Introducción
La docencia universitaria reviste gran complejidad, específicamente en la carrera de medicina, en la cual se incrementa. En la formación del profesional de la medicina el proceso es dirigido no solo a la enseñanza de competencias profesionales, sino también a la adquisición de valores necesarios para el perfil de salida del profesional de la salud.
La sociedad cubana actual requiere médicos con una formación de la más alta calidad. El suponer que el médico, por su calidad de tal, está capacitado para enseñar y, por ende, que sus estudiantes aprenden, es parte del pasado. El desafío es ir más allá; es imperativo contar con la implementación de programas adecuadamente estructurados, basados en la evaluación de necesidades al interior de cada escuela y con estudio de su impacto.1
El aprendizaje es el desarrollo mental de cada individuo para almacenar información que sirva para desarrollar una habilidad o destreza que demuestre lo aprendido, pues solo de esta manera se lograrán medir los progresos que la persona haya alcanzado, tales como: valores, conocimientos, actitudes y procedimientos.2
La tutoría es una práctica reconocida desde la antigüedad y es una forma de enseñanza muy utilizada en la formación de profesionales en la carrera de medicina. Etimológicamente, tutor significa maestro, amigo, guía, acompañante, defensor, protector, guardián, director y sostén, proviene del latín "tutor-tutoris". El tutor debe ser reconocido por su actitud científica y por manifestar una sólida cultura general, debe poseer una cultura pedagógica y dominar especialmente la lengua materna y un idioma extranjero. Además de ser creativo, organizado y flexible, debe ser innovador y con capacidades de negociación, tener funciones de ejecutor, poseer características psicopedagógicas, ser ejemplo personal y mostrar modestia en su quehacer docente.3
La educación en el trabajo en la Atención Primaria de Salud (APS) es un ejemplo clásico de tutoría como forma de enseñanza en la carrera de medicina. Referente a ello, el Ministerio de Salud Pública de Cuba, en la Instrucción VADI No. 3/90, declara que la educación en el trabajo es la forma fundamental de organización del proceso docente educativo en el ciclo clínico de las diferentes carreras de la Educación Médica Superior, cuya forma superior es la enseñanza tutorial basada en la relación individual o de pequeños grupos.4
Para cumplir con tal encomienda, la universidad debe conocer el claustro con el que cuenta y necesita tener identificadas las debilidades y fortalezas que interactúan en su composición. Y precisamente por ello los autores del presente trabajo se trazaron como objetivo caracterizar el comportamiento de la profesionalización docente del tutor en el proceso de formación del médico general durante el año 2018 en los diferentes escenarios docentes de la APS en el Municipio de Sagua la Grande.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo transversal sobre los tutores de pregrado que laboran en las áreas de salud correspondientes a los Policlínicos "Mario Antonio Pérez" e "Idalberto Revuelta" del Municipio de Sagua la Grande. Para ello se aplicó una encuesta a una población compuesta por la totalidad de los médicos de Medicina General Integral (MGI) que se desempeñaban como tutores de la educación en el trabajo con estudiantes de la carrera de medicina, siendo ellos 13 médicos especialistas y 12 residentes de 2do año (R2), pertenecientes a dichos policlínicos. El cuestionario, confeccionado por la vicedecana docente de la Facultad de Ciencias Médicas de Sagua la Grande y validado por los el equipo docente metodológico de la facultad, estuvo integrado por preguntas cerradas, mixtas y abiertas que sumaron un total de 14; se incluyeron aspectos como: categoría profesional y docente, grado académico, experiencia como tutor, años de graduado como especialista, así como otros elementos referidos a la organización y estructuración del proceso enseñanza-aprendizaje, tiempo desarrollado como tutor y participación en actividades metodológicas.
Se aplicó, además, una entrevista individual a expertos en función de la actividad desarrollada en el pregrado para estudiantes de medicina. El sistema de métodos utilizados integró los teóricos (analítico-sintético) y empíricos (encuesta y entrevista). Se utilizó la encuesta dirigida a tutores de pregrado y una entrevista dirigida a expertos.
Los datos obtenidos fueron computados mediante la utilización de frecuencia absoluta y porcentajes y expresados en tablas para su comprensión.
Se tuvieron en cuenta los aspectos éticos desde la elaboración del proyecto de investigación hasta su culminación, se contó con el consentimiento informado de los participantes en el estudio, así como la aprobación del consejo científico de la Facultad de Ciencias Médicas de Sagua la Grande.
Resultados
En el municipio de Sagua la Grande, de 63 Consultorios del Médico y Enfermera de la Familia (CMF) que existen, había 55 acreditados para la docencia y ocho que no lo estaban, de estos ocho, dos solo estaban cubiertos por enfermeras, no por médicos y seis se encontraban en lugares de difícil acceso. De los 55 acreditados para la docencia hubo12 cubiertos por residentes de la especialidad de MGI en su último año (R2) (Tabla 1).
