INTRODUCCION
Los estudiantes universitarios de hoy tienen una forma diferente de enfrentar el aprendizaje, piensan y procesan la información de manera distinta, gustan de los procesos y las multitareas paralelas y se mueven en un contexto de dinamismo con inmediatez, donde el cambio es constante.
Por otra parte, las exigencias y los requerimientos del aprendizaje continuamente se modifican, por eso resulta importante utilizar estrategias obtenidas de las diferentes teorías, tomando en cuenta que estas se pueden mezclar. Las estrategias de aprendizaje constituyen un conjunto de procedimientos y procesos mentales, utilizados por el individuo en una situación particular de aprendizaje para facilitar la adquisición de conocimiento; en este proceso intervienen las características del aprendiz, los materiales de aprendizaje, las demandas y los criterios de las tareas y estrategias de conocimiento que el estudiante tiene, lo que conoce y su forma de aplicación.1
Desafortunadamente, en el ámbito universitario aún se expresa el método de enseñanza tradicional basado en clases magistrales, el cual se critica por su poca contribución al aprendizaje profundo, su limitada aplicación e integración del conocimiento, y por generar en los estudiantes una clara tendencia a la memorización, con aprendizajes superficiales que favorecen el olvido de la información.2
Además, no todas las personas se instruyen de igual manera, ya que presentan diferentes estilos de aprendizaje susceptibles de identificar por medio de instrumentos apropiados. Asimismo, los adelantos de la neurociencia permiten reconocer la importancia de las metodologías participativas, dirigidas a la construcción del conocimiento mediante el abordaje de problemas reales.3
Por lo mencionado anteriormente es necesario crear un ambiente que entusiasme al estudiante hacia su profesión y le facilite, a partir de su interés y compromiso, la obtención de su aprendizaje. En este sentido, el compromiso académico, también conocido como engagement, constituye un estado mental positivo relacionado con el trabajo y caracterizado por vigor −altos niveles de energía y resistencia mental−, dedicación −alta implicación laboral− y absorción −alto estado de concentración e inmersión−. Este estado afectivo-cognitivo resulta persistente, y no está focalizado en un objeto o situación.4
Dicho constructo comienza a explorarse en los trabajos de Kahn, en 1990, que lo refirió como el “automanejo” de la personalidad de un empleado en su papel de trabajador, por medio del cual se desempeña y se expresa física, cognoscitiva y emocionalmente en su tarea. En 1992, este autor presentó un modelo teórico en el que conceptualizó la “presencia psicológica en el trabajo”, donde los trabajadores se veían satisfechos.5
De esta manera, los estudiantes universitarios, al igual que los trabajadores de una empresa, deben desarrollar competencias y habilidades que les ayuden a realizar sus estudios de la mejor manera y tener resultados positivos en su aprendizaje. En este sentido, el docente desempeña un rol fundamental, ya que gracias a las estrategias de enseñanza que implemente, genera entusiasmo, compromiso, energía y gusto por aprender.
El profesor promueve un estado cognitivo-afectivo persistente en el tiempo, que no está centrado exclusivamente en un objeto o conducta determinada, lo que expresa las tres dimensiones del compromiso académico o engagement: vigor, dedicación y absorción.6
El vigor se caracteriza por altos niveles de energía, persistencia y un fuerte deseo de esforzarse en los estudios. La dedicación se manifiesta por elevados niveles de entusiasmo, inspiración, orgullo y reto, relacionados con los estudios o carrera que cursan. La absorción se identifica cuando el estudiante está plenamente concentrado y feliz mientras estudia, es decir, tiene la sensación de que el tiempo pasa volando y se deja llevar por sus actividades.7
De este modo, se considera que el aprendizaje basado en problemas (ABP) resulta una estrategia didáctica que facilita el engagement. El ABP inicia con un problema real, en el que un equipo conformado por estudiantes se reúne y busca una solución.8
Esta estrategia sigue una metodología en la que el alumno pasa por diversas etapas para descubrir respuestas a las preguntas del docente, se enfrenta a dificultades que le permiten reconocer los errores y descubrir una alternativa que conduzca a la solución del problema. En consecuencia, se requiere una enseñanza formal y una comprensión completa del tema para solucionar el problema planteado, lo que crea un pensamiento reflexivo en los estudiantes.1
Por otra parte, los educandos del área de la salud presentan indiferencia, actitudes desfavorables y de escepticismo, falta de atención y apatía en clases. Incluso, algunos vienen con una capacidad cognitiva “distinta”, ante la cual el formato tradicional de la enseñanza estaría obsoleto, y se necesita que los médicos docentes trabajen nuevas estrategias para el desarrollo del aprendizaje.9,10
De este modo, se necesita que los profesores se esfuercen por utilizar metodologías activas que coadyuven a formar nuevas generaciones, preparadas para enfrentar exitosamente los retos de la modernidad; situación que obliga a dejar la enseñanza tradicional por nuevas estrategias de aprendizaje. De esta manera, el ABP podría enmendar la indiferencia, la poca participación en clase, las tareas deficientes y la carencia de compromiso del estudiante con su proceso de aprendizaje.
Por lo anterior, se hace el siguiente cuestionamiento: ¿cuál es el impacto del ABP en el aprendizaje del estudiante en salud humana? Para responder esta interrogante se analiza el impacto de la estrategia ABP en el aprendizaje del estudiante en salud humana, a partir de investigaciones que aportan al conocimiento sobre esta forma de conducir el aprendizaje.
