muestra de 54 participantes fue obtenida a través del software EPIDAT versión 3.1, con un nivel de confianza del 95 %, efecto de diseño del 1 %, precisión de 5 y proporción esperada del 23 %,2) se empleó una técnica de muestreo no probabilístico a conveniencia. Como criterios de inclusión se establecieron ser adulto mayor de 60 años,9 firmar y participar voluntariamente del estudio y pertenecer al grupo Club Nueva Vida. Como criterio de exclusión el tener déficit cognitivo o sensorial. Las variables de estudio fueron sexo, edad, raza-etnia (mestizo, blanco, mulato, indio, gitanos, negro, sin embargo, en la muestra solo se registran blanco y mestizo), estado civil, estrato socioeconómico, escolaridad (no terminó la primaria, terminó primaria, terminó secundaria, terminó la universidad y tiene posgrado, para el análisis estadístico se convirtió en dicotómica así, Básica, media y universitaria), talla, peso, IMC, perímetro de cintura y cadera, índice cintura cadera (ICC), antecedentes de fractura, consumo de cigarrillo y alcohol, antecedente de caídas, exposición al sol y antecedentes patológicos como infarto agudo de miocardio (IAM), insuficiencia renal crónica (IRC), diabetes, artritis, entre otras.
El índice FRAX® se calculó empleando la herramienta informática desarrollada por la OMS y disponible en línea para la población colombiana, herramienta que realiza un doble cálculo: por una parte, la probabilidad de fractura de cadera y, por otra, la probabilidad de lo que se denomina fractura mayor osteoporótica que incluye: fractura clínica vertebral, de antebrazo, de cadera y proximal de húmero. En ambos casos el riesgo es a diez años. Para un mejor análisis de los resultados arrojados por el FRAX®, se tomó la clasificación de López y otros, FRAX® (+) para aquellos adultos con un riesgo de fractura osteoporótica mayor de 10 % o superior o un riesgo de fractura de cadera de 3 % o superior, y FRAX® (-) para aquellos adultos con un riesgo de fractura con valores inferiores a estos.2,3,5,10,11) La sistematización de la información se realizó en el programa SPSS versión 24, se aplicó un análisis univariado de las variables categóricas y la magnitud de estas, además, se calcularon medidas de tendencia central y de variabilidad o dispersión para variables cuantitativas. Posteriormente, se desarrolló un análisis bivariado a través del Chi2 y la estimación del riesgo con la razón de prevalencia (RP). Para las variables infarto y antidepresivos, se realizó corrección estadística en el programa open epi. La investigación contó con el aval del comité de Bioética de la Universidad de Boyacá.
Resultados
La mayoría de la población pertenecía al sexo femenino, con un promedio de edad de 68,74 ± 5,402, y según lo establecido por la OMS se encontraba en la categoría de sobrepeso. Se obtuvieron respuestas negativas en la mayoría de los factores de riesgo contemplados por la herramienta, excepto para osteoporosis secundaria con un 51,9 % de presencia.
De los datos relacionados con fractura mayor osteoporótica, se evidencia que 34 personas (82,9 %) que refirieron una exposición frecuente al sol obtuvieron un FRAX®- para probabilidad a 10 años. Asimismo, esta variable no muestra asociación estadísticamente significativa (p = 0,110) con una RP = 0,829; siendo un factor protector para fractura mayor osteoporótica. En el caso de las caídas frecuentes el 44,4 % que las reporta obtuvo un FRAX®+ para probabilidad a 10 años de fractura mayor osteoporótica, variable con asociación significativa (p = 0,002) y una RP = 11,2. En cuanto al aumento de peso desde los 25 años, se encontró que 84,6 % respondieron sí y obtuvieron un FRAX®-, sin presentar asociación estadísticamente significativa (p = 0,393) y una RP = 2,5. Igualmente, 79,3 % respondieron sí ante una reducción de altura desde los 25 años, con una RP = 6,2, sin presentar asociación estadísticamente significativa (p = 0,069). Por otro lado, la dieta baja en calcio presentó asociación estadísticamente significativa (p = 0,000) y una RP = 25,3, resultando un factor de riesgo. En el caso de infarto, se encontró en un adulto mayor con FRAX®-, no se presentó asociación estadísticamente significativa (p = 0,697) con una RP = 1,8. Un 88,2 % de la población no presentó IRC y obtuvo FRAX®-, variable sin asociación estadísticamente significativa (p = 0,280) y una RP = 3,7. De quienes consumen fármacos antidepresivos, 3 personas presentaron FRAX®-, sin asociación estadísticamente significativa (p = 0,492) y una RP = 0,8. Por otra parte, 33 adultos mayores (61,11 %) obtuvieron un riesgo cardiovascular alto, de estos 5 (15,2 %) con probabilidad a diez años de fractura mayor osteoporótica; variable sin asociación estadísticamente significativa (p = 0,548) y RP = 1,6 por cada 54 personas. Para las variables exposición al sol, aumento de peso desde los 25 años, reducción de altura desde los 25 años, infarto, IRC, consumo de antidepresivos e ICC no se encontró asociación estadísticamente significativa. En relación con las caídas frecuentes (p = ,002) y dieta baja en calcio (p = ,000), se identificaron como factores de riesgo para probabilidad a 10 años de fractura mayor osteoporótica (Tabla 2).
