Introducción
Se define como accidente a toda lesión no intencional que puede llegar a provocar daños físicos o psíquicos. Si bien ocurre en forma repentina, existen factores previos que inciden para que este se produzca. Atribuir la producción del mismo al destino, impide la toma de conciencia y dificulta su prevención.1
Según su acepción más corriente, el accidente se refiere a un suceso imprevisto, desgraciado. Al sugerir que se trata de un suceso inesperado, obstaculiza el estudio de la problemática, dado que un accidente no es producto del azar ni de la fatalidad, ni tampoco intencional, en el sentido de querer conscientemente producir un daño. La palabra accidente también se utiliza para describir el error humano. Esta uso tiene como resultado la exclusión del sujeto de la secuencia que deriva en la lesión no intencional y hace imposible analizar las acciones que conducen a la conducta de riesgo.1,2
Una mirada atenta a las estadísticas de los accidentes a escala mundial no deja de alarmarnos; en la mayor parte de los países aparecen entre las primeras causas de muerte para todas las edades, aunque con mayor incidencia en niños, jóvenes y adultos mayores, de acuerdo con el tipo de accidente. Es por eso que se consideran un problema creciente en términos de años de vida potencialmente perdidos, ya que afectan en mayor proporción a las poblaciones de menor edad.
Las lesiones no intencionales no se comportan igual dentro de una región, país o continente, puesto que se involucran infinidad de factores, muchos de los cuales son controversiales en las diferentes sociedades, como son los aspectos económicos, la escolaridad, cultura e idiosincrasia.2
Según un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, cada día mueren más de 2 000 niños debido a lesiones no intencionales (accidentales), y cada año ingresan decenas de millones con lesiones que a menudo los dejan discapacitados para toda la vida.3) Cada año 875 000 niños y adolescentes (1-18 años) mueren por lesiones. Más de 10 000 000 requieren atención hospitalaria. Más del 95 % de las muertes por lesiones ocurren en países de bajos y medianos ingresos. Sin embargo, en países de altos ingresos también son la principal causa de mortalidad.1
La mayor tasa de mortalidad por lesiones no intencionales corresponde a África, 10 veces mayor que en los países de ingresos altos de Europa y del Pacífico Occidental, como Australia, los Países Bajos, Nueva Zelandia, Suecia o el Reino Unido, que presentan las menores tasas de lesiones en niños. 1,2,3,4
La mortalidad es una medida muy burda para apreciar la magnitud del problema que representan las lesiones no intencionales. La tasa de mortalidad revela solamente una pequeña fracción de las lesiones no intencionales que sufren los niños. 1,2,3,4
Los accidentes aparecen como la quinta causa de mortalidad en todas las edades, solo superados por las enfermedades del corazón. En Cuba ocupan una de las primeras causas en el grupo de pacientes de 1 a 19 años.5,6,7
En los últimos años, las cifras de accidentes en Matanzas no han tenido variabilidad, con un promedio de 744 casos por años. Se reporta mayor morbilidad en los meses de verano. Teniendo en cuenta que estos pueden ser evitables, llaman a una reflexión individual y colectiva; porque cuando se estudian profundamente las causas que los originan se descubre siempre y en un alto porcentaje que pudieron ser evitados.
Un accidente acontecido indica la existencia real de un riesgo que no fue detectado anteriormente o no corregido y lo conocemos a través de sus consecuencias.
Las lesiones no intencionales no son acontecimientos que suceden por azar; su prevención debería ser una prioridad a nivel social. La magnitud del problema no solo se puede medir a través de la mortalidad prematura, sino también mediante la morbilidad, la asistencia médica, el trabajo familiar que precisan, así como las pérdidas de horas escolares y laborales. Diferentes estudios ponen de manifiesto la necesidad del análisis de las lesiones en profundidad para poder diseñar estrategias de prevención eficaces y así, contribuir a su reducción.2
La prevención de las lesiones no intencionales puede considerarse una emergencia sanitaria, también social, debido a la elevada mortalidad, morbilidad y discapacidad que ocasionan. Asimismo, por el elevado costo económico que directa o indirectamente representan y lo más importante, por la enorme carga de sufrimientos humanos que comportan.4
Para poder abordar las actuaciones preventivas oportunas, es necesario conocer a fondo todos los elementos que intervienen, favorecen, predisponen, desencadenan e incluso agravan las lesiones no intencionales. La caracterización epidemiológica nos permitió saber cuáles son las posibilidades de actuación: su rentabilidad, eficacia, costo y aceptación social. Todo ello es necesario para un abordaje global del problema.
