Introducción
Diversos estudios han reportado que, en general, la educación universitaria es altamente estresante,1 al enfrentar muchas veces fuertes desafíos, tanto académicos como personales.2 En ese sentido, se ha descrito que los estudiantes de enfermería están expuestos a un nivel de estrés moderado o alto durante su formación profesional, proveniente de diversas fuentes, relacionados con el cuidado de pacientes, las tareas, la carga laboral, las interacciones negativas con personal y profesores, la falta de competencias clínicas y la rendición de exámenes.3 Adicionalmente, otro estudio reportó como principales causas de estrés no solo el aspecto académico, sino también financieros y familiares.4
La evidencia es contradictoria en relación con el efecto que el trabajo podría tener sobre el bienestar emocional, especialmente en los estudiantes de enfermería. Moxham y otros5 reportaron que el trabajo remunerado se asoció con menor presencia de distrés psicológico, ansiedad y depresión. En ese sentido, un estudio prospectivo que exploró la transición de escuela a universidad y vida laboral en adultos jóvenes, encontró que aunque se reportó mayor sobrecarga de trabajo en los estudiantes universitarios que trabajaban, también este grupo presentaba menor descontento laboral, especialmente en aquellos que trabajaban en el sector salud.6 Sin embargo, Abou y otros (7 reportaron que los estudiantes que trabajaban estaban expuestos a diversos riesgos para la salud, incluyendo ruido, temperaturas extremas y estresores psicológicos; así también presentaban con mayor frecuencia desórdenes del sueño y dolencias musculo-esqueléticas. Por otra parte, algunos estudios han reportado que un porcentaje significativo de estudiantes que trabajan, ingresaron a la universidad de forma tardía, estaban casados o con hijos, en comparación con estudiantes que no trabajaban. Asimismo, reportaron menor disponibilidad de recursos económicos para desarrollar las actividades académicas requeridas por el sistema universitario,8 lo que podría reflejar un perfil socioeconómico distinto entre estudiantes que trabajan y aquellos que no.
En ese sentido, los estudiantes que trabajan, durante su formación profesional podrían estar expuestos a múltiples factores de riesgo para su salud física y mental.9 La autopercepción de salud resulta una evaluación subjetiva y ha sido ampliamente usada como una medida del estado general de salud.10 Varios estudios han encontrado que las personas con una “pobre” autopercepción de salud tienen tasas de mortalidad más altas,11 así como mayor probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas12,13 y salud mental14 en comparación con aquellas que autoperciben su salud de forma excelente.
Existe limitada información sobre los factores que podrían afectar la salud en estudiantes de enfermería en Latinoamérica y, en particular, en Bolivia. Por tanto, el objetivo del presente estudio fue caracterizar la relación entre trabajo y autopercepción de salud en estudiantes de Enfermería en una de las principales universidades públicas de Sucre, Bolivia.
Métodos
Se realizó un estudio transversal entre agosto y noviembre de 2018 a estudiantes de la carrera de Enfermería de la Universidad “San Francisco Xavier” de Chuquisaca (USFX) en Sucre, Bolivia. La USFX es la más antigua y una de las principales universidades públicas del país. Actualmente cuenta con cerca de 46 000 estudiantes en sus diversas facultades y carreras, tanto en áreas urbanas como rurales. La USFX, además de aportar a la formación de recursos humanos, ejecuta diversos proyectos de interacción con la comunidad con el objetivo de favorecer el desarrollo de la región.15
Participantes
Se invitó a participar en el estudio a todos los estudiantes (N = 151) de tercer año de formación profesional de la carrera de Enfermería, un nivel anterior al internado.
Instrumentos y definición de variables
La información se recopiló a través de una encuesta en formato digital mediante el software SurveyMonkey®. En este sentido, se habilitó un gabinete de computación para que los participantes pudieran completar las encuestas en su tiempo disponible. El instrumento tuvo cerca de 50 preguntas y tomó aproximadamente 20 minutos para completarlo.
Se exploró información sociodemográfica y económica con preguntas del cuestionario de expectativas laborales diseñado por Paz y otros16 Entre estas variables se consideraron: edad (categorizada en dos grupos y tomando como referencia la mediana ≤ 22 y > 22 años); sexo (femenino y masculino); estado civil (dos opciones: casado o en pareja, y soltero); dependientes a cargo (si tenían hijos, hermanos, padres u otros que dependían del individuo); personas con las que vive (dos opciones: vive solo, y si vive con familia o amigos); estrés financiero percibido en los últimos 12 meses (poco o moderado, y alto); beneficiarios de alguna beca universitaria, y para finalizar se preguntó si actualmente los estudiantes se encontraban trabajando.
