Introducción
La función social de la educación superior en el siglo xxi continúa siendo el desarrollo de los recursos humanos en aras de formar un profesional capaz de enfrentarse a las demandas sociales, los adelantos científicos-técnicos y el uso de las nuevas tecnologías, de forma que se convierta en un actor y promotor activo del desarrollo sostenible de la humanidad.1
En Cuba se cuenta con un fuerte potencial profesional integrado a las obras sociales de la Revolución, que debe apropiarse de los conocimientos, las habilidades, las actitudes y los valores necesarios para acrecentar el progreso científico-técnico; de ahí el importante papel que le corresponde asumir a la educación superior y, en particular, a la de posgrado. El sistema de salud en Cuba se ha visto fortalecido, por su impetuoso desarrollo en extensión y cobertura, con la introducción de complejas tecnologías, el desarrollo de la informática y la biotecnología, que exigen recursos humanos cada vez mejor preparados desde el punto de vista profesional y humano para enfrentar los desafíos y superar cualitativamente los indicadores de salud alcanzados.2
Se considera competente el profesional instruido, con conocimientos verificados, y aptitud y experiencia demostradas.3
El aprendizaje está asociado al crecimiento personal y se fundamenta en una concepción cultural general, que integra las vías formales y no formales, al considerar la vida estudiantil como el centro de la acción educativa, donde se combinan los contenidos del currículo con diferentes actividades extracurriculares de interés para el alumno. Este crecimiento transcurre de diversas formas, en dependencia del desarrollo que posea el sujeto y de su capacidad de aprendizaje.4
Son incuestionables los cambios producidos en todo el arsenal cultural de la humanidad. En consecuencia, constituye una necesidad de primer orden que la educación se plantee evoluciones en su contenido, en correspondencia con los avances científicos y tecnológicos. Las ciencias pedagógicas tienen ante sí un gran reto en cuanto a la educación de las nuevas generaciones. Se impone, como aspecto esencial, la necesidad de revolucionar los métodos, los medios y las formas de trabajo que tengan como centro al estudiante y su formación integral. En correspondencia con lo anterior, se requiere de profesores preparados, actualizados, capaces de dar una respuesta creadora a estas nuevas exigencias en su desempeño profesional, comprometidos y dispuestos a participar de manera activa en estos cambios, para lograr su autoperfeccionamiento y la elevación de la calidad de la educación en las condiciones actuales.5
Una de las principales tareas desde inicios del triunfo de la Revolución en 1959 ha sido la transformación radical de la medicina, incluida su enseñanza. En aquel momento el claustro quedó conformado por 14 profesores -los únicos que no abandonaron el país-, a partir de los cuales se constituyó el núcleo inicial que formó a lo que es hoy un numeroso y experimentado profesorado. En 1960 se llevó a cabo la Reforma Universitaria, que estableció para la enseñanza de la medicina dos escuelas: Medicina y Estomatología. Así se formó la Facultad de Ciencias Médicas, que, exitosamente, comenzó a preparar masivamente a médicos y estomatólogos de todo el país. A mediados de los años de la década de los sesenta se construyeron otras escuelas en Santa Clara, dentro de la Universidad Central de Las Villas, y en Santiago de Cuba, dentro de la Universidad de Oriente.
El Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana se creó en 1976 como independiente de la Universidad de La Habana y se encargó de la formación de los especialistas del campo médico. En 2009 se denominó Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.
El objetivo del presente trabajo fue caracterizar el claustro de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, durante el curso 2018-2019.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo, transversal, cuantitativo, en el que se analizaron variables relativas a las características del claustro de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, según categoría docente e investigativa, especialistas de segundo grado, máster y grado científico. Para esto se tomó como fuente primaria la base de datos de la Dirección de Cuadros de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana. Se incluyó el total de profesores (8036).
Desde el procesamiento estadístico, el análisis se hizo de manera descriptiva, la información numérica se resumió en frecuencias absolutas y porcentajes, y los resultados fueron presentados en tablas para su mejor comprensión. No se utilizaron datos de identificación para el análisis de la información, ni para su presentación, en aras de salvaguardar la confidencialidad de la información.
Resultados
La Universidad de Ciencias Médicas de La Habana tiene la misión de formar integralmente profesionales revolucionarios en Ciencias de la Salud, producir conocimientos y tecnologías e innovaciones, desarrollar la extensión universitaria, y ejercer la rectoría metodológica de planes y programas de estudios de las carreras y las modalidades del posgrado.
Para garantizar el cumplimiento de la misión, se cuenta con nueve Facultades de Ciencias Médicas, una Facultad de Estomatología, una Facultad de Tecnología de la Salud, una Facultad de Enfermería, una Facultad Preparatoria y nueve Centros de Estudios de Posgrado, que poseen un claustro de 8036 profesores.