Policlínico | Acreditados para la docencia pregrado | Acreditados para la docencia postgrado | No acreditados para la docencia | Total de consultorios | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Mario Antonio Pérez | No. | % | No. | % | No. | % | No. | % |
10 | 15,87 | 23 | 36,51 | 4 | 6,35 | 30 | 47,62 | |
Idalberto Revuelta | 15 | 23,81 | 22 | 34,92 | 4 | 6,35 | 33 | 52,38 |
Total | 25 | 39,68 | 45 | 71,43 | 8 | 12,70 | 63 | 100 |
De los 25 CMF acreditados para la docencia de pregrado 13 están cubiertos por especialista de primer grado en MGI y 12 por residentes de 2do año en MGI (R2), de ellos ostentan categoría docente cinco especialistas de MGI pertenecientes al Policlínico Idalberto Revuelta, el resto no tenía categoría docente (Tabla 2).
Policlínico | Instructor | Asistente | Sin categoría docente | |||
---|---|---|---|---|---|---|
R2 | Especialista de MGI | R2 | Especialista de MGI | R2 | Especialista de MGI | |
Mario Antonio Pérez | - | - | - | - | 7 | 3 |
Idalberto Revuelta | - | 3 | - | 2 | 5 | 5 |
Total | - | 3 | - | 2 | 12 | 8 |
De los 13 especialistas de MGI, el mayor porcentaje (61,54 %) tienen más de 5 años de experiencia, de ellos la gran mayoría (53,85 %) pertenecen al policlínico Idalberto Revuelta (Tabla 3).
Policlínico | Menos de 1 año | 1-5 años | 6-10 años | + de 10 años | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
No. | % | No. | % | No. | % | No. | % | |
Mario Antonio Pérez | - | - | 2 | 15,38 | - | - | 1 | 7,69 |
Idalberto Revuelta | 1 | 7,69 | 2 | 15,38 | 3 | 23,08 | 4 | 30,77 |
Total | 1 | 7,69 | 4 | 30,77 | 3 | 23,08 | 5 | 38,46 |
Todos los especialistas tienen más de un año de experiencia como tutor en pregrado, pues comenzaron su labor siendo aún residentes de la especialidad (Tabla 4).
Policlínico | 1-5 años | 6-10 años | + de 10 años | |||
---|---|---|---|---|---|---|
No. | % | No. | % | No. | % | |
Mario Antonio Pérez | 2 | 15,38 | - | - | 1 | 7,69 |
Idalberto Revuelta | 3 | 23,08 | 3 | 23,08 | 4 | 30,77 |
Total | 5 | 38,46 | 3 | 23,08 | 5 | 38,46 |
La mayoría de los tutores recibieron poca o ninguna preparación metodológica para realizar el tutoreo en su consultorio (Tabla 5).
Policlínico | Varias veces en el año. (tres o más) | Muy pocas veces en el año. (menos de tres) | Nunca | |||
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No. | % | No. | % | No. | % | |
Mario Antonio Pérez | 1 | 7,69 | 1 | 7,69 | 1 | 7,69 |
Idalberto Revuelta | 2 | 15,38 | 6 | 46,15 | 2 | 15,38 |
Total | 3 | 23,08 | 7 | 53,85 | 3 | 23,08 |
Cada tutor tenía a su cargo seis o siete estudiantes de 1er y 2do año de la carrera de medicina, en diferentes días de la semana durante todo el curso académico, además de un estudiante de 6to año en su práctica pre profesionalizante durante siete semanas cuatro veces en el curso, además de seis estudiantes de 5to año durante cuatro semanas dos veces en el curso.
Discusión
Para dar cumplimiento al programa de formación de recursos humanos de mejor calidad en la Atención Primaria de Salud (APS), en Cuba se garantiza la continuidad de estudio posgraduado a los médicos generales que no estén incorporados en otra formación de especialidad y estén en pleno ejercicio para la profesión sin limitaciones físicas, éticas y morales que puedan interferir en el ejercicio de la misma.5) Es por ello que de 63 CMF con condiciones para la docencia en Sagua la Grande, 45 (71,43 %) están cubiertos por residentes en MGI.