Se ejecutó esta investigación con el objetivo de describir las principales características epidemiológicas de las lesiones no intencionales en menores de 18 años en Matanzas.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo, se trabajó con las 4464 lesiones no intencionales ocurridas en la provincia Matanzas entre los años 2013 y 2018 en los menores de 18 años, lo que constituyó el universo del estudio.
Los datos fueron obtenidos de los informes de accidentes de estadística provincial que se recogen por el sistema de información directo (SID), se trabajó con las variables: Tasas de accidentes de la provincia y cada uno de los municipios. Lugar de ocurrencia de las lesiones no intencionales: hogar, transito, escolar y otros. Causas de las lesiones no intencionales, que se clasificaron en: caídas, quemaduras, heridas, ingestión de medicamentes, de cuerpo extraño y de sustancias toxicas junto a Tipos de lesiones, que fueron divididas en: leves, graves y fatales.
Los datos obtenidos se procesaron en una base de datos en EPI INFO 7. Se utilizaron frecuencias absolutas y relativas, las tasas se calcularon por 10 000 habitantes. Se tuvieron en cuenta las medidas de tendencia central y los resultados se exponen en gráficos para mejor análisis y comprensión.
Se respetaron los principios básicos de la bioética médica. La sustentación científica, calificación científica y competencia clínica, así como la honestidad científica.
Resultados
La ocurrencia de accidentes en menores de 18 años ha presentado una tendencia ascendente a través del tiempo, la tasa más elevada fue en el año 2017 y la más baja en el 2014. La media fue de 744 casos por años, con una desviación estándar de 45,2 y la mediana de 735,5. Las tasas crudas variaron desde 47,1x10 000 hab hasta 58,2x10 000 hab (Fig. 1).
Los municipios con mayores riesgos de accidentes, fueron Matanzas, Limonar, Cárdenas, y Pedro Betancourt, el primero de ellos con una diferencia importante del resto. (Tasa de accidentes x 10 000hab.) (Fig. 2)
El lugar donde se presentaron los accidentes de forma más reiterada fue el hogar/casa (68,3 %); de cada tres accidentes que se produjeron dos de ellos ocurrieron en el hogar (Fig. 3).
La causa más frecuente de los accidentes en el hogar/casa fueron las caídas (48,1 %), seguido en el orden de presentación por la ingestión de sustancias toxicas y las quemaduras (Fig. 4).
Durante todo el periodo analizado hubo amplio predominio de la morbilidad por accidente (lesiones leves: 96,5 % y graves: 2,8 %) sobre la mortalidad (lesiones fatales: 0,7 %). (Fig. 5)
Discusión
En la Asamblea Mundial de la Salud, celebrada 1966 en Ginebra, los accidentes se consideraron un problema de salud en el mundo. Desde ese año se instó a todos los países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a tomar medidas encaminadas a la prevención de estos, pues el rápido desarrollo de las últimas décadas es la causa fundamental de su incremento.4
Los países en vía de desarrollo afrontan las situaciones más graves y las tasas se elevan continuamente de forma marcada.4,7
Al comparar las tasas de accidentes en niños menores de 18 años en Matanzas con las de otras ciudades, es evidente que es más bajas que la de otros países. La morbimortalidad por accidentes en regiones de Bahía, Brasil y en Navarra, una región en el Norte de España, superan las nuestras en más de dos veces.8,9
Los accidentes o lesiones no intencionales continúan siendo una causa importante de consulta en los servicios de urgencias pediátricas en Colombia. En la región centro de Argentina constituyen la primera causa de muerte en niños mayores de un año. No sucede así en Uruguay y en Cuenca (en el Valle) donde la prevalencia de los accidentes en niños menores de 5 años es del 7,8 y de 28,9; respectivamente.4,10,11
En la Unión Europea, las lesiones no intencionales o accidentes suponen la primera causa de muerte en la población entre 1 y 19 años. España se comporta igual que los países del entorno. Según datos de la Encuesta Nacional de Salud (ENS) en el año 2006, un 11,1 % de los niños de 0 a 4 años, un 8,1 % de las niñas de la misma edad, un 13,7 % de los niños de 5 a 15 años y un 8,1 % de las niñas del mismo grupo etario, sufrieron alguna lesión.2
A pesar de ser Matanzas y Cárdenas los municipios más poblados no son solo estos los de mayor morbilidad por accidentes en menores de 18 años. Limonar y Pedro Betancourt de menor densidad de población son municipios con riesgo elevado. En la provincia no existen estudios recientes que aborden el tema de los accidentes para evaluar estos resultados por municipios.
