Estimado editor:
Se revisó con amplio interés el trabajo publicado por Fernández-Rodríguez y otros,1 titulado “Impacto de la docencia online en el rendimiento académico de estudiantes españoles de medicina”. Sus autores concluyeron que los confinamientos y las transiciones forzadas al aprendizaje en línea parecen haber mejorado el ya alto desempeño de los estudiantes de medicina, lo que muestra una alta resiliencia y buena adaptabilidad a la adversidad, como en la sección dos para el año escolar 2019-2020.1
Esta investigación pone en evidencia la importancia de las habilidades digitales dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje en estudiantes de medicina de España. Sin embargo, solamente como aporte se centran en el rendimiento académico, el cual puede variar notablemente en dependencia de la metodología de cada médico-docente y la especialidad abordada, por lo que podrían presentarse ciertas dificultades al comparar en diferentes contextos académicos de las ciencias biomédicas y la salud.
A partir de lo anterior, se busca complementar el trabajo realizado por los autores desde la panorámica de las habilidades necesarias para la salud digital, y las consideraciones a partir de la formación en el pregrado para brindar esa capacitación en la práctica clínica y/o deportiva. Esto con el fin de generar una formación profesional más integral, basada en el contexto laboral actual y digitalizado.
La adopción de tecnologías digitales en todo el mundo forma parte de los cambios importantes experimentados en la educación en salud;2 además, se considera que la aplicación de la e-salud ha crecido notoriamente en los últimos años.3 Esto se debe a que se han utilizado frecuentemente las tecnologías digitales en las áreas de la atención de la salud y la medicina.4 En consecuencia, las tecnologías en salud digital representan una necesidad para la actualización de equipos y apoyar los procesos de atención médica como parte de la evolución requerida de los servicios de salud.5
Cabe resaltar que, entre las aplicaciones de la salud digital, se encuentran la historia clínica electrónica, las teleconsultas, entre otras.6 Del mismo modo, al analizar las principales tendencias mundiales de Fitness para 2023 se evidenciaron aspectos como la tecnología portátil, el ejercicio como medicina, el entrenamiento personalizado, las aplicaciones móviles de ejercicio, etcétera.7 Por ello, también profesionales del deporte y el ejercicio, ante la necesidad mundial de un entrenamiento físico para la salud, la estética y/o el bienestar apoyado en herramientas digitales, deben adoptar estrategias para dirigir sus entrenamientos de manera remota o utilizando estas tecnologías para un mejor seguimiento y control del progreso de los usuarios.
Actualmente existen variedades de aplicaciones que se pueden descargar en los móviles y computadoras, que sirven para medir la frecuencia cardíaca, la distancia recorrida, las calorías consumidas, entre otras funciones; y que se pueden encontrar en algunos relojes como los Polar o Garmin.8,9 Igualmente, existen otras aplicaciones, que permiten medir salto vertical, fuerza, velocidad, posturas, por lo que esta y muchas más herramientas se encuentran al servicio de la comunidad y dan un aporte a la salud, la educación, el rendimiento deportivo y el crecimiento social, porque presentan requisitos para la mayoría de sistemas operativos y se acompañan de un precio asequible, lo cual permite generar resultados inmediatos y satisfactorios.
Ahora bien, a partir de la educación virtual, el aprendizaje se ha venido manejando desde el modelo dialógico, donde en las clases existe un sinnúmero de interacciones que enriquecen el saber basado en la experiencia de cada estudiante y docente.10 Con este modelo las clases se graban, lo que permite que el estudiante tenga acceso al conocimiento en cualquier momento que lo desee. Esto también favorece conocer nuevas herramientas tecnológicas que coadyuven con las prácticas, las evaluaciones y el análisis de datos, según las necesidades de la materia o carrera.
Teniendo en cuenta lo expuesto, se ha demostrado que durante la pandemia de COVID-19 la utilización de la tecnología de video en línea, la tutoría multidisciplinaria y la simulación de pacientes permitieron simular encuentros con pacientes; asimismo, apoyaban el desarrollo de habilidades clínicas remotas.11 Al respecto, una revisión sistemática determinó que los métodos digitales de educación independientes son tan efectivos como el aprendizaje tradicional para adquirir conocimiento y práctica en estudiantes de enfermería y médicos internos.12
Por otra parte, una revisión que consideró a estudiantes de enfermería, ciencias del deporte y farmacia identificó que la aplicación de una variedad de herramientas digitales permite mejorar la comprensión de los estudiantes de las técnicas de cambio de comportamiento para personas con enfermedades crónicas, lo que los hace más seguros, cooperativos, experimentados y con mejores habilidades prácticas.13 Además, la práctica clínica simulada en línea con registros médicos electrónicos simulados, el aprendizaje electrónico basado en problemas y las entrevistas médicas virtuales en línea pueden ser estrategias viables para el aprendizaje de ciertas habilidades clínicas adquiridas durante la pasantía clínica.14
No obstante, una revisión sistemática y de metaanálisis reciente, publicada por Kyaw y otros,15 concluyó que existe una evidencia de baja calidad de la efectividad de la educación digital con respecto a la educación tradicional para la enseñanza de habilidades de comunicación a los estudiantes de medicina. Igualmente, las autoevaluaciones de los estudiantes con relación a las habilidades de recopilación sistemática de historias médicas identificó que la enseñanza tradicional puede ser más efectiva.16
De la misma manera, otra revisión sistemática reciente determinó que el aprendizaje en línea no puede reemplazar el aprendizaje tradicional y que no existe preferencia de una modalidad con respecto a la otra. Sin embargo, sí puede resultar favorable un enfoque de aprendizaje multimodal (enseñanza presencial y en línea) para estudiantes de medicina.17
En vista de que se sugiere que la educación online debe apoyar el desarrollo de habilidades relacionadas con la salud digital en cada una de las áreas biomédicas y afines, para obtener los mejores beneficios de ambas modalidades por parte de los estudiantes y profesionales de ciencias de la salud, resulta más favorable considerar un enfoque integral mixto entre la enseñanza tradicional presencial y virtual, ya que hay ciertos aspectos de la práctica clínica y deportiva presencial que no pueden ser simulados en su totalidad de manera remota y viceversa. Esto se considera teniendo en cuenta la necesidad del contexto educativo y las características propias de la temática que se abordaría.
Por último, un estudio bibliométrico evidenció que los temas en enseñanza digital de educación médica con mayor frecuencia de citación son la realidad virtual, innovación, prueba, efectividad y anatomía.18 Lo anterior podría dar una proyección a futuras investigaciones sobre educación online y salud digital mediante el empleo de diferentes herramientas, dispositivos inteligentes, aplicaciones móviles, estrategias de enseñanza y temáticas, de acuerdo con cada especialidad de las ciencias de la salud.