INTRODUCCIÓN
El interés de los humanos por vivir el mayor número de años posible, unido al creciente desarrollo de la ciencia y la técnica, sustentan la tendencia actual que considera que, si es importante vivir más años, también es esencial que estos transcurran con la mejor calidad de vida posible. El estudio de la problemática del anciano constituye hoy elemento de primordial importancia y factor decisivo en las investigaciones médicas y sociales.1
Actualmente, los países se enfrentan a cambios drásticos en su estructura poblacional, debido a un proceso llamado “transición demográfica”, según el cual la población de un país pasa de un perfil demográfico con ciertas características a otro diferente. Ello trae consigo la configuración de un perfil demográfico caracterizado por una población de edades avanzadas. Los avances científicos y tecnológicos han elevado la esperanza de vida, factor que impacta en la tasa de mortalidad.2,3
El envejecimiento de la población es un proceso intrínseco de la transición demográfica. Es el tránsito de regímenes de alta mortalidad y natalidad a otros de niveles bajos y controlados.4
La disminución de la natalidad y el progresivo aumento de la esperanza de vida impactan directamente en la composición por edades de la población, pues se reduce relativamente el número de personas en las edades más jóvenes y aumentan los sectores con edades más avanzadas.5) La natalidad y mortalidad de la población mundial han tenido un considerable descenso, particularmente, durante la segunda mitad del siglo pasado.6
El envejecimiento poblacional, uno de los desafíos más importantes para las sociedades modernas. Muchas personas de mediana edad tendrán más padres vivos que hijos.7,8) Se prevé que en la población mundial aumente de 4,100 millones a 8,200 millones, o sea, un 30,2 %.9
En el año 2020, 12,4 % de la población de la región de las América se encontrará en estas edades (82 millones de envejecidos). Por lo tanto, en 2025 las personas de edad avanzada de la población mundial será de 13,7 %; y para 2050, 20 % (se estima en alrededor de 2000 millones de ancianos).10
La población mundial mayor de 60 años de edad aumentó en el siglo XX de 400 millones en la década de los cincuenta, a 700 millones en la década de los noventa. Se estima que para el año 2025 existirán alrededor de 1,200 millones de adultos mayores (AM). De estos, los ancianos de 80 años de edad en los próximos 30 años constituirán 30 % y 12 % de los adultos mayores en los países desarrollados y en vías de desarrollo, respectivamente.11
En América Latina y el Caribe, la transición demográfica, que comenzó recientemente, se caracteriza por su rapidez. Es un proceso generalizado. Todos los países de la región marchan hacia sociedades más envejecidas; mientras la población en general crece en un 1,5 %, la población mayor de 60 crece en un 3,5 %, y 75 % de las personas que nacen hoy en América Latina y el Caribe serán adultos mayores y 40 % sobrepasarán los 80 años. De manera que en un siglo el porcentaje de adultos mayores se cuadruplicará.12
Uno de los grandes problemas que representa el envejecimiento en los países de Latinoamérica es que 69,3 % de la población de 65 años o más habita en municipios de nivel social bajo o muy bajo, con poco acceso a servicios básicos de salud, a pesar de la existencia de programas sociales de apoyo.
En el periodo comprendido entre los años 2015 y 2017, el número de adultos mayores en estos países pasó de 7,9 a 8,5 millones, su tasa de crecimiento promedio anual en ese periodo fue de 3,47 %, mientras que la población total del país creció a un 0,88 %.11,12
Cuba es un ejemplo de país en desarrollo, que muestra un envejecimiento importante de su población, dada sus implicaciones económicas y sociales, por lo que tendrá la población más envejecida de Latinoamérica en los albores del año 2025. Se espera que para 2050 los cubanos disfruten de uno de los promedios de edad más añejos del planeta.11,12)
Las afecciones de los grandes síndromes geriátricos representan en nuestra población de mayores de sesenta años un gran problema y dentro de ellas las caídas, que casi siempre tienen como consecuencias fatales las fracturas de caderas, de fémur, seguidas por fracturas de clavículas y codos.
