Introducción
Hace tiempo se plantea, por diferentes vías, el deterioro del planeta. Se llama a la comunidad internacional, a los Gobiernos y pueblos a frenar el daño causado y a colaborar con su recuperación. Lejos de lograrlo, las alarmas siguen creciendo justificadamente y asimismo el perjuicio al medio ambiente.
Nuestra querida Tierra está gritando, muchos problemas la asedian y destruyen: situaciones que transitan desde los fenómenos naturales como terremotos, sismos, tsunamis, epidemias -que han llegado a convertirse en pandemias como la actual COVID-19-, hasta aquellos causados por la mano del ser humano: las guerras, la migración, los problemas ambientales y, entre estos últimos, el más importante, el cambio climático, definido por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) como “cambio del estado del clima identificable en los cambios del valor medio y/o en la variabilidad de sus propiedades, que persiste durante largos períodos de tiempo, generalmente decenios o períodos más largos.1
Estos cambios del clima a largo plazo -según el Vocabulario Meteorológico Internacional es el conjunto fluctuante de las condiciones atmosféricas, caracterizado por los estados y la evolución del tiempo en una porción determinada del espacio-,2 están influidos por las altas concentraciones de los gases de efecto invernadero en la atmósfera que han ido en aumento progresivamente, en gran medida debido a la actividad humana. Al alterarse la composición química de la atmósfera a través de largos períodos de tiempo, se transforma su comportamiento y, por tanto, el del clima, lo que trae consigo modificaciones a los ecosistemas, tanto a sus elementos abióticos como bióticos.
Desde el siglo pasado hay advertencias sobre lo que ocurre en la Tierra y la importancia de los problemas ambientales, el cambio climático y las consecuencias nefastas de todo ello; también se ha hablado acerca del papel del hombre en la generación de dichos problemas y las implicaciones para la flora y la fauna, incluido el propio hombre, que los genera sin tener en cuenta que él se afecta. Múltiples investigaciones lo confirman.
En 1992 numerosos científicos del mundo -aproximadamente 2000-, incluidos los premios nobeles de la ciencia hasta ese momento, firmaron un documento titulado “Advertencia de los científicos del mundo para la Humanidad”, en el que alertaban sobre los peligros que acechaban al planeta y a la vida, y exponían no solo las situaciones reales que ya se enfrentaban y sus consecuencias, sino la conducta a seguir para erradicarlas. En 2017, Ripple y otros3 elaboraron un segundo documento con el mismo título, que fue firmado por 15 364 científicos de 184 países y que no recordaba únicamente los aspectos expresados en el primer artículo, sino que los actualizaba y planteaba el peligro inminente en que se encuentra el mundo; de igual modo que sus predecesores, aconsejaron la forma de resolver o minimizar esta situación.
Desarrollo
Los problemas ambientales -alteraciones de las condiciones normales y naturales de la Tierra- constituyen un sistema en el que todo está interrelacionado de manera tal que hay una influencia recíproca; así, aunque el cambio climático actualmente desempeña un papel central, los demás problemas también se agravan y ejercen una influencia negativa en el medio ambiente. Ejemplo de ello es la contaminación, que además guarda una estrecha y particular relación con el cambio climático.4) Esto no es de extrañar ya que el medio ambiente constituye un sistema complejo, y, como tal, cualquier alteración en alguno de sus componentes repercute en el resto.
Todos ellos perjudican al planeta y al ser humano, ya que los problemas ambientales generan y agravan los de salud vegetal, animal y humana.5,6,7 Cuba no se halla exenta de esta preocupante situación, por lo que los peligros y vulnerabilidades al cambio climático han conducido al Estado cubano a elaborar un conjunto de tareas para enfrentarlo; por ejemplo, la llamada “Tarea Vida”, que abarca diferentes sectores de la sociedad y se concreta en once tareas de las cuales dos se refieren a la salud directamente (8 y 9) y la 10 a los conocimientos sobre esta temática.7,8,9,10
Múltiples resultan los ejemplos de los problemas de salud (las enfermedades), cuya morbilidad y mortalidad están relacionadas con factores y problemas ambientales, como es el caso del cambio climático, que influye tanto en enfermedades transmisibles como en no transmisibles.
Hace años que la variabilidad climática repercute directamente en el comportamiento de estas enfermedades transmisibles: dengue, chicungunya, zika, malaria, insuficiencias respiratorias agudas (IRAS), enfermedades diarreicas agudas (EDAS); y en el de las no transmisibles: enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, entre otras.5,6,11,12,13,14,15
Actualmente nos azota una pandemia producida por el virus Sarscov-2 que ha traído dolor y muerte a millones de seres humanos. Esta compromete a diferentes órganos durante su evolución y deja secuelas que van desde problemas cardiovasculares, respiratorios hasta alteraciones neurológicas.16) Muchos se preguntan si existe una relación entre el cambio climático y la COVID-19; y aunque las investigaciones actuales no ofrecen una respuesta definitiva aún, existen indicios de la influencia de las condiciones atmosféricas en la distribución espacio-temporal de dicha enfermedad.17
No solo el cambio climático repercute en el estado de salud, también la contaminación ambiental tiene su influencia sobre la salud animal y humana. Los diferentes tipos de contaminación y los agentes contaminantes correspondientes están presentes en distintos medios del ámbito natural, pero también en todo aquello producido por la mano del hombre, con una gran distribución geográfica que, en resumen, afecta al medio ambiente desde todos los puntos de vista.