Por otra parte, se indagaron los aspectos relacionados con los estilos de vida con preguntas de la primera encuesta nacional de empleo, trabajo, salud y calidad de vida de los trabajadores(as) en Chile.17 Entre estas variables se incluyeron: frecuencia de actividad física (categorizada en dos: menos de una vez por semana, y una o más veces por semana); tabaquismo actual (si actualmente consumía uno o más cigarrillos al día); y consumo de bebidas alcohólicas (categorizada en una o menos al mes, y más de una vez al mes). También se preguntó sobre el apoyo social percibido, con la escala multidimensional de apoyo social elaborado por Zimet.18
Este instrumento incluyó 12 preguntas en escala de Likert de 7 opciones, que osciló desde “Muy fuertemente en desacuerdo” hasta “Muy fuertemente de acuerdo” y exploró el apoyo social de la familia, amigos u otra persona significativa. Los puntajes en cada dimensión se sumaron y se consideró un apoyo social alto en cada dimensión, cuando la suma alcanzaba el tercil superior de la distribución (23 o más puntos para apoyo familiar, 20 o más puntos para apoyo de amigos y 22 o más puntos para otro significativo).
Como variable dependiente del estudio se estimó la autopercepción de salud. Esta se midió con la pregunta “¿Cómo considera usted que es su salud?”, la cual es parte del cuestionario SF-36,19 y explora la autopercepción de salud en una escala de Likert de 5 opciones (desde “Excelente” a “Mala”). Así como en otros estudios,20 esta variable fue recategorizada como “buena” autopercepción de salud, incluyendo las opciones “excelente”, “muy buena” o “buena”, y como “pobre” autopercepción de salud para las opciones “regular” o “mala”.
Análisis de los datos
Las encuestas digitales fueron descargadas de SurveyMonkey® y analizadas con el software IBM SPSS v.24. Todas las variables se trabajaron de forma categórica, al considerar para su descripción las frecuencias absoluta y relativa. Se compararon las características de los estudiantes que trabajaron y que no trabajaron mediante la prueba estadística de Chi cuadrado. Dado el bajo número de participantes varones en el estudio (n = 7), estos fueron excluidos en los análisis posteriores. Se utilizaron los modelos de regresión logística para calcular el Odds Ratio crudo y ajustado, así como su respectivo intervalo de confianza (95 %) para estimar las variables que podían predecir la pobre autopercepción de salud en las estudiantes de enfermería. Los modelos se ajustaron por variables potencialmente confusoras y otras variables predictoras en el modelo, que incluyó edad, dependientes económicos, beca universitaria, estrés financiero y apoyo social.
Aspectos éticos
El estudio consideró recomendaciones éticas internacionales para investigación con seres humanos con el fin de respetar los derechos y el bienestar de los participantes.21 El estudio contó con la aprobación del comité de bioética de la Facultad de Medicina de la Universidad “San Simón” en Cochabamba (Bolivia); así también tuvo el apoyo institucional de la Universidad “San Francisco Xavier” de Chuquisaca. Los objetivos y procedimientos del estudio fueron socializados a los estudiantes y se solicitó la firma de consentimiento informado de cada participante. Se respetó la participación voluntaria en cada momento.
Resultados
Un total de 126 estudiantes participaron del estudio, lo que representó un porcentaje de participación del 83,4 %. Los estudiantes fueron en su mayoría mujeres, menores de 24 años, solteros, viviendo con familia o amigos, con estrés financiero bajo o medio. La mayoría reportó no fumar actualmente, bajo consumo de bebidas alcohólicas, baja actividad física y pobre autopercepción de salud. Al comparar las características de los estudiantes que estaban trabajando y los que no lo estaban, se encontró un porcentaje más alto de estudiantes con mayor edad (58 % vs. 34 %), mayor tabaquismo (18 % vs. 6 %), así como una mayor autopercepción de su salud, como pobre (54 % vs. 85 %) en los estudiantes que estaban trabajando. Por otra parte, este grupo reportó un menor apoyo social de la familia (20 % vs. 43 %) (Tabla 1).
Nota: *Considera cualquier dependiente económico incluidos hijos, hermanos y padres.
**Se considera positiva si actualmente fuma al menos 1 cigarrillo al día como mínimo desde hace un mes.
***Corresponde a tertil superior (23 o más puntos para apoyo familiar, 20 o más puntos para apoyo de amigos y 22 o más puntos para otro significativo).
En los modelos univariados, las estudiantes que trabajaban (Odds Ratio crudo 5,6; 95 % Intervalo de confianza 2-15,7) y aquellos que reportaron haber sufrido de estrés financiero los últimos doce meses (3,4; 1,4-8), fueron significativamente más propensos a autopercibir su salud de forma pobre. Por otra parte, se observó una tendencia en la relación entre menor apoyo social y peor percepción de salud. Después del ajuste, los resultados se mantuvieron consistentes (Tabla 2).
Nota: *Incluye respuestas regular o mala a la pregunta: ¿Cómo considera usted que es su salud?
**Considera cualquier dependiente económico incluidos hijos, hermanos y padres.
***Corresponde a tertil superior (23 o más puntos para apoyo familiar, 20 o más puntos para apoyo de amigos y 22 o más puntos para otro significativo).
