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La comunidad cubana de la educación médica lamenta la sensible pérdida debido al fallecimiento de la Dra C. Natacha Rivera Michelena.
Formada profesionalmente en el campo de la psicopedagogía, fue una profesional excepcional. Psicóloga de profesión, Profesora Titular de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, realizó su Doctorado en Ciencias Pedagógicas en el Instituto Superior Pedagógico Profesional. Inició su trabajo en la Educación Médica en 1989 como metodóloga en el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas (ICBP) “Victoria de Girón”, donde con alta profesionalidad contribuyó al desarrollo, junto con otros colegas, del claustro de profesores; y elaboró y publicó diversos trabajos que incrementaron el sustento teórico del Aprendizaje de las Ciencias Médicas con un enfoque desarrollador y contemporáneo. Fue admiradora del enfoque constructivista, sobre todo de Vygotsky, creador de la Teoría Sociocultural del desarrollo humano; y estudiosa de Galperin, de quien asumió sus postulados y los aplicó a la Teoría de la Actividad en la práctica de la didáctica en la formación médica. En 1996 pasó a trabajar a la Facultad “Julio Trigo López”, en la que atendía un grupo importante de centros hospitalarios y de la atención primaria.
Esas condiciones y el amor que sintió por la enseñanza médica le permitieron generalizar sus experiencias en el ICBP Victoria de Girón en Ciencias Básicas a las Ciencias Clínicas, tanto en la formación en la atención secundaria de salud como en la atención primaria, al generar un sistema de preparación profesoral basado en la Psicología Cognitiva y la Didáctica, y los enfoques de desarrollo humano de base constructivista, como herramientas imprescindibles para la enseñanza y la modificación del quehacer. Este proceso formativo se extendió al área de la Formación de Enfermería y otras carreras en el ámbito de la salud.
Contribuyó con su experiencia como asesora de la Dirección de Docencia Médica del MINSAP; se incorporó desde sus inicios al grupo fundador de la Maestría en Educación Médica Nacional como coordinadora del módulo de Enseñanza Aprendizaje, donde mostró una elevada capacidad e iniciativa para integrar el cuerpo de conocimientos generales acerca del proceso de enseñanza-aprendizaje a las particularidades de la formación de médicos y otros profesionales de las ciencias de la salud; y participó en numerosas ediciones en Cuba y en países del entorno latinoamericano. Mención especial tienen las versiones desarrolladas en Venezuela durante 2005 y 2009, que abarcaron su impartición en los 24 estados venezolanos, como base de la preparación en Educación Médica de nuestros profesionales para el desarrollo del pre- y el posgrado venezolano.
En su aval científico consta el desarrollo de una fructífera colaboración con destacados docentes de ciencias médicas, cuyos resultados han quedado plasmados en diversas publicaciones. En este sentido, merecen particular atención los aportes realizados a la sistematización de las habilidades intelectuales características de las ciencias de la salud en general y de su ciclo básico en particular; también se incluye la condición de tutora de tesis doctorales en el área de la Educación Médica y miembro de tribunales de doctorados y maestrías de la Escuela Nacional de Salud Pública y de la Facultad de Enfermería. Luego de su jubilación continuó contribuyendo con la formación en Ciencias de la Educación Médica en nuestro país y en otras instituciones universitarias foráneas.
Desde el punto de vista humano fue una persona especial, con carácter alegre pero analítico, profundo y colaborativo. Mereció reconocimiento nacional e internacional, y con humildad y respeto ganó muchos amigos en el decursar de su fructífera vida.
La Sociedad Cubana de Educadores en Ciencias de la Salud y la revista Educación Médica Superior, que acogió para su publicación varios de los más sobresalientes trabajos de Natacha y se honró con su colaboración como árbitro y miembro del Comité Editorial, rinden tributo póstumo de recordación a esta destacada educadora cubana, cuya obra científica mantiene toda su vigencia, y constituye un valioso legado para las nuevas generaciones de educadores de las ciencias médicas y otras áreas.