En relación con los factores asociados a fractura de cadera, 34 personas (82,9 %) que reportaron exposición al sol frecuente, obtuvieron un FRAX®- para probabilidad a 10 años. No se evidenció asociación estadísticamente significativa (p = ,407) con una RP = 2,4. En el caso de las caídas frecuentes el 44,4 % que refirió caídas frecuentes obtuvo un FRAX®+ para probabilidad a 10 años, variable sin asociación significativa (p = 0,006) y una RP = 8,2, resultando un factor de riesgo significativo. En cuanto al aumento de peso desde los 25 años, se encontró que un 82,1 % respondió sí y obtuvieron un FRAX®-, sin presentar asociación estadísticamente significativa (p = 0,296) con una RP = 3,0. Asimismo, el 79,3 % de los que respondieron sí ante una reducción de altura desde los 25 años presentaron una RP = 3,0. Por otro lado, la dieta baja en calcio exhibe asociación estadísticamente significativa (p = 0,001) y una RP = 12,3, resultando un factor de riesgo. En el caso del infarto se encontró en 1 adulto mayor, el cual obtuvo un FRAX®-, sin asociación estadísticamente significativa (p = ,674), con una RP = 1,5. Un 86,3 % no presentó IRC y se obtuvo FRAX®-, variable sin asociación estadísticamente significativa (p = 0,353), con RP = 3,1. Referente a quienes consumen fármacos antidepresivos se encontró en 3 personas con FRAX®-, sin asociación estadísticamente significativa (p = 0,457) y una RP = 0,7. Otro factor asociado a fractura de cadera es el riesgo cardiovascular, donde 33 adultos mayores (61,11 %) obtuvieron un riesgo cardiovascular alto, de estos, 6 (18,2 %) tienen probabilidad a 10 años de fractura de cadera; variable sin asociación estadísticamente significativa (p = 0,383), con RP = 2,1 por cada 54 personas (Tabla 3).
La media para la probabilidad a 10 años de fractura mayor osteoporótica fue de 6,3 % ± 4,7, mientras para la probabilidad a 10 años de fractura de cadera fue de 2,3 % ± 3,5. En la tabla 4, se observa que 7 personas (13 %) obtuvieron un FRAX®+ para probabilidad a 10 años de fractura mayor osteoporótica y 8 personas (14,8 %) para probabilidad a 10 años de fractura de cadera. Para el riesgo absoluto de fractura se observa que 47 personas (87 %) se clasifican con bajo riesgo de fractura.