Discusión
El estudio analizó la relación del trabajo y la pobre autopercepción de salud en estudiantes de Enfermería de una de las principales universidades públicas de Bolivia. Los resultados mostraron que los estudiantes que trabajaban y aquellos que reportaron haber tenido estrés financiero durante los últimos 12 meses, presentaron mayor probabilidad de reportar una pobre autopercepción de salud de forma independiente de la edad, dependientes de cargo y apoyo social percibido. Según la revisión realizada, este es el primer estudio en Bolivia que explora la relación entre trabajo y salud autopercibida en estudiantes de Enfermería. Esto permitirá llamar la atención sobre el tema en el país y proponer intervenciones en beneficio de la formación profesional de los estudiantes.
El presente estudio tiene varias limitaciones a considerar. Dado el diseño transversal del estudio, no se pueden establecer relaciones causales. Por otra parte, no se cuenta con instrumentos en español validados en Bolivia. Si bien se realizó la validación semántica de los instrumentos, quizás no se hayan considerado algunos aspectos culturales que podrían malinterpretarse. Aunque el porcentaje de respuesta fue cercano al 83 %, es posible que los estudiantes que no hayan participado del estudio hayan tenido mayor carga laboral y peor autopercepción de salud; por lo tanto, los resultados podrían estar subestimados. Adicionalmente, el limitado tamaño de la población restringió el análisis de los datos en subgrupos. En ese sentido, el poco número de estudiantes varones limitó el análisis en este grupo, pues las condiciones laborales y de salud podrían ser distintas. Diversos estudios en Latinoamérica reportaron que las mujeres tenían mayor probabilidad de una pobre autopercepción de salud;22,23 sin embargo, no fue posible explorar la presencia de diferencias de género en la población de estudio.
Si bien en la indagación se encontró un porcentaje de estudiantes que trabajan del 32 %, esta cifra está solo un poco por debajo del porcentaje reportado en otra universidad pública en La Paz, Bolivia (40 %).24 Así también se ha encontrado un porcentaje similar en países de Europa (40 %), lo que reporta que este ingreso permite a los estudiantes financiar un alto porcentaje de sus gastos de estudio y mantenimiento.25) Algunas investigaciones mostraron que los estudiantes que trabajaban, reportaban una percepción positiva hacia el trabajo, especialmente por el aprendizaje con la práctica, la sensación de independencia, las posibilidades de movilización social y el desarrollo personal.26 También presentaban niveles más altos de autoeficacia en comparación con aquellos que no trabajan sin presentar diferencias en el rendimiento académico.27 Por otra parte, se ha reportado una sobrecarga de trabajo en estudiantes que trabajan y estudian, lo que plantea la necesidad de proponer intervenciones para reducir el estrés crónico en los estudiantes.6
Existe poca información sobre las condiciones laborales en los estudiantes de enfermería, especialmente en Latinoamérica; sin embargo, estos resultados parecieran ser consistentes con otros reportados. Un estudio en México encontró que un porcentaje importante de los estudiantes trabajadores cumplían con jornadas laborales amplias (mayor a 20 horas por semana), y trabajaban principalmente por necesidades económicas en actividades laborales no relacionadas con su formación. Así también un porcentaje alto de estos estudiantes tenía retrasos en el avance curricular en comparación con los que no trabajaban.8 En nuestro estudio solo el 27 % de los que trabajaban, lo hacían en un campo relacionado con su profesión, en la mayoría de los casos (> 90 %) trabajos con contrato temporal con bajas remuneraciones y sin beneficios sociales (datos no mostrados).
En ese sentido, la condición de trabajar durante la formación profesional podría representar un factor de riesgo para la salud física y mental, que se refleje en una pobre autopercepción de salud como un indicador temprano del estado de salud. Esta situación podría ser comparable con la de otras universidades públicas de Bolivia y Latinoamérica, en las que se ha presentado un importante incremento de la matrícula, lo que favorece, de manera particular, a los estudiantes con menores ingresos, a los indígenas o a los provenientes de áreas rurales;24,28 sin embargo, todavía no se han implementado mecanismos de apoyo suficientes y adecuados, así como sistemas de financiamiento a través de ayudas estudiantiles, créditos y becas que cubran las necesidades reales de los estudiantes, pues estas limitaciones también se han relacionado con una mayor deserción universitaria.29
El estudio encontró un alto porcentaje de estudiantes de Enfermería que perciben su propia salud de forma pobre. El hecho de trabajar y estudiar simultáneamente, así como el estrés financiero, resultan determinantes para la autopercepción de salud y, posiblemente, para otras condiciones de salud que podrían afectar el bienestar de los estudiantes. Es necesario estudiar con mayor profundidad el rol de otros factores sobre la salud de los estudiantes, con la finalidad de proponer estrategias integrales a nivel institucional, que favorezcan la calidad educativa y su desempeño profesional.