La fractura de cadera (FC) es una complicación de la osteoporosis que conlleva un alto costo económico derivado de su atención médica directa. La incidencia de fractura de cadera ha sido estimada en diferentes países. Varía de 137,9 a 264,7 casos anuales por 100,000 habitantes mayores de 50 años. Sin embargo, los periodos de análisis han sido cortos, lo cual ha dificultado explorar los cambios temporales de la incidencia, tanto en su tendencia, como en su estacionalidad.13
Las fracturas de cadera (FC) en nuestro país son numerosas y presentan gran variabilidad en cuanto a la incidencia, la estacionalidad, la duración de la estancia hospitalaria y la mortalidad. Pese a que se ha establecido repetidamente que la mayoría de las fracturas ocurren en interiores, análisis previos apoyan la hipótesis de que las alteraciones de la termorregulación, la hipotermia y el consiguiente déficit de coordinación predisponen a los ancianos a sufrir caídas durante la estación más fría.14
Investigadores foráneos han analizado las variaciones estacionales y su influencia en las FC y han detectado, generalmente, mayores incidencias en los meses más fríos del año. Estas diferencias estacionales han intentado ser explicadas por los cambios en las condiciones climatológicas, con resultados desiguales.15,16,17
También se han estudiado las posibles variaciones geográficas en la incidencia de la FC, comparándose en los núcleos urbanos respecto a los rurales.18
Las diferencias en la incidencia de FC respecto al género y la edad son fenómenos que consistentemente se observan en la gran mayoría de estudios y se deben principalmente a la mayor frecuencia de osteoporosis en mujeres y en personas de mayor edad. La osteoporosis es la principal causa de fractura de cadera.
En Israel, Noruega y Suecia, países localizados en diferentes latitudes y con variaciones más acentuadas de temperatura, se ha demostrado que a menor temperatura el número de FC se incrementa.
El incremento de la FC en la etapa invernal está dado por la vasoconstricción que se somete el árbol vascular por el frio que tiene repercusión cerebral y que puede ser causante de ataques transitorios de isquemia y que a su vez provocan las caídas o ictus de estos pacientes, que por lo general son personas ancianas y que ocasionan las FC, y fracturas de muñeca, hombro, columna y otras partes del cuerpo humano. En la etapa invernal también existe un incremento marcado de los accidentes cardio- y cerebrovasculares.12,13
En Cuba, donde la expectativa de vida supera los 75 años como promedio, siendo algo mayor en la mujer y donde más del 12 % de la población está representada por el grupo de 65 años y más, no escapa a esta problemática, sin embargo, al igual que en otros países y regiones, sólo se han realizado estudios aislados y muy limitados en el abordaje de este problema lo que no permite caracterizarlo.14
Villa Clara, y en particular, la región noreste, no escapa a esta abrumadora realidad. Según datos obtenidos de las oficinas de estadísticas del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), la tendencia actual es hacia el incremento de estas cifras al ir en aumento la expectativa de vida de la población cubana. Por lo que las fracturas de cadera constituyen un grave problema de salud.15
El objetivo de la investigación fue describir la incidencia de las fracturas de cadera al noreste de Villa Clara y su relación con las estaciones del año.
MÉTODOS
Se trata de una investigación descriptiva, con enfoque cuanti-cualitativo, que se desarrolló entre 2017 y 2018, en el noroeste de la provincia de Villa Clara.
La población de estudio estuvo integrada por todos los pacientes mayores de 59 años, procedentes de los municipios de Corralillo, Quemado de Güines, Sagua la Grande y Cifuentes, que fueron atendidos en el Hospital “Mártires del 9 de abril”, del municipio Sagua la Grande entre 2017 y 2018, diagnosticados con fracturas de cadera.
Para la determinación del tamaño de la muestra en este estudio se utilizó el muestreo intencional por criterios.
Criterios de inclusión:
Pacientes que estén de acuerdo con formar parte de la investigación.
Pacientes mayores de 59 años de edad, con residencia permanentemente en la región noreste de Villa Clara, atendidos en el Servicio de Ortopedia y Traumatología en el Hospital “Mártires del 9 de abril”, del municipio Sagua la Grande, de enero a diciembre 2018, diagnosticados con fracturas de cadera.
Criterios de exclusión:
Pacientes que presenten cualquier tipo de retraso mental que les impida participar en la investigación.
Finalmente, la muestra quedó conformada por 119 pacientes; de ellos 85 fueron del sexo femenino; y 34, del sexo masculino.
Procedimiento
El estudio se realizó en tres etapas.
Primera etapa. Revisión bibliográfica sobre el tema de las fracturas de cadera por caídas en fuentes nacionales y extranjeras, en soporte impreso y digital. Revisión de registros primarios de estadística.
Segunda etapa. Operacionalización de las variables investigativas (sexo, residencia, tiempo, antecedentes patológicos, clasificación, lado de ocurrencia, causas de la fractura, estación del año), así como la descripción, las escalas y los indicadores de medición.