El desarrollo científico-técnico, tan importante para el desarrollo humano y de la sociedad, ha contribuido al empeoramiento de la problemática ambiental, por el uso indiscriminado del arsenal tecnológico y de los recursos naturales. Los desechos industriales se vierten indiscriminadamente y contaminan los suelos, las aguas y el aire; los productos químicos utilizados en la agricultura para acelerar la maduración de los frutos y aumentar la producción, los pesticidas, plaguicidas, herbicidas, así como otros productos industriales, y algunos derivados del petróleo para producir objetos de plásticos, pinturas, cosméticos, entre otros, causan daños a la salud.
Ejemplos de ello son los llamados disruptores endocrinos u hormonales, tipo específico de contaminantes ambientales, naturales y sintéticos que, al imitar la acción de las hormonas, causan trastornos en el sistema endocrino y, por tanto, en diferentes tejidos, órganos y sistemas desde el punto de vista metabólico, anatómico y fisiológico, que pueden llevar a distintos problemas de salud a corto, mediano y, sobre todo, a largo plazo si la contaminación se produce en los estadios iniciales de la vida, es decir, durante el desarrollo embrionario y la infancia.18,19,20
Entre las alteraciones que se producen están las del sistema reproductivo, que abarcan desde modificaciones morfológicas hasta problemas de la fertilidad; también pueden existir dificultades cognitivas y psicomotoras por anormalidades neurológicas. Otras transformaciones llevan a la aparición de diferentes tipos de cáncer como el de mama y testículos, así como la del síndrome metabólico, la obesidad y la diabetes.21,22,23,24
A pesar de que muchos de estos aspectos que afectan la salud humana se conocen desde hace años, no hay una suficiente conciencia ambiental y, mucho menos, una cultura al respecto en la población ni en numerosos profesionales, por lo que se debe plantear la pregunta: ¿por qué persiste esta situación a pesar de los esfuerzos realizados y de la divulgación de esta problemática no solo en Cuba sino también a nivel mundial?
La insuficiencia de los conocimientos en la temática ambiental y la no interiorización de ellos constituye un factor que influye en la falta de conciencia, por eso es imprescindible impartirlos, junto con el desarrollo de un conjunto de valores, actitudes, habilidades y sentimientos relacionados con esta esfera.
La educación ambiental debe estar presente en todos los niveles de enseñanza, de hecho, se encuentra en los currículos de la enseñanza general. Sin embargo, es indispensable que en los planes de estudio de la enseñanza superior aparezca la formación ambiental, ya que, debido a su encargo social de formar a los especialistas que dan respuestas y soluciones a los problemas del país, es inaplazable lograrla, en particular en la enseñanza de las ciencias médicas y sobre todo en la carrera de medicina resulta impostergable porque como ya se expresó, existe una relación entre los problemas ambientales y los problemas de salud.
No obstante, la importancia del conocimiento en esta esfera del saber, aún existen insuficiencias en la formación ambiental durante los estudios de medicina, que se han evidenciado a través de investigaciones de diferentes autores que abarcan a estudiantes, profesores y al análisis curricular de los planes de estudio.25,26
Estos resultados han conducido a diversos autores a manifestar la necesidad de introducir la dimensión ambiental (DA) en diferentes carreras de la educación superior y en la de medicina, lo que ha constituido un paso de avance pues han realizado propuestas en algunas asignaturas para que esté presente dicha dimensión.27,28,29,30,31,32
Para lograr una verdadera formación ambiental hay que introducir la DA de forma sistémica, interdisciplinaria y holística,30,31) lo que conllevaría no solo a un mejor trabajo de promoción y prevención de salud del médico, sino también contribuiría al desarrollo de una conciencia ambiental en la población, ya que una de sus funciones es educar.
De esta forma se apoyaría al cumplimiento de la “Tarea Vida”, de aquellas referidas al conocimiento de los problemas ambientales en general y de su impacto en la salud humana, con especial hincapié en la contaminación y el cambio climático, que constituyen algunos de los principales problemas ambientales de Cuba.10) A partir de ese documento, el Ministerio de Educación Superior y el Ministerio de Salud Pública elaboraron otros aplicados a sus esferas correspondientes en los cuales se aborda la forma de concretar lo relacionado con los conocimientos.
Conclusiones
Cuba tiene potencialidades, a través de la ciencia, la investigación, la educación, la salud, que le permiten enfrentar y mitigar el cambio climático y los problemas ambientales que atentan contra el desarrollo socioeconómico, en general, y contra la vida, en particular, para así poder lograr un desarrollo humano sostenible.33