Discusión
La osteoporosis suele diagnosticarse por densitometría, pero por sí misma no representa un problema de salud,12) de tal modo que la toma de decisiones terapéuticas basándose en esta no es adecuado; el problema de salud real es la fractura osteoporótica y, por lo tanto, el tratamiento debe estar determinado por el riesgo de fractura.13) La herramienta FRAX®, diseñada por la OMS, sirve para predecir el riesgo de fractura con base en diversos factores,14) herramienta que resulta aceptable para predecir el riesgo de sufrir una fractura de cadera, y menos útil para predecir el resto de las fracturas osteoporóticas mayores.15) Al igual que otros estudios, esta investigación contó con mayor población de sexo femenino (87 %), donde el riesgo de fractura puede estar elevado debido a la etapa postmenopáusica, como lo presenta la FIO, en el mundo, una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años sufren fracturas por osteoporosis.3
En concordancia con lo expuesto por Carranza y otros,14) una de las variables con mayor presentación al igual que en el grupo del Club Nueva Vida, es el antecedente de familiares con fractura en un 6 % y 24 % respectivamente. Además, Aisa y otros,15) reportan que el antecedente de padres con fractura de cadera incrementa 2,3 veces el riesgo habitual de tener masa ósea baja. Por otro lado, la media del riesgo de fractura mayor osteoporótica y fractura de cadera en la población mexicana fue de 2,4 y 0,3 correspondientemente, mientras que la media para el grupo Club Nueva Vida presentó un puntaje mayor para estos dos valores, siendo 6,3 para riesgo de fractura mayor osteoporótica y 2,3 para riesgo de fractura de cadera. Según Roig y otros,16) la mayoría de los pacientes presentan un factor de riesgo o ninguno de los utilizados para el cálculo del riesgo de fractura, al igual que en este estudio; donde la mayoría respondieron afirmativamente a un factor de riesgo, o a ninguno. Así, los pacientes con IMC ≥ 30, obtuvieron menor puntaje por la herramienta FRAX® para el riesgo de fractura de cadera a 10 años.15) Igualmente, se encontró una tendencia a menor puntaje de riesgo de fractura mayor a 10 años con la herramienta FRAX®; respecto al Club Nueva Vida, 18 de los 54 adultos mayores obtuvieron un puntaje de IMC que los califica dentro de la categoría de obesidad (≥ 30), entre los cuales no se identifica FRAX®+, por lo cual, se puede concluir al igual que el estudio realizado en México, que los sujetos obesos tienen mayor densidad mineral ósea y, por tanto, menor probabilidad de fractura osteoporótica.
El score de FRAX®, detectó un 13 % con FRAX®+ para probabilidad a 10 años de fractura mayor osteoporótica y un 14,8 % de la población con FRAX®+ para probabilidad a 10 años de fractura de cadera sin densitometría. La cantidad de pacientes que serían tratadas por su resultado obtenido mediante la herramienta FRAX®, según el II Consenso Colombiano para el manejo de la osteoporosis postmenopáusica, son 7 mujeres con FRAX®+ para probabilidad a 10 años de fractura osteoporótica mayor.10) Es de tener en cuenta según los resultados obtenidos, donde se incluyeron los factores asociados a fractura osteoporótica no contemplados por la herramienta FRAX®, aunque no existe una asociación estadísticamente significativa con el riesgo de fractura osteoporótica, según el ICC existe un 61,1 % de la población con alto riesgo cardiovascular.
A su vez Jaller y otros,17) exponen que la dieta baja en calcio, la exposición reducida al sol y la menopausia precoz, son importantes factores al momento de predecir el riesgo de fractura osteoporótica, para este estudio, se evidencia que la dieta baja en calcio y las caídas frecuentes son factores de riesgo; ya que fueron las variables con asociación estadísticamente significativa. Mientras que, la exposición al sol en el grupo se define como un factor protector según la RP. Además, las caídas frecuentes son un factor de riesgo encontrado en la población de estudio, en concordancia con lo expuesto por Machado y otros,18) se infiere así que la herramienta FRAX® podría incluir el riesgo de caídas en los pacientes, obteniendo resultados certeros debido a la presentación de traumas óseos, además el FRAX® puede ser útil en pacientes sin osteoporosis densitométrica o establecida.19 Por último, la aplicación de esta herramienta permitirá reducir los efectos de la fractura sobre la capacidad funcional y la efectividad del movimiento que disminuyen a una mayor edad por cambios desde la adultez de forma progresiva en la aptitud física.20,21,22) Sumado a lo anterior, los adultos mayores son vulnerables y se consideran de alto riesgo cuando no pueden expresarse bien, cuando no entienden el proceso de atención y no pueden participar en las decisiones respecto a este, a lo que se suma alteraciones en la movilidad.23
En conclusión, el FRAX® es útil en la prevención primaria y secundaria de problemas de salud al reconocer el riesgo de fractura, lo que permitiría su abordaje terapéutico unido a la reducción de secuelas de las fracturas al reconocer de forma temprana su riesgo de presentación.