Dentro de los perfiles del egresado de MGI se encuentran el político ideológico, el profesional y el ocupacional. El perfil profesional define cinco funciones básicas: Atención Médica Integral, Docente-Educativa, Administración, Investigación y Especiales, todas ellas conectadas en un sistema por la estructura de la formación ético-humanística y aunque la función rectora es la de Atención Médica Integral, no menos importante es la función Docente-Educativa donde el especialista en MGI ejecuta funciones docentes educativas con los educandos de las ciencias de la salud de pre y postgrado.(5)
Esta función docente educativa debe estimularse desde el período de formación del especialista en MGI y así contribuir a la vinculación de su actividad profesional con actividad profesoral desde su ubicación laboral. Es por ello que en el área de salud de Sagua la Grande, 12 de estos residentes se desempeñan como tutores de pregrado. Ellos ejercen la tutoría apadrinados por un tutor de postgrado especialista de primer grado en MGI, que a su vez es el tutor de formación del residente, y por el Grupo Básico de Trabajo (GBT) al cual pertenece el residente, conformado por los diferentes especialistas (Pediatra, Gineco-obstetra, Clínico) y presidido por un especialista de MGI, todos ellos con categoría docente.
El sistema de enseñanza para la formación de médicos generales se apoya en el principio de la educación cubana de vincular al estudiante con la educación en el trabajo y de prepararlo para la vida, de manera que su formación integral depende en gran medida de las condiciones en que se desarrolla su vinculación con el tutor en el servicio de salud que corresponda en cada momento de su formación y de la preparación del tutor en su papel de profesor.3
Teniendo en cuenta la importancia que reviste la tutoría para la formación profesional de los futuros médicos, se hace necesario valorar la necesidad de categorizar docentemente a los residentes de último año de la especialidad en MGI que cumplan con los requisitos necesarios, pues de esta forma se les aportaría a su formación como especialista los instrumentos pedagógicos necesarios para cumplir con calidad su función como docente, la cual es necesaria ya que solamente con los especialistas que laboran en el área no se suple la necesidad de tutores en las diferentes asignaturas de la disciplina de MGI de la actual matrícula de pregrado en los diferentes años de formación.
También es necesaria la profesionalización docente de los especialistas de MGI para ejercer su función como docente en el proceso de formación profesional de los futuros médicos. En estudios realizados en los últimos años aluden a insuficiencias en el desempeño del profesional médico como profesor considerando que no se explotan todas las potencialidades existentes en el trabajo metodológico, desde los diferentes momentos de planificación, organización, regulación y control del trabajo pedagógico y la inherente repercusión en el área de superación profesoral, lo que influye en las competencias docentes.(6,7,8,9) De ello se comprende que la calidad docente depende tam bién de la calidad del claustro en su conjunto. El Ministerio de Educación Su perior ha establecido en Cuba tres cate gorías docentes principales:10) profesor asistente, profesor auxiliar y profesor ti tular. Existe, además, la categoría transito ria de instructor, para quienes inician su labor docente. Asimismo, se ha garanti zado un sistema para la formación y la superación profesoral que garantiza el desarrollo científico-pedagógico.
Si se analiza el área de salud de Sagua la Grande, se puede concluir que hay carencias en el claustro, es cierto que un buen docente debe ser a su vez un buen profesional, pero no todos los buenos profesionales son, por esta condición, buenos docentes. El docente, además de su preparación profesional, debe tener preparación pedagógica e investigativa que le permita enseñar al estudiante a aprender, que este sea procurador de su propio conocimiento a través de las diferentes estrategias de aprendizaje aportadas por el profesor. Se hace necesario incentivar la categorización docente de los médicos que ocupen plazas en los consultorios docentes o sustituir a los que no tengan aptitudes y actitudes para categorizarse, por especialistas que sí las tengan. Las plazas deben ser ocupadas por el personal idóneo para la misma, no es negociable que un escenario docente pierda su condición porque el personal que lo ocupe no reúna los requisitos para asumir el papel que su puesto de trabajo requiere. Es imprescindible que los directores de las unidades docente-asistenciales tengan presente la idoneidad a la hora de cubrir las plazas disponibles.
A través de la práctica pedagógica se ha demostrado que de nada vale el perfeccionamiento de los documentos que intervienen en el proceso si no se perfecciona simultáneamente al sujeto que los utiliza. Consecuentemente, la preparación de los profesores implica la necesidad de comprender que su formación se extiende a lo largo de toda su vida, en respuesta a las necesidades personales, preferencias, reclamos sociales que estimulan la adquisición y desarrollo de los conocimientos, habilidades y actitudes inherentes a su labor profesional. El maestro constituye el centro fundamental de la educación médica superior; de su superación constante dependen, en gran parte, la adquisición de conocimientos, habilidades y responsabilidades necesarios para ejercer eficazmente el rol que les corresponde, así como su grado de satisfacción dentro del proceso docente educativo.11
La superación de los profesionales de la educación médica a favor de la enseñanza y aprendizaje del estudiante es una necesidad para garantizar la eficacia, productividad y desarrollo del proceso docente educativo.
En conclusión, en el área de salud de Sagua la Grande la educación en el trabajo como forma educativa docente se sustenta en residentes del segundo año y en especialistas de primer grado en Medicina General Integral, la mayoría sin categoría docente, aunque con varios años de experiencia profesional y profesoral.