La presencia de lesiones no intencionales, ocurrió en el 58,1 % de los niños y las niñas que fueron parte de la investigación realizada en tres áreas del municipio de Cienfuegos (V, VI, VII) de enero a mayo del 2017.12
En una investigación desarrollada en Villa Clara con el objetivo de describir el comportamiento de los accidentes graves del niño se halló que los municipios Santa Clara, Manicaragua, Encrucijada, Santo Domingo, Sagua la Grande y Caibarién mantuvieron tasas de incidencia elevadas en el período analizado, municipios donde la densidad de población se comporta de forma similar a los municipios de Matanzas.13
La creencia generalizada en las personas es que el hogar/casa es el lugar más seguro para los niños. Lamentablemente, las estadísticas echan por tierra este planteamiento. Los resultados obtenidos en esta investigación se comportan de forma similar a estudios realizados en y fuera de Cuba,6,14,15,16,17,18,19 donde el hogar/casa es el lugar donde se producen las lesiones con mayor frecuencia, especialmente en los menores de 18 años.
Para describir la prevalencia y analizar los factores sociodemográficos que se asocian a haber sufrido una lesión no intencionada en la población menor de 15 años en España se realizó un estudio donde predominaron los accidentes en el hogar en menores de 5 años, mientras que en el grupo de 5 a 15 años en la escuela y la calle.2
Llama la atención en esta investigación que resultaron las caídas la causa más reiterada de los accidentes en los primeros años de vida, a pesar de contar los hogares con algún tipo de protección para su prevención. Este hecho posiblemente se relacione a la escasa autonomía del niño a esta edad unido a defectos en los pisos desde un mismo nivel u otros sitios de alturas que producen otro nivel: escaleras sin barandas, ventanas y balcones. Hallazgo que ha sido encontrado en diferentes estudios del tema.16,17
En 164 hogares de niños menores de cinco años de cuatro consultorios del Policlínico Docente "Luis Augusto Turcios Lima" de San José de las Lajas se encontró que en el 28,6 % de las viviendas se presentaron accidentes y el más frecuente fueron las caídas.18
El lugar más frecuente de ocurrencia de la lesión fue el hogar, y las caídas a un mismo nivel representaron el 48,4 % de las causas de las lesiones intencionales en tres áreas del municipio de Cienfuegos (V, VI, VII). Resultado que se encontró en un estudio realizado por Blanco de enero a mayo del 2017 con el fin de identificar las lesiones no intencionales ocurridas en la comunidad y los factores de riesgos existentes en las viviendas.13
En España, las caídas constituyen la principal forma de lesión no intencionada en los menores de 14 años, mucho más frecuentes que las intoxicaciones o las quemaduras, según un estudio sobre accidentes llevado a cabo por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.19,20
Los menores de un año son especialmente susceptibles a sufrir lesiones por caídas a medida que van adquiriendo mayor movilidad e interés por explorar el medio que los rodea, generando más de un millón de visitas anuales a los Servicios de Urgencias en los Estados Unidos según los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) entre el 2000 y el 2006.18,19
Al estudiar los niños de cuatro Consultorios Médicos de la Familia, del policlínico Universitario Área V de Cienfuegos, Manuel Piti Fajardo se encontró que la principal causa de los accidentes en todas las edades fueron las caídas.7) De forma similar representaron en un 83,9 % la causa de los accidentes en niños que acudieron a una unidad médica de primer nivel de atención del Instituto Mexicano del Seguro Social en el Distrito Federal, México.17)
En Matanzas, la morbilidad por accidentes en menores de 18 años es más frecuente que la mortalidad. Son los accidentes leves los de mayor por ciento en este estudio; resultado de las características propias de los niños, las causas que lo provocan y los factores de riesgo asociados.
Aunque en la mayoría de las ocasiones no se producen lesiones graves, suponen la tercera causa de muerte por accidente en los países de la Unión Europea en niños entre los 0 y 19 años, según la European Child Safety Alliance.17
La capacidad cada vez mayor para alcanzar sitios y manipular aparatos peligrosos, la curiosidad por conocer todas las áreas y objetos que los rodean y la dificultad para vigilarlos en forma permanente son situaciones ampliamente demostradas que están relacionados con los accidentes en esta etapa de la vida.4,7,16,21
El conocimiento de las características del comportamiento de los niños en cada edad o etapa evolutiva, nos permitirá ajustar mejor nuestras expectativas sobre su comportamiento; saber qué podemos esperar de ellos y adoptar las medidas preventivas adecuadas para evitar que se produzcan lesiones.
En conclusión, las lesiones no intencionales constituyen un problema de salud, es necesario evaluar y controlar los factores de riesgo en los distintos tipos de accidentes para prevenir o disminuir su incidencia a través de estrategias de información, educación y comunicación.
Lograr que las familias estén conscientes de la vulnerabilidad de los niños, es un factor esencial y básico en todos los esfuerzos que tengan como objetivo la prevención de las lesiones no intencionales en esta etapa de la vida.