Tercera etapa. Análisis de la información capturada mediante la creación de Base de Datos en EXCEL, en la que se transcribieron los datos consignados del instrumento elaborados para tal fin
Para el procesamiento estadístico de la información se empleó el Software XP Profesional Word 2003. Los cuadros y gráficos se procesaron en Microsoft Excel 2003.
Ética
Esta investigación se realizó según las normas éticas internacionales para la investigación biomédica en humanos.
Los participantes en la investigación recibieron la información necesaria sobre las características del estudio a realizar. Se les solicito su consentimiento para lograr la disposición de participación en la investigación Se respetó, en todo momento, la negativa de participación.
RESULTADOS
La edad predominante en los pacientes con fractura de cadera resultó fue mayores de 80 años (42,8 %). Hubo predominio del sexo femenino (71,4 %), de residentes en el municipio de Sagua la Grande (33,6 %), y el tiempo de ocurrencia fue de 18:00 horas.
La hipertensión arterial en el sexo masculino predominó (23,5 %) entre los antecedentes patológicos familiares (Fig. 1).
La fractura intertrocantérica grado I en el sexo femenino (Fig. 2) tuvo predominio 19,5 % con respecto al sexo masculino.
Hubo predominio de las fracturas de cadera en el lado izquierdo y en el sexo femenino (Fig. 3) con un (23,5 %).
Entre las causas más frecuentes de las fracturas de cadera se reporta la caída de sus pies en el sexo femenino con un 92,2 % (Fig. 4).
En relación con las estaciones del año, se pudo apreciar una alta incidencia de fracturas en la primavera 32,9 % y en invierno 28,2 %, fundamentalmente en el sexo femenino (Fig. 5).
DISCUSIÓN
Resultados similares a los obtenidos en este estudio, con respecto a pacientes mayores de 80 años de edad con predominio de fractura de cadera, reportó Rego Hernández al referir la alta incidencia de fracturas de cadera en el sexo femenino se incrementa en un 50 % en los mayores de 80 años de edad, que en los próximos 30 años constituirán 30 % y 12 % de los adultos mayores con fractura de cadera en los países desarrollados y en vías de desarrollo, respectivamente.16
La hipertensión arterial (HTA) como antecedente patológico familiar (APF) asociado a la fractura de cadera, se encontró en una frecuencia superior en pacientes con dicha complicación de la osteoporosis, lo que hizo que se asociara a una probabilidad 2,6 veces mayor de ocurrencia.17
Al referirse a las fracturas intertrocanterica, Espín G, Ruiz Washington VL, Richard S refieren que en adulto mayor presentan gran dificultad para lograr una cicatrización ósea estable y una fijación en la artroplastía, para la recuperación completa y funcional del anciano. En pacientes adultos mayores sin stock óseo, se recomienda realizar anexo a la artroplastía de cadera, la colocación de una banda de tensión, con la finalidad de brindar mayor estabilidad a los fragmentos y sustentación a la artroplastía primaria, con el objetivo de lograr un retorno a la calidad de vida norma.18
En relación con el lado de ocurrencia de las fracturas, en nuestra investigación fue el izquierdo y en el sexo femenino; otros estudios reportaron resultados similares.19
En nuestra investigación, la caída de sus pies fue la principal causa de las caídas. Estudios recientes en Cuba plantean que 87,5 % de las fracturas de cadera tienen como causa principal las caídas accidentales, por lo que constituyen un importante problema de salud en la tercera edad. El lugar de ocurrencia predominante ha sido la vivienda.20
Los elevados porcentajes en relación con las estaciones del año y la incidencia de fracturas de cadera encontrados en nuestro estudio difieren de lo reportado por Fernández García y otros.21
La tasa de incidencia anual global fue de 198/105 habitantes. En el caso de las mujeres, los valores fueron 277/105 y, en los varones, 100 casos/105 habitantes. No se encontraron diferencias significativas en la incidencia de fracturas de cadera en el medio rural y el medio urbano, ni tampoco se evidenció ningún patrón estacional.22
Finalmente, se evidenció un incremento ascendente en la incidencia de las fracturas de cadera en la primavera e invierno, lo que permite planificar recursos humanos, materiales, y los medios necesarios para enfrentar el incremento de dicha enfermedad, y desarrollar campañas de comunicación social para que la población conozca el incremento del riesgo, de sufrir una fractura de cadera en determinada época del año.