Al realizar la distribución según categoría docente, el mayor porcentaje correspondió a la categoría principal de profesor asistente. Esto no ocurrió así en la categoría principal de profesor titular -la menos representada-, como muestra la tabla 1.
Categoría Docente | No. | % |
---|---|---|
Profesor Titular | 568 | 7 |
Profesor Auxiliar | 2420 | 30,1 |
Profesor Asistente | 2933 | 36,5 |
Instructor | 2115 | 26,3 |
Total | 8036 | 100 |
Aproximadamente la mitad del claustro eran máster en ciencias; y la quinta parte, especialistas de segundo grado. Solo ostentaban grado científico el 7,7 % de los profesores (Tabla 2).
Claustro | No. | % |
---|---|---|
Grado Científico | 621 | 7,7 |
Especialistas de Segundo Grado | 1626 | 20,2 |
Máster en Ciencias | 3449 | 42,9 |
Categoría Científica | 1713 | 21,3 |
De los especialistas de segundo grado mencionados en la tabla anterior (20,2 %), con grado científico existían 373 (22,9 %).
Sin embargo, de los másteres en ciencias -representaban el 42,9 % del claustro- solo 318 (9,2 %) tenían el grado científico.
Se reportaron 1713 investigadores, lo que representó el 21,3 % del claustro -casi la quinta parte de este-. Se halló un predominio de la categoría de agregados; no obstante, las categorías superiores constituyeron la mitad de los investigadores (Tabla 3).
Discusión
Al interpretar los resultados del presente estudio, se hace notar el progreso del claustro de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, lo que se corresponde con Oramas y otros,6 al afirmar que la universidad tiene dentro de sus funciones la formación de los recursos más calificados con que cuenta una nación y es imprescindible que la figura conductora de este proceso, el profesor, esté a la altura de las necesidades de esa sociedad. Este fenómeno tiene diferentes enfoques según donde se desarrolle, pero resulta común la búsqueda de la calidad en los procesos que se llevan a cabo, según sus estándares. En todos los enfoques, una de sus aristas está relacionada con la formación del profesor universitario.
Hay que destacar que el estudio evidenció un claustro muy numeroso, donde primaron la categoría docente principal de profesor asistente -varios eran Especialistas de Segundo Grado- y una alta cifra de docentes como máster en ciencias, mientras que, en menor cuantía, aparecieron los doctores en ciencias. Existen estudios que plantean una baja categorización docente en su mayoría y existen muy pocos máster, así como escaso desarrollo de investigaciones. No obstante, el autor considera que la categorización docente del claustro constituye un proceso necesario e imprescindible para la Universidad, que garantiza la calidad de los profesores. Esto se presenta como un reto; así como lograr la promoción a categorías docentes superiores para demostrar la preparación alcanzada en el campo de la pedagogía, la investigación, el dominio del idioma, y los problemas sociales de la ciencia y la tecnología. La educación superior tiene entre sus prioridades fundamentales obtener una adecuada integración de los componentes académico, laboral e investigativo, lo que se concreta en un eficiente desarrollo del proceso docente educativo para alcanzar los objetivos propuestos en la formación del especialista.7
Herrera8 revela la necesidad de organizar de forma sistemática, sistémica y contextualizada el proceso de categorías docentes en la educación médica cubana; y que este constituya un proceso permanente y continuo de compromiso individual, grupal e institucional de cada profesor universitario, que contribuya al mejoramiento de su desempeño profesional pedagógico.
Resultados similares se corroboraron por autores de la carrera de Estomatología en la provincia Las Tunas, quienes refirieron predominio de docentes con categoría de profesor asistente; más de la mitad son máster en ciencias y especialistas de primer grado, y el menor porcentaje representa a los especialistas de segundo grado.9
Bustamante y otros10 resaltan que son muy pocos los docentes que tienen la categoría de profesores titulares y un porcentaje muy bajo ostenta el grado de Doctor en Ciencias, lo cual no se corresponde con la demanda actual de la educación médica superior. El proceso de superación en cuanto a la promoción a categorías docentes debe estar encaminado a que los instructores y asistentes se promuevan a categorías superiores, y a potenciar la formación de doctores en ciencias, lo que posibilitará que puedan optar más profesores por la categoría de profesor titular.
El claustro de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana está integrado en su mayoría por profesores con categoría docente de profesor asistente. aproximadamente la quinta parte del claustro son especialistas de segundo grado y poseen categoría científica, con representación de investigador agregado. cerca de la mitad de los profesores son máster en ciencias. los doctores en ciencias figuran en bajo porcentaje.