METODO
Se realizó la búsqueda documental en torno a las variables de estudio: ABP, compromiso académico y engagement, publicadas entre 2009 y 2017, en idiomas inglés y español, en las bases de datos Dialnet, Conricyt, Pubmed, Tesiunam y Google Académico. Se analizaron 60 investigaciones, de las cuales se seleccionaron 28 países, entre ellos: España, Argentina, Colombia, Chile, Estados Unidos, Egipto, Australia, Corea, Singapur, Ecuador, Reino Unido y Nicaragua.
Las variables se encontraron a partir de los siguientes términos:
“Engagement académico”, en idioma inglés; “compromiso académico”, en español; y “bienestar académico” como sinónimo, cuando era utilizado el instrumento UWES-S.
“Aprendizaje basado en problemas” (ABP) en español; “Problem based learning” (PBL), en inglés; y “Team Based Learning” (TBL) como sinónimo de la estrategia.
Los criterios de inclusión fueron: contener las variables a analizar, poseer metodología con rigor científico y dar respuesta a la pregunta de investigación propuesta en este estudio.
Los criterios de exclusión resultaron: encontrarse en un idioma distinto al inglés o español, no contener las variables principales de la investigación y no poseer metodología con rigor científico.
Para el análisis del contenido se categorizó la información en un cuadro de Excel, lo que permitió identificar de manera precisa el país donde fue realizada la investigación, la metodología empleada (sujetos e instrumentos), y los resultados y las conclusiones obtenidas. A su vez, esto favoreció el pensamiento crítico para identificar el impacto del ABP en el aprendizaje del estudiante universitario del área de la salud.
Analisis de contenido sobre ABP
Al analizar la información, se sistematizaron y detectaron las congruencias relacionadas con el impacto del ABP en el aprendizaje de los estudiantes de salud humana, las cuales indican los siguientes aspectos: el ABP influye en el aprendizaje significativo y autodirigido, porque los alumnos presentan un grado de satisfacción que genera un cambio en sus emociones y un aumento en el engagement o compromiso académico. (11 De igual manera, impacta en el rendimiento académico, al favorecer el aprendizaje. (12,13,14,15 Desde la opinión de los estudiantes, es una estrategia atractiva, efectiva y agradable en comparación con la enseñanza tradicional, ya que promueve la motivación. (16,17,18) También incentiva el compromiso académico del estudiante que aprende en el contexto clínico, porque establece conexiones entre la presentación y los diagnósticos, y comprende su papel para determinar la mejor manera de manejar las afecciones médicas de los pacientes. (19
Los factores para implementar el ABP son:
explicar a detalle su metodología,
aclarar que el docente constituye una guía o un facilitador en la solución del problema planteado, y
aplicar el ABP más de dos veces para generar compromiso académico.20
Se identifica que el ABP promueve el compromiso académico o engagement, que a su vez influye en el bienestar académico, al ser un mediador entre la inteligencia emocional y la satisfacción académica del alumno, por lo que se considera predictor de un buen desempeño académico.21,22,23,24,25,26,27 Por otro lado, el aumento del compromiso académico o engagement favorece las metas académicas que los estudiantes universitarios se plantean, así como las actividades de aprendizaje,28 y disminuye el burnout y el estrés académico.29 Además, existe evidencia neurobiológica de que los cambios funcionales en circuitos neuronales que están asociados con el aprendizaje, ocurren mejor cuando el estudiante está activamente comprometido.30
En contraparte con lo anterior, se considera relevante mencionar que se encontraron cinco referentes que concluyen en desacuerdo hacia la metodología del ABP, por ejemplo, el artículo “Satisfacción académica con el ABP en estudiantes de la licenciatura de la Universidad de Colima, México”,31 concluyó que el tiempo asignado para el ABP y la revisión de los casos, es decir, la evaluación, es lo que menos les satisface.
Otro artículo con aspectos en desacuerdo fue la “Aplicación del aprendizaje basado en problemas para la enseñanza de la Microbiología en estudiantes de Medicina”,32 el cual concluye que no se observó diferencia significativa con la estrategia de ABP en cuanto a los conocimientos adquiridos en ambos grupos.
Una tercera publicación, “Opinión comparando el método tradicional y el Aprendizaje Basado en Problemas para la enseñanza de la Anatomía y de la Fisiología humana”,33 resume que el ABP no es, por sí solo, suficiente para cumplir con los objetivos de aprendizaje en Anatomía, y para ello los alumnos prefieren complementar −mas no sustituir− con explicaciones hechas por el profesor y con prácticas de laboratorio.
“Desempeño académico y aceptación del aprendizaje basado en problemas en estudiantes de Medicina”,34 hace referencia a que entre las principales desventajas atribuidas al método del ABP está la posibilidad de sobrecargar de información a los estudiantes y abrumarlos con la demanda de dedicación de mayor tiempo de trabajo extraclase. Finalmente, “Evaluación de una experiencia de Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) en estudiantes universitarios, 2015” concluye que la primera vez que se utiliza la estrategia de ABP no se ven mejoras significativas en el engagement.35
CONCLUSIONES
El ABP impacta de manera positiva en el aprendizaje del estudiante en salud humana, porque promueve el desarrollo de competencias clínicas, el compromiso académico, el aprendizaje autodirigido, significativo y activo, así como el rendimiento académico, la motivación y la participación, lo que ofrece satisfacción y bienestar al estudiante. También estimula el pensamiento crítico, facilita la interacción alumno-alumno, y disminuye la presencia del burnout y el estrés. Por último desarrolla la metacognición.
Se recomienda: a) capacitar a los docentes universitarios del área de la salud sobre la metodología del ABP como impulsor del engagement o compromiso académico, b) concientizar al alumno sobre su nivel de compromiso académico o engagement, y acerca de cómo influye en su aprendizaje, c) realizar investigaciones a nivel local sobre ABP y su influencia en el compromiso